Si esta noción de aritmética la aplican a los presupuestos generales del estado va a ser un primor contable.
VOX
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Si esta noción de aritmética la aplican a los presupuestos generales del estado va a ser un primor contable.
Lo de REVIENTA tiene muchas lecturas. Por ejemplo, a mí me reventó el hígado cuando lo leí...
El "auge" de VOX se corresponde a un fenómeno muy preocupante que se está dando en todo el mundo Occidental. Tiempos similares generan partidos políticos y tendencias similares. Hace años que pienso que vivimos una época muy similar a la década de los 30 del siglo XX. En USA tienen el Trumpismo, Alt Right, en Francia a Marine Le Pen, en Italia, en Alemania, hasta en Suecia han subido en influencia y adeptos, ahora Brasil está a punto de caramelo...La gente olvida, la Historia si no se enseña y explica en los colegios, no es entendida por las nuevas generaciones. Lo que no cambia son los problemas y motivaciones de la humanidad. Mucho habíamos tardado en España...
Por la parte que me toca, y por la conciencia que tengo de lo que supone un gobierno neofascista, VOX nunca llegará a gobernar con mi voto.Algunos usan más eufemismos que otros, pero al frente de expresiones como "proteger las fronteras" o "mantener la identidad de las naciones", está, en mi opinión, el miedo al avance del Islam. Francia es laica, y por eso el discurso allí es distinto del de Polonia o Hungría. Allí se atreven a decir directamente que quieren cristianismo y no Islam. En otros sitios los políticos tienen pánico a la reacción del marxismo cultural imperante en la UE y los medios, y dan rodeos o directamente se suman a la traición.
En lo que a mí respecta, soy atea. Mi credo es la declaración universal de los derechos humanos. Y ni loca pienso ayudar a pasar de librarnos del control de los párrocos para caer en el de los imanes.
Gracias por tu respuesta, Opinatrix. Yo también soy atea.
La mayoría B. Esto era previsible. En realidad mucho ha tardado. Y, a este paso, este tipo de propuestas subirán como la espuma.
ya te digo, y tan curiosas! Cs, de entrada, es federalista, asi que NO entretienen la fantasía moruna esa de cargarse la España autonómica. Es más, están dispuestos a sentarse a hablar de descentralización fiscal y la reforma del Senado como cámara territorial (anatema para el facherío patrio). Date cuenta que son un partido que se define como "socio liberal" y que su modelo a copiar es el alemán. Rivera solo ha elevado el tono en los últimos días ante la irrupción de VOX, para unir fuerzas con el PP y pedir la aplicación de la ley de partidos CUP por "violentos". Van modulando su retórica en función de la coyuntura política y sus opciones de gobierno.
Cs esta pillado porque pretende ser una fuerza importante en el Parlament y un discurso excesivamente anti-catalán les dejaría relegados a fuerza simbólica, que es precisamente a lo que está abocado VOX en Cataluña cuando plantea suprimir el autogobierno catalán, la escuela catalana y cualquier atisbo de catalanismo traidor lol.
El martillo de Thor contra el independentismo catalán es VOX sin discusión. Mírate el programa, por dior. Es el sueño húmedo del ala dura del PP (franquismo puro y duro). Es más, VOX se ha personado como acusación popular en todas las causas anti-catalanas que ha podido y hasta pide la cadena perpetua (de ahí p'arriba ya solo queda la pena de muerte) para los "terroristas" y "golpistas" indepes. Es guerracivilista total. Reacción! Enemigos de la patria, al paredón!
En cuanto al tema inmigración, si te miras los programas, las diferencias entre Cs y VOX son mucho menores que en el capitulo "España". De hecho son muy similares. Y es que el margen de maniobra también es menor puesto que las políticas migratorias se deciden fundamentalmente en Bruselas y España está en Schengen.
Pues eso. A falangito le falta testosterona para imponerse a los enemigos de la patria: podemitas, indepes, liberales y al contubernio judeo-masónico en general
ah, y a los moros, ni agua. Solo se tolerarán moros patriotas anti-catalanes
el nacionalismo español lleva el odio a los moros en el ADN.
