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Felipe Borbón, queriendo quedar bien ha quedado como un traidor. Un hijo no puede reprobar a un padre publicamente aunque sea un sinvergüenza. Si a tu padre lo echan de un sitio, tú te vas con él,aunque luego, en familia, le repruebes su mala conducta. Pero el Borbón hijo ha renegado e implícitamente ha condenado publicamente a su padre no como un acto de integridad moral que no lo es (porque habría que ver tambien la talla moral de éste cual es) sino como un acto cobarde y egoísta para salvarse él.
La situación al frente del Estado de Felipe Borbon, con el particular curriculum que tiene y con el historial familia que arrastra, es absolutamente insostenible. Nadie, ni siquiera los que le defienden, en el mercado laboral contrataría a un tipo como Felipe Borbón para su empresa, mucho menos para el cargo máximo de la misma. Pero para la jefatura del Estado español si vale, a pesar de haber dicho que el "negocio familiar" le importaba una higa y que si no hacía lo que él quería, que era casarse con la sedicente fulana lista, lo mandaba todo a la "merde". Y eso fue más o menos lo que hizo cuando siendo princesito en expectativa de destino se largó con la entonces querida, amiga o lo que fuera a la sazón la hoy majestad a N.Y. city el día de la fiesta nacional, dejando a todos con dos palmos de narices plantados. Y lo peor de todo, cuando, traicionando a todos los españoles bien nacidos, se largo, con nocturnidad, alevosía y engaño, con sus compiyoguis de cachondeo al Caribe a los pocos días de la masacre del 11M, cuando todavía estaban calientes los cuerpos de las víctimas y todos los españoles bien nacidos de luto. Un individuo que tiene un cuñado en la cárcel, una hermana que si no lo está es gracias a una escandalosa sentencia, que fue una prevaricación de aurora boreal. Una madre que, sin ninguna dignidad, luce una cornamenta de cierva a cambio de seguir viviendo a costa de los españoles. Y qué decir del padre, un golfo de reconocido y acreditado prestigio internacional sobre el que pesan todo tipo de sospechas de delitos, y quizá, quizá los pecuniarios no sean los más graves de los que presuntamente ha cometido. Pero todo este historial personal y familiar no es impedimento para que Felipe Borbón sea jefe del Estado español. Al que tampoco cabe olvidar que ocupó mediante el democrático procedimiento de "quítate tú que me ponga yo" que le dijo a su padre cunado, mediante un golpe de estado doméstico, lo depuso.
La situación al frente del Estado de Felipe Borbon, con el particular curriculum que tiene y con el historial familia que arrastra, es absolutamente insostenible. Nadie, ni siquiera los que le defienden, en el mercado laboral contrataría a un tipo como Felipe Borbón para su empresa, mucho menos para el cargo máximo de la misma. Pero para la jefatura del Estado español si vale, a pesar de haber dicho que el "negocio familiar" le importaba una higa y que si no hacía lo que él quería, que era casarse con la sedicente fulana lista, lo mandaba todo a la "merde". Y eso fue más o menos lo que hizo cuando siendo princesito en expectativa de destino se largó con la entonces querida, amiga o lo que fuera a la sazón la hoy majestad a N.Y. city el día de la fiesta nacional, dejando a todos con dos palmos de narices plantados. Y lo peor de todo, cuando, traicionando a todos los españoles bien nacidos, se largo, con nocturnidad, alevosía y engaño, con sus compiyoguis de cachondeo al Caribe a los pocos días de la masacre del 11M, cuando todavía estaban calientes los cuerpos de las víctimas y todos los españoles bien nacidos de luto. Un individuo que tiene un cuñado en la cárcel, una hermana que si no lo está es gracias a una escandalosa sentencia, que fue una prevaricación de aurora boreal. Una madre que, sin ninguna dignidad, luce una cornamenta de cierva a cambio de seguir viviendo a costa de los españoles. Y qué decir del padre, un golfo de reconocido y acreditado prestigio internacional sobre el que pesan todo tipo de sospechas de delitos, y quizá, quizá los pecuniarios no sean los más graves de los que presuntamente ha cometido. Pero todo este historial personal y familiar no es impedimento para que Felipe Borbón sea jefe del Estado español. Al que tampoco cabe olvidar que ocupó mediante el democrático procedimiento de "quítate tú que me ponga yo" que le dijo a su padre cunado, mediante un golpe de estado doméstico, lo depuso.