RECETAS DE COCINA

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CENAS EN 10 MINUTOS CON PESCADO Y MARISCO

Si tienes caballa, bonito, merluza, mejillones, corvina, calamares o langostinos, también tienes todos los números para poder hacerte una cena más que digna en muy poco tiempo.


MÒNICA ESCUDERO

Seguimos con nuestras sugerencias de cenas rápidas, sabrosas y saludables, hoy a base de pescado, moluscos y marisco. Pensadas para gente que llega a la hora de la cena con las fuerzas -o las neuronas- justas para poner Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo o enchufar Netflix y olvidarse del trabajo, el monotema y la vida en general hasta el día siguiente.

Cuando solo unas tripas rugientes te separan de tu dosis diaria de RuPaul, Narcos o El ministerio del tiempo vienen muy bien las ideas para cenar en pocos minutos con conservas de pescado, pechuga de pollo, huevos o legumbres (me lo ha contado una amiga, claro). Si quieres tener una cierta capacidad de improvisación y no depender de lo que quede en la pescadería a última hora, intenta tener siempre algunos filetes congelados (calamares, langostinos o gambas también ayudarán). Pásalos a la nevera por la mañana y cuando los vayas a usar estarán perfectamente descongelados.

En crudo

El tartar es la cena rápida por excelencia: si compras el pescado ya limpio -o el marisco pelado, unas gambas congeladas decentes sirven la mar de bien para este cometido-, El de la foto de arriba es de trucha con cítricos de otoño: si quieres hacerlo más fácil, usa solo mandarina y granada y no le pongas chalota. También tenemos otra receta que combina salmón fresco y ahumado y aguacate, y otra que lo lleva solo crudo y con cacahuete, lima, cilantro y otros aderezos tailandeses.

Hacer un ceviche en poco tiempo es posible, si prescindes de los dos ingredientes con un proceso de cocción más largo: el choclo y el boniato. Hacer la leche de tigre, tostar la canchita y cortar el pescado y la cebolla no tiene demasiado intríngulis: si tienes pensado incluir este plato en tus cenas, pide que te corten los filetes más gruesos que para la plancha y congélalos ya limpios, sin piel ni espinas, para que lleguen al plato en condiciones óptimas.

Puedes preparar una versión rapidísima del shabu shabu -fondue japonesa- usando como base una buena sopa de miso instantánea. Llévala a la mesa en un cazo, muy caliente -si tienes una fondue haciéndole de chalet a las lepismas, es el momento de sacarla- y moja en ella durante unos segundos lonchas finas de salmón y atún, y alga nori, champiñones, shitake o setas enoki durante un par de minutos. Al final el caldo habrá cogido mucho sabor, y cuando ya no achicharre te lo puedes tomar tranquilamente, que aquí se aprovecha todo.

A la sartén

Un tataki de bonito acompañado de una ensalada potente con remolacha, rabanitos, hinojo y manzana en láminas -usar una mandolina agilizará esta parte- puede ser una cena apañadísima y rápida. Si preparamos la vinagreta al principio, podemos añadirle unos daditos de cebolla y en los diez minutos que tardemos en preparar el resto ya habrá perdido fuerza y no repetirá. Un toque de picante es optativo; el sésamo, imprescindible.

Saltea unos tirabeques y zanahoria y chirivía laminadas en un poco de aceite; mientras se acaban de hacer añade un lomo de salmón y hazlo vuelta y vuelta al punto que más te guste, y sírvelo con una salsa de yogur griego tuneado con limón, perejil y un poco de ajo picado fino (si te sienta mal, simplemente frota el plato con él). Un clásico que no falla -si se hace bien, aquí tienes unas pistas- es el revuelto de langostinos con ajos tiernos y, dependiendo de la temporada, setas o espárragos. Una tostada de pan de verdad, y a cenar.

Cuando pensamos en tacos lo primero que nos viene a la cabeza es el pollo o la carne, pero los de pescado también están muy ricos. Pasa tu favorito por la plancha, ponlo en una tortilla de maíz y añádele salsa pico de gallo, cilantro, un poco de aguacate y tus especias favoritas. Para un extra de cremosidad, atrévete con una cucharada de nata agria. Si, al revés, buscas un plato muy ligero, usa una hoja de lechuga iceberg en lugar de una tortilla, como si fuera un rollito coreano: es lo único que le da sentido a la existencia de esta sosísima especie vegetal.

También puedes versionar este bacalao con gremolata en la sartén, marcando primero a fuego alegre el lado de la piel, haciéndolo después a fuego medio por el de la carne unos tres minutos. Pon la gremolata sobre la piel, dale la vuelta, vuelve a subir la llama y deja que se forme una bonita costra dorada sobre la picada. El único truco es una buena sartén antiadherente para poder darle la vuelta sin que se te quede pegada la gremolata.

La dorada con setas y piñones no se hace solamente en la sartén, también lleva cinco minutos de horno: estaréis de acuerdo conmigo en que encender este electrodoméstico para conseguir un platazo como este en tan poco tiempo está más que justificado. Si no estáis de acuerdo conmigo, siempre podéis hacer unos calamares salteados con alguna legumbre cocida, ajo, cebolla y un chorro de vino blanco: más rápido, imposible.

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Lubinas otoñales. AINHOA GOMÀ

La tempura también pueden ser una solución estupenda para esas noches en las que el cuerpo te pide algo más guarripé. No tiene más complicación que mezclar bien los ingredientes del rebozado, untar bien en él el pescado y ponerlo en aceite caliente. Esta sugerencia de Stomako, además de con aguacate, también irá genial con lenguado, boquerón, gallo, calamares o langostinos. Si le pones unas tiras de pimiento, berenjena, espárragos o cebolla, ya tienes la comida completa (y como el que cocina no frega, te ahorrarás enfrentarte a los efectos secundarios de la fritanga).

En una olla

Tener caldo de verdura o un fumet de pescado nos ofrecerá la posibilidad de hacer sopas rápidas, capaces de devolverte a la vida en la más desapacible de las noches. Tener una pasta ya cocida -como los fideos frescos tipo udon o ramen- o que se prepare muy deprisa (fideos de cabello de ángel o instantáneos asiáticos de trigo y huevo). El pan duro también queda muy bien con las sopas de pescado o marisco, sobre todo si se acompaña de un poco de cebolla dorada, que dará melosidad y aportará profundidad al sabor, y un poco de pimentón rojo o tomate concentrado.

Con esta base y un par de filetes de pescado blanco -merluza, rosada, bacalao o el que tengamos más a mano-, cocinado unos cinco minutos en el caldo, tenemos solucionada una cena de nota. Se puede completar con un poco de de zanahoria o calabaza, un diente de ajo previamente dorado, judías verdes cortadas en tiras o unas rodajitas de la parte blanca del puerro. Otra opción es usar unos langostinos -que pondremos casi al retirar la sopa del fuego para que no se cuezan demasiado- y rematar con una picada de perejil, limón y ajo. Los mejillones abiertos en la misma sopa la enriquecerán con su jugo, y se vendrán muy arriba con un poco de cilantro, lima y chile.


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Calamares con judías. MIREIA RODRIGUEZ


Preparar un rapidísimo curry marino en una olla también es una opción a tener en cuenta. Pon agua a hervir para hidratar un poco de sémola de trigo (cuscús) para acompañar, dora un poco de blanco de puerro y dale calor a la pasta de curry antes de añadir la leche de coco para que aumente su aroma y sabor.

Es el momento de poner -cortados tamaño bocado- trozos de sepia o calamar de tamaño mediano, caballa o jurel, merluza, bacaladilla, dorada, gambas o langostinos pelados. Los tiempos variarán dependiendo de lo que utilicemos, pero pueden ir entre poco más de un minuto para los crustáceos hasta unos cinco para los moluscos. Sírvelo con el cuscús que has preparado aparte, o añade unos garbanzos ya cocidos (antes que el pescado, para que se integren bien en la salsa).

