TODO sobe Pablo Iglesias y Podemos.

No sé qué te produce tanta risa, hija mía.
No soy votante de Compromís, pero vista la manera de proceder de Nart y Rivera, pues nada, consigamos una realidad virtual en la cual, en lugar de tratarse de "me reuní/no me reuní", pongamos "soy de Compromís/no soy de Compromís" y te quedas, como hacen tus superiores, con la versión que más te convenga.
Te aseguro que a mí me la refanfinfla.

Cuando no es posible el argumento para discutir o defender lo que no tiene defensa alguna, se recurre al socorrido mecanismo del "me parto".
 
y las pocas prisas de podemos para la comisión de investigación es vespertina!! dp de montar la performance se ve que se le pasaron las prisas....

supongo que sabes que en una comisión están obligados a decir verdad y que el juez puede imputarles, no?

Y sabrás también que las conclusiones que se saquen en esas comisiones NO SON VINCULANTES PARA LOS TRIBUNALES NI AFECTAN A LAS RESOLUCIONES JUDICIALES.

Y por cierto...se pierde la memoria muy a menudo y se van por los cerros de Úbeda muy a menudo. Y el tiempo de cada interviniente para preguntar no es infinito, está determinado. Basta con soltar Paj* y Paj* y se repregunta volver a soltar Paj* y Paj* hasta acabar el tiempo de la persona que plantea las preguntas.

¿No los has notado?
 
Carolino,creo que a nadie le importa, si eres o no eres de aquello que opinas y lo ves correcto.Las explicaciones sobran a todos aquellos que no la merecen,no me molesto ni siquiera en leer lo que es previsible,es la indiferencia total a la que he llegado.Tonterias las justas-Saludos.
He decidido ignorar, vieira. Hasta aquí hemos llegado.
Saludos. :)
 
Carolino,creo que a nadie le importa, si eres o no eres de aquello que opinas y lo ves correcto.Las explicaciones sobran a todos aquellos que no la merecen,no me molesto ni siquiera en leer lo que es previsible,es la indiferencia total a la que he llegado.Tonterias las justas-Saludos.
Ay, vieira, vuelvo con el tema porque esta obsesión me recuerda a la que tiene Isabel Bonig, del PP valenciano, con Mónica Oltra. Lo suyo es fijación. Es tan exagerado el asunto que yo ya me imagino el curioso triángulo amoroso: Bonig bebe los vientos por Ximo Puig, pero don Ximo está por Mónica y eso doña Isabel no lo puede soportar, por lo que descarga su ira contra nuestra vicepresidenta. Tendríais que vivir aquí para comprobar hasta qué punto llega dicha obsesión. :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
 
Ay, vieira, vuelvo con el tema porque esta obsesión me recuerda a la que tiene Isabel Bonig, del PP valenciano, con Mónica Oltra. Lo suyo es fijación. Es tan exagerado el asunto que yo ya me imagino el curioso triángulo amoroso: Bonig bebe los vientos por Ximo Puig, pero don Ximo está por Mónica y eso doña Isabel no lo puede soportar, por lo que descarga su ira contra nuestra vicepresidenta. Tendríais que vivir aquí para comprobar hasta qué punto llega dicha obsesión. :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

Son personas mentalmente enfermas, bien por rabia, codicia, venganza...
 
La moción de censura puede salirle bien a Podemos


Quien desde fuera secunde, de una u otra manera, la lucha por la supervivencia del presidente del Gobierno puede ver muy seriamente deteriorado su futuro. La cosa vale para el PSOE y, cómo no, para Ciudadanos

Carlos Elordi
28 comentarios

28/04/2017 - 20:44h
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Rajoy-rencoroso-posible-restanar-heridas_EDIIMA20160306_0069_28.jpg

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

¿Qué tiene la moción de censura de Podemos para poner de los nervios a todos los demás partidos y sobre todo al PSOE? Las descalificaciones que ha provocado no dan pistas al respecto. Acusan a Podemos de frívolo, de romper las reglas del juego, de que la moción va a fortalecer a Rajoy. O sea más o menos lo mismo que dicen cada vez que el partido que lidera Pablo Iglesias hace el mínimo movimiento. Tampoco es sorprendente. Porque Podemos juega en otro campo. Esa su principal bandera, su misma razón de existir. Y eso no gusta a los demás, les incomoda mucho. De ahí la animadversión. La misma de siempre. Pero esta vez el asunto que la motiva tiene calado. Y es que la moción podría ser el inicio de una nueva fase en la política española. Aunque también podría terminar en mera anécdota.

