Poesía Eres Tú...

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BUENOS DÍAS TRISTEZA

Buenos días tristeza
adelante, ponte cómoda
no quiero te sienta extraña
hoy, ere mi invitada de honor.

Te invito a un té, un café
o cualquier otra cosa que quiera
luego hablaremos de tí, de mi
del tiempo, de la vida

Pero por favor
si quiere ser mi amiga
no, no me hable de amor
no quiero que tu también me mienta
y me diga cosas de el
que no son ciertas

no quiero de Nuevo
caer en su trampa
y convertirme en su prisionera

Quiero despertar cada mañana
sintiendome libre como el viento
sin tener que darle explicaciones a nadie
ni excusas con un; Lo siento

Por eso una vez más
por favor te lo pido
No, no me hable de Amor !!!

DIVINA G VARGAS
 
LITERATURA Ensayo

La era bipolar
  • Un ensayo del psicoanalista Darian Leader afirma que la vieja psicosis maniacodepresiva es la enfermedad mental de nuestro tiempo, igual que la depresión fue la protagonista de los 80 y los 90 y la angustia atormentaba a la generación de la posguerra
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LUIS ALEMANYMadrid
Actualizado: 26/01/2015 03:21 horas1
Que nadie se escandalice con lo que viene: el trastorno bipolar se ha convertido en el asunto de nuestro tiempo, en la enfermedad mental que ocupa el centro de nuestras preocupaciones. El psicoanalista inglés Darian Leader lo explica así en un ensayo llamado 'Estrictamente bipolar' (editorial Sexto Piso), que se puede resumir en una tesis: igual que la posguerra fue la época de los ataques de ansiedad y los años 80 y 90 fueron los años de la depresión, hoy vivimos el momento del trastorno bipolar. Leader da dos razones; la primera es mercantil: las patentes de muchos medicamentos contra la depresión caducaron con el cambio de siglo, de modo que las farmacéuticas se quedaron sin su gran mercado psiquiátrico. En busca de nuevos públicos, sostiene Leader, la industria se esforzó por crear nuevas necesidades y nuevos productos. Aparecieron nuevas categorías para describir "formas suaves" del trastorno bipolar, y aumentó en un 2.000% la frecuencia de diagnosis, lo que, entre otras consecuencias, abarata el nombre del síndrome y el sufrimiento de los pacientes que tienen un problema grave. Una prueba: la frase coloquial "ser un poco bipolar" es el equivalente moderno del "estar un poco 'depre'" de los viejos tiempos.

"Estaría bien recordar que los primeros psiquiatras que definieron la categoría de maniacodepresivo pretendían exactamente lo contrario: ir más allá de las fluctuaciones en el ánimo que se pueden ver en la superficie. Cualquiera tiene fluctuaciones en el ánimo, pero eso no nos convierte en maniacodepresivos", explica a EL MUNDO Leader, que, por cierto, prefiere la calificación antigua, maniaco-depresivo, a la palabra bipolar. "Lo que importaba entonces no era el comportamiento, la superficie, lo que importaban eran los procesos, las relaciones entre unos comportamientos y otros. Deberíamos volver a trabajar en ese sentido para deshacer la confusión de la actual psiquiatría como un mercado", continúa.

La segunda razón por la que el trastorno bipolar está en el centro de nuestro mundo tiene que ver con la chica de la serie 'Homeland': allí donde las personas depresivas son sombrías y la esquizofrenia está asociada al miedo y la violencia, los sujetos maniacodepresivos pueden ser en sus momentos de alza expresivos, divertidos, generosos, creativos, sexis... Pueden ser incluso aprovechables para el trabajo si aparece por ahí un jefe que sepa interpretar sus momentos. ¿Suena un poco a la visión romántica y naíf de la cocaína en los 20? Sí, claro. Hace unos años, un anuncio de Virgin mostraba a Richard Branson como un capitán de navío frenético y genial. "¡Cuidado que le sube el litio!", decía a la cámara un colaborador de Branson. Como si la enfermedad fuera una juerga inolvidable.