Es muy largo, perdona que sólo te conteste a lo último que no tengo tiempo de forear.
No es odio, es instinto de autoprotección ante la agresividad del Islam contra la libertad. Y no es ADN, es memoria histórica, el legado de nuestros antepasados que nos dejaron una España europea y no mora. Algo que yo, personalmente, les agradezco infinitamente. Esto no pienso discutirlo. Es obvio, y no pienso desgastarme debatiendo con quien no lo quiera ver a estas alturas.
12 de octubre: PáVox Casado
Sabemos que vamos a tener que convivir y también que combatir el crecimiento de la extrema derecha. En ese escenario, prefiero que exista Vox o cualquier otro partido que aglutine el pensamiento ultra
Los ultras y franquistas estaban en el Partido Popular y el Partido Popular quería mantenerlos ahí, integrándolos en puestos de responsabilidad. La puesta de largo de Vox debería servir para que caigan definitivamente las caretas
Carlos Hernández
11/10/2018 - 21:25h
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Mitin de Vox en Vistalegre EFE
Quizás yo sea el único ciudadano progresista de este país que me he alegrado de la irrupción de Vox en el panorama político español. No crean que me he vuelto loco, déjenme que me explique; de hecho ya lo argumenté hace meses en este mismo diario. Obviamente me gustaría que no existieran neonazis, fascistas, racistas, machistas, ni homófobos. Dicho de otra forma, daría una pierna y algo más para que nadie en mi país abrazara una ideología tan letal como es la de la ultraderecha.
El mundo, sin embargo, es como es y ese deseo no parece que esté cerca de poder cumplirse. Permítanme que, aunque sea una vez, exprese un punto de especial pesimismo de cara al futuro. Hace solo un par de días escuché decir lo siguiente a una mujer, inmigrante latinoamericana, que se dedica a cuidar ancianos: «Hay que votar a los de Vox. Esto está todo lleno de negros». Tampoco es que me sorprendiera. Soy consciente de que no pocos inmigrantes se convierten en racistas al día siguiente de legalizar su situación. Sin embargo, oírlo esta semana especial me impactó más de lo razonablemente sensato.
Sabemos, pues, que vamos a tener que convivir y también que combatir, con cultura y mucha pedagogía, el crecimiento de la extrema derecha. Y en ese escenario inevitable yo prefiero que exista Vox o cualquier otro partido que aglutine el pensamiento ultra. La formación de Santiago Abascal no engaña a nadie ni lo pretende, aunque también se ha maquillado para los nuevos tiempos retirando de sus banderas su queridísimo pollo, como diría Rufián, sustituyéndolo por el escudo constitucional. Sabemos quiénes son. Sabemos que son racistas, machistas, homófobos, totalitarios y neofascistas. Quienes les voten no tendrán excusa. Quienes pacten con ellos en los ayuntamientos o donde sea se convertirán en sus cómplices y podremos señalarlos con el dedo. Lo mismo que ya ocurre en naciones como Alemania con AfD o en Francia con el Frente Nacional.
¿Vivíamos hasta ahora en un paraíso sin ultras? ¿Qué pasaba en España antes de Vox y qué sigue ocurriendo ahora? Lo que ocurría es que la extrema derecha no solo ha formado parte de la política de este país, sino que también, de una u otra manera, ha gobernado nuestras vidas. Los ultras y franquistas estaban en el Partido Popular y el Partido Popular quería mantenerlos ahí, integrándolos en puestos de responsabilidad y realizándoles todo tipo de guiños y concesiones. ¿Cómo podemos decir que en España no había ultraderecha antes de Vox si el puñetero dictador sigue enterrado con honores en el Valle de los Caídos? ¿Cómo mantener ese argumento cuando tras 40 años de democracia sigue habiendo más de 100.000 demócratas tirados en las cunetas?