Es evidente que los últimos acontecimientos en torno a la corrupción del PP han generado una situación extraordinaria. Que la normalidad política se ha roto estrepitosamente. Porque más allá de las revelaciones sobre la mafia de la Comunidad de Madrid, ha salido a la luz un formidable y articulado intento de manipulación de la justicia por parte del Gobierno que no ha hecho sino confirmar y agrandar las dudas que persistían sobre su comportamiento en anteriores episodios de corrupción. Estamos ante un escándalo público cuya intensidad e impacto popular seguramente superan los de episodios precedentes. Y por si eso fuera poco el presidente del Gobierno está llamado a testificar en un proceso que acusa gravemente al partido que él lidera.


Un momento tan excepcional como este, que algunos creen que no ha hecho sino empezar, no puede afrontarse con iniciativas de medio pelo. Por ejemplo, con comisiones de investigación que la experiencia demuestra que no valen para nada. O con encendidos discursos de denuncia en los medios. Hace falta una respuesta que esté a la altura del desafío a la democracia que está haciendo el PP. La moción de censura lo es. Cosa bien distinta es que pueda producir efectos importantes o bien quedarse en nada o en muy poco. Fuerzas muy poderosas y de distinto signo van a hacer todo lo que puedan para que esto último ocurra.

Pero lo cierto es que esas fuerzas, el PP, el PSOE y, a su manera, también Ciudadanos, están en una situación de debilidad bastante notable. Empezando por el primero, los escándalos de los últimos días han dejado a Rajoy y los suyos colgados de la brocha. No pueden decir una sola palabra más sobre corrupción porque ya nadie les cree. Lo único que pueden hacer es tratar de gestionar lo mejor que puedan las secuelas de lo que ya se sabe, evitar que se sepa más y administrar las dimisiones que inevitablemente van a producirse. La primera la del secretario de Estado de Interior, más adelante la del fiscal general del Estado y también la del ministro de Justicia. El problema es que esos personajes son también los encargados de frenar la hemorragia, de manipular la Justicia y la policía y la Guardia Civil para que no haya nuevos disgustos. La ecuación no tiene fácil solución.

El Gobierno está cercado. Pero puede intentar romper ese cerco. Un acuerdo con el PNV para sacar adelante el presupuesto puede ayudarle en esa dirección. Pero bastante menos que lo habría hecho tan sólo hace un mes. Porque ese acuerdo va a aparecer, sobre todo, como una concesión a los nacionalistas vascos que el PP nunca habría hecho si no estuviera en una situación de emergencia como en la que ahora se encuentra. Y eso no va a gustar la gente, incluso a muchos votantes del PP.

El hipotético éxito de la aprobación del presupuesto puede quedar muy empañado por esas contrapartidas. El plan de Rajoy es aguantar un año sin que el techo se le venga encima antes de entrar en la campaña por las municipales y autonómicas. No está dicho que no vaya a lograrlo. Pero tampoco que no vaya a fracasar.

El escándalo de estos días tampoco le ha venido muy bien al PSOE. Porque Rajoy es presidente del Gobierno gracias a la abstención de los socialistas y cuando hoy se repite que todo el mundo del poder sabía de las barbaridades de Ignacio González es obvio que esos rumores o certezas también habían llegado a los oídos de los dirigentes del PSOE. No podía ser de otra manera. Y sin embargo dieron su visto bueno al que objetivamente es el responsable político de ese desaguisado.

