Carpaccio de langostinos con escarola y granada, un entrante ligero muy navideño ¿Necesitas ideas para tus menús navideños? Apunta todo lo que tenemos que contarte. Empezamos por los aperitivos con esta receta fresca y apetecible
Receta de carpaccio de langostinos. (Foto: Snaps Fotografía)
TIEMPO DE LECTURA2 min
12.12.2017 – 05:00 H.
Los carpaccios son preparaciones de ingredientes crudos, habitualmente carne de ternera o pescado blanco, que se maceran y luego se cortan en láminas muy finas. En el caso de los langostinos, utilizamos otro método para conseguir una fina película y conservar todo el sabor. Aplastando el marisco entre dos hojas de papel film, conseguimos una capa delgada que congelamos hasta el momento de la consumición. Este proceso nos permite preparar el plato con varios días de antelación, ya que solo necesita unos minutos a temperatura ambiente para atemperarse. Adornamos con una guarnición vegetal a modo de corona navideña y comenzamos nuestro menú con una explosión de sabor fresco y muy pocas calorías.
Preparación: 15 minutos + 2 horas de congelación Dificultad: media Coste:medio-alto Comensales: 4
Ingredientes
250 g de langostinos crudos
Una pizca de cayena en polvo
Una pizca de pimienta blanca
Media cucharadita de sal
Media cucharadita de azúcar
1 escarola
½ granada desgranada
1 lima
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
Una cucharadita de huevas de lumpo rojas
Unos brotes de mézclum para decorar
Elaboración
Pela y retira el intestino de los langostinos.
Envuelve los langostinos de cuatro en cuatro en papel film.
Sazona con la mezcla de sal, azúcar, pimienta y cayena.
Aplástalos con el dorso de una sartén hasta que quede una película muy fina.
Tapa de nuevo con papel film y congela el carpaccio.
Retira el papel film y dispón el carpaccio en el centro del plato.
Decora alrededor con la escarola y granada como si fuera una corona navideña.
Añade en el centro unos brotes de mézclum y pon encima unas huevas de lumpo rojas.
Ralla la piel de lima sobre el carpaccio y adereza la escarola con un buen aceite de oliva.
"¡Eureka!", tuvo que oír nuestro vecino la primera vez que hicimos esta receta en casa. Teníamos nuestras dudas, porque no es muy común ver las almejas cocinadas en el horno. Pero aquí estamos nosotros para alumbrar el camino: es un aperitivo que se prepara muy fácilmente y tiene muy pocas posibilidades de acabar en fallo (aunque cosas peores habremos visto, y la Defensora mejor ni os cuento.
Empecemos por los imprescincibles: las almejas y las setas. En ambos casos, han de ser extremadamente frescos, y para eso inventaron los mercados. En el caso de las setas, escogimos unas trompetas amarillas, porque tienen un sabor muy delicado; las negras son un poco más fuertes, pero también serían una opción. Estas setas y las almejas tienen algo en común: no debemos cocinarlas demasiado si no queremos un chicle en la boca, así que tendremos que controlar muy de cerca el tiempo de cocción.
Si no te gusta la tierra en las almejas -¿a alguien le gusta eso?- con ponerlas en agua con sal durante, al menos, media hora conseguiremos que se purguen ellas solitas. Una vez cocinadas, si detectamos almejas sin abrir, las desecharemos. Para esta receta también usaremos un chile, en nuestro caso tailandés. Podemos sustituirlo por la tradicional guindilla. Los más aventureros pueden cortarla para que desprenda más picante, pero nosotros optamos por la vía más precavida: dejarla entera y que vaya soltando el picante poco a poco. Por cierto, esta receta se prepara y se come; nada de guardarlo para el día siguiente.
Dificultad
Encontrar setas frescas y a buen precio.
Ingredientes
Para 2 personas
150 g de almejas
10 tomates cherry tipo pera
1 cebolla roja
1 chile
60 g de setas trompetas amarillas
Sal
Aceite de oliva
2 hojas de albahaca
20 cl de cerveza
Preparación
Picar la cebolla en brunoise fina y pochar con un poco de aceite y sal en una cazuela apta para horno. Añadir el chile y los tomates cherry. Cocinar a fuego lento durante 15 minutos añadiendo poco a poco la cerveza y removiendo hasta que se confite todo y se evapore casi todo el líquido.
Calentar el horno a 250º. Añadir a la cazuela las setas y las almejas. Remover delicadamente, tapar y meter en el horno horno hasta que se abran las almejas (unos 8 minutos aproximadamente). Esto dependerá de nuestro horno y la cazuela que usemos. Si destapamos y siguen cerradas, tapamos y devolvemos al horno un minuto más, hasta que se abran.
Sacar del horno y añadir la albahaca cortada. Tapar 1 minuto más y servir.
Postre de Navidad: semifrío al cava con uvas escarchadas Esta receta resulta tan festiva como sofisticada. Requiere cuatro horas de refrigerado, pero con una buena presentación se convierte en el postre perfecto para la cena de Nochebuena
Así es este semifrío al cava con uvas escarchadas. (Foto: Snaps Fotografía)
TIEMPO DE LECTURA2'
14.12.2017 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 23 H.
Durante las fiestas navideñas nos apetece tirar la casa por la ventana para agasajar a familia y amigos. ¡Lánzate a preparar un postre con muy pocos ingredientes, de fácil elaboración y que te hará quedar como un marajá! Reduciendo a fuego fuerte el contenido de una botella de cava, conseguimos un líquido de color dorado y sabor concentrado que podemos usar como base para una salsa o para elaborar el postre de hoy. Si te da pena tirar esa botella que quedó abierta y quieres darle una nueva vida, toma nota de la receta y sorprende a todos con un semifrío de cinco estrellas.
Vierte el cava en un cazo y redúcelo a fuego vivo hasta que queden 2 decilitros.
Añade el azúcar y mezcla hasta que se integre completamente. Retíralo del fuego y disuelve la gelatina escurrida en el líquido caliente.
Monta la nata muy fría con unas varillas eléctricas.
Deja enfriar la mezcla de cava y gelatina y cuando tenga la consistencia de una clara de huevo, añade la nata montada poco a poco y mezcla con movimientos envolventes.
Rellena un aro posado sobre la fuente de servir con esta mezcla, iguala la superficie y refrigera durante 3-4 horas hasta que cuaje.
Mientras tanto, baña las uvas en clara de huevo, espolvoréalas con los dos tipo de azúcar y deja que sequen.
Retira el aro pasando un cuchillo por su interior y decora con las uvas escarchadas y un poco de azúcar moreno.
El toque final
Sustituye el cava por una botella de sidra o por zumo de fruta. Decora con grosellas escarchadas en lugar de uvas.