No. El PP no servía para apaciguar a la extrema derecha como decían algunos. El PP ha llevado de la mano a la extrema derecha a los ayuntamientos, comunidades autónomas y al mismísimo Gobierno central. Aquí hemos tenido ministros que se iban de retiro espiritual al Valle de los Caídos, portavoces parlamentarios que se mofaban de las víctimas del franquismo, diputados que llamaban “Caudillo que ganó la guerra” a Franco. Este miércoles, sin ir más lejos, el portavoz popular en el Ayuntamiento de Gijón se negó a homenajear a las víctimas españolas del nazismo porque, según dijo, lo que pasó en los campos de concentración de Hitler «no interesa nada a nuestra generación y menos a la de nuestros hijos». A estas horas ni Pablo Casado ni nadie de la dirección popular le ha desautorizado. Es lógico, porque declaraciones como esa o defendiendo a la División Azul o alabando a Franco han sido más que frecuentes en las filas populares. Es lógico, porque primero Fraga, luego Aznar, después Rajoy y ahora Casado decían y dicen barbaridades muy parecidas.
El tema de la Memoria y de la Historia es importante, pero no es lo más relevante de este debate. El PP lleva desarrollando, desde hace muchos años, una estrategia ultra muy peligrosa. La forma en que ha agitado el odio interterritorial. Sus coqueteos constantes con la xenofobia, el machismo y la homofobia. ¿Tengo que recordar que el PP se opuso al divorcio, al matrimonio entre personas del mismo s*x* y ni siquiera apoyó la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres? ¿Hace falta recordar el «Pujol enano, habla castellano» o la recogida de firmas contra elEstatut? ¿Es necesario tirar de hemeroteca para ver a Rajoy utilizar, como ahora hace Casado, la bandera y el 12 de octubre para avivar el peor nacionalismo español?
La puesta de largo de Vox debería servir para que caigan definitivamente las caretas. Pablo Casado se la quitó desde el principio, pero por si había dudas ya ha dicho públicamente que comparte muchas ideas con Vox. Ahora falta que concrete cuáles: ¿La supresión de las autonomías? ¿Derogar la Ley de Violencia de Género? ¿Derogar el matrimonio homosexual? ¿Cerrar las fronteras y expulsar a los inmigrantes? Sorprendentemente Rivera también parece decidido a competir por los votos de los camisas azules, dejando huérfano el centro político de este país. ¿Dónde está el centro derecha español? ¿A quién votarán esos cientos de miles de personas conservadoras sensatas y demócratas?
Creo, en cualquier caso, que estamos en una fase más de la reorganización del tablero político de la derecha española que surgió con la aparición de Ciudadanos, y que la presencia de Vox ayudará a clarificar la situación. Los partidos que decidan competir en radicalidad con los de Santiago Abascal se situarán en la senda de Le Pen, Trump o Bolsonaro. Ahí me temo que estará el PP, quizás porque Casado ha decidido que es el único discurso que le permite no hablar de másteres ni de “gúrteles”. Aun así, creo o quiero creer que alguien, no solo por honestidad sino también por inteligencia política, se decidirá en algún momento no muy lejano a ocupar el centro derecha español. Ese día estaremos más cerca de convertirnos en un país normal. Un país en el que exista una extrema derecha y una derecha 100% democrática y sin vínculos con el fascismo como ocurre en Francia o en Alemania.
Sueño con que llegue ese día. Mientras tanto no me rasgaré tanto las vestiduras por lo que diga un fascista reconocido como Abascal, como por lo que sigan haciendo los ultras que se han infiltrado en nuestras instituciones disfrazados de demócratas.
https://www.eldiario.es/zonacritica/octubre-PaVox-Casado_6_823877631.html
Me quedo con parte de la última frase...lo de la infiltración. Me suena salvando las distancias a los franquistas que de la noche a la mañana se convirtieron en demócratas y fueron los primeros en sentarse en el Congreso mientras los de la izquierda, los comunistas les tuvieron que pedir permiso para entrar y formar parte de esa "democracia".
