VOX

Pues algo no me cuadra, porque mi vecino el progre dice que la malvada derecha quiere privatizar la sanidad. Por eso él vota siempre a la izquierda, que es la única que busca mantener nuestro Estado del Bienestar...




Vergonzoso!

Si es realmente así, mal hecho. Pero una cosa no tiene nada que ver con la otra, y tradicionalmente la derecha ha sido y es pro privatización (véase Madrid,por ejemplo)
 
Si. Es verdad. Madrid lo tiene todo privatizado.....

Como se nota que no vives aqui.....
Me vas a negar que buena parte de la sanidad madrileña está privatizada?????



 
Me vas a negar que buena parte de la sanidad madrileña está privatizada?????



Que no me traigas prensa sectaria....
Que ya no se como decirtelo.....

DATOS OBJETIVOS.
 
Que no me traigas prensa sectaria....
Que ya no se como decirtelo.....

DATOS OBJETIVOS.
A ver si esto te parece bastante objetivo


(Buscando excusas para no aceptar tampoco este listado en 3...2...1)
 
Me vas a negar que buena parte de la sanidad madrileña está privatizada?????



TOMA. AQUI TIENES DATOS OBJETIVOS

"En primer lugar, veamos qué ha sucedido en la sanidad madrileña todos estos años de Gobierno del PP desde la recepción de las competencias en materia sanitaria, año 2002, que en gestión se corresponde prácticamente con la llegada de Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Así, en su primera legislatura en Madrid, se gozaba de la parte alcista del ciclo económico, Aguirre invirtió fuertemente en las grandes infraestructuras: Educación, Servicios Sociales, Transporte y, sobre todo, en Sanidad. Es verdad que el exceso de ingresos podría haberse destinado a reducir deuda, pero con una población que había crecido un millón y medio en pocos años, era imprescindible dotar de las infraestructuras adecuadas que permitiesen que no colapsasen los servicios públicos, y en esas circunstancias, mejor hacerlo en los momentos de mayor desahogo económico.

Por eso, en dicho período inicial (2003-2007), se llevó a cabo buena parte de la gran extensión de la sanidad madrileña: el esfuerzo presupuestario se incrementó en alrededor de 1.000 millones de euros, los hospitales públicos pasaron de 25, al ser transferidas las competencias de Sanidad, a 33, el número de recetas aumentó en casi 12,5 millones, las consultas de atención especializada aumentaron en un millón y los profesionales sanitarios colegiados se incrementaron en casi 9.000.

No obstante, y pese a entrar en 2007 en la anterior y dura crisis económica, Madrid eliminó gastos superfluos y centró todo su esfuerzo presupuestario en Sanidad: mientras el presupuesto total descendía, el porcentaje del peso de Sanidad sobre el total aumentaba. Así, si en 2007, inicio de la crisis, el peso de la sanidad sobre todo el presupuesto madrileño era del 40,1%, al finalizar la misma, en 2015, se había elevado hasta el 48,9%.

Es más, desde 2007 hasta el último ejercicio ejecutado, 2019, el presupuesto sanitario de la Comunidad de Madrid se ha elevado en 2.366 millones de euros.

Eso muestra que, pese a la dura crisis económica que España atravesó entre 2007 y 2015, el gasto sanitario siempre fue prioritario. Si en 2007 había ocho nuevos hospitales, en 2015 –ya en el mandato de Ignacio González llegaron a ser doce los hospitales nuevos abiertos por Madrid.

Esos doce nuevos hospitales son los que han hecho posible que, pese al colapso provocado por el coronavirus, pueda haberse atendido adecuadamente a los pacientes hasta que llegase el refuerzo del hospital de campaña instalado en Ifema. Son doce hospitales que han salvado, salvan y salvarán muchas vidas, miles de vidas. Y cada vida es un tesoro.

De la misma manera, en todo el período de la era de Aguirre, que después continuó Ignacio González, aumentó el número de médicos en 3.300, desmintiendo otras de las falsedades esgrimidas ahora por quienes quieren tapar incompetencias propias o de sus allegados políticos. Esos 3.300 médicos adicionales constituyen unos recursos humanos imprescindibles para luchar contra esta enfermedad y cualquier otra a la que nos enfrentemos. Además, la red asistencial sanitaria aumentó en noventa sus centros de salud, reforzando, así, los centros de atención primaria y especializada.
Es más, si analizamos el número de médicos en establecimientos sanitarios con régimen de internado, vemos cómo evolucionan desde 10.393 en 1995 hasta 20.858 en 2015, al final de la crisis.

