¡Vaya series que vas a citar! La de la asesina en serie Jessica Fletcher, que se las apaña para incriminar a uno de cada crimen que ocurre en cada lugar donde ella aparece, o las de Agatha, que tiene un patrón que te hace adivinar siempre quien es el asesino.
Lo mismo pasa en las series americanas como El mentalista. Estan cortadas por el mismo patrón. El prota nunca se equivoca, los polis están ahi para recoger datos, pero en cuanto llegan a un conclusión, sale el Jane a decirles que no, que están equivocados. Ni la Lisbon se libra de equivocarse siempre. Los polis solo sirven para sacar datos del ordenador y poner las esposas al sospechoso señalado por el Jane, y ya está. Jamás aportan una idea o un dato que rompa alguna conclusión del Jane, que los tiene trabajando en sus mesas sin parar mientras él está repanchingado en el sofá haciendoles trabajar en balde, porque él ya lo sabe todo. Y ya no digamos lo memos que los ponen. El Rigsby es tonto total, el Cho hace gracia por su forma de ser callada y caústica -le podrian haber dado más cancha al personaje, porque tonto no es, pero como siempre tiene que brillar Jane... y encima está ahi por ser asiático, tiene que poner la nota de color politicamente correcta en la serie-, la Van Peel está ahi para hacer bonito y protagonizar sus lios amorosos con Rigsby, y suma y sigue. Trabajar con alguien como Jane tiene que dejarte la autoestima por los suelos, pues como siempre es él el que descubre al malo...
Otra cosa que me hace gracia de estas series es como los sospechosos, una vez descubiertos, siempre "cantan". Si a mí me acusaran de lo que fuese, por muy probado que dijese tenerlo el listo, me callaría total, pediría un abogado y le diria al listo: " nos veremos en el juicio". Pero no, en las series se ponen a reconocerlo todo, a justificarse, en fin, se ponen la soga solitos. Nadie con dos dedos de frente se reconoce culpable a menos que se lo recomiende el abogado después si las cosas se ponen muy feas. Pues siempre se puedes tener la potra de resultar absuelto en el juicio, como le pasó a O.J. Simpson. Además, cuando el prota se pone a acusar al sospechoso, en el guión se puede ver que en muchas cosas el acusado puede rebatirle en muchas cosas, dar explicaciones alternativas que pongan en cuestión su teoria, pero nunca lo hacen, agachan la cabeza, cantan y se acabó.
En cuanto a John el Rojo, es imposible, literalmente imposible, que ese tipo pueda adquirir ese poder. Que hubiese sido el jefazo de la secta si hubiese sido verosimil, pero ese insignificante, capaz de seducir hasta a agentes del FBI, vamos, es que es de cachondeo.
Se puede hacer ficción buena y verosimil. Pero hay que esforzarse mucho, ser muy buen escritor guionista con una mente muy lúcida y detectivesca. La mayoria de los guionistas tiran de tópico para hacer episodios como rosquillas y, claro, las historias flojean, es inevitable.