Sabemos que vamos a tener que convivir y también que combatir el crecimiento de la extrema derecha. En ese escenario, prefiero que exista Vox o cualquier otro partido que aglutine el pensamiento ultra
Los ultras y franquistas estaban en el Partido Popular y el Partido Popular quería mantenerlos ahí, integrándolos en puestos de responsabilidad. La puesta de largo de Vox debería servir para que caigan definitivamente las caretas
Carlos Hernández
11/10/2018 - 21:25h
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Mitin de Vox en Vistalegre EFE
Quizás yo sea el único ciudadano progresista de este país que me he alegrado de la irrupción de Vox en el panorama político español. No crean que me he vuelto loco, déjenme que me explique; de hecho ya lo argumenté hace meses en este mismo diario. Obviamente me gustaría que no existieran neonazis, fascistas, racistas, machistas, ni homófobos. Dicho de otra forma, daría una pierna y algo más para que nadie en mi país abrazara una ideología tan letal como es la de la ultraderecha.
El mundo, sin embargo, es como es y ese deseo no parece que esté cerca de poder cumplirse. Permítanme que, aunque sea una vez, exprese un punto de especial pesimismo de cara al futuro. Hace solo un par de días escuché decir lo siguiente a una mujer, inmigrante latinoamericana, que se dedica a cuidar ancianos: «Hay que votar a los de Vox. Esto está todo lleno de negros». Tampoco es que me sorprendiera. Soy consciente de que no pocos inmigrantes se convierten en racistas al día siguiente de legalizar su situación. Sin embargo, oírlo esta semana especial me impactó más de lo razonablemente sensato.
Sabemos, pues, que vamos a tener que convivir y también que combatir, con cultura y mucha pedagogía, el crecimiento de la extrema derecha. Y en ese escenario inevitable yo prefiero que exista Vox o cualquier otro partido que aglutine el pensamiento ultra. La formación de Santiago Abascal no engaña a nadie ni lo pretende, aunque también se ha maquillado para los nuevos tiempos retirando de sus banderas su queridísimo pollo, como diría Rufián, sustituyéndolo por el escudo constitucional. Sabemos quiénes son. Sabemos que son racistas, machistas, homófobos, totalitarios y neofascistas. Quienes les voten no tendrán excusa. Quienes pacten con ellos en los ayuntamientos o donde sea se convertirán en sus cómplices y podremos señalarlos con el dedo. Lo mismo que ya ocurre en naciones como Alemania con AfD o en Francia con el Frente Nacional.
¿Vivíamos hasta ahora en un paraíso sin ultras? ¿Qué pasaba en España antes de Vox y qué sigue ocurriendo ahora? Lo que ocurría es que la extrema derecha no solo ha formado parte de la política de este país, sino que también, de una u otra manera, ha gobernado nuestras vidas. Los ultras y franquistas estaban en el Partido Popular y el Partido Popular quería mantenerlos ahí, integrándolos en puestos de responsabilidad y realizándoles todo tipo de guiños y concesiones. ¿Cómo podemos decir que en España no había ultraderecha antes de Vox si el puñetero dictador sigue enterrado con honores en el Valle de los Caídos? ¿Cómo mantener ese argumento cuando tras 40 años de democracia sigue habiendo más de 100.000 demócratas tirados en las cunetas?
No. El PP no servía para apaciguar a la extrema derecha como decían algunos. El PP ha llevado de la mano a la extrema derecha a los ayuntamientos, comunidades autónomas y al mismísimo Gobierno central. Aquí hemos tenido ministros que se iban de retiro espiritual al Valle de los Caídos, portavoces parlamentarios que se mofaban de las víctimas del franquismo, diputados que llamaban “Caudillo que ganó la guerra” a Franco. Este miércoles, sin ir más lejos, el portavoz popular en el Ayuntamiento de Gijón se negó a homenajear a las víctimas españolas del nazismo porque, según dijo, lo que pasó en los campos de concentración de Hitler «no interesa nada a nuestra generación y menos a la de nuestros hijos». A estas horas ni Pablo Casado ni nadie de la dirección popular le ha desautorizado. Es lógico, porque declaraciones como esa o defendiendo a la División Azul o alabando a Franco han sido más que frecuentes en las filas populares. Es lógico, porque primero Fraga, luego Aznar, después Rajoy y ahora Casado decían y dicen barbaridades muy parecidas.