¿Cuál de las facciones que compiten por el poder en el PSOE es más responsable de esa situación? Obviamente la que propició la abstención. ¿Puede eso reducir las posibilidades de Susana Díaz? Habrá que verlo. En todo caso tratar de capear el temporal denunciando, todos los candidatos juntos, la osadía de Podemos con su moción de censura no parece la manera más eficaz de salir del entuerto. Porque en estos momentos el sentimiento predominante entre buena parte de los simpatizantes del PSOE es el rechazo al PP y sus prácticas corruptas y cualquier maniobra para distraerlo corre el riesgo de volverse en contra de quien la propicie.

La partida está ya muy clara. De un lado está el PP y su intento de mantenerse en el poder como sea. El principal argumento que sostiene su empeño es que en el horizonte no se atisba alternativa de gobierno alguna. Y menos con un PSOE que está como está y que seguramente va a estar peor. No cabe excluir que dentro de un tiempo, que puede ser breve, la novedad se produzca en el interior del PP y que Rajoy y los suyos se vean obligados a dejar el mando. Entre tanto, quien desde fuera secunde, de una u otra manera, la lucha por la supervivencia del presidente del Gobierno puede ver muy seriamente deteriorado su futuro. La cosa vale para el PSOE y, cómo no, para Ciudadanos.

Nada de lo dicho hasta ahora afecta a Podemos. Habrá hecho muy mal algunas cosas. Pero su colocación en el marco político, y también su discurso, le siguen confiriendo una autonomía que es oro molido en las presentes circunstancias. Eso irrita mucho a los demás, particularmente al PSOE. Podemos no debe nada a nadie, sólo tiene que pensar en sí mismo y buscar la manera de que sus iniciativas le refuercen política y electoralmente. La moción de censura le puede ser rentable. Porque inevitablemente tiene eco popular, es algo que cuadra con la exigencia de respuestas que deben estar formulando, aunque sea sólo en privado, aquellos ciudadanos que están indignados y que deben ser muchos más que hace sólo un par de meses.

¿Puede salirle el tiro por la culata? Sí. Si hace las cosas mal. Si se pone nervioso y no sabe cómo hacer frente al vendaval que se le viene encima por haber roto la baraja. Si se equivoca en la elección del candidato a sustituir a Rajoy y más si éste hace el ridículo como Hernández Mancha en 1987. Si el programa que presente no dice nada nuevo y es sólo una repetición de eslóganes electorales. En definitiva, si no demuestra que Podemos es algo más que buena voluntad.

http://www.eldiario.es/zonacritica/mocion-censura-puede-salirle-Podemos_6_638046233.html
 
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Moción de censura, urgente exigencia ética


Echar al Gobierno que preside Rajoy es una exigencia ética, sin duda. Pero quien puede hacerlo no está por la labor. La elección del PSOE está definida desde hace tiempo: el PP. Para eso ató corto a Sánchez y le echó después. Ciudadanos, igual

Las grabaciones judiciales a los protagonistas de la corrupción hieren los espíritus más curtidos, no así al parecer a políticos y medios. Abochorna la democracia que sean más duras las críticas a Unidos Podemos por plantear que no puede seguir este Gobierno, que a la corrupción del PP

Rosa María Artal
28/04/2017 - 20:31h
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Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados. MARTA JARA

La fosa séptica de la corrupción del PP ha saltado por los aires. Por saturación de contenidos, y por el valor de los profesionales que se han empeñado en limpiarla a pesar de las zancadillas. La justicia sirve a la sociedad, a veces lo olvidamos. Tras una semana de "calvario mediático", como la califica un colega, Unidos Podemos anuncia la presentación de una moción de censura. Si lo aprueban en consulta las bases, añaden este viernes. Con el candidato que prefiera el conjunto de los apoyos, de PSOE o Ciudadanos incluso.