Y si comparamos 2010 con la actualidad, podemos observar cómo se ha incrementado el personal sanitario desde entonces, contrariamente a lo que dice la izquierda.

Como culminación de todo ello, Madrid –ya con Ignacio González como presidente de la Comunidad de Madrid, dentro del mismo proyecto de Aguirre– inició una gran reforma sanitaria en 2013. Esa reforma sanitaria que impulsó la Comunidad de Madrid, paralizada políticamente aprovechando un defecto de forma o error material que se iba a subsanar, tenía su base en una búsqueda de la mejora de la eficiencia para lograr unos ahorros de costes que permitían mantener la misma prestación de servicios, a la misma población y sin que los pacientes tuviesen que pagar nada por recibir dichos servicios.

Al fin y al cabo, no era más que la aplicación de una de las posibilidades que da la teoría de la elección pública a la hora de decidir cómo gestionar y producir los bienes públicos, donde la disyuntiva se encuentra en si los produce el sector público directamente, o el sector privado, siempre bajo la financiación y provisión pública de dichos bienes, que son y seguirán siendo públicos.

Por tanto, a la hora de tomar esta decisión, la Comunidad de Madrid y, concretamente, la Consejería de Sanidad, se basó en el análisis de comparación entre los distintos modelos de gestión, tanto desde el punto de vista del coste, como desde el punto de vista del servicio, con la premisa de no menoscabar ni un ápice el servicio ni la cobertura del mismo, pero abaratando el coste.

Y esa decisión la pudo tomar la Consejería de Sanidad con fundamento, porque en la Comunidad de Madrid se contaba con los dos modelos de gestión: el público directo y la externalización del servicio, todo ello manteniendo el servicio público y la financiación pública.

En definitiva, lo que se pretendía era ahorrar fondos a los ciudadanos, que financian la Sanidad y otros servicios con sus impuestos, sin disminuir en nada ni la calidad ni la cantidad de prestaciones sanitarias, para poder emplearlos en incrementar los servicios sanitarios. Es decir, se trataba de hacer más con los mismos recursos, de ser más eficientes para poder prestar más servicios. No eran recortes ni privatización, como siempre repite el mantra de la izquierda. Se trataba, en definitiva, de garantizar y mejorar la sostenibilidad del Sistema Sanitario, de la excelente sanidad madrileña de la que gozan los ciudadanos, de asegurar que se iba a poder seguir prestando en el futuro.

A los ciudadanos les es indiferente quién prepara la comida, quién realiza la labor de lavandería o si la gestión del hospital la realiza directamente la Comunidad de Madrid, el sector público, o si la realiza una empresa a la que se le encarga la prestación del servicio. Lo que los ciudadanos quieren es poder seguir gozando de los mismos servicios, con la misma calidad, que lo que pagan con sus impuestos dé sus frutos en forma de unos servicios excelentes, como lo es la sanidad madrileña, y que los sigan atendiendo a todos. Y, precisamente, esta reforma sanitaria es lo que garantizaba: que gracias a los ahorros que se conseguirían por la vía de la eficiencia, este sistema sanitario sería viable y podrían seguir disfrutando de él todos los madrileños de manera reforzada. Tan sencillo como eso. Ésa era la realidad de la reforma.

Los beneficios de la externalización​

Es falso que la sanidad le cueste más por ello a Madrid, como dice la izquierda, y que la atención sea peor debido a la externalización. Todo lo contrario: los datos son los que muestran cómo la externalización de la gestión de este servicio público consigue importantes ahorros sin menoscabo en lo más mínimo del servicio sanitario que reciben los madrileños. Esa comparación se puede realizar, como hemos dicho antes, gracias a que Madrid cuenta tanto con hospitales con gestión directa pública como con hospitales que ya tienen externalizada dicha gestión.

Así, para poder realizar una comparación homogénea y ortodoxa, debemos considerar dos hospitales comparables, con similar tamaño, similar cartera de servicios y similar tramo de población, uno de cada modelo de gestión.