El tema de la Memoria y de la Historia es importante, pero no es lo más relevante de este debate. El PP lleva desarrollando, desde hace muchos años, una estrategia ultra muy peligrosa. La forma en que ha agitado el odio interterritorial. Sus coqueteos constantes con la xenofobia, el machismo y la homofobia. ¿Tengo que recordar que el PP se opuso al divorcio, al matrimonio entre personas del mismo s*x* y ni siquiera apoyó la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres? ¿Hace falta recordar el «Pujol enano, habla castellano» o la recogida de firmas contra elEstatut? ¿Es necesario tirar de hemeroteca para ver a Rajoy utilizar, como ahora hace Casado, la bandera y el 12 de octubre para avivar el peor nacionalismo español?
La puesta de largo de Vox debería servir para que caigan definitivamente las caretas. Pablo Casado se la quitó desde el principio, pero por si había dudas ya ha dicho públicamente que comparte muchas ideas con Vox. Ahora falta que concrete cuáles: ¿La supresión de las autonomías? ¿Derogar la Ley de Violencia de Género? ¿Derogar el matrimonio homosexual? ¿Cerrar las fronteras y expulsar a los inmigrantes? Sorprendentemente Rivera también parece decidido a competir por los votos de los camisas azules, dejando huérfano el centro político de este país. ¿Dónde está el centro derecha español? ¿A quién votarán esos cientos de miles de personas conservadoras sensatas y demócratas?
Creo, en cualquier caso, que estamos en una fase más de la reorganización del tablero político de la derecha española que surgió con la aparición de Ciudadanos, y que la presencia de Vox ayudará a clarificar la situación. Los partidos que decidan competir en radicalidad con los de Santiago Abascal se situarán en la senda de Le Pen, Trump o Bolsonaro. Ahí me temo que estará el PP, quizás porque Casado ha decidido que es el único discurso que le permite no hablar de másteres ni de “gúrteles”. Aun así, creo o quiero creer que alguien, no solo por honestidad sino también por inteligencia política, se decidirá en algún momento no muy lejano a ocupar el centro derecha español. Ese día estaremos más cerca de convertirnos en un país normal. Un país en el que exista una extrema derecha y una derecha 100% democrática y sin vínculos con el fascismo como ocurre en Francia o en Alemania.
Sueño con que llegue ese día. Mientras tanto no me rasgaré tanto las vestiduras por lo que diga un fascista reconocido como Abascal, como por lo que sigan haciendo los ultras que se han infiltrado en nuestras instituciones disfrazados de demócratas.
https://www.eldiario.es/zonacritica/octubre-PaVox-Casado_6_823877631.html
Me quedo con parte de la última frase...lo de la infiltración. Me suena salvando las distancias a los franquistas que de la noche a la mañana se convirtieron en demócratas y fueron los primeros en sentarse en el Congreso mientras los de la izquierda, los comunistas les tuvieron que pedir permiso para entrar y formar parte de esa "democracia".
O
Ondina
Guest
siempre volvemos a lo mismo, y es que los prejuicios son asi. El odio al moro se llama xenofobia. Asi, con todas, las letras. Razones para odiar al que viene de fuera (al negro, al judío, al rumano, al mestizo, al gitano … ) siempre vas a encontrar, asi que no pienso discutir. Tus razones tendrás. Los odios y prejuicios son personales e intransferibles.
solo comentar que en la España medieval había bastante más libertad /progreso / civilización en Al Andalus que en Castilla, eso tampoco lo pienso discutir. La reconquista fue una guerra territorial contra moros y judíos , que fueron convertidos al cristianismo por la espada y sus remanentes ulteriormente expulsados. Ese es el germen del nacionalismo español: xenofobia y nacional-catolicismo. Y eso tampoco lo pienso discutir.