Y el foco mediático cambia. Políticos y medios se lanzan a la crítica, con enorme virulencia. Como si estuvieran aguardando la ocasión para poner, de nuevo, parches de polietileno de alta densidad a la fosa de los detritus y tratar de contener el desparrame. Son muy respetuosos con la ética, la democracia, la pulcritud de las instituciones, pero la reacción desmesurada conduce a equívocos. Esas declaraciones airadas, esas portadas acusatorias, esos editoriales, otra vez. Contra Podemos, no contra la corrupción.


Con lo que estamos viendo, con provocaciones incluso de tutores del pillaje, que no sea un clamor que este PP debe dejar el gobierno resulta demasiado turbio. En la calle hay alarma social. En la que no anda entretenida, por supuesto, con los "juadores", el equipo A, el Master Chef, Sálvame, o las adicciones partidistas. Abochorna la democracia que sean más duras las críticas a Unidos Podemos por plantear que no puede seguir este Gobierno, que a la corrupción del PP.

Echar al Gobierno que preside Rajoy es una exigencia ética, sin duda. No hay mal peor para una democracia, para una sociedad, que tener incrustado en el país un foco de putrefacción. Cada detalle que se conoce añade gravedad al conjunto. Lo último por ahora, la estrategia de Moix para someter a la fiscalía Anticorrupción que preside. Ser el único que hable con periodistas o controlar cada papel.

Las grabaciones judiciales a los protagonistas de la corrupción hieren los espíritus más curtidos, no así al parecer a políticos y medios. Nos tragamos el saqueo impenitente, los volquetes de putas de la Púnica de Granados, jueces enviados "a tomar por culo" de González, los hilos que se mueven para intentar que así sea, con mayor dureza en el caso de los fiscales: es demasiado, insoportable. No hay presunción de inocencia que tape la necesidad de una regeneración política, mientras la justicia sigue su curso.

Pero quien puede hacerlo no está por la labor. Es evidente. Al PSOE no le viene bien una moción de censura, descabezado ahora como está por su propia voluntad. Aunque la política es una actividad dedicada a trabajar por lo que le viene bien a la ciudadanía. Y este Partido Popular suma incesantes puntos contraproducentes para la salud social.

A la corrupción, como una losa que desprende toda su mugre sobre nuestras vidas, se añade la involución. El PP la intensifica, al ritmo que lo hace la sociedad sobre la que ejerce influencia. Llevamos unas semanas con unos brotes ultraderechistas, franquistas incluso, realmente significativos. Y el PP gobierna. Gracias a la abstención del PSOE y el sí de Ciudadanos. Y ahí sigue como un estigma a la credibilidad de estos partidos. Si la objeción fueran las formas de Unidos Podemos, presentarían su propia moción de censura. Y eso no va a ocurrir ni en sueños. Pedir dimisiones a secundarios, dejando al mando a quien nombra a todos es maniobra de distracción.

El PSOE no tiene ninguna posibilidad de gobernar en el estado en el que se encuentra. Los errores le lastran, como a sus colegas franceses. Los de Hollande, naturalmente. Tan vapuleado, que ni pudo presentarse a la reelección presidencial. Valls, su jefe de gobierno, quedó aparcado por Benoît Hamon, el exministro, al que no echaron pero se fue en desacuerdo con las políticas de austeridad de su partido. Resulta patético que el PSOE salido del golpe contra Pedro Sánchez culpe a Hamon de su vergonzante 6,4% de votos.

La elección del PSOE está hecha desde hace tiempo: el PP. Para eso ató corto a Sánchez y le echó después. Por ideología y porque demuestra que no le incomoda seriamente la corrupción del PP. No secundará la moción de censura de Podemos. Y lo pagará probablemente. Si fuera por esta cúpula, los gobiernos del PP estarían garantizados sine die.

Ciudadanos tampoco. Es obvio. Dice preferir la estabilidad. La estabilidad de la corrupción, en la práctica. PP, PSOE y C's han rechazado también la propuesta de celebrar un pleno monográfico en el Congreso para que Rajoy dé explicaciones por la corrupción. Como una piña. De ahí que se vea claro qué les incomoda más.