Al microondas

El pescado y las hortalizas multiplican por 100 sus posibilidades de convertirse en un plato completo y rápido si tienes uno de estos cacharros. La versión en estuche de esta lubina al vapor con verduras y cítricos te llevará apenas tres minutos para cada uno de los dos elementos. Si no tienes este cacharrito, puedes usar un recipiente apto para micro -de plástico o cristal- y film de cocina (aunque te aconsejo que te hagas con uno, es realmente útil).

En realidad cualquier pescado que puedas preparar hervido o al vapor -bacaladilla, merluza, bacalao, caballa, corvina- se beneficiará de esta técnica, con la que consigues un pescado al punto y con mucho sabor en poquísimo tiempos. Empieza poniendo en el estuche patata o boniato en rodajas, tres minutos a máxima potencia. Sácalo, y añade zanahoria, cebolla, judía, pimiento rojo, puerro o calabacín y dale dos minutos más. Pon el pescado elegido, aliña como prefieras -si vas a poner zumo de limón, mejor hazlo en crudo, al final- y dale dos minutos más.


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Al vapor sabe mejor. STOMAKO

Dependiendo del grosor del pescado podéis necesitar algún minuto extra, pero hay que tener en cuenta que se seguirá cocinando un poco más cuando lo saquemos. Lo mejor, pasados los dos minutos iniciales, es ir de 30 en 30 segundos. Así nos aseguraremos de poder controlar el punto perfecto y cenarnos un pescado jugoso y no una mojama.

Si tienes las típicas sobras de pescado que no llegan a una ración o se han quedado un poco secas -el pescado es muy delicado y es difícil que aguante un recalentado en óptimas condiciones- siempre puedes convertirlo en un flan. Para este apaño, tan viejuno como sabroso, solo tienes que desmenuzarlo, mezclarlo con huevo y nata o leche evaporada y añadirle los aderezos que prefieras. Prueba a añadir pasas al bacalao y ajo dorado con un toque de guindilla a la merluza: solo queda pasarlo a una flanera y dejar que dos minutos a la máxima potencia hagan magia.

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2017/10/11/articulo/1507745186_063723.html






 
Alpe, un recién llegado con reminiscencias suizas
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Alpe, un recién llegado con reminiscencias suizas
JAVIER MUNÁRRIZ
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PUBLICADO30.11.2018 - 5:15

En el local que antiguamente fuera una mantequería en pleno de barrio de Chamberí, ha abierto recientemente Alpe, un pequeño pero coqueto restaurante que nos ha sorprendido (para bien).


A cargo de sus fogones Javier Villasevil, un joven alcarreño formado en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu Madrid y que tras haber trabajado en algún que otro estrella Michelín decidió irse a vivir a Suiza durante cinco años. Es ahora a su vuelta a Madrid cuando ha decidido embarcarse en su propio proyecto.

La decoración del restaurante ha corrido a cargo de su mujer, la arquitecta Marta López de Asiaín que ha sabido crear un espacio acogedor e intimista en el que los tonos neutros obligan a concentrarse en los platos. Presentaciones cuidadas en vajillas minuciosamente seleccionadas denotan el buen gusto de Villasevil a la hora de presentar sus propuestas.



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Tallarines de sepia en salsa de cocido madrileño


En triple formato de carta, menú degustación largo y menú más corto, Villasevil hace gala de una técnica depurada y de una sutilidad que sirve de hilo conductor. Ejecuciones impecables con influencias internacionales que resultan convincentes desde el primer momento hasta los postres.

En el menú degustación largo por el que optamos (denominado Cervino), diez pases en los que se mantiene la regularidad. Magnífico su bombón de vermut, la causa con maracuyá y matrimonio (anchoa y boquerón), el arroz castizo (con callos) y el pato con fruto rojos, pero en general un nivel óptimo al que acompaña una sala cercana y eficiente.

En la parte líquida, posibilidad de maridaje personalizado, algo no demasiado común que debiera generalizarse.

A seguir de cerca.

http://alperestaurante.es/
 
La coliflor es mucho mejor de lo que crees: así se cocina correctamente
Es un alimento que no suele formar parte de las listas de favoritos de ninguna persona, pero tiene mucho más potencial del que creemos. He aquí las claves para sacárselo


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Seamos sinceros, la hemos relegado a un relleno en la cocina. Si sentimos que tenemos la necesidad de consumir algo sano o simplemente si no nos queda más remedio (y por lo general no sola y al vapor, sino sumergiéndola en bechamel para darle algo de sabor). No sería de extrañar que si un psicólogo nos preguntase qué es lo primero que se nos viene a la mente si nos dice la palabra 'insípido', la respuesta fuera 'coliflor'. Sus preparaciones, por supuesto, no se limitan solo a esto y estamos desperdiciando una oportunidad gastronómica maravillosa. La buena noticia es que estamos aquí para aprender cómo convertir esta hortaliza en un plato principal y delicioso.

Lo primero: comprarlas buenas
La coliflor es prima cercana del brócoli, la col y las (tremebundas) coles de Bruselas. Todas ellas forman parte de la familia de las brasicáceas. Su época de recolección es entre noviembre y abril aunque se pueden encontrar, importadas, todo el año.

El vapor no resta a la coliflor ni sabor ni propiedades nutricionales, cosa que sí pasa si la hervimos

Para asegurarnos de encontrar las mejores en el supermercado lo que debemos hacer es comprar las que sean más pesadas para el tamaño que tienen. Esto se debe a que según pasa el tiempo, gran parte de su contenido de agua se evapora y provoca que se seque, así que cuanto más densas, mejor.


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Foto: iStock.



En determinadas fruterías y verdulerías podremos encontrar diferentes versiones de esta hortaliza, sobre todo con colores diferentes. El sabor varía poquísimo, de manera casi imperceptible.

Además, lo mejor de esta hortaliza es que no se estropea rápidamente (al menos en la nevera), por lo que debería aguantar en buenas condiciones un mínimo de 7 días, con lo que podremos planear con antelación su preparación.

Las formas de cocinarlas
Auque seguro que a todos los chefs de renombre se les ocurren fórmulas para esferificarla o hacerla en finas láminas crudas cual carpaccio, para nosotros, oh simples mortales, la realidad es otra muy distinta. Al vapor, al horno y salteadas. Son formas muy simples de cocinar este vegetal pero que, si lo hacemos bien, le conferirán al producto un sabor mucho más especial.

Al vapor
La 'gracia' de este método es que ni una sola gota de jugoso sabor a coliflor escapa. Dicho de otro modo, el vapor de agua calienta pero no disuelve ninguna sustancia, lo que sí hace (y mucho) el hervido.

Si queremos gratinarlas, 5 minutos de horno a alta potencia serán suficientes

Para conseguir hacerlo bien, lo primero que deberemos tener en cuenta es que cuanto mayor es el área expuesta al calor, más uniformemente y rápido se cocinará. Es por esto que deberemos partirla y jamás meterla entera en la rejilla. El tamaño de cada trozo debe ser cada uno de los 'lóbulos', con tallos que no superen los 4 cm, dado que esta parte de la coliflor es más dura y fibrosa, con lo que para alcanzar el punto óptimo deberá pasar más tiempo en la olla.

Ojo con el tiempo. Se suelen recomendar entre 8 y 10 minutos de cocinado dependiendo de lo frescas que sean (a mayor cantidad de agua en el interior del vegetal, más le costará cocinarse).



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Foto: iStock.


Jamás, bajo ningún contexto (y esto lo decimos porque hemos visto hacerlo) hay que salar el agua de un cocinado a vapor, nunca. Da igual el tipo de sal, el tipo de agua y el tipo de coliflor. Cuando cocinamos al vapor, lo estamos haciendo con agua prácticamente pura y si ponemos sal en la olla y se nos pasa el tiempo (por lo que se evaporaría todo el agua), solo nos quedará una costra de sal que puede estropear el menaje de cocina fácilmente.