es verdad que a partir del declive del imperio otomano el Islam deja de evolucionar a medida que Londres-Washington se consolida como el eje director del "nuevo orden". Es más , en el s XX el islam sufre un importante retroceso (se salva el islam bajo influencia soviética) por causas que ahora serian largas de explicar pero que tienen que ver con el desembarco masivo de europeos blancos y armados en Oriente Medio y una creciente pobreza y desigualdad en los territorios descolonizados (y neocolonizados por las multinacionales) , que es campo abonado para el integrismo y la violencia política. La alianza del "eje" con el wahabismo --una secta "reformista" creadora y financiadora de ISIS-- y los bombardeos de la OTAN terminan de hoder el invento. Y hasta aquí hemos llegado. La morita que ves en el parque con sus hijos es tan VICTIMA de todo ello como tú.
dicho esto, y salvando las idiosincrasias locales, la sociedad franquista era muy parecida al Marruecos o Túnez de hoy: liberalismo en la alta sociedad, chabolismo en el extrarradio y analfabetismo /brutalidad en el medio rural.
PS
Y tranquila, que los mismos crearon el problema están llamados a solucionarlo, tu cuídate de no caer como daño colateral en el interim.
Última edición por un moderador:
Precisamente anteriormente a Franco no había clase media en España. En su época se creo la seguridad social, leyes proteccionistas para los trabajadores (que afortunadamente hoy ya se han flexibilizado), educación universal....
Ahora está de moda el tema del alquiler, que Podemos quiere regular poniendo un tope, algo que Franco reguló ya en su época en favor de los inquilinos. En aquella época tuvo sentido ya que ciudades como Madrid estaban en manos de unas cuantas familias que hacían lo que querían con los alquileres ( en la época de la "igualitaria" Republica fueron cuando más subieron). Pero liberalizar el mercado del alquiler (por cierto, lo hizo Boyer, socialista), costo años.
No todo es como lo pintan. Hay que informarse un poco
Pones en mí palabras que no he dicho para insultarme, y eso no está nada bien.
Yo no odio al moro, ni a ningún ser humano. Pero rechazo el Islam, que es una ideología, no una persona, con todas mis fuerzas. Y tú sabes muy bien por qué, aunque finjas no saberlo.
En mi opinión el mayor favor que podríamos hacer a los musulmanes sería librarles del Islam. Como no les tengo ningún odio, me encantaría trabajar para hacerles ese favor. Sacar los fanatismos religiosos del estado fue buenísimo para Europa, y creo rotundamente que también lo sería para ellos. Estar en Europa disfrutando de lo que hemos conseguido los europeos gracias a la ilustración, el humanismo y el trabajo duro, es una buenísima oportunidad para que se den cuenta de por qué ellos están en el atraso más absoluto y nosotros no. En lo que a mí respecta están invitados a participar de ello.
Pero si lo que ellos quieren es replicar la psicopatía de su profeta Mahoma en mi país, entonces, en lo que de mí dependa, no tienen sitio entre los míos y haré, como mis antepasados, todo lo posible para que se larguen por donde han venido para disfrutar de sus "maravillosos" valores.
O
Ondina
Guest
y dale con el islam.
el islam no es una ideología, es una religión abrahámica y monoteísta, como el judaísmo y el cristianismo, cuyos textos sagrados son susceptibles de ser interpretados.
Ideología es el nacional-catolicismo, el islam político o el sionismo religioso.
PS
me parece una noble causa que quieras "liberar" a tus hermanos del Sur de todo aquello que les impide progresar a tu ritmo, pero bombardeándoles desde el aire o invadiendo sus países, para dejarles en manos de bandas criminales o de gobiernos marioneta a las ordenes de las mulinacionales, y luego construyendo muros de entrada y acribillándolos en la frontera no parece una estrategia muy inteligente.
Última edición por un moderador:
