"Le pedí a Dios que me quitara mi orgullo.
Y me dijo: no, no es algo que yo deba quitarte, es algo que tú debes entregar.
Le pedí a Dios que me concediera paciencia.
Y me dijo, no, la paciencia es producto de la tribulación, no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me diera felicidad.
Y me dijo, no, me dijo que Él da bendiciones pero que la felicidad depende de mí.
Le pedí a Dios que me evitara el dolor.
Y me dijo que no, que el dolor y el sufrimiento me apartan de las complicaciones tontas."
Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu.
Y me dijo que no, me dijo que debía crecer yo personalmente pero que él me podía de vez en cuando podar.
Le pregunte si me amaba.
Y me dijo que sí.
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros con Él me ama.
Y me dijo, por fin estás comenzando a entender.