Un hospital con los servicios externalizados, sistema que se pretendía extender, en la reforma, a seis hospitales, es el hospital Infanta Elena de Valdemoro. Un hospital comparable con gestión pública directa era uno en los que su gestión se iba a externalizar para ahorrar costes sin menoscabo de los servicios, el hospital del Tajo. Ambos hospitales tienen un tamaño similar, con una población semejante –algo mayor el externalizado– e idéntica cartera de servicios.

El ahorro en gasto sanitario es de 18 millones de euros al año gracias a la externalización.

El ahorro en coste per cápita asistencial de los pacientes es de 459 euros al año gracias a la externalización.

El número de personas que se pueden atender en el hospital externalizado con el coste del hospital no externalizado es del doble (es decir, el menor coste del externalizado permite atender al doble de pacientes por el mismo coste):

El servicio externalizado mejora la atención, ya buena de por sí, de los no externalizados, de manera que las reclamaciones por 10.000 habitantes bajan de 22 a 3.

Y no hay menor satisfacción por parte de los pacientes, sino todavía mejor, al pasar de un 93% en el hospital no externalizado al 95% en el externalizado.

Sus sucesores siguieron el camino marcado por Aguirre al reforzar la sanidad madrileña, de manera que el número de sanitarios ha alcanzado los 80.200, el presupuesto sigue representando, como con Aguirre, casi la mitad del gasto madrileño y el esfuerzo que se ha hecho para afrontar la pandemia pasa por el incremento de 6.000 efectivos en la sanidad, 1.000 camas más de UCI’s o UVI’s y 6.000 camas adicionales, más el mencionado hospital de campaña.

Y a nivel nacional, también es falso que el PP -ahora a nivel nacional- recortase la sanidad, sino que la mejoró. Cuando la sanidad se recorta es en el mandato de Rodríguez Zapatero. Entonces, el gasto sanitario pasó de 73.081 millones de euros en 2009 a 71.667 millones en 2011, es decir, 1.414 millones menos. Sin embargo, en 2018 el gasto sanitario era de 75.435 millones de euros, 3.768 millones de euros más que en 2011.

No, Aguirre no recortó la sanidad, y el PP tampoco, sino que se consiguió que la sanidad madrileña se situase entre las mejores del mundo y se recuperó el gasto sanitario a nivel nacional. No se recortó el número de médicos, sino que se aumentó. No se recortó el número de hospitales en Madrid, sino que se construyeron uno por año de mandato de las legislaturas entre 2003 y 2015. Se amplió la sanidad, se modernizó, se extendió. La situación ha sido dramática en esta crisis del coronavirus, pero sin aquel impulsó dado por Esperanza Aguirre en Madrid y sin haber recuperado la inversión en sanidad a nivel nacional entre 2011 y 2018, bajo los gobiernos del PP, sería mucho peor. El mantra de la izquierda continuará, pero los datos que demuestran lo contrario son claros y están ahí."

 
TOMA. AQUI TIENES DATOS OBJETIVOS

"En primer lugar, veamos qué ha sucedido en la sanidad madrileña todos estos años de Gobierno del PP desde la recepción de las competencias en materia sanitaria, año 2002, que en gestión se corresponde prácticamente con la llegada de Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Así, en su primera legislatura en Madrid, se gozaba de la parte alcista del ciclo económico, Aguirre invirtió fuertemente en las grandes infraestructuras: Educación, Servicios Sociales, Transporte y, sobre todo, en Sanidad. Es verdad que el exceso de ingresos podría haberse destinado a reducir deuda, pero con una población que había crecido un millón y medio en pocos años, era imprescindible dotar de las infraestructuras adecuadas que permitiesen que no colapsasen los servicios públicos, y en esas circunstancias, mejor hacerlo en los momentos de mayor desahogo económico.

Por eso, en dicho período inicial (2003-2007), se llevó a cabo buena parte de la gran extensión de la sanidad madrileña: el esfuerzo presupuestario se incrementó en alrededor de 1.000 millones de euros, los hospitales públicos pasaron de 25, al ser transferidas las competencias de Sanidad, a 33, el número de recetas aumentó en casi 12,5 millones, las consultas de atención especializada aumentaron en un millón y los profesionales sanitarios colegiados se incrementaron en casi 9.000.

