Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Se debe tener en cuenta: This feature may not be available in some browsers.
Sí, y no.
Cuando me deja tirada o monta una excusa imposible para escaquearse, quizá lo importante no es lo que él hace, sino lo que haga yo. Creo que soy responsable de mi reacción a este tipo de conductas, y si yo tuviese trabajado mi apego, las vería como una cuestión de falta de cortesía, simplemente, en lugar de entrar en un caos emocional, mandarlo a la mierda, cagarme en sus muertos, bloquearlo en el móvil y pegar los siete portazos. Porque me he sentido abandonada, despreciada, humillada. Pero todo eso corre de mi cuenta, no de la suya. Él no ha querido abandonarme, despreciarme ni humillarme. Él simplemente ha sentido miedo y ha salido por patas.
Yo no soy responsable de lo suyo. De su apego, de su herida, de su tarea pendiente, es responsable él.
Yo soy responsable de lo mío. Si me duele tanto su apego evitativo, es por mi apego ansioso, vaya, eso es lo que quiero decir. Y con su evitativo no puedo hacer nada, pero el ansioso me lo puedo trabajar aprovechando la coyuntura de dar con alguien así. O eso me digo en los días que estoy zen, claro.
Hoy por ejemplo, lo he visto esta mañana. Sabía que hoy tocaba que no me hiciera ni puñetero caso, porque tenemos una cita pendiente para una cuestión concreta desde la última vez, una cita que él ha ido esquivando como ha podido. Así que sabía que hoy el peso de esa cita pendiente sería tremendo y que estaría seco y frío para protegerse de ese peso, para no tener que afrontar la situación y decirme: no quiero quedar contigo. O decirme: quedamos a las seis.
Lo importante no es eso. Lo importante es que a pesar de que yo sabía esto, cuando he llegado a casa me he puesto a llorar amargamente, a sentir ese vacío y ese abandono, ese "no le importo a nadie y menos a él". Eso sí me preocupa, y de eso me quiero ocupar estos días, por encima de que él hoy o mañana me va a mandar seguramente un mensaje de buen rollo, un video de youtube gracioso o un dibujo de un gatito, como si no hubiera pasado nada.
Y no creo que dar por bueno todo esto sea por un romanticismo mal llevado. Más bien creo que intento tener sentido práctico, ver qué puedo aprender. La vida me manda estas personas todo el rato (también me manda muchos narcisistas, eso da para otro hilo muy largo), entonces, voy a tratar de enterarme de la lección de una puñetera vez, y de aprender a ver lo que hay en mí que tengo que curar.
Ojalá cure y esta persona deje de tener atractivo para mí, o curemos ambos el apego y pasemos a ser amigos, será una victoria en cualquier caso.
Lo enfocas mal, si estuvieras trabajada no hubieras aguantado ni medio asalto. Las mujeres seguras y con buena autoestima no aguantan m.... Creo que soy responsable de mi reacción a este tipo de conductas, y si yo tuviese trabajado mi apego, las vería como una cuestión de falta de cortesía, simplemente, en lugar de entrar en un caos emocional, mandarlo a la mierda,
Un consejo de abuela, confía en lo que hace, no en lo que dice.'Actions speak louder than words',
Me llama la atención que hables de que has coimcisido con narcisistas, porque el chico de apego evitativo, por último él mismo me dijo que había escuchado un podcast donde hablaban de narcisistas y se había sentido identificado, aunque su psicóloga le dice que no lo es.
Los rasgos narcisistas son indispensables para la supervivencia, incluso una importante fuente de coraje y fuerza de voluntad.Los narcisistas no pueden ver su propio trastorno, por eso no pueden sanarlo. Si ese chico que comentas se sintió identificado quizá es porque tenía algunos rasgos narcisistas; pero si podía verlos, podía corregirlos.
En realidad todos tenemos rasgos narcisistas o nos hemos comportado así en algún momento con alguien, unos más y otros menos.
La situación de la cita que tenemos pendiente y de la que se está escaqueando porque se muere de miedo, ha ido tomando rumbos yo diría hasta de peli de Berlanga.
Nuestro típico día para quedar es el domingo, y lleva dos semanas tratando de hacerme llegar de forma indirecta y transversal que ese domingo está ocupadísimo, ocupadísimo, con las ocupaciones más surrealistas que os podáis figurar. Y al siguiente domingo lo mismo. Ya es que ni siquiera me lo dice a mí, es que se lo dice a otro delante de mí para que me entere yo.
He pasado de escribirle ni de hacerle mención a esa cita pendiente en todos estos días, ¿para qué? Después de leeros me quedó claro que estaba tirando mi energía a un pozo sin fondo. Así que he decidido dejar de tirar del carro, dejar de suministrar energía a esto.
Si quiere algo de mí, que me llame. Si quiere que nos veamos, que me proponga quedar. Ya está. Sé que si yo no hago nada, no va a pasar nada más, porque él está deseando quitarse de encima el marrón de que nos gustemos y nos veamos.
Pero tampoco me voy a enfadar, porque sé que no se está riendo de mí, es que realmente su evitativo le hace comportarse así. Y porque si me enfado, también le estoy suministrando mi energía de alguna manera a este tema. Y de lo que se trata es de poner esa energía en mí, ya lo sé.
Lo que me queda es una gran tristeza, e impotencia. Esta historia venía en un momento muy jodido de mi vida, estoy tapando a la vez muchos boquetes en un barco vital que va sin rumbo hace varios años, y esta ilusión me suponía un descanso, una esperanza.
Aquí solo he contado las penas, pero con él también he vivido tardes de gloria, citas preciosas, conversaciones tremendas, abrazos de película, y me ha aportado mucho. Me quedo con todo eso para adornar mis tardes de infusión y lluvia.
Mañana sé que lo voy a ver. Trataré de mirarlo como cuando miras una foto antigua de alguien que ya no está.
Yo de ti estaría alerta, yo he padecido apego evitativo por mi condición y lo que estás describiendo me suena más al ciclo de abuso narcisista love bombing/ghosting/hoovering de manual.
Voy a ser abogada del diablo.Gracias, prima.
Es difícil hablar de esto con él porque se va por los cerros de Úbeda con un arte tremendo. De todas formas sí me reconoce lo que hay, aunque sea con la boca pequeña, y me ha pedido que tenga paciencia.
Solo me pregunto si habrá algo que por mi parte pueda hacer para ayudarle, o al menos para no empeorar las cosas. Hay gente con apego evitativo que se casa, me pregunto cómo se lo han montado para conseguirlo.