Este método de preparación deja la puerta abierta a hacer otras recetas más elaboradas como un puré de patatas (para el que solo necesitaremos machacarlo todo con un tenedor). Como truco final, podremos añadirle un poco de queso, de leche y llevarlo un par de minutos a fuego lento a la olla.

Salteada
Como quien hace unas acelgas o unas espinacas. El procedimiento para hacer la coliflor de esta manera es igual que con estas otras dos verduras: aceite de oliva a fuego medio-alto (sin llenar la sartén, es mejor hacerlo en varias tandas) y añadiéndole un poco de pimentón picante. Además, podremos hacer un pequeño sofrito justo antes de cebollas, cebolletas o ajos (o todo junto) para darle todavía más sabor.

Al horno
Cuatro claves que tener en cuenta. La primera es que los trozos que pongamos en la bandeja del horno deberán ser más grandes que en los métodos anteriores. La segunda es que deberemos utilizar, siempre, aceite de oliva virgen extra para darle mucho más sabor y un toque con algo más de acidez. Lo tercero es salarla y especiarla antes de meterla. Por último, deberemos regular los tiempos y la temperatura con mucho cuidado. 230 grados durante 25 minutos es el número mágico, aunque si planeamos gratinarlas con un poco de queso, deberemos hacerlas a menor temperatura y darles un toque fuerte de horno en los últimos 5 minutos.

Sea como sea, la coliflor tiene mucho que dar de sí misma. Ahora, nuestro único trabajo es aprovechar todo lo que tiene que ofrecernos

https://www.alimente.elconfidencial...-01/aprende-a-hacer-la-coliflor-bien_1650478/
 
Descubre la gastronomía típica de Portugal
02/12/2018
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VIAJAR POR EL MUNDO


Desde sus carnes hasta el suculento bacalhau, la gastronomía típica de Portugal evoca la historia e influencias de uno de los países de moda.

Bacalhau
Si existe un plato que caracterice a la comida típica de Portugal, ese es el famoso bacalhau. Un plato ligado desde tiempos inmemoriales a la historia pesquera portuguesa cuya preparación consiste en salar el pescado durante varias horas para, después, mojarlo en agua a fin de equilibrar el punto salado. A partir de aquí se despliega un abanico de posibilidades a la hora de preparar el bacalhauexistiendo, según los expertos, una receta del bacalhau para cada día del año. Nosotros nos quedamos con su versión “a la Lagareiro”, la cual consiste en acompañarlo con aros de cebolla, ajo, aceite de oliva y patatas. Toda una delicia.

Francesinha
Típico de la ciudad de Oporto, la francesinha es, como su nombre indica, un plato inspirado en la gastronomía francesa, concretamente en el croque-monsieur heredado por los inmigrantes portugueses. Un manjar que consiste en un sándwich de pan tostado relleno de diferentes tipos de carne como mortadela, filete de cerdo o ternera e incluso salchichas. Una vez hecho, se sirve en un plato embadurnado en una deliciosa salsa de queso y tomate que convierte el típico emparedado en un plato de tenedor y cuchillo incluido en gran parte de los menús de la nación portuguesa.

Sardinas
El pescado es un componente esencial de la comida típica de Portugal, tal y como demuestran el mencionado bacalhau o sus deliciosas sardinas. Un bocado que se consume en cada uno de los rincones del país a través de diferentes versiones, siendo asadas o acompañadas de las conocidasamêijoas à bulhaopato, acompañadas de una deliciosa salsa de vino blanco, ajo, cilantro y aceite de oliva la combinación más extendida y sabrosa.

Pastel de nata
El dulce más famoso de Portugal ha sido exportado al mundo entero, siendo su país de origen el mejor lugar para degustar estas tartaletas de hojaldre rellenas de nata y aderezadas con canela. Una receta que, según los propios portugueses, debe saber no demasiado dulce ni tampoco excesivamente a limón o vainilla, dos de los elementos utilizados en su preparación. Si probáis los típicos pasteles de Belém, oriundos de esta zona de Portugal, quizás os recuerde al sabor de los pasteles de nata.



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Cozido
Sí, en Portugal también se come cocido, salvo que aquí la versión es algo diferente. Un delicioso plato caliente elaborado con pollo, ternero o cerdo al que se añaden diferentes verduras como judías, col, zanahoria o, por supuesto patata. Ideal para los fríos días de invierno y al igual que su hermano español, el cocido encuentra en su caldo numerosos nutrientes y sabor que lo convierten en la base ideal a la hora de cocinar otros platos.

Arroz de pato
Similar al conocido risotto italiano, el arroz con pato es un plato de la comida típica de Portugal cuya preparación se nutre de una carne de pato tierna combinada con arroz y rodajas de chouriço. A su vez, se añaden otros componentes como tomates en rodajas o especias como pimienta para que el arroz quede lo más bueno posible.

¿Con cuál de estos platos de la comida típica de Portugal te quedas?
https://viajar.vozpopuli.com/europa/gastronomia-tipica-portugal/
 
Gastronomía portuguesa: los platos que deberías probar
La tradición culinaria de la nación lusa tiene unas recetas propias que gozan de una gran fama y en las que se utilizan todo tipo de ingredientes para elaborarlas
Sergio Gómez
CONTACTO
Vie, 30 Nov 2018 – 05:00 H.
Actualizado: 2 H.
Tiempo de lectura: 4 min
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Foto: iStock.
Portugal, el país vecino, cuenta con una cocina llena de platos variados, algunos muy diferentes a los de España pese a la cercanía entre ambas naciones. Entre ellos hay una serie de recetas que son las más típicas y que cualquier visitante interesado en la gastronomía desea disfrutar. En Alimente queremos recopilar esas preparaciones lusas tan características, que permiten apreciar el gran abanico de ingredientes y sabores que emplean en este territorio de la península que tenemos tan a mano.

chorizo ya dorado para que todo se cueza durante 5 minutos, adquiera un color verdoso y se mezclen los sabores.

Cozido à portuguesa
Su nombre lo deja claro. Este plato es un cocido y una de las elaboraciones más típicas y tradicionales de Portugal. Un guiso en el que, al igual que el que se hace en España, se emplean vegetales, legumbres y carnes. Feijoes -o habichuelas en castellano-, patatas, zanahorias, arroz, pollo, cerdo, oreja, morcilla, chorizo o la típica farinheira -un embutido a base de harina, pimentón y cerdo- conforman la base de un plato contundente y reponedor en los días más fríos del invierno. Además, destaca por tener un gusto ahumado gracias a los productos cárnicos que se utilizan, que le hacen ser diferente respecto a los estofados españoles.





Bacalao à brás


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Foto: iStock.


Si hay un ingrediente ampliamente conocido en la gastronomía portuguesa, ese es el bacalao. Un pescado con el que se elaboran multitud de platos, pero que brilla en todo su esplendor cuando se cocina con la receta à brás, también conocida como bacalao dorado. En ella se utiliza el citado pez cocido y desmenuzado para que así, mezclado con patatas Paj* y huevo batido, termine formando un vistoso y sabroso revuelto amarillo que resulta crujiente y a la vez suave en la boca. Un clásico de Portugal.

Francesinhas


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Originario y típico de Oporto. Así es el sándwich más famoso y contundente de Portugal: la francesinha. Esta se elabora colocando carne y embutidos sobre un pan de molde tostado, entre los que puede haber salchichas, jamón, mortadela, filetes de ternera o cerdo. Posteriormente, se cubre con otra rebanada que se corona con lonchas de queso gratinadas y, a veces, un huevo en la cima. La guinda la pone la salsa picante hecha con cerveza y tomate, que es la que le da un gusto muy especial y lo convierte en un bocadillo muy jugoso. Una receta no exenta de calorías.

Feijoadas


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Foto: iStock.


Este plato elaborado con frijoles es un clásico de Brasil y tiene sus orígenes en Portugal. Una receta en la que la base es la citada legumbre, que se guisa con carne de cerdo o ternera, entre las que puede haber salchichas, embutidos o panceta, por ejemplo. Tradicionalmente, se cocina en una olla de barro a fuego lento que, posteriormente, se lleva a la mesa para que los propios comensales se sirvan. Esta preparación se acompaña con arroz blanco y naranja. Barato y muy nutritivo.