No obstante, y pese a entrar en 2007 en la anterior y dura crisis económica, Madrid eliminó gastos superfluos y centró todo su esfuerzo presupuestario en Sanidad: mientras el presupuesto total descendía, el porcentaje del peso de Sanidad sobre el total aumentaba. Así, si en 2007, inicio de la crisis, el peso de la sanidad sobre todo el presupuesto madrileño era del 40,1%, al finalizar la misma, en 2015, se había elevado hasta el 48,9%.

Es más, desde 2007 hasta el último ejercicio ejecutado, 2019, el presupuesto sanitario de la Comunidad de Madrid se ha elevado en 2.366 millones de euros.

Eso muestra que, pese a la dura crisis económica que España atravesó entre 2007 y 2015, el gasto sanitario siempre fue prioritario. Si en 2007 había ocho nuevos hospitales, en 2015 –ya en el mandato de Ignacio González llegaron a ser doce los hospitales nuevos abiertos por Madrid.

Esos doce nuevos hospitales son los que han hecho posible que, pese al colapso provocado por el coronavirus, pueda haberse atendido adecuadamente a los pacientes hasta que llegase el refuerzo del hospital de campaña instalado en Ifema. Son doce hospitales que han salvado, salvan y salvarán muchas vidas, miles de vidas. Y cada vida es un tesoro.

De la misma manera, en todo el período de la era de Aguirre, que después continuó Ignacio González, aumentó el número de médicos en 3.300, desmintiendo otras de las falsedades esgrimidas ahora por quienes quieren tapar incompetencias propias o de sus allegados políticos. Esos 3.300 médicos adicionales constituyen unos recursos humanos imprescindibles para luchar contra esta enfermedad y cualquier otra a la que nos enfrentemos. Además, la red asistencial sanitaria aumentó en noventa sus centros de salud, reforzando, así, los centros de atención primaria y especializada.
Es más, si analizamos el número de médicos en establecimientos sanitarios con régimen de internado, vemos cómo evolucionan desde 10.393 en 1995 hasta 20.858 en 2015, al final de la crisis.

Y si comparamos 2010 con la actualidad, podemos observar cómo se ha incrementado el personal sanitario desde entonces, contrariamente a lo que dice la izquierda.

Como culminación de todo ello, Madrid –ya con Ignacio González como presidente de la Comunidad de Madrid, dentro del mismo proyecto de Aguirre– inició una gran reforma sanitaria en 2013. Esa reforma sanitaria que impulsó la Comunidad de Madrid, paralizada políticamente aprovechando un defecto de forma o error material que se iba a subsanar, tenía su base en una búsqueda de la mejora de la eficiencia para lograr unos ahorros de costes que permitían mantener la misma prestación de servicios, a la misma población y sin que los pacientes tuviesen que pagar nada por recibir dichos servicios.

Al fin y al cabo, no era más que la aplicación de una de las posibilidades que da la teoría de la elección pública a la hora de decidir cómo gestionar y producir los bienes públicos, donde la disyuntiva se encuentra en si los produce el sector público directamente, o el sector privado, siempre bajo la financiación y provisión pública de dichos bienes, que son y seguirán siendo públicos.

Por tanto, a la hora de tomar esta decisión, la Comunidad de Madrid y, concretamente, la Consejería de Sanidad, se basó en el análisis de comparación entre los distintos modelos de gestión, tanto desde el punto de vista del coste, como desde el punto de vista del servicio, con la premisa de no menoscabar ni un ápice el servicio ni la cobertura del mismo, pero abaratando el coste.

Y esa decisión la pudo tomar la Consejería de Sanidad con fundamento, porque en la Comunidad de Madrid se contaba con los dos modelos de gestión: el público directo y la externalización del servicio, todo ello manteniendo el servicio público y la financiación pública.

En definitiva, lo que se pretendía era ahorrar fondos a los ciudadanos, que financian la Sanidad y otros servicios con sus impuestos, sin disminuir en nada ni la calidad ni la cantidad de prestaciones sanitarias, para poder emplearlos en incrementar los servicios sanitarios. Es decir, se trataba de hacer más con los mismos recursos, de ser más eficientes para poder prestar más servicios. No eran recortes ni privatización, como siempre repite el mantra de la izquierda. Se trataba, en definitiva, de garantizar y mejorar la sostenibilidad del Sistema Sanitario, de la excelente sanidad madrileña de la que gozan los ciudadanos, de asegurar que se iba a poder seguir prestando en el futuro.

