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Habéis tenido algún punto de inflexión en vuestra vida qué os llevara a cambiar prácticamente de personalidad de un día para otro?
Os cuento el mío:
Después de unos cuantos años de relación con mi ex, un día decidió engañarme y dejarme ( por ese orden) a los dos meses volvió suplicando mi perdón, yo lo quería y con el tiempo lo perdoné.
La relación parecía fluir mejor que antes de los cuernos y decidimos comprarnos una casa, casarnos y tener hijos.
Pero un día ví algo que no me gustó, no era nada excesivamente grave, era algo que seguramente cualquier otro día hubiera pasado por alto, pero ese día ( esa tarde) algo se despertó en mí y supe que ese era el fin de mi vida con él, que no había vuelta atrás, ya no me sirvieron los "te quiero" ni los "eres el amor de mí vida".
Puse punto final, Cogí mis cosas y me marché a casa de mis padres, paré todo lo de la boda, que por suerte ni habíamos empezado a mandar las invitaciones.
A veces pienso que hubiera pasado sí aquel día no hubiera reaccionado así, en cómo de distinta sería mi vida ahora.
Os cuento el mío:
Después de unos cuantos años de relación con mi ex, un día decidió engañarme y dejarme ( por ese orden) a los dos meses volvió suplicando mi perdón, yo lo quería y con el tiempo lo perdoné.
La relación parecía fluir mejor que antes de los cuernos y decidimos comprarnos una casa, casarnos y tener hijos.
Pero un día ví algo que no me gustó, no era nada excesivamente grave, era algo que seguramente cualquier otro día hubiera pasado por alto, pero ese día ( esa tarde) algo se despertó en mí y supe que ese era el fin de mi vida con él, que no había vuelta atrás, ya no me sirvieron los "te quiero" ni los "eres el amor de mí vida".
Puse punto final, Cogí mis cosas y me marché a casa de mis padres, paré todo lo de la boda, que por suerte ni habíamos empezado a mandar las invitaciones.
A veces pienso que hubiera pasado sí aquel día no hubiera reaccionado así, en cómo de distinta sería mi vida ahora.
Última edición:
Por situaciones que me hacían pasar muchísimo miedo y angustia, y nadie parecía entender. Como que anulé esos sentimientos y pasé a la siguiente etapa de desarrollo de golpe y pelín forzada por las circunstancias, y no porque estuviera preparada para ese nivel de independencia. Me da la sensación de que hay hechos que nos cambian profundamente y condicionan para siempre. Es que en tiempos, casi que era lo normal, criar con “mimos” no se estilaba, sino a “hostias” (no literal, pero alguna caía). Los padres de aquel entonces también estaban, por lo general, bastante disociados de sus roles de papá y mamá; no había tanta conciencia ni estudios científicos que ponen de manifiesto la importancia crucial de un vínculo y una base segura durante la infancia (coger en brazos a un bebé que llora, contrariamente de lo que se creía, NO es malcriar ni acostumbrar a los brazos). Es atenenderlo en una de sus necesidades primarias de mamífero, junto al alimento y el calor, la sensación de seguridad y protección de la cría, que es fundamental para su desarrollo normal, para su crecimiento y el mantenimiento de su salud. Ese vínculo se va transformando conforme el niño/a crece y va explorando el mundo poco a poco, volviendo siempre que lo necesita, a esa base segura. Así es como se forjan, por regla general, vínculos seguros que dan lugar a personalidades independientes y estables en la adultez. Es algo que cualquier mamífero necesita como el respirar o comer. 