Pasteles de Belém
Entre los postres portugueses, hay un dulce que ha traspasado fronteras y es común encontrarlo hasta en España. Son los pasteles de Belém. Están elaborados con hojaldre y tienen un relleno hecho a base de leche, yema de huevo y azúcar que los hace muy dulces en la boca y proporcionan un contraste de texturas por dentro y por fuera. Se pueden comer en caliente y en frío y son muy llamativos por lo pequeños que resultan, por el tono amarillento y por lo tostados que acaban en la superficie.



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Pasteles de Belém. (Creative Commons/Jpatokal)
https://www.alimente.elconfidencial.../gastronomia-portugal-platos-tipicos_1667418/
 


Ingredientes
  • 20 gr de harina de avena sin gluten
  • 2,50 gr de levadura Royal para repostería
  • 45 gr de compota de manzana sin azúcar
  • 15 gr de sirope de arce
  • 8 gr de mantequilla de almendra (o de cualquiera que tengas en casa)
  • 8 gr de chispas de chocolate

Preparación
1. En una taza, incorpora la harina de avena y la levadura Royal.
2. Agrega el sirope de arce, la compota de manzana y la mantequilla de almendra. Mezcla hasta que todos los ingredientes estén integrados.
3. Añade ahora las chispas de chocolate por encima, reservándote unas cuantas para espolvorear al finalizar la receta.
4. Calienta la taza en el microondas a máxima potencia durante 2 minutos.
5. Saca la taza del microondas y espolvorea las chispas restantes por encima.

Fuente: DeChocolate.net
 
Todo lo que tienes que saber acerca del congrio: recetas y propiedades nutricionales
Con un intenso gusto a mar y una carne firme y gelatinosa, este pescado blanco es uno de los frutos más deliciosos del mar. Cocido, rebozado, en salsa... Las posibilidades que ofrece son infinitas



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Foto: iStock.


Con un intenso gusto a mar y una carne firme y gelatinosa, este pescado blanco es uno de los frutos más deliciosos del mar. Cocido, rebozado, en salsa... Las posibilidades que ofrece son infinitas


De carne firme, aromática y gelatinosa y con un intenso sabor a mar, el congrio es uno de los pescados blancos más habituales del mercado. Además, tiene cualidades nutricionales extraordinarias que no pasan inadvertidas para nuestra salud, pues es rico en proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, D y B y minerales, especialmente el magnesio y el fósforo. A lo que se añade su discreto aporte calórico, ya que el consumo de 100 gramos no comporta más de 110 kcal.

Aunque dicen que este pez es uno de los más feos de cuantos pasean por el fondo marino -tiene una boca enorme que se extiende de lado a lado del rostro-, lo cierto es que también es uno de los más codiciados -sobre todo las cabezas y las espinas de los ejemplares más diminutos- para la elaboración de caldos, fumets y sopas, a los que le confiere un sabor espectacular. Al ser generoso en espinas, no goza de gran aceptación entre los escépticos del pescado. Sin embargo, esta delicia marina da mucho juego en la cocina y participa en un amplio elenco de recetas, regalando un sinfín de sabrosas experiencias a nuestro paladar. He aquí algunas ideas.


Es rico en proteínas, vitaminas A, D y B y minerales. Además, tiene un discreto aporte calórico


Congrio a la cazuela
Estamos ante una elaboración ideal para entibiar el paladar en los fríos días del invierno, ya sea para comer o para cenar. Si además escogemos una cazuela de barro, le otorgaremos un sabor muy peculiar y natural, que nos traerá a la mente esas recetas típicas de las abuelas.


Ingredientes:

  • 1 kg de congrio
  • 1 cebolla
  • 1 puerro
  • 200 kg de tomates
  • 3 ajos
  • Aceite de oliva
  • 1 cucharada de pimentón
  • Harina
  • Sal
Limpiamos el congrio, lo cortamos en rodajas gruesas y reservamos. A continuación, rehogamos la cebolla, los dientes de ajo y el puerro en una cazuela -preferentemente de barro- con aceite de oliva. Cuando estén pochados, agregamos los tomates y cocinamos hasta que se hayan desecho e integrado por completo en la salsa. Luego incorporamos las rodajas de congrio, una pizca de pimentón y otra de harina; sazonamos con sal y dejamos que se cocinen durante 10 minutos. Finalmente, agregamos el caldo de pescado y cocinamos hasta que la salsa muestre un aspecto fino y esté completamente ligada.

Congrio con arroz y delicias marinas


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Foto: iStock.


Esta receta permite disfrutar de las virtudes del pescado de una manera diferente. Al combinarlo con arroz, creamos un plato típicamente marinero rico en proteínas, vitaminas e hidratos, mucho más apetecible para los pequeños de la casa.

Ingredientes:

  • 250 g de arroz
  • 200 g de congrio
  • 450 g de gambas
  • 2 tomates
  • 200 g de mejillones
  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajo
  • 1 litro de caldo de pescado
  • Pimentón dulce
  • Aceite de oliva y sal
Cocemos los mejillones en una cazuela con agua hasta que sus conchas se abranpor completo. Mientras, freímos las gambas en una cazuela con un chorro de aceite de oliva y reservamos. Aparte, sofreímos la cebolla, los tomates y los ajos. Cuando estén pochados, agregamos el caldo de pescado, el arroz y una cucharada de pimentón; removemos y cocinamos durante 20 o 25 minutos. Trascurrido este tiempo, incorporamos el congrio -cortado en dados-, los mejillones y finalmente las gambas; sazonamos con sal y cocinamos durante 15 minutos más.

Congrio son setas asadas
Estamos en plena temporada de setas, la mejor excusa para incorporarlas a nuestras recetas. En este caso, nos hemos decantado por las de cardo, las cuales aportan un toque fino y delicado a esta receta, que podemos degustar para cenar o como segunda opción de un almuerzo.

Ingredientes:

  • 800 g de congrio
  • 250 g de setas de cardo
  • 3 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra
En primer lugar, salamos las setas y las asamos con un ajo y un chorro de aceite de oliva en el horno a 200ºC durante 15 o 20 minutos. Después, freímos el congrio -sin piel, cortado en daditos y salpimentado- con los dos ajos restantes en una sartén con aceite de oliva. Para terminar, extendemos las setas en un bandeja y ponemos sobre estas el congrio. Podemos incrementar su intensidad gustativa agregando pimientos morrones, ya sea asados o fritos.

Congrio a la marinera


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Foto: iStock.


La salsa marinera casa muy bien con este pescado blanco, pues intensifica su sabor a mar y le confiere matices yodados muy interesantes. Al incluir más elementos marinos, enriquecemos esta elaboración y la hacemos mucho más atractiva al paladar.

Ingredientes:

  • 800 g de congrio cortado en rodajas
  • 4 dientes de ajo
  • 250 g de mejillones
  • 100 ml de vino blanco
  • 2 tomates maduros
  • 200 ml de caldo de pescado
  • Aceite de oliva, sal y pimienta blanca
Salpimentamos y enharinamos las rodajas de congrio, las sellamos en un cazuela con aceite de oliva y reservamos. En el mismo recipiente, sofreímos los ajos con los tomates durante unos minutos. Cuando estén listos, agregamos el vino blanco y cocinamos a fuego intenso para que se evapore el alcohol. Finalmente, incorporamos el caldo de pescado, las rodajas de congrio y los mejillones, y cocinamos a fuego lento hasta que la salsa se haya reducido adecuadamente.