A los ciudadanos les es indiferente quién prepara la comida, quién realiza la labor de lavandería o si la gestión del hospital la realiza directamente la Comunidad de Madrid, el sector público, o si la realiza una empresa a la que se le encarga la prestación del servicio. Lo que los ciudadanos quieren es poder seguir gozando de los mismos servicios, con la misma calidad, que lo que pagan con sus impuestos dé sus frutos en forma de unos servicios excelentes, como lo es la sanidad madrileña, y que los sigan atendiendo a todos. Y, precisamente, esta reforma sanitaria es lo que garantizaba: que gracias a los ahorros que se conseguirían por la vía de la eficiencia, este sistema sanitario sería viable y podrían seguir disfrutando de él todos los madrileños de manera reforzada. Tan sencillo como eso. Ésa era la realidad de la reforma.

Los beneficios de la externalización​

Es falso que la sanidad le cueste más por ello a Madrid, como dice la izquierda, y que la atención sea peor debido a la externalización. Todo lo contrario: los datos son los que muestran cómo la externalización de la gestión de este servicio público consigue importantes ahorros sin menoscabo en lo más mínimo del servicio sanitario que reciben los madrileños. Esa comparación se puede realizar, como hemos dicho antes, gracias a que Madrid cuenta tanto con hospitales con gestión directa pública como con hospitales que ya tienen externalizada dicha gestión.

Así, para poder realizar una comparación homogénea y ortodoxa, debemos considerar dos hospitales comparables, con similar tamaño, similar cartera de servicios y similar tramo de población, uno de cada modelo de gestión.

Un hospital con los servicios externalizados, sistema que se pretendía extender, en la reforma, a seis hospitales, es el hospital Infanta Elena de Valdemoro. Un hospital comparable con gestión pública directa era uno en los que su gestión se iba a externalizar para ahorrar costes sin menoscabo de los servicios, el hospital del Tajo. Ambos hospitales tienen un tamaño similar, con una población semejante –algo mayor el externalizado– e idéntica cartera de servicios.

El ahorro en gasto sanitario es de 18 millones de euros al año gracias a la externalización.

El ahorro en coste per cápita asistencial de los pacientes es de 459 euros al año gracias a la externalización.

El número de personas que se pueden atender en el hospital externalizado con el coste del hospital no externalizado es del doble (es decir, el menor coste del externalizado permite atender al doble de pacientes por el mismo coste):

El servicio externalizado mejora la atención, ya buena de por sí, de los no externalizados, de manera que las reclamaciones por 10.000 habitantes bajan de 22 a 3.

Y no hay menor satisfacción por parte de los pacientes, sino todavía mejor, al pasar de un 93% en el hospital no externalizado al 95% en el externalizado.

Sus sucesores siguieron el camino marcado por Aguirre al reforzar la sanidad madrileña, de manera que el número de sanitarios ha alcanzado los 80.200, el presupuesto sigue representando, como con Aguirre, casi la mitad del gasto madrileño y el esfuerzo que se ha hecho para afrontar la pandemia pasa por el incremento de 6.000 efectivos en la sanidad, 1.000 camas más de UCI’s o UVI’s y 6.000 camas adicionales, más el mencionado hospital de campaña.

Y a nivel nacional, también es falso que el PP -ahora a nivel nacional- recortase la sanidad, sino que la mejoró. Cuando la sanidad se recorta es en el mandato de Rodríguez Zapatero. Entonces, el gasto sanitario pasó de 73.081 millones de euros en 2009 a 71.667 millones en 2011, es decir, 1.414 millones menos. Sin embargo, en 2018 el gasto sanitario era de 75.435 millones de euros, 3.768 millones de euros más que en 2011.

No, Aguirre no recortó la sanidad, y el PP tampoco, sino que se consiguió que la sanidad madrileña se situase entre las mejores del mundo y se recuperó el gasto sanitario a nivel nacional. No se recortó el número de médicos, sino que se aumentó. No se recortó el número de hospitales en Madrid, sino que se construyeron uno por año de mandato de las legislaturas entre 2003 y 2015. Se amplió la sanidad, se modernizó, se extendió. La situación ha sido dramática en esta crisis del coronavirus, pero sin aquel impulsó dado por Esperanza Aguirre en Madrid y sin haber recuperado la inversión en sanidad a nivel nacional entre 2011 y 2018, bajo los gobiernos del PP, sería mucho peor. El mantra de la izquierda continuará, pero los datos que demuestran lo contrario son claros y están ahí."

