Recopilacion de Videos Interesantes sobre Felipe y Letizia




NO DEBE EL ROYAL DEJARSE A LA DESMAÑA POR NO RECIBIR EL RETORNO DE SUS DEBERES CON LA MONARQUÍA, PUES SE DEBE A LA GRACIA Y A LA LIBERALIDAD DEL DESTINO DE SU VIDA. Despeluzadas han sido siempre las muñecas que, como juguete roto, han acabado arrumbadas en un cuarto de trastos, en un desván o en cualquier baúl, o sea como una Letizia cualquiera. Pero ha sido típica la escena de la flaquez de una doméstica, o acaso doncellí, tomada por despeluzada por causa del ajetreo trajinante en las labores de la casa, como lo han sido los escobones de patio, flacos y de cerdas despeluzadas a costa del baldar y el recoger por aquí y por allí, como lo han sido gallinas poco duchas en la atención de su plumaje, que acaban bajo el castigo discriminador de todo el gallinero o del corral. Pero también lo han sido esos cordeles aviejados que sujetaban el cierre de grandes maletones y las coletas de gente poco digna de presentación. En definitiva, estamos ante el reino del desaliño dejado de sí, que no enoja a los idiotas ni preocupa a los disipados del mundo. Es el caso de la funcionaria royal Letizia La Fiztizia, tal como ilustramos en esta egregia videola. ¿Cómo va ella a desprenderse del lastre plebeyo a cuyo caldo liban en revuelo corrillos de moscas? No, porque a La Fiztizia le arde dentro un infierno de vagamundia contra el magno edificio histórico de la monarquía. No, porque todo en ella clama por el ataque al resguardo de las ideas disolventes del pijoprogresismo. No, porque clama en sí un monstruo que la hace despeluzar su moño como desmañar las hechuras de mangas, de un vestido total de rojo tomate y sanguino, fuera de talla, con bullones informes que semejan a un sujeto arlequinesco. No, porque impide que la interrumpamos en su desvarío estético y quiere seguir en su éxtasis de licencia y rebeldía. No, porque la Fiztizia es de suyo crespa por dárselas infuladas siendo huera y, si no la siguen los pollos, pretende ser el gallo levantisco del amanecer, cuando no es más que una ponedora de cuando en vez. Ante tanto no, no debemos sorpendernos, se trata del "no importa de España", del que ya hablaba en una magnífica obra impresa en el año 1787 quien fuera criado del rey, Francisco Santos. Porque cuando se porfía de no, no y más no, lo que en realidad se nos quiere decir es que: no importa. O sea la vida y milagros de Letizia La Fiztizia. No importa. Vemos a la funcionaria royal española acompañando como consorte a Felipe El Preparao, en la visita a la Feria Internacional de Arco, en Madrid, yendo de brazos caídos, dando una estampa de su real figurilla nada copernicana, no satisfaciendo las mercedes que, como don de privilegio, se sacan del mundo para ella y su disfrute, lo que nos parece una mala postura que debe corregirse con el frenesí del acero critico que nos conduce por las sendas de la ciencia del bien.
 
¿Quien es Alberto Canosa ? ¿ un loco o un informado muy cuerdo con mucha información ?


Mezcla de ambas, pero vamos, más loco que cuerdo. Lo curioso es que el pavo éste pone a parir a la élite y viene de la élite, que algo sabrá cuando se ha merodeado por esos derroteros. Yo me descojono con él, por ahí tiene que andar el vídeo en el que dice que a Letizia la dieron cambiazo y se llevaron a la original a una base de Marte y trajeron a la doble que es la operada. Si bebes algo y fumas cosas mientras lo ves te puedes descojonar bastante.
 



