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13 abril, 2014
Telma y Jaime, un matrimonio abocado al divorcio
Poca sorpresa ha causado el anuncio de divorcio de la pareja, protagonistas de un matrimonio demasiado atípico, demasiado corto y desde el principio bajo sospecha de crisis, aunque ellos desmintieron rumor tras rumor usando su arma preferida: la demanda ante los tribunales. No era la primera vez, pues aún recordamos que Telma intentó demandar nada menos que a 50 medios por el “insoportable y permanente acoso de la prensa”, una pretensión que no encontró eco ni soporte en la Justicia.
El matrimonio, tan atípico como chocante, vivía separado por cientos de kilómetros, y cuando Jaime visitaba a Telma en Barcelona, se alojaba en un hotel en vez de hacerlo en casa de su esposa.
¿Podía realmente mantenerse en el tiempo un matrimonio como el de Jaime y Telma? La pareja residía en ciudades separadas por cientos de kilómetros, lo que no facilitaba la fluidez en la relación conyugal, y aunque hace unos meses Jaime, un abogado que no ejerce y que tiene empresas en Suiza, Luxemburgo y Reino Unido, se instaló en la cercana Ginebra, la situación no cambió.
Y es que Telma, de 41 años, se resiste, siempre lo ha hecho, a dejar Barcelona. Poco después de su boda, celebrada el 13 de mayo de 2012 en el monasterio de Leyre, el nuevo matrimonio se instaló en NuevaYork para iniciar una nueva vida. A él le venía bien por sus negocios, y a ella le permitiría alejarse de la prensa y de la curiosidad pública.
Pocos dudan que Jaime y Telma, que fueron presentados por la princesa Letizia, estuvieran realmente enamorados.
Así, Telma Ortiz dejó su trabajo como subdirectora general de Relaciones Internacionales en el Ayuntamiento de Barcelona, sacó del colegio a su hija Amanda, nacida de su relación con el también abogado Enrique Martín Llop, y se marchó definitivamente de su piso, situado, como el polémico palacete de la infanta Cristina, en el exclusivo barrio de Pedralbes.
Pero podo después, Telma volvió a sorprendernos con su inesperado regresó a Barcelona. Llegó con el tiempo medido para que su hija pudiera empezar el colegio a principios de septiembre… pero ni rastro de Jaime. quien desde entonces llevó una vida itinerante con escalas en Barcelona para ver a su mujer. Y aquí surge otro misterio, de esos que convirtieron más que nunca a Telma y Jaime en la extraña pareja: cuando recalaba en Barcelona, él se alojaba en su hotel favorito, el Arts, en vez de hacerlo, como hubiera sido lo más lógico, en casa de Telma, su esposa.
Jaime consiguió hacer muy buenas migas con la hija que Telma tiene con Enrique Martín Llop, Amanda, que acaba de cumplir seis años.
En aquellos días trascendió que Enrique Martín Llop, el ex de Telma, era el principal causante de sus problemas. La pareja compartía la custodia de su hija Amanda, y desde el entorno de Telma y Jaime se dejó caer que era el abogado toledano el que se oponía a que su hija viviera fuera de España, motivo por el que Telma habría tenido que regresar a España.
Pero ahora sabemos que aquello no era cierto. Según LOC, Enrique Martín Llop no sólo no se opuso a que su hija se trasladara a Nueva York, sino que se mostró muy comprensivo con su ex, de hecho, antes de la boda de Telma Enrique ya había renunciado a la custodia compartida de Amanda permitiendo que la niña pudiera marcharse a Nueva York con su madre. Amanda ya tenía colegio en Manhattan, y el juez había establecido de manera clara el régimen de visitas para el padre.
Indudablemente, no todo fueron sombras en su matrimonio, por el que han luchado hasta el final.
Lo cierto es que este dato complica aún más los intentos por comprender a esta pareja, seguramente enamorada, que apenas se ha visto en los menos de dos años que ha durado su ¿unión?, y que no ha conseguido salvar su matrimonio aunque ha luchado por ello hasta el final. Quizás por eso, el pasado mes de diciembre Telma y Jaime hicieron una escapada romántica a México para revitalizar su matrimonio (allí coincidieron con la princesa Letizia), y a su regreso, recogieron a Amanda en Barcelona para llevarla a Laponia a conocer a papá Noel.
Ninguno de los dos viajes debió tener el efecto terapéutico deseado, porque solo tres meses después Jaime del Burgo y Telma Ortiz han tirado la toalla y el divorcio, de común acuerdo y gestionado por el abogado Jaime Ignacio del Burgo, ex presidente del Parlamento navarro y padre de Jaime, es solo cuestión de tiempo.
Afianzaron su brevísimo noviazgo durante unas vacaciones blancas en Aspen, en Colorado, Estados Unidos.
El resto es fácil de imaginar: Telma intentará volver a rehacer su vida sentimental con la pequeña Amanda, que acaba de cumplir seis años, como eje principal de su existencia. Y por su parte, Jaime, de 44 años, proseguirá con su dilatada y versátil actividad empresarial, que va desde el diseño de barcos a las energías renovables, pasando por la producción de casas prefabricadas y la venta de ingenios electrónicos, sin olvidar proyectos cinematográficos y literarios que de momento no han visto la luz. Todo ello aparecía hasta hace muy poco enJedifund, la web del abogado-empresario, una página que hoy, al contrario que su efímero y chocante matrimonio, solo ofrece en pantalla un enigmático “Work in progress”.