¿Hay algo más objetivo que un listado?Tú me has pedido datos "objetivos"y yo te he puesto un listado detallado de los hospitales públicos y privados por localidades y tipos de hospitales. (Pero claro, eso tampoco es objetivo según tu opinión). Como eso, tal y cómo imaginaba, tampoco te vale (más que nada, porque no te da la razón), te sacas de la manga un artículo de "la prensa sectaria buena" para que apoye tus teorías.

Pero oye, los números son los que son, y el número de hospitales privados en Madrid supera con mucho a los públicos.

Anda, hazte un favor y deja de negar lo evidente.
 
Última edición:
¿Hay algo más objetivo que un listado?Tú me has pedido datos "objetivos"y yo te he puesto un listado detallado de los hospitales públicos y privados por localidades y tipos de hospitales. (Pero claro, eso tampoco es objetivo según tu opinión). Como eso, tal y cómo imaginaba, tampoco te vale (más que nada, porque no te da la razón), te sacas de la manga un artículo de "la prensa sectaria buena" para que apoye tus teorías.

Pero oye, los números son los que son, y el número de hospitales privados en Madrid supera con mucho a los públicos.

Anda, hazte un favor y deja de negar lo evidente.
Molestate en leer. Es un srticulo que copia un Informe.

Anda que.....
 
Molestate en leer. Es un srticulo que copia un Informe.

Anda que.....
Sólo en Madrid capital.
Hospitales públicos 7. Hospitales privados 25.

Son números. Cifras. Cantidades. Y los números son objetivos por naturaleza.

Pero en fin, si quieres seguir insistiendo que la sanidad madrileña es pública, ti mesma.
 

El presidente de Telefónica se ha reunido con Santiago Abascal para “aplacar” las críticas hacia Vox​

El propio líder de la formación ultraderechista solicitaba la reunión con el presidente del gigante de las comunicaciones, que le fue concedida tras llamar a través de las redes sociales al boicot de los canales asociados a Movistar o PRISA, del que Telefónica ostenta un gran número de acciones

Por
Alba González.

11 de abril de 2021 19:00

Abascal reunión Telefónica críticas

Las críticas que personas como David Broncano o Andreu Buenafuente lanzan en sus programas humorísticos no sientan bien al líder de la formación ultraderechista. Tal es así que, según informa El Confidencial, Santiago Abascal solicitó una reunión con el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, con el objetivo de “aplacar” las críticas que alguno de sus personajes públicos lanzaban contra él y su partido político.

De facto, en las propias redes sociales del líder de extrema derecha se pueden leer ataques frontales contra el grupo, que provocaron el llamamiento al boicot de los medios de comunicación relacionados con la empresa, como son los canales de Movistar+ o, incluso, hacia El País o la Cadena SER, del grupo PRISA, por las relaciones accionariales que mantienen en su consejo de administración.

En un acto sin precedentes si de otros partidos se tratase, Pallete ha aceptado la petición de Abascal y se ha producido un encuentro entre ambos. Según el mismo diario, se ha llegado a un “acuerdo de paz” que ha dado como resultado la no publicación de más críticas contra el grupo por parte del líder de Vox, en lo que se presenta como una mejora sustancial de las relaciones entre ambas corporaciones.


De ahora en adelante loas a Santiago Abascal y a VOX. Volvemos al NODO.
Bob Pop, Buenafuente, Facu Díaz, Quequé, El mundo today, Broncano,,, ya lo sabían
 
Sólo en Madrid capital.
Hospitales públicos 7. Hospitales privados 25.

Son números. Cifras. Cantidades. Y los números son objetivos por naturaleza.

Pero en fin, si quieres seguir insistiendo que la sanidad madrileña es pública, ti mesma.
Nada. Que no lees. Tu a lo tuyo.

El informe que te he puesto es un histórico desde que se transfirieron las competencias de sanidad. Y esta plagado de cifras.

¿ Quieres cifras?

Ahi las tienes
 
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