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Cuatro estupendas recetas con pato que te vendrán bien para Navidad
A la naranja o confitado son las más conocidas. No obstante, la textura jugosa y su gusto exquisito imprimen a este producto una gran versatilidad culinaria, permitiendo crear un sinfín de platos


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Confit de pato. (iStock)


Para los egipcios no pasó inadvertido, pues tenían la costumbre de engordarlo para extraer el cotizado foie. Sin embargo, Europa descubrió sus bondades en 1800. Nos referimos al pato, una de las aves más valoradas y elegantes de cuantas habitan en el mercado. Un clásico que pone el sabor y el toque de sofisticación a efemérides tan especiales como la Navidad, en la que ya es todo un clásico.

No obstante, aunque existen numerosas razas de esta anátida, las más reputadas son la de Rouen, criada en Francia, y Berberia, la más habitual en nuestros mercados. Al margen de su tipología, lo cierto es que esta ave, caracterizada por su textura jugosa y exquisito gusto intenso, brinda un universo de posibilidades culinarias. A la naranja o confitado son, quizás, las elaboraciones que más protagoniza. Sin embargo, también se presta a un sinfín de recetas deliciosas, capaces de poner un punto de suntuosidad a cualquier carta. Para quienes andan escasos de ideas para sus menús navideños o no terminan de encontrarle el encanto a esta carne, he aquí algunas ideas.

Confit de pato con manzana
Ingredientes:


  • 4 confit de pato en conserva
  • 50 g de uvas pasas
  • 1 manzana
  • 3 cucharadas de miel
  • 3/4 de caldo de carne
  • 1 cebolla
  • Vinagre y sal
Comenzamos elaborando la salsa de miel. Para ello, sofreímos la cebolla en una sartén con una pequeña cantidad de la grasa del pato. Una vez esté tierna, echamos el vinagre y la miel, removemos suavemente y reducimos a fuego fuerte durante cuatro o cinco minutos. Luego, vertemos el caldo de la carne y continuamos reduciendo hasta que la salsa adquiera consistencia y quede bien ligada. Después, la pasamos por un colador chino y reservamos. A continuación, confitamos las uvas y las manzanas -cortadas en porciones- en la salsa. Mientras, horneamos los confits a 200 grados durante diez minutos. Cuando estén listos, los colocamos en el centro de un plato y los regamos con la salsa de uvas.

Magret de pato con puré y salsa de ciruela



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Foto: iStock.


Ingredientes:

  • 2 magret de pato
  • 800 g de patatas
  • 1/2 limón
  • 1 naranja
  • 100 ml de vino dulce
  • 4 dátiles deshuesados
  • 2 cucharadas de avellanas peladas y tostadas
  • 10 ciruelas pasas deshuesadas
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 cucharada de maíz
  • Pimienta y sal
  • 100 ml de nata
  • 100 g de queso parmesano
En primer lugar, hacemos el puré de patatas. Cocemos los tubérculos en una cazuela con agua y sal. Cuando estén listos, los filtramos por el pasapurés y mezclamos la crema obtenida con la nata, el queso, la pimienta y una pizca de sal. A continuación, introducimos el puré en una manga pastelera, creamos formas al gusto, las gratinamos en el horno durante seis o siete minutos, y reservamos.

En el siguiente paso hacemos la salsa de ciruelas. Para ello, reducimos el vino blanco en un cazo durante cinco minutos. Luego, agregamos el zumo de naranja y limón, las ciruelas, los dátiles, las avellanas, el azúcar y una pizca de pimienta, y cocemos lentamente hasta que quede bien reducida. Seguimos salpimentando y dorando los magrets en una sartén muy caliente y sin aceite durante tres o cuatro minutos por cada lado. Para concluir, los cortamos, los disponemos en el centro de un plato y colocamos, a un lado, el puré de patatas; y al otro, la salsa de ciruelas.

Confit de pato con salsa de arándanos
Ingredientes:


  • 4 confits de pato
  • 4 cebollas
  • 3 patatas
  • 125 g de arándanos frescos
  • 2 cucharadas de mermelada de naranja amarga
  • 75 ml de vino blanco semidulce
  • Aceite de oliva y sal
Cortamos y pelamos las patatas en rodajas muy finas, las freímos en una sartén con abundante aceite de oliva y reservamos. Luego, elaboramos la salsa de arándanos. Para ello, picamos las cebollas y las pochamos con una pizca de sal en una cazuela con aceite de oliva. Cuando estén doradas, incorporamos los arándanos, la mermelada, el vino blanco, un poco de agua y reducimos a fuego lento. A continuación, retiramos la grasa de los confits y los horneamos a 180 grados durante diez o doce minutos. Finalmente, los colocamos en el centro de una bandeja, extendemos las patatas a un lado y regamos con la salsa.

Pato a la naranja con verduras


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Foto: iStock.


Ingredientes:

  • 1 pato
  • 5 naranjas
  • 1/2 limon
  • 30 cl de vino blanco
  • 30 cl de caldo de pato
  • 1 puerro
  • 1 tomate
  • 1 cebolla
  • 2 zanahorias
  • 1 pimiento verde
  • 3 dientes de ajo
  • Aceite
  • Sal
  • 1 copa de licor de naranja
Picamos la patata y los vegetales en trozos pequeños. A continuación, salamos el pato, le introducimos una naranja cortada en rodajas y parte de la verdura; lo regamos con el zumo de tres naranjas y un chorro de aceite de oliva, y extendemos la verdura por encima. Después, lo horneamos a 175 grados durante una hora y media, aproximadamente.

Cuando el ave comience a tomar color, agregamos el vino blanco, lo volteamos y continuamos cocinando. A medida que el vino se vaya reduciendo, vamos agregando caldo para evitar que la carne quede reseca. Una vez asado, hacemos la salsa mezclando el jugo resultante de la cocción con el zumo de una naranja, el de medio limón y un chorro de licor de naranja, y mezclamos enérgicamente hasta que emulsione. La filtramos con un colador chino y la cocemos hasta que quede bien reducida. Para terminar, colocamos el pato en una bandeja y lo regamos con la salsa.

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MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA Y SU EQUIPO


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Marinar es triunfar. MIREIA FONT


COCINA PORTUGUESA
VINHA D’ALHOS (CERDO MARINADO CON VINO, VINAGRE Y AJO)


El plato más viajero de la cocina portuguesa fue dejando versiones en cada puerto: la original es la que hoy nos ocupa, una especie de escabeche inverso donde el secreto está en el marinado.


MIREIA FONT 10/12/2018

Esta es la historia de un plato tradicional de la Madeira del siglo XV, que viajó hasta la India del siglo XVI para convertirse en uno de los curries más conocidos y exportados del subcontinente: el vindaloo. La pequeña isla lusa fue, durante mucho tiempo, el puerto principal de un sinfín de rutas comerciales europeas y los marineros que pasaron por allí tomaron buena nota de una receta local que les permitía alimentarse de carne durante sus largas travesías marítimas: el vinha d’alhos, que no es otra cosa que cerdo preservado en vino blanco, vinagre y ajos.

Al llegar los colonos portugueses a Goa con la intención de hacerse con el comercio mundial de especias, el plato madeirense fue reinterpretado por los indios, quienes le añadieron jengibre, canela, cardamomo, comino, azafrán y muchos chilis. Pero el tour del vinha d’alhos no acabó en la India; también llegó a Angola, Mozambique, Trinidad y Tobago, Guayana y Brasil, donde hoy existen versiones muy parecidas. En la Madeira actual, el plato más trotamundos de su gastronomía se come, sobre todo, en Nochebuena.

Por cada milla náutica que recorrieron las expediciones portuguesas encontramos una manera de preparar este escabeche de carne. Se puede emplear cerdo o conejo. Se puede hacer al horno, estofado o frito. Se puede freír en manteca de cerdo o en aceite de oliva. El adobo es muy libre y se le puede añadir clavo, salvia, guindillas, salsa piri piri e incluso piel de naranja. La proporción de vino-vinagre del adobo también es muy personal; hay quien prefiere que predomine el sabor del vino por encima del vinagre y viceversa.