Recordamos estos días la moción de censura en 1980 de Felipe González a Adolfo Suárez, el presidente en minoría de UCD. El que reivindican ahora y añoran con lágrimas en los ojos como el mejor de la democracia. No vivíamos una situación de corrupción como la de ahora ni por lo más remoto. Se aprovechó la debilidad de Suárez ante las pirañas de su partido, muchos de ellos hoy en el PP. Sabiendo que no saldría adelante. Le fue muy útil a Felipe González. Poco después ganó y por aplastante mayoría absoluta, lo cuenta con detalle Sindo Lafuente. Las circunstancias son muy distintas en este momento. La prensa era muy distinta, los "ochenta" fueron los años de oro del periodismo en España. Y muchos siguen aquí. Evolucionados unos, involucionados otros.

Una moción de censura ahora, al PP, está mucho más justificada. Se trata de constatar al menos la situación abyecta que vivimos. Y definir los apoyos y las complicidades. No será fácil que los ciudadanos menos exigentes superen la barrera de a quienes les mandan detestar masivamente, pero al menos algo se oirá de los detalles que se ocultan (véase TVE entre otros medios). Sí, es una exigencia ética urgente llevar el debate sobre la corrupción al Parlamento.

Si el tactismo se admite en aquel y otros casos, pensar que es solo lo que mueve a Unidos Podemos a presentar una moción de censura, es la ley del embudo. Y que Podemos quiere "interferir" en las primarias del PSOE, que se basta y se sobra para interferirse solo, da idea del nivel que tienen los establecidos en España. Los establecidos, los que no pisan la calle o lo hacen con tapones en los oídos y antifaz de dormir. Siguen sin querer darse cuenta de lo ocurrido, de lo que desde las alturas provocaron, de las sombras mortales que se expanden sobre la ciudadanía en muchos lugares del mundo ya, por los años de políticas de la desigualdad, la injusticia y el saqueo.

En España, la única solución es un gobierno de concentración que, como escribía aquí Carlos Hérnandez, limpie a fondo la mierda. Superando crisis, rivalidades y rencillas. Porque conviene a la sociedad y no a intereses partidistas y empresariales. No va a ocurrir. Aunque la historia camina contra el bipartidismo corrupto, sus errores y manipulaciones. Y la salida en otros países está siendo caer en los híbridos del fascismo y los negocios, con vocación belicista y de recorte de libertades.

A todos los niveles, la ética empieza a ser una urgente exigencia.

http://www.eldiario.es/zonacritica/Mocion-censura-urgente-exigencia-etica_6_638046227.html
 
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No hay ingenuidad, es política


¿Una moción de censura que no puede prosperar es demagógica? Si lo es también lo era la del PSOE contra Suárez en los 80, pero es un arma parlamentaria legal e Iglesias la va a utilizar

Suso de Toro
28/04/2017 - 20:34h
Hace poco más de una semana vivíamos en la normalidad. La normalidad era que el Gobierno de Rajoy estuviese negociando los presupuestos con Ciudadanos, el PNV y, tras las cortinas, el PSOE. El PNV, preparado para firmar y el PSOE, pidiendo tiempo, un aplazamiento de su tramitación. Mariano Rajoy en pantalón corto correteaba por algún camino bucólico.

Fue entonces cuando de repente reapareció el pasado, fue citado a declarar como principal responsable durante décadas de un partido financiado con dinero negro y se conocieron las conspiraciones de su Gobierno para ocultar pruebas y apartar jueces y fiscales. Resulta que Rajoy es el presidente de un partido completamente corrupto y de un Gobierno con políticas antisociales y antidemocráticas y que se sostiene destruyendo a las mismas instituciones del Estado, como la Justicia. Mecachis. A ver qué hacemos ahora con los presupuestos.


Al hacerse públicas estas cosas que todos sabíamos ya, Podemos anuncia que va a presentar una moción de censura. Lo anuncia antes de hablarlo con los demás partidos que no están en el Gobierno, aunque no parece que estén tampoco en la oposición, y el PP y esos otros partidos que no están en el Gobierno pero que tampoco parecen estar en la oposición le critican a los de Iglesias su iniciativa y sus modos.

