Secuelas psicológicas de la pandemia

Me he vuelto más casera que antes, me cambió siempre entera de ropa al volver a casa y en cuanto está la cosa alta de virus llevo mascarilla, trabajo en un lugar con riesgo y tengo las defensas siempre bajas.
 
A mí me alucina la ansiedad que sentía cuando decidí no vacunarme en plena pandemia por la cantidad de odio que recibíamos los no vacunados, toda la discriminación y en general, tenía que llevar la decisión de no haberme vacunado como un secreto, e incluso perdí una amistad porque me dijo que era una rata que transmitía enfermedades por no vacunarme.
Ahora, a la gente se la suda lo más grande que te hayas vacunado, que no te hayas vacunado y un largo etcétera, porque a la gente lo único que le mueve y lo que marca sus valores y pensamientos es lo que dice la televisión y la mayoría. Desde entonces tengo muchos dolores de cabeza recurrentes, tengo ansiedad de forma muy seguida (cuando antes de la pandemia, ni dolores de cabeza ni ansiedad) y en general siento que mi salud mental está mucho más frágil, así que en ese sentido lo que me ha marcado más que el hecho de que hubiese una pandemia fue la persecución y lo mala que era la gente.
Como ha dicho otra prima un poco más arriba, también me asusté bastante cuando volví a empezar a ver a gente con mascarilla, pero creo que ya me lo tomo de otra forma. Creo que si volviese a haber otro estado de emergencia ni de coña me volvería a encerrar. En pandemia descubrí lo extremadamente malas que pueden llegar a ser las personas, por lo que ahora me daría igual que me gritaran los policías de balcón o me pidieran un certificado para entrar en una cafetería.
Esa es otra, el odio y el escarnio que recibieron las personas no vacunadas era tremendo, cuando ya se están viendo los frutos de haber desarrollado una vacuna en tan poco tiempo: infartos en gente joven y sana, migrañas, cansancio crónico... Yo tengo las 3 dosis, pero no me pienso poner ni una más, si total, puedes contraer la enfermedad igualmente...
 
¿En serio os pasa esto? Yo en ese sentido no he notado ningún cambio, tengo el mismo buen rollo en el trabajo y la gente se ríe y gasta bromas como siempre.
Sí veo crispación a nivel social, pero en el día a día en este sentido, no.
Pues yo si que tengo esa sensación... Esa crispacion conduciendo del habla otra prima, o en la colas de los sitios, en el trabajo... Crispación, tristeza...

Que igual es una cosa de una zona de España y no sé puede extrapolar o no sé, pero he vivido en dos ciudades diferentes después de la pandemia y la sensación es la misma en ambas.

Y yo soy una persona bastante alegre y risueña por lo general, y veo que la gente se siente atraída por mi carácter (no sexualmente, ni nada, sino para hablar y eso) pero les cuesta sonreír y reírse sobre todo.
Es como que ya no estamos acostumbrados a las bromas.
No sé.


Nos lo tomamos todo muy en serio.

Y ya te digo que yo noto la diferencia conmigo muchas veces porque soy extremadamente afable y es complicado hablarle mal a alguien que está sonriendo, pero aún así... Noto incomodidad en general.
 
¿Y lo de la impaciencia no será más bien por cómo la tecnología nos está acostumbrando a la inmediatez? Más que por el Covid.
Ah bueno, esto puede ser. No me lo había planteado que pudiera ser por eso... Pero si. No lo descarto. Y que como hay menos paciencia, la gente esté más irascible... Si, te lo compro.

Como ha coincidido en el tiempo las cosas...

Yo lo achacaba a la crisis económica que hay pero igual lo de la inmediatez de la tecnología también puede tener su grado de importancia en el cambio.
 
Ah bueno, esto puede ser. No me lo había planteado que pudiera ser por eso... Pero si. No lo descarto. Y que como hay menos paciencia, la gente esté más irascible... Si, te lo compro.

Como ha coincidido en el tiempo las cosas...

Yo lo achacaba a la crisis económica que hay pero igual lo de la inmediatez de la tecnología también puede tener su grado de importancia en el cambio.
Lo digo porque yo lo noto muchísimo en los niños, cada día tienen menos capacidad de espera, todo tiene que ser ya. Y yo misma creo que también me he acostumbrado a pasar de un contenido a otro rápido, a leer titulares más que noticias... pero tampoco es algo que venga del Covid, ya se venía gestando años antes.
 