Lo innegociable es que la carne se marine durante un día como mínimo y, como máximo, cuatro. La tradición manda acompañarlo de patatas hervidas o de rebanadas de pan fritas en la sartén con un poco de adobo sobrante. Nosotros os presentamos una versión muy sencilla, hecha con pocos ingredientes, rápida -si no contamos el tiempo de marinado- y sin acompañamientos, pues pensamos que bastante engorrosas pueden llegar a ser estas fechas navideñas como para complicarnos más la vida.

Dificultad

Más fácil que hacerse con el control mundial de las especias.

Ingredientes

Para 4-6 personas

  • 1 kg de lomo de cerdo
  • 250 ml de vino blanco
  • 200 ml de vinagre de vino tinto
  • 60 ml de aceite de oliva
  • 3 hojas de laurel
  • 1 cucharada de mix de pimientas en grano
  • 2 cucharaditas de pimentón dulce
  • 2 cucharaditas de orégano
  • 2 cucharaditas de tomillo
  • Sal
Para decorar

  • Hojas de perejil
Preparación

  1. Cortar la carne en dados de 2 cm y salar. Aplastar los ajos con el lateral de un cuchillo y pelarlos.
  2. En una fiambrera de cristal con tapa hermética, introducir el vino, el vinagre, el aceite, el laurel, los ajos, la pimienta, el pimentón, el orégano y el tomillo. Taparla y agitar para que se mezclen bien los ingredientes. Sumergir la carne en el marinado, tapar la fiambrera y poner en la nevera entre uno y cuatro días. Obviamente, cuanto más tiempo de marinado, más intensidad de sabores.
  3. Sacar la carne de la fiambrera y escurrirla un poco. Calentar un poco de aceite a fuego medio en una sartén grande o en una cazuela. Freír la carne unos cuatro minutos (o hasta que esté hecha por dentro y dorada por fuera). Corregir de sal si es necesario.
  4. Emplatar la carne, esparcir el perejil picado por encima y servir.
https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/12/03/receta/1543853674_790787.html?por=mosaico

 
Las mejores carnes para los asados navideños y
cómo prepararlas

  • Ana Camarero
La oferta de estos productos parece extenderse mucho más en esta época del año. Una buena elección puede marcar la diferencia entre una cena mediocre y una para el recuerdo. Con esta guía elegiremos siempre los mejores cortes



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Las fiestas navideñas ya se encuentran a la vuelta de la esquina. Celebraciones en las que las familias disfrutarán, para esta ocasión tan especial, de los olores, sabores y texturas de diferentes tipos de carne según el gusto del comensal. Presentaciones que, quizás en estas fechas, tendrán olor a tomillo, hinojo, hierbabuena, frutos secos, higos o vinos olorosos, entre otros, y que alegrarán y acompañarán el aroma de pulardas, capones, cordero, ternasco, conejo o cochinillo.

Si se busca una carne muy tierna, apta para todos los miembros de la familia (desde los más jóvenes hasta los mayores), una de las mejores elecciones es la carne de conejo. Con respecto a otras especies cárnicas, la de conejo es una de las que menos grasa contiene, lo que aumenta su digestibilidad. Por esta razón se la considera una carne blanca y se la engloba en el grupo de aves, como el pollo, a pesar de proceder de un animal terrestre.


La sabrosa carne de conejo destaca por su bajo aporte calórico y su reducido contenido en colesterol



De la misma forma que otras especies de carnes blancas, como el pavo o el pollo, la carne de conejo destaca por su bajo aporte calórico y su reducido contenido en colesterol. Asimismo, afirma Mari Luz de Santos, directora gerente de la Interprofesional Cunícola (Intercun), “la carne de conejo representa una opción ideal para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y el control del peso corporal”, y subraya “su contenido en proteínas de alto valor biológico, las que mejor asimila nuestro organismo, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales”.

Conejo romesco

De Santos señala además que, como fuente de minerales, “la carne de conejo destaca por su importante cantidad de magnesio, zinc y hierro. Además, aporta también fósforo y potasio”. En el apartado de vitaminas, la Interprofesional señala que la carne de conejo posee abundante cantidad del grupo B y una elevada presencia de vitamina E, de especial relevancia por su poder frente a la oxidación celular.



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Conejo asado romesco.


La experta incide en que la carne de conejo europea, especialmente de España y Portugal, está producida bajo estrictos criterios, para diferenciarlo del resto de producciones que llegan desde países terceros. Asimismo, De Santos explica que para poder disfrutar del mejor sabor en las recetas realizadas con carne de conejo, “existe un modelo de producción europeo cien por cien estricto para ofrecer al consumidor la máxima garantía de calidad, trazabilidad, seguridad alimentaria, respeto al bienestar animal y al medio ambiente”

Ingredientes
  • 1 conejo entero troceado
  • 1 bote de salsa romesco
  • 2 dientes de ajo
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de oliva
  • Perejil fresco
  • Sal
Elaboración
  • Salpimentar el conejo abierto por la mitad y rociarlo con aceite de oliva.
  • Introducir en el horno precalentado a 200ºC y hornear 35 minutos.
  • Pelar los dientes de ajo, cortar en láminas junto a la guindilla y dorar a fuego bajo en una sartén con aceite de oliva.
  • Cuando el conejo esté listo, extender por encima el refrito y servir junto con la salsa romesco y el perejil recién picado.
Ternasco aragonés
Otras de las carnes que seguramente tendrán un hueco en las mesas durante estas fiestas es la carne de ternasco de Aragón. De color rosa pálido, con inicio de infiltración grasa a nivel intramuscular, gran jugosidad y textura suave, resulta otra opción para ser consumida por toda la familia. Patricio Pérez, director técnico del Consejo Regulador IGP Ternasco de Aragón, apunta que “gracias a un exhaustivo proceso de crianza –durante casi 90 días– y a los frecuentes controles realizados durante ese tiempo, se garantizan unos estándares de calidad óptimos que se traducen en una carne de cordero tierna, jugosa y sabrosa, con unas características organolépticas constantes y uniformes que permiten al consumidor reconocer y distinguir el producto por sus atributos”.

Se trata de la primera carne fresca de España reconocida con una denominación específica de origen


Este proceso de crianza regulado y controlado desde 1989 por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón la distingue como la primera carne fresca de España reconocida con una denominación específica(actualmente IGP). Patricio Pérez destaca que es una carne muy fácil de identificar en cualquier punto de venta, ya que tiene un sello rojo marcado directamente en la carne con las siglas 'TA', “eso se aprecia perfectamente al ver una canal”.



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Jarretes de ternasco


Otra cosa importante es que las siglas 'TA' están marcadas a lo largo de las dos medias canales (paletilla, costillar y pierna). Además, cada canal está identificada y trazada en una etiqueta con el logotipo identificativo del ternasco de Aragón. En caso de comprar una bandeja ya preparada, también es muy fácil de identificar. La bandeja deberá incluir el logotipo del ternasco de Aragón.

Valor nutricional
Con relación a sus valores nutricionales, a principios de este año, el doctor Fernando Civeira, catedrático de Medicina y jefe de sección de una Unidad de Investigación y Clínica en Lípidos y Arterioesclerosis en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Miquel Servet, presentó un estudio sobre el consumo de ternasco de Aragón y sus efectos en la salud.

En líneas generales, las principales conclusiones que se extrajeron, según Civeira, fueron que “a igualdad de pérdida de peso con respecto a otras dietas, el control glucémico, el control de la glucosa en sangre, parece mejor. Lo que hemos hecho es estudiar diferentes tipos de dietas con diferentes porcentajes de calorías procedentes de proteínas y lo que hemos descubierto es que en aquellas dietas con el 35% de calorías procedentes de proteínas se toleran muy bien y tienen el mejor perfil metabólico; es decir, tienen buena tolerancia, se pierde más peso que con ninguna otra y además el perfil metabólico es mejor”.