SirPetter Lily
Publicado el 4 abr. 2018

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POR UN ROYAL SE HA DE PREFERIR MORIR SIN HIJOS A DEJARLOS, SI MALOS, POR HEREDEROS, POR LO QUE HA DE CRIARLOS AL SUSTENTO COMO TESOROS VIVIENTES A RESGUARDO, INCLUSO, DE LOS ABUELOS. Los efectos del amor propio, más que el amor a sus hijas, han llevado a nuestras adoradas funcionarias royales españolas a protagonizar un gravísimo incidente en el antepórtico de la catedral de Mallorca, en la isla de Palma. Los hijos, como las prendas más queridas para una madre, no justifican los acometimientos fajados de soberbia y envanecimientos de la funcionaria royal Letizia La Fiztizia. No hay congoja posible en el corazón de una madre, por estrecho que lo tenga por naturaleza, cuando se trata de proteger a sus hijos contra la intemperie del desamparo, porque son fruto de sus propias entrañas, y si los aumentos que, en necesidad de atenderlos, sobrepasan la capacidad y el temple de la madre, se abrirán los augurios del destino para procurarlos frente a todo, pues más pueden para esto las mujeres que los hombres, al sujetarse a los sentimientos más verdaderos como a las sentencias de sus luces maternales. Aunque una madre yerre en el colosal empeño de proteger a sus hijos, nunca será yerro querido y, por lo tanto, censurable, pues como madre siempre estará presta a deponer sus descuidos, a admitir la corrección de sus errores y a no pretenderlos de porfía. Pero esto no quita señalar tales errores, como tampoco quita riego el agua de lluvia, ya que lo sumamente verdadero, aunque proceda de yerro, si es valeroso como la maternidad, es siempre venerable, pero corregible, aún a título de piadosa generosidad, pues la piedad ha sido siempre el ungüento que sana cualquier mal, como tan cierto que no debemos cesar de obrar siempre con la tasa de la bondad, a pesar de que hallemos el mal por doquier. Porque la bondad es virtud a fuer de ir soportada por la razón, sabedores de que nunca se contentan los malos con tan solo perseguir a los buenos, si no los afrentan y los acometen con la saña de la malhechoría. Y no vemos saña de malhechoría en los actos reprensibles de la funcionaria royal Letizia La Fiztizia, como el que ilustramos en la videola que presentamos en el día de hoy. Hay finezas que, aunque puedan parecernos menores que otras en la sustancia, son peores en la circunstancia, como más bizarro es el tormento por azotes dependiendo de si el flagelo latigario se da en invierno o en verano. No caigamos, pues, en el desvarío de no confesar las virtudes de lo bueno, por sernos más cómodo y divertido aprobar los vicios de lo malo.
 



SirPetter Lily
Publicado el 6 abr. 2018

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LA BORRACHEZ DE SOBERBIA Y PRESTIGIO EN QUE PUEDE CAER UN ROYAL, ES TRUEQUE DEL ENTENDIMIENTO QUE TRAERÁ VUELTO DE ALBOROTADURA SU JUICIO, LE SEGUIRÁ ANTE EL VICIO, LE APETECERÁ EN EL SUEÑO VAGAMUNDO Y LE HARÁ JUZGAR LO MALO POR BUENO, HASTA TENIENDO A LAS VÍRGENES POR LOCAS. Hay muchos obstáculos en la vida de un royal que no le dejan andar en camino cuerdo y derecho, con lo que se desluce y opaca la regia majestad, llevándole inocentemente a ser como esa oveja que se sienta a la mesa de su dueño, pensando que va a beber de la copa el elixir que la liberará de su gregario destino hacia el matadero. Pues ha de ser el ejercicio de la real potestad todo dilección beneficente para con el reino, ya que rigurosas, más no terribles, han de ser tenidas como justas todas las acciones de un funcionario royal, como de bien merecidas serán que se conozcan por toda la nación, pero habráse de cerrar las puertas del alma cuando la sinrazón pretenda tener a un madero por padre y a la piedra por pariente, volviendo las espadas hacia la sensata discernición de los asuntos de Estado para librarse de los aprietos de la vanitas, que es como padecer locura. Así es, como ejemplo de suma virtud, el ánimo voluntarioso de un royal por ofrecer a sus hijos como prenda sucesoria para la continuidad dinástica de la monarquía, sin querer tasar excepciones con varas escasas o de poca media. Cuán poco es eso, precisamente aquello que, juiciosamente, posee una vista de las cosas de agudeza tal que penetra, no solo el mar abisal sino la intimidad más profunda de los corazones más intrincados. Eso es ser un auténtico royal y no el que se aceita con lamparones de superfice, adornos de barato y prendas de sortijería. Vemos a la funcionaria royal Letizia La Fiztizia, visitando el gremio de médicos de España, en Madrid. Lo hace cuatro días después del escandaloso y gravísimo incidente que protagonizó en la catedral de Mallorca, enfrentándose a la funcionaria royal Sofía Grecia. Al salir de la sede médica colegial, la funcionaria royal recibe algunos insultos del populacho, como "floja, menuda floja", ante lo que ella mantiene la serenidad ignorándolos por completo, como debe ser. La vemos llegar acompañada de su secretario y del personal del servicio de la Real Casa y Hacienda, siendo recibida por la ministra de Sanidad, que en realidad es la enfermera que la introduce en la sede médica. La funcionaria royal luce más risueña y donairosa, quizá porque el día anterior al funcionario royal Felipe El Preparao se le había mandado a visitar un acuartelamento militar en la localidad sevillana de Dos Hermanas, con lo que Letizia pudo encontrar más sosiego calmoso, antes de acudir en visita al gremio de médicos españoles. ¿Cuándo no ha habido Pablos blasfemos, o Pedros negadores, o Magdalenas lascivas? ¿Quién no ha buscado en la noche la mañana, quién no ha escrito un poema huyendo de la soledad, quién creyéndose ganador no ha pedido tregua? Todos. Pues si todos, entonces también los funcionarios royales.

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SirPetter Lily
Publicado el 8 abr. 2018

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NO OCUPARÁ EL ROYAL LA SERVIDUMBRE DE LOS PORTEROS, COMO NO LO FUE NUNCA LA DE LOS BALLESTEROS DE MAZA, NI LA DE LAS MOZAS DE RETRETE, NI LA DE LOS PROVISORIOS DE CERA Y ACEITE PARA LA REAL CAPILLA. Aunque el acto en cuestión no es de carácter oficial, por tratarse de una visita a Juanito Borbón en una clínica donde ha sido sometido a una intervención quirúrjica, no por ello puede admitirse la ausencia de personal para la apertura del coche, ni que la reina consorte de España haga las veces de portera, como si se tratara de personal del servicio. Esto es un gravísimo error de protocolo, pues al hecho de obrar Letizia de portera para coche, se une el de viajar en un solo vehículo los tres funcionarios royales y hacerlo sin chófer, pues la imagen que se proyecta es de una monarquía sin contenido, completamente vulgarizada, que no es merecedora del halo mitográfico que la justifica. Los funcionarios royales habían pasado a recoger a Sofía Grecia en el coche, conducido por ellos mismos, transportándola detrás como un bulto, cuando lo correcto es que la funcionaria royal Sofía tuviera su propio vehículo con su propio chófer, para lograr la máxima prestancia de los miembros de la realeza española. Además, se puede observar su total desaliño, incluso la ausencia de maquillajes, bisuta y cuidado de los trajes y vestidos. Un grave error que caerá sobre ellos como cae sobre el pecado la justicia divina.
 



SirPetter Lily
Publicado el 9 abr. 2018

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LA RESULTA MÁS EGREGIA EN LA CONDUCCIÓN DE UN ROYAL A SÍ PROPIO, ES RECONVENIRSE DEL YERRO PARA BIEN RESBALAR LOS ERRORES. Cuando el Barón de Henriod era el gobernador francés de Lérida, en la España napoleónica, quedo marcado el estigma de aquellos españoles que, por debilidad se dijo entonces, se habían juramentado fieles y obedientes al invasor napoleónico. El Principado catalán se horrorizó, entonces, de semejante juramentación de fidelísima obediencia al emperador Napoleón I. Pero estaba en ello la penetración de un ardiente celo y la vigilancia constante de los intereses de la patria, a fuer de preferir postrarse ante el armiño napoleónico, sobre obcecarse en un enfrentamiento de perversas consecuencias, castigado con ser pasados por las armas. Se distinguió entonces entre los jurados y los no jurados. La disyuntiva entre ser traidores a la nación o serlo a si mismos y a sus conciencias, alumbraba en aquellos hombres acaloradas imaginaciones y una tropelía de confusión que atormentaba el entendimiento más perspicaz de cualquiera de todos ellos. Pues bien, algo similar le ha sucedido a nuestra adorada funcionaria royal Letizia La Fiztizia. Presta a saberse cuál es la suerte que más le conviene, por sensata y por lúcida, consiente en reconvenirse a rehacer los maltrechos salida y pose-possing, que ocasionaron público escándalo en la opinión general publicada y en el populacho, durante la asistencia a la misa de Resurrección en la Catedral de Palma de Mallorca. Ahora la salida es desde dentro de un coche, y el posado lo es tanto a la entrada como a la salida de la clínica en la que se encuentra convalescente Juanito Borbón. De esta forma, queda saldado el incidente con la funcionaria royal Sofía Grecia. Porque si un royal es, ante todo, pastor en el itinerario de su nación, ha de hacer, como cualquier buen pastor, por dar el alma en pos de sus ovejas, corroborado sentido de la egregia misión a la que está llamado un royal. Si la regia magistratura invoca al pueblo, este la oirá y no dudará en acompañarla en cualquiera tribulación que fuere, en la inteligencia de sostener el reino, don singularísimo de los grandes pueblos que ha visto la historia universal, que no se arredran ante la marejada, pues tal y tanto navegantes son, que no se asustan ante la enfermedad de esos infortunios que los quiere llevar al borde del sepulcro, donde el día de la victoria vale más que mil días batallando. Esta es la importante cláusula en la conducción de un royal: reconvenirse ante el yerro, por ser la resulta de más ciencia para resbalar los errores.
 

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