Pues yo si que tengo esa sensación... Esa crispacion conduciendo del habla otra prima, o en la colas de los sitios, en el trabajo... Crispación, tristeza...

Que igual es una cosa de una zona de España y no sé puede extrapolar o no sé, pero he vivido en dos ciudades diferentes después de la pandemia y la sensación es la misma en ambas.

Y yo soy una persona bastante alegre y risueña por lo general, y veo que la gente se siente atraída por mi carácter (no sexualmente, ni nada, sino para hablar y eso) pero les cuesta sonreír y reírse sobre todo.
Es como que ya no estamos acostumbrados a las bromas.
No sé.


Nos lo tomamos todo muy en serio.

Y ya te digo que yo noto la diferencia conmigo muchas veces porque soy extremadamente afable y es complicado hablarle mal a alguien que está sonriendo, pero aún así... Noto incomodidad en general.
Yo en mi entorno inmediato no lo noto, por suerte. Lo de crispados, tristes... lo noto a nivel social con relación a la situación política y económica, al trabajo, a la vivienda... En este sentido, estamos en un punto pesimista y con razón porque las cosas no están bien.
Sin embargo, en el tú a tú no he notado que a la gente le cueste bromear ni reírse, en eso nos veo como siempre y es una cosa buena de nuestra cultura: de lo malo y desesperanzador siempre hacemos chistes y risa.
 
No noto nada, yo fui bastante pasota con la pandemia, la mascarilla la odiaba y en cuanto podía me la bajaba, solo de pensar que en pleno verano la llevábamos por la calle me parece una locura.

En Twitter hay una chica que espero que sea troll o es que está muy mal de la cabeza, todavía pide confinamiento mundial y lo peor es que tiene 2 hijos a los que obliga a ir con mascarilla al colegio y por la calle, dice que tienen prohibido salir solo para el colegio y no van a cumpleaños ni a bares ni a nada, ella como si se quiere encerrar toda la vida pero que le haga eso a los niños debería ser denunciable vamos.
 
A mí me da mucha cosa volver a ver a gente por la calle con mascarilla (no digo ya espacios cerrados, por miedo a la gripe), pero en la calle ya van unos cuantos, y de mi edad o más jóvenes (tengo 51).

En su día, el confinamiento me dejó la secuela de querer salir de casa lo más posible, me entró una especie de claustrofobia impresionante. Lo que me dejó en herencia es el gel hidroalcohólico, que lo uso un pelín más de lo aconsejable, pero por higiene si no puedo lavarme las manos, no por miedo a nada, pero ahora la suciedad en las manos antes de comer por ejemplo, como que la "siento" más.
Y ya no llevo ningún anillo, con todo lo que me frotaba las manos, me quité el de boda para no estropearlo y no lo volví a poner.

Y cogí cierta desconfianza de la policía...el brazo armado del gobierno que vigilaba al pobre dueño del bar de enfrente de casa, por querer vendernos unos pinchos a la entrada de su establecimiento...eso nunca se me olvidará...:confused:
 
Supongo que alguna lo habrá dicho, pero también influye muchísimo haber perdido a gente por culpa del covid. O no por el covid en sí, sino por la mala gestión que había en los hospital en aquel momento y la forma en que afectó a gente con otras patologías...
 
Pocas o nulas ganas de volver físicamente al trabajo. Desconecté completamente y no retomé relaciones personales alargando lo más posible el teletrabajo todos los días. Cuando ya no hubo más remedio que volver unos días presencialmente me di cuenta de que no disfrutaba nada estando allí, la gente y la tontería corporativa me daba igual y no era capaz de participar en esa rutina de cafés y eventos, y a día de hoy sigo igual. Trabajo mejor en mi casa, es lo único que añoro de aquella época. Si me dieran opción y pudiera, no pisaba la oficina para nada.
 
Yo solo recuerdo que andaba en pico alto de hipocondría pero no del covid sino de temas míos. Pero no tengo ningún recuerdo más, es como si esos meses de encierro prácticamente se me hubiesen olvidado. Solo recuerdo de ir un día al super con un pañuelo improvisado porque no había mascarillas. Y se acabó. También es verdad que el mundo estaba parado pero el mío propio también, así que no sé.
 

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