Ingredientes
  • 8 jarretes de ternasco de Aragón
  • Vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Ajo
  • Perejil
  • Sal
  • Agua
Elaboración
  • Antes de empezar, precalentamos el horno a 150 grados.
  • Una vez que el horno alcance esta temperatura, salpimentamos los jarretes de ternasco de Aragón y los introducimos en una fuente de barro, metal o vidrio para horno. A continuación, añadimos una majada hecha en un mortero con aceite de oliva, ajo bien picadito y perejil. Lo podemos untar ayudándonos con un pincel de cocina o una cuchara. Y finalmente regamos los jarretes con un buen chorro de vino blanco.
  • Horneamos los jarretes durante 1 hora y media, regando con la majada cada 15-20 min.
  • Conforme se vaya evaporando todo el jugo, podemos ir añadiendo agua. De medio vaso en medio vaso. Sin pasarnos.
  • Los últimos 10 minutos, subimos el horno a 200 grados para que los jarretes se acaben de dorar.
  • Podemos acompañar los jarretes con cualquier guarnición elaborada; por ejemplo, con verduritas, patatas panaderas –que podemos hacer al mismo tiempo en el horno– o una ensalada templada.
Paletilla de cordero
La carne por excelencia en los hogares españoles es la de cordero, cordero lechal y cabrito, durante estas fiestas. El pasado año se consumieron 16 millones de kilos, superando los cinco millones de kilos que se consumen durante el resto del año. Francisco Marcén, presidente de la Interprofesional del Ovino y Caprino de Carne (Interovic), manifiesta que “el corte típico para los asados de estas fiestas son, sobre todo, en lechal y cabrito".

En Navidad se cocina la pierna entera y el resto del año se cortan las chuletillas, los churrascos o el filete


El resto del año, se fomenta más los cortes más rápidos como la chuletilla, los churrasquitos o el filete fino de pierna, que se hace en tres minutos y es fácil de consumir, especialmente para los niños”. Este año, por segundo consecutivo, Interovic ha lanzado la campaña de diferenciación con el sello para cordero nacional, 'Más cerca es mejor', con que, según Marcén, quieren mostrar al consumidor que “el producto nacional es más fresco y su consumo favorece la ganadería española y el mantenimiento del medio rural y medio ambiente”.



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Lechazo asado de Aranda del Duero.


En cuanto a su valor nutricional y organoléptico, Francisco Marcén afirma que estudios realizados por la Universidad de Zaragoza y Extremadura indican que “las grasas de este cordero joven son mucho más insaturadas que los corderos mayores de hierba que se crían en varios meses”. Y concluye que “organolépticamente, es un producto extraordinario siempre que sea joven y criado en buenas condiciones”.

Ingredientes
  • 2 paletillas de cordero
  • 1 pimiento rojo
  • 1 pimiento verde
  • 1 calabacín
  • 1 cabeza de ajos
  • 300 g de patatas redondas cocidas
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
  • Romero
  • Perejil picado
  • 1 c/s de mantequilla
Elaboración
  • Sazonamos las paletillas y las restregamos con un diente ajo. Embadurnamos con aceite de oliva y las colocamos en una bandeja con un dedo de agua. Añadimos 4 o 5 dientes de ajo y unas ramas de romero.
  • Introducimos las paletillas en el horno previamente precalentado a 180ºC durante 90 minutos aproximadamente, dando la vuelta de vez en cuando y regando por encima con su propio jugo. Subimos la temperatura del horno a 220ºC y dejamos que se dore. Aproximadamente 10 minutos.
  • Mientras, cortamos los pimientos en tiras y el calabacín en medias lunasgruesas y los introducimos en una sartén amplia. Cocinamos los pimientos sazonados con una cucharada de aceite a fuego medio y cuando empiecen a coger color, añadimos los calabacines y dejamos que se doren. Reservamos.
  • Picamos el resto de los ajos, 2 o 3 dientes, y sofreímos en un sartén con la mantequilla. Cuando se empiecen a dorar, añadimos las patatas escurridas con el perejil picado y unas hojas de romero. Salteamos y reservamos.
  • Servimos las paletillas bien calientes con las verduras y las patatas.
Consejos
  • Si no dispones de tanto tiempo, puedes hacer las paletillas asadas simplemente con aceite en una bandeja de horno, ajos con la piel y una cebolla cortada en gajos grandes. Hornéalo durante 1 hora aprox. a 200ºC y a mitad de la cocción, añade ½ vaso de vino blanco. Se cocinará en menos tiempo.
  • Las paletillas y las patas delanteras del cordero son ideales para asados. Son piezas muy jugosas una vez asadas y no requieren de demasiados aderezos.
Costilla de pecho de vaca
Finalmente, Javier López, director general de Provacuno, presenta una carne muy versátil, con enormes posibilidades culinarias para todos los gustos, dada la gran variedad de cortes que ofrece. Comenta además que la carne de vacuno “es un alimento esencial en la dieta mediterránea por sus beneficios desde el punto de vista nutricional: es una fuente de proteínas de fácil asimilación que contribuyen a aumentar la masa muscular, así como de aminoácidos esenciales”. Insiste en que no solo es una carne apta para todos los públicos, “sino que es fundamental y muy saludable en todas las etapas de la vida”.



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Costilla de pecho de vaca.


Por su parte, el chef Íñigo Urrechu sostiene que “cada pieza tiene unas posibilidades culinarias que la hacen exclusiva, con un rendimiento gastronómico totalmente diferente”. Los cortes más demandados (lomo alto, lomo bajo o solomillo) “se emplean más para plancha, parrilla o brasa, ya que son tiernos, jugosos y limpios, con excelente sabor. Otros cortes son más adecuados para hacer un asado, obteniendo así el máximo sabor y la mejor textura, como la babilla, el redondo, la falda, el pecho, la espaldilla, la contra y también el solomillo. Y para cortes como el ossobuco, morcillo o aleta, es aconsejable cocinarlos en guisos”.

Ingredientes
  • 1 kg de costilla (corte americano)
  • 1 diente de ajo sin germen verde
  • 25 g de mantequilla
  • 25 ml. Aceite de oliva virgen
  • Briznas de romero y tomillo fresco
  • Sal, pimienta
Elaboración
  • Cogemos la costilla y salpimentamos por ambos lados.
  • La metemos en bolsa de vacío, con la mantequilla, aceite, ajo y hierbas aromáticas.
  • Sellamos la bolsa y reservamos.
  • Precalentamos el horno a 89ºC vapor y metemos las bolsas de las costillas durante 10 horas.
  • Pasado el tiempo de cocción, metemos al abatidor de temperatura para cortar rápidamente la cocción y no tener problemas de fermentación. Reservamos en la misma bolsa una vez bien frío.
  • Cuando queramos emplatar, precalentamos el horno a 200ºC, abrimos la bolsa, colocamos la costilla en una bandeja y le añadimos un cacillo de caldo de carne reciente; vamos glaseando cada 5-6 minutos. Ha de quedar barnizadito, bien soasado. En total, van a ser en torno a los 20 minutos.
  • Sacamos del horno y colocamos en una bandeja, con su jugo y guarnición correspondiente.
Aunque, las carnes son una de las principales fuentes de proteína en nuestra alimentación, los expertos en temas de nutrición aseguran que no todas las carnes aportan los mismos nutrientes, por lo que es recomendable variar sin excederse y tener en cuenta la cantidad de carne necesaria dependiendo del perfil de cada persona, en función de su peso y masa muscular, o de otros requerimientos.

Álvaro Sánchez, responsable de nutricionistas y formación de Medicadiet, ofrece algunas recomendaciones sobre el consumo de las distintas carnes para conseguir mantener una dieta saludable y equilibrada, también durante estas celebraciones especiales. Expone que el consumo de carne es recomendable en cantidades moderadas y con un predominio de aquellas con bajo contenido en grasa.

Grasas y porciones
Asimismo, Sánchez enumera que “las aves son las carnes con menor contenido en grasa y por lo tanto las más recomendables, excluyendo la piel, que es donde se encuentra la mayor parte de la grasa. Sin embargo, no son carnes con alto contenido en hierro, a excepción de la carne de perdiz y codorniz. Por su parte, la carne de gallina pularda y la de pato contienen más grasa, por lo que su consumo debe ser moderado y en menores cantidades.

Los expertos aconsejan comer carne dos veces por semana como mucho y ser moderados con las raciones


Dentro de las carnes de vacuno y cerdo también hay carnes magras (con menos de un 5% de grasa), como el solomillo, contra, morcillo, aleta, tapa en vacuno, magro y lomo en carne de cerdo. Otras carnes con bajo contenido en grasa son el conejo, liebre y caballo”. Sánchez apunta que para reducir el consumo de grasa saturada y no desplazar el consumo de otros alimentos más recomendables, “es aconsejable limitar el consumo de carne a menos de 2 tomas a la semana y en cantidades moderadas”.

CEMD), serían:

  1. En el grupo de niños, cualquiera de las carnes mencionadas podría ser adecuada, ya que todas aportan bastante cantidad de proteínas necesarias para el crecimiento. En niños hasta los 7-8 años también se necesita cierto aporte de grasas al ser necesarias para la maduración de su sistema nervioso central. Después de esa edad, hay que empezar a recomendar carnes con menos grasas. Además, los niños necesitan un buen aporte de vitamina B12 y hierro, por lo que las carnes rojas como cordero, pato y cabrito también serían adecuadas.
  2. En el grupo de adultos quizás debemos decantarnos por carnes menos grasas como cordero lechal, pintada, pavo y conejo. Aquí sí hay que moderar el consumo de grasas saturadas, ya que es cuando se pueden depositar en las arterias y producir un aumento del riesgo de sufrir problemas cardíacos y cerebrovasculares.
  3. En el grupo del adulto mayor también se deben moderar las grasas saturadas en la alimentación, pero es importante un buen aporte de vitaminas del grupo B y hierro, ya que en esas edades la absorción y asimilación de dichos nutrientes está muy disminuida. Quizás una buena opción sin mucha grasa y con buenos niveles de vitaminas y minerales serían el cordero lechal y el ternasco, así como el cochinillo y la pularda.
Y finalmente, ¿cuáles serían las porciones adecuadas para que la ingesta de las diferentes carnes consumidas no nos pase factura? Domingo Carrera señala que “en general, las porciones de todas las carnes deberían oscilar entre los 100 y 250 gramos. Quizás en niños y adultos mayores estarían más cerca de los 100-150 g, ya que su apetito es menor y su saciedad mayor.

Además, deben complementar su alimentación con otros acompañamientos. En el caso del adulto podrían ir hasta los 200-250 g. Si se tratara de carnes muy grasas como el pato, la oca, el cordero y el cabrito, la porción no debería rebasar los 200 g, mientras que en el caso del cordero lechal, el conejo, el pavo, la pintada y el cochinillo se podría llevar hasta los 300 g, al tener un nivel de grasas bajo o intermedio”.

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MENÚ DE NAVIDAD EN 30 MINUTOS

¿Quieres celebrar las fiestas por todo lo alto sin enterrar dos días de tu vida en la cocina? Aquí tienes un entrante, un plato principal y un postre que parecen muy currados pero se hacen con la gorra.



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Vela y arbolito no incluidos / MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA / UNTO


MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA 15/12/2017


Me encanta la cocina. Me encanta la Navidad. Pero cuando ambas cosas se juntan, más de un año he llegado a desarrollar una fobia maníaca a las cazuelas y las sartenes digna de un ingreso urgente en la López Ibor. ¿Por qué? Por mi tendencia, creo que muy extendida entre el resto de la Humanidad, a complicarme la vida con recetas muy elaboradas, de esas que están muy bien cuando guisas relajadamente para cuatro personas un finde normal pero se convierten en el camino al Gólgota cuando estás en plena histeria navideña y en tu mesa se van a sentar 14.

Poco a poco voy a aprendiendo la lección, y en los últimos tiempos apuesto por fórmulas más sencillas como las que os proponemos hoy. Sencillas, pero pintonas, que tampoco es cuestión de comer o cenar como un lunes cualquiera de febrero. La propuesta incluye una ensalada bastante festiva inspirada en nuestro gurú Yotam Ottolenghi; un plato fuerte de carne cosecha propia -sí, la salsa lleva un poco de nata; es Navidad, copón-, y un jetapostre tan bonito como ligero. Si tienes todo preparado, tardas una media hora en cocinarlo. Bueno, vale, si eres torpe, un poco más.

ENSALADA VERDE CON HUEVOS DE CODORNIZ Y SEMILLAS

Ingredientes

Para 4 personas

  • 150 g de brotes tiernos
  • 12 huevos de codorniz en conserva (o cocidos por ti)
  • 50 g de queso manchego curado
  • 2 cucharadas de almendras laminadas
  • 2 cucharadas de semillas de calabaza
  • 2 cucharadas de semillas de sésamo
  • 2 cucharadas de pipas de girasol
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 50 g de mezcla de hierbas al gusto: albahaca, eneldo, cilantro…
  • Sal y pimienta negra
Preparación

  1. Preparar el aliño mezclando los dientes de ajo aplastados, el zumo de limón, el aceite de oliva, sal y pimienta negra.
  2. Tostar las semillas, pipas y almendras en una sartén con un poco de aceite y un poco de sal a fuego suave unos 3 minutos removiendo de vez en cuando. Sacar y reservar.
  3. Mezclar los brotes con las hierbas. Añadir los huevos cortados por la mitad y lascas de queso.
  4. Echar el aliño por encima sin el ajo con una cuchara. Rematar con las semillas y servir.


SOLOMILLO IBÉRICO CON SALSA RÁPIDA DE SETAS Y VERMUT

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 kilo de solomillo ibérico
  • 400 g de setas en conserva (si pueden ser de dos colores, quedará más bonito…)
  • 200 g de frutas secas variadas (ciruelas, orejones, arándanos)
  • 150 ml de nata líquida
  • 100 ml de vermut rojo
  • 6 chalotas
  • 2 cucharadas de piñones
  • 1 cucharadita de tomillo fresco + ramitas para decorar
  • 1 diente de ajo
  • Aceite de oliva
  • Sal
Preparación

  1. Calentar el horno a 200 grados.
  2. Rehidratar las frutas secas poniéndolas a remojo en agua caliente.
  3. Reservar unas pocas setas para servir y triturar el resto con tres cucharadas de su líquido, el ajo y el tomillo.
  4. Salpimentar y untar en aceite el solomillo y las chalotas cortadas por la mitad. Dorarlos en una sarten a fuego vivo y luego cocinarlos en el horno 10 minutos a 200 grados.
  5. Desglasar la sartén caliente con el vermut, raspando el fondo con una cuchara de madera. Añadir las setas trituradas, la nata, sal y pimienta, y cocer suave un par de minutos.
  6. Sacar el solomillo del horno y dejarlo reposar cinco minutos.
  7. Incorporar los jugos que suelte a la salsa, ajustar el espesor con caldo o agua y triturarla otra vez si gusta más fina.
  8. Cortar la carne en rodajas gruesas y servir con la salsa, las chalotas, las setas que no se han usado antes, las frutas secas, piñones y una ramita de tomillo fresco.

VASITOS DE QUESO FRESCO CON CHOCOLATE Y FRUTAS

Ingredientes

Para 4 personas

  • 2 naranjas, una para zumo y una para pelar al vivo.
  • 75 g de mermelada de naranja
  • 250 g de ricota o un mató o requesón cremoso
  • Arándanos
  • Frambuesas
  • 40 g de galletas de chocolate
Preparación

  1. Mezclar el zumo de naranja, la mermelada, las frambuesas, los arándanos y unos gajos de naranja cortada a lo vivo. Hasta aquí se puede hacer con antelación.
  2. Mezclar la ricota o mató cremoso con unos trocitos de galleta de chocolate con suavidad.
  3. Servir el queso y la fruta en vasitos y remata con un poco de zumo por encima.


https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2017/12/01/receta/1512155175_818191.html
 
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