Buscaron juntos casa en Nueva York para empezar una nueva vida con la pequeña Amanda, pero Telma y la niña no tardaron en regresar a Barcelona.
La hermana de la princesa de Asturias vuelve a estar sin pareja, aunque seguramente intentará reahacer su vida sentimental con su hija Amanda como centro vital de su existencia.
Actualidad, Casas Reales, Familia Real Española
FUENTE SEMANA ES
(SI ya está,perdón)
13 abril, 2014
Telma y Jaime, un matrimonio abocado al divorcio
Poca sorpresa ha causado el anuncio de divorcio de la pareja, protagonistas de un matrimonio demasiado atípico, demasiado corto y desde el principio bajo sospecha de crisis, aunque ellos desmintieron rumor tras rumor usando su arma preferida: la demanda ante los tribunales. No era la primera vez, pues aún recordamos que Telma intentó demandar nada menos que a 50 medios por el “insoportable y permanente acoso de la prensa”, una pretensión que no encontró eco ni soporte en la Justicia.
El matrimonio, tan atípico como chocante, vivía separado por cientos de kilómetros, y cuando Jaime visitaba a Telma en Barcelona, se alojaba en un hotel en vez de hacerlo en casa de su esposa.
¿Podía realmente mantenerse en el tiempo un matrimonio como el de Jaime y Telma? La pareja residía en ciudades separadas por cientos de kilómetros, lo que no facilitaba la fluidez en la relación conyugal, y aunque hace unos meses Jaime, un abogado que no ejerce y que tiene empresas en Suiza, Luxemburgo y Reino Unido, se instaló en la cercana Ginebra, la situación no cambió.
Y es que Telma, de 41 años, se resiste, siempre lo ha hecho, a dejar Barcelona. Poco después de su boda, celebrada el 13 de mayo de 2012 en el monasterio de Leyre, el nuevo matrimonio se instaló en NuevaYork para iniciar una nueva vida. A él le venía bien por sus negocios, y a ella le permitiría alejarse de la prensa y de la curiosidad pública.
Así, Telma Ortiz dejó su trabajo como subdirectora general de Relaciones Internacionales en el Ayuntamiento de Barcelona, sacó del colegio a su hija Amanda, nacida de su relación con el también abogado Enrique Martín Llop, y se marchó definitivamente de su piso, situado, como el polémico palacete de la infanta Cristina, en el exclusivo barrio de Pedralbes.
Pero podo después, Telma volvió a sorprendernos con su inesperado regresó a Barcelona. Llegó con el tiempo medido para que su hija pudiera empezar el colegio a principios de septiembre… pero ni rastro de Jaime. quien desde entonces llevó una vida itinerante con escalas en Barcelona para ver a su mujer. Y aquí surge otro misterio, de esos que convirtieron más que nunca a Telma y Jaime en la extraña pareja: cuando recalaba en Barcelona, él se alojaba en su hotel favorito, el Arts, en vez de hacerlo, como hubiera sido lo más lógico, en casa de Telma, su esposa.
En aquellos días trascendió que Enrique Martín Llop, el ex de Telma, era el principal causante de sus problemas. La pareja compartía la custodia de su hija Amanda, y desde el entorno de Telma y Jaime se dejó caer que era el abogado toledano el que se oponía a que su hija viviera fuera de España, motivo por el que Telma habría tenido que regresar a España.
Pero ahora sabemos que aquello no era cierto. Según LOC, Enrique Martín Llop no sólo no se opuso a que su hija se trasladara a Nueva York, sino que se mostró muy comprensivo con su ex, de hecho, antes de la boda de Telma Enrique ya había renunciado a la custodia compartida de Amanda permitiendo que la niña pudiera marcharse a Nueva York con su madre. Amanda ya tenía colegio en Manhattan, y el juez había establecido de manera clara el régimen de visitas para el padre.
Lo cierto es que este dato complica aún más los intentos por comprender a esta pareja, seguramente enamorada, que apenas se ha visto en los menos de dos años que ha durado su ¿unión?, y que no ha conseguido salvar su matrimonio aunque ha luchado por ello hasta el final. Quizás por eso, el pasado mes de diciembre Telma y Jaime hicieron una escapada romántica a México para revitalizar su matrimonio (allí coincidieron con la princesa Letizia), y a su regreso, recogieron a Amanda en Barcelona para llevarla a Laponia a conocer a papá Noel.
Ninguno de los dos viajes debió tener el efecto terapéutico deseado, porque solo tres meses después Jaime del Burgo y Telma Ortiz han tirado la toalla y el divorcio, de común acuerdo y gestionado por el abogado Jaime Ignacio del Burgo, ex presidente del Parlamento navarro y padre de Jaime, es solo cuestión de tiempo.
El resto es fácil de imaginar: Telma intentará volver a rehacer su vida sentimental con la pequeña Amanda, que acaba de cumplir seis años, como eje principal de su existencia. Y por su parte, Jaime, de 44 años, proseguirá con su dilatada y versátil actividad empresarial, que va desde el diseño de barcos a las energías renovables, pasando por la producción de casas prefabricadas y la venta de ingenios electrónicos, sin olvidar proyectos cinematográficos y literarios que de momento no han visto la luz. Todo ello aparecía hasta hace muy poco enJedifund, la web del abogado-empresario, una página que hoy, al contrario que su efímero y chocante matrimonio, solo ofrece en pantalla un enigmático “Work in progress”.
Actualidad, Casas Reales, Familia Real Española
FUENTE SEMANA ES
(SI ya está,perdón)