La crítica se basa en argumentos razonables. Es verdad que son los mismos modos que tuvieron tras las elecciones cuando existía la posibilidad de formar un gobierno que lógicamente le correspondía presidir al candidato del PSOE, entonces, Pedro Sánchez. Aquella iniciativa de Iglesias más parecía un ataque a Sánchez que una propuesta de alianza y así fue visto por todo el mundo menos ellos.

Nuevamente, la súbita y brusca propuesta puede ser vista como un empujón para apartar al PSOE antes que una maniobra para derribar verdaderamente al Gobierno actual. Tengo mi opinión, pero que cada cual tenga la suya sobre las intenciones últimas de la maniobra. Lo cierto es que Podemos tiene la iniciativa política y al PSOE le pilla en el peor momento, la ambigua reacción de Pedro Sánchez parece la más inteligente pero la del aparato, con Antonio Hernando y Susana Díaz, demostró que habían acusado el golpe.

Falta la reacción de Felipe González aunque Rubalcaba y Guerra salieron inmediatamente de la trastienda para defender al partido de un ataque que parecen entender casi blasfemo. No aceptan que el suyo hoy es un partido más que lucha por vivir con dificultades y que los años ochenta, cuando el PSOE era "la realidad" nunca volverán. Y, cuando señalan la brusquedad y la voracidad de poder de Podemos, no recuerdan cómo eran ellos cuando presentaron la moción de censura contra Suárez. "La democracia no soporta al señor Suárez. Cualquier avance democrático pasa por la desaparición del señor Suárez", argumentó Guerra en el Parlamento. Eso en un momento en el que los militares amenazaban con sus armas. No recuerdan cuando dialogaron y consideraron todas las posibilidades con Armada. La política es lucha por el poder y eso hicieron ellos, con todas las armas, en su momento y eso hace ahora Podemos. No hay ingenuidad ni entonces ni ahora, hay política.

Pero si el PSOE no reacciona lo va a pagar muy caro porque lo que Podemos está utilizando es lo que todos los políticos en lucha democrática, las necesidades y angustias de la ciudadanía. Y una parte de la ciudadanía española, la que tiene un mínimo de dignidad, está superada por el espectáculo de podredumbre del PP y su Gobierno. La mayor parte de la ciudadanía desea que Rajoy y su Gobierno caigan. ¿Una moción de censura que no puede prosperar es demagógica? Si lo es también lo era contra Suárez, pero es un arma parlamentaria legal e Iglesias la va a utilizar. Y en ese escenario, ¿qué va a hacer el PSOE? ¿Va a cerrar filas con el Gobierno y con Ciudadanos contra Podemos? Eso no se lo perdonarían otro tercio de sus votantes.

¿Y qué hará el PNV que actúa en una dimensión paralela donde no parece tener problemas de ética política? ¿Aprobará los presupuestos que está negociando con Rajoy?

Habrá la escena de la moción de censura, tendrá consecuencias electorales para unos y otros, de eso se trata. Y Rajoy seguirá corriendo por algún sendero mañanero y el PSOE tendrá a final del mes que viene un candidato al fin. Entonces, cuando el Parlamento catalán haya convocado o esté a punto de convocar un referéndum que el Estado le niega, habrá que disolver las Cortes y convocar elecciones.

http://www.eldiario.es/zonacritica/ingenuidad-politica_6_638046214.html
 
http://media.lavozdegalicia.es/m/no...iente-encabece-mocion/0003_201704G29P2993.htm

Aunque el PsoE tenga sus primarias en mayo eso no le impide votar a una persona de prestigio para que encabece la presidencia de España mientras las aguas vuelvan a su cauce.

Claro, que hay partidos a los que les interesa más los sillones en vez de la decencia de la marca España, aunque en publico digan todo lo contrario .

A ver qué dice la prensa de esa propuesta.
 
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