"En un mundo como el nuestro en el que nadie se siente muy seguro con su trabajo, existe la expectativa de que todos debemos entregarnos a cada proyecto profesional con absoluto entusiasmo, debemos poner el alma y el cuerpo, trabajar hasta la madrugada si hace falta... El resultado es que, cada vez más, nuestro ritmo de trabajo consiste en una sucesión de altos y bajos, ponemos toda nuestra energía en momentos concretos y después languidecemos hasta la siguiente vez". Trabajar así, explica Leader, no es lo mismo que tener un trastorno bipolar. Pero, de alguna manera, ayuda a poner la enfermedad en nuestro mapa, nos familiariza con ella, nos anima a sentirnos "un poco bipolares".

Un ejemplo reciente: 'Homeland'. El guionista que tuvo la idea de cargar con un trastorno bipolar la cabeza de su protagonista debe de saber algo del tema. De pronto suena un disco de jazz (¡muy apropiado!) y la realidad cobra perfiles insoportablemente nítidos en la cabeza de Carrie Mathison. Como una iluminada, la chica empieza a entenderlo todo. Todo: los dobles y los triples juegos, los señuelos, las relaciones inimaginables que llevan de no sé qué banco en Caracas a un despacho en Washington D.C., de un ministerio de Teherán a una mezquita de Islamabad... Carrie recoge sus iluminaciones en un tablero de corcho, en forma de apuntes, fotos y recortes. Su excitación va en aumento, suda por la frente, los ojos se le salen de las órbitas. Necesita compartir su epifanía. Llaman a la puerta, llega alguien, mira el mural y no entiende nada: "¿Pero qué locura es ésta, Carrie?". Y en ese momento de incomprensión profunda y dolorosísima, la chica empieza a descomponerse, el subidón culmina su Tourmalet y se lanza al descenso, a toda velocidad, hacia la paranoia, la depresión y la tiritona. Los perfiles que antes eran tan nítidos se vuelven informes. El jazz suena cada vez más alto y caótico. Que alguien llame a urgencias, por favor.

Carrie Mathison no es la única bipolar que se ha ganado un sitio en la cultura popular moderna. Internet está lleno de listas de maniacodepresivos chic: Balzac, Van Gogh, Hemingway, Stephen Fry, Proust, Dalí, Goethe, Juan Ramón Jiménez, Morante de la Puebla... Aunque lo mejor sería tomarse las listas con prudencia: el poeta Pedro Casariego Córdoba también aparece en alguna de ellas, pero su hermano el novelista Martín Casariego lo desmiente 21 años después de su muerte: "No sé qué tenía exactamente Pedro. Estaba normal o deprimido, y a veces estaba contento, pero no eufórico".

¿Hablamos ya del mito que relaciona creatividad y trastorno bipolar? A Guillermo Cabrera Infante le diagnosticaron un trastorno bipolar en 1972. Su caso no es ningún secreto pero tampoco es célebre. Su viuda, Miriam Gómez, no recuerda la primera crisis maniacodepresiva del novelista cubano: "Fue en un intenso periodo de trabajo con guiones en inglés, [Guillermo] se bloqueó completamente hasta quedar en un estado vegetativo: salió después de 18 electrochoques y con la memoria borrada. Lo declararon bipolar. Desde ese momento hizo lo que pudo, escribió lo que le dio la gana a la hora que le daba la gana; sólo lo calmaba escribir, por eso ha dejado tanto material, a veces distintas versiones del mismo tema como pasa con 'La ninfa constante'... Entre una crisis y otra variaba la música de lo que escribía, aunque fuera el mismo tema".

"Él mismo», continúa Miriam Gómez, "se analizaba tratando de comprender lo que le ocurría. Cuando estaba bajo se levantaba... y a escribir. Cuando estaba muy bajo no escribía, se estaba quieto en una meditación total. Cuando estaba eufórico entraba en la fase que yo más temía, pues hacía cosas como entrar a un hotel del barrio donde, a comienzos de los años 40, vivían muchos jubilados y viudas. Algunas mujeres habían desaparecido asesinadas por otro huésped... Guillermo se dirigía a la carpeta [la recepción] y pedía por el huésped John George Haigh: [las recepcionistas] casi siempre eran muchachas, miraban la lista de arriba abajo y nunca encontraron al tal John, que fue un famoso asesino entre los asesinos, conocido como el Acid Bath Murderer. Cuando estaba 'high', volvía a ser el mismo Guillermo de La Habana y hacer esas cosas que cuenta en 'Tres tristes tigres'. Lo malo es que después de la subida venía la caída, y cuanto más alta era la subida, la caída era más profunda. Pero mientras vivió nunca se aburrió... Siempre tuvo el cine. Nunca olvidaré el día que lo arrastré a ver 'Blade runner' en un estado extremo. 'Blade runner' hizo un milagro, la persona que salió del cine no fue la que entró".

Cuando se tiene noticia del padecimiento de Guillermo Cabrera Infante, la primera tentación es pensar que, claro, su trastorno fue la clave que explica toda su obra: ¿qué es 'Tres tristes tigres' sino un subidón de litio, el ataque de locuacidad y de audacia de un maniacodepresivo en su 'high', como dice Miriam Gómez? La viuda del escritor, en cambio, no cree que sea justa esa interpretación. "La locuacidad de Guillermo es la locuacidad cubana; los giros inesperados son los de una persona que pensaba con una rapidez inesperada; las relaciones geniales se deben a que Guillermo era muy inteligente y tenía un gran sentido del humor, que le daba más brillantez a lo que decía o escribía, además de una cultura sin fronteras, pues para él no había alta ni baja cultura. El ritmo frenético tiene que ver con la prosa entendida como música: una palabra lo llevaba a otra, con el ritmo que oía mientras escribía jazz, bolero, un son, un mambo o música clásica, casi toda francesa; siempre la música de fondo marcando el ritmo en su escritura", recuerda la actriz cubana desde su casa de Londres.

Creatividad
Leader también relativiza la idea de que hay una puerta que lleva del trastorno bipolar a la genialidad: "Se han trazado muchas líneas que van de la creatividad al llamado trastorno bipolar, pero casi todas están equivocadas. Es verdad que una parte nuclear del trastorno consiste en la necesidad de comunicar y de expresarse, pero una persona maniacodepresiva no está mejor ni peor dispuesta para la creación que cualquier otro". En realidad, explica Leader, el mito del loco-genio va en sentido contrario. "Muchas de las señales que interpretamos como pruebas de que una persona 'no está bien' son, en realidad, actos creativos, las formas con las que esa persona intenta encontrar soluciones a sus problemas. Hasta un delirio es una forma de creatividad y debe ser considerado como tal".

Y alguno se acordará en este punto de David Foster Wallace, del que tantas veces se ha dicho que fue el gran novelista de nuestro tiempo y que, también él, recibió el diagnóstico de un trastorno bipolar.Sin embargo, el autor de 'La broma infinita' estaba convencido de que todo era un error: "En realidad, Wallace no aceptó nunca la idea de que tuviera un trastorno bipolar.Él estaba convencido de que lo suyo era una depresión atípica y logró ser tratado como tal con cierto éxito".

El que lo recuerda es D.T.Max, periodista estadounidense que hace un año y medio presentó en España la biografía de David Foster Wallace, 'Todas las historias de amor son historias de fantasmas' (Debate). En sus páginas había una idea que era casi un punto de partida: Thomas Pynchon era el hombre en el espejo para Wallace, la referencia con la que medirse, a la que imitar, al que amar y al que odiar.

De Pynchon sabemos muy poco, sería una tontería especular con su diagnóstico.Pero podemos estar de acuerdo en que sus novelas, como las de Cabrera Infante, tienen el litio por las nubes: las visiones geniales, las relaciones insólitas, el ruido y el ritmo, como si una banda de 'bebop' se hubiera instalado en la cabeza del lector... Entonces, si David Foster Walllace admiraba a Thomas Pynchon y si era más o menos maniaco depresivo... ¿Por qué le salió en 'La broma infinita' la gran novela sobre la depresión? ¿Por qué no se subió al cohete del trastorno bipolar como su ídolo? "Le diría que 'Westward' (un relato incluido en 'La chica del pelo raro') sí era la historia de un escritor con trastorno bipolar... David tenía miedo al diagnóstico bipolar, sentía que no se ajustaba bien a la complejidad de su caso... Pero yo no soy psiquiatra, no sé lo que los profesionales podrían pensar de sus síntomas".

El mismo año en el que apareció la biografía de David Foster Wallace llegó a España 'La trama nupcial' (Anagrama), de Jeffrey Eugenides.Su protagonista era un científico que también tenía trastorno bipolar y que también llevaba una bandana en la cabeza, como David Foster Wallace. Su drama consistía en que, si no se medicaba, era un tipo genial y encantador pero también sufría y hacía sufrir a las personas queridas; en cambio, si tomaba las pildoras, vivía en paz pero engordaba, perdía los reflejos y el apetito sexual. Se sentía menos vivo.

Al final, es imposible hablar del trastorno bipolar y no discutir sobre las medicinas: "Guillermo se aferró al litio; se negaba a usar los nuevos medicamentos y el litio es pésimo para los riñones. Al final lo estaban preparando para diálisis y pensábamos mudarnos a Mula, en Murcia, un lugar maravilloso en España donde tienen uno de los mejores y más humanitarios centros de diálisis de Europa. Pero no nos dio tiempo", recuerda Miriam Gómez.

"Creo que David se sintió cómodo con su medicación durante mucho tiempo... Hasta que, al final de su vida, dejó las píldoras porque le preocupaba que tomarlas le impidiera escribir bien. Además, hubo otros factores: desde que estuvo en un programa de Alcohólicos Anónimos para dejar de beber, quiso vivir completamente limpio y por eso desdeñó el nardil [un principio antidepresivo]", explica D.T., Max.

Y termina Leader: "El tiempo es la clave. En los servicios de urgencias psiquiátricas nunca hay suficiente tiempo para que el maniacodepresivo explore en su historia, podamos comprender su problema y entonces tratarlo. No tenemos tiempo, pero tenemos pastillas, así que usamos pastillas, aunque los efectos secundarios sean peligrosos".
http://www.elmundo.es/cultura/2015/01/26/54c573b922601dda678b456e.html
 
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TESTIMONIO Un drama revelado

"Ya no quiero vivir sin ti"
  • A la luz el diario inédito de Marga G.Roësset, suicida por amor a Juan Ramón Jiménez
ANTONIO LUCASMadrid
Actualizado: 28/01/2015 02:34 horas0


Marga Gil Roësset dejo un sobre en el primer piso de la calle Padilla 38, en Madrid. Allí vivían Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez, en un edificio proyectado por el arquitecto Bernardo Giner de los Ríos como casa palacio. Muy de mañana, la joven escultora y pintora hizo el último recado y regresó a Las Rozas, a casa de su tío Eugenio. Buscó la pistola del abuelo, comprobó las balas del tambor y a media tarde se abrió un clavel de sangre en la sien derecha.Era el 28 de julio de 1932.

El su***dio de Marga Gil Roësset llenó la casa de luto. Marga era escultora y pintora. A los 10 años publicó sus primeras ilustraciones acompañando algunos cuentos de su hermana Consuelo. Después fue afianzando su pasión por el arte y, ya con la escultura como entusiasmo primero, entró de alumna en el taller del pintor López Mezquita y después al amparo del escultor Victorio Macho. Pero ella, difícil de domar, prefirió aprender a manejar trepanador y buril con reglas propias.

Juan Ramón Jiménez tardó un día en abrir el sobre póstumo de Marga. Un día en leer las 68 páginas que contenía. Un día en comprender que aquella muchacha de 24 años que se había alojado un balín entre los parietales lo hizo por un amor incalculable. Un amor desenfrenado. Por una colérica admiración a él, a su poeta. 'El diario de Marga', escrito a lápiz, compulsivo a ratos, intenso, doliente, con la caligrafía desguazada en algún momento,ha permanecido inédito 82 años hasta la edición que presenta ahora la Fundación José Manuel Lara siguiendo las pautas de Juan Ramón, que lo conservó dentro de una carpeta amarilla con una inscripción autógrafa: "Lo de Marga". Y dentro, las cuartillas junto a recortes y fotografías de aquella muchacha descompensada de amor y con un talento al que temprano le madrugó la madrugada.

Juan Ramón y Zenobia dejaron España en 1936. Buena parte del archivo de la pareja quedó al cuidado de su fiel Juan Guerrero Ruiz. "Entre otras piezas, conservó la carpeta amarilla con 'Lo de Marga' y el busto que la escultora hizo de Zenobia, hoy en la casa-museo del poeta en Moguer (Huelva)", explica Carmen Hernández-Pinzón, representante del legado del Nobel. "Durante años, el 'Diario de Marga' obsesionó a Juan Ramón. Y entre los encargos principales que le hizo a mi padre estaba el de recuperarlo y algún día sacarlo a la luz. La muerte de Marga fue un durísimo golpe para Zenobia y para él. Desde que la conocieron a la salida de un recital de ópera en Madrid, Marga se convirtió en presencia constante. Y jamás traspapelaron el recuerdo. Es más, en Juan Ramón siempre quedó un cierto poso de amargura".

Tardó tiempo el poeta en dar noticia a Zenobia de aquel pomo de desesperaciones que le dejó Marga en 68 folios: "Este manuscrito me lo dejó la pobre Marga la mañana del día que se mató. Como yo estaba esa mañana abstraído en mi trabajo y creí que lo que me dejaba Marga era algún poema para que yo se lo repasara, no lo miré ese día. Además, ella me dijo: 'No lo leas ahora'. No te lo he dado porque creo que es mejor no dártelo. Tampoco puedo romperlo; sentiría como si rompiera a Marga muerta. Puedes leerlo. Pero no varíes de sentimiento por Marga, ni pienses mal de ella". Zenobia ni varió el sentimiento ni pensó mal. La historia es la que es. La muerte es lo que queda.

"Y es que... Ya no quiero vivir sin ti ... no... ya no puedo vivir sin ti... tú, como sí puedes vivir sin mí... debes vivir sin mí (...) Mi amor es infinito!... La muerte es... infinita... el mar es infinito... la soledad infinita...".

Es el último rastro de Marga Gil Roësset. En 'Españoles de tres mundos', Juan Ramón le dedicó un hermoso texto donde daba cuenta de lo que ella supuso de gracia y revelación: "Si pensaste al morir que ibas a ser bien recordada, no te equivocaste, Marga. Acaso te recordaremos pocos, pero nuestro recuerdo te será fiel y firme. No te olvidaremos, no te olvidaré nunca. Que hayas encontrado bajo la tierra el descanso y el sueño, el gusto que no encontraste sobre la tierra. Descansa en paz, en la paz que no supimos darte, Marga bien querida". El poeta siempre tuvo en la mesilla de su escritorio una pequeña foto de la joven artista, enmarcada. La misma que hoy ilustra la portada de la edición de su diario. Tantos años después.
http://www.elmundo.es/cultura/2015/01/28/54c7f67022601de4598b4571.html
 
Las sombras de la familia Cervantes
  • Miguel de Cervantes tuvo dos hijos secretos, Promontorio en Nápoles, e Isabel en Madrid
  • En 1599, tras ser reconocida como hija natural, Isabel adquiere el apellido Saavedra
  • De sus hermanas sólo tiene hijos Andrea de Cervantes, madre de Constanza de Ovando
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Retrato del escritor Miguel de Cervantes. Juan de Jaurigni.

CLARA FELISMadrid
Actualizado: 31/01/2015 12:23 horas2
Promontorio e Isabel, los hijos bastardos del verdadero caballero de la triste figura, Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) permanecieron ocultos, inexistentes, invisibles al tiempo, a sus orígenes, repudiados por su auténtica familia. El primero, nace según algunas fuentes, en 1575 en Nápoles fruto del romance que mantiene el escritor con "una señora de Nápoles". La segunda, reconocida como hija natural casi a los quince años de edad, se gesta en uno de los habituales encuentros que el escritor mantenía con su amante, la tabernera madrileña Ana Franca de Rojas. Dos personajes reales que sin duda superan a aquellos que se encuentran en las páginas de la ficción cervantina.

El autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha viene al mundo un 29 de septiembre de 1547 en la localidad de Alcalá de Henares, -según las informaciones conocidas hasta la fecha-, como resultado de la unión entre Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas.

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Partida de bautismo de Miguel de Cervantes.

Miguel de Cervantes Saavedra es el cuarto de siete hermanos:Andrés (1543), Andrea (1544), Luisa (1546), Rodrigo (1550),Magdalena (1553) y Juan (1555). Una familia con tantos miembros como secretos. "Se sabe muy poco de los hermanos de Cervantes porque sólo ha quedado de ellos registros "oficiales"(menciones en testamentos y en los pleitos en los que estuvieron su padre y su hermano Miguel), que tampoco son muy numerosos a causa de la vida itinerante de todos ellos, ya desde los años en que su padre anduvo errante tras su prisión en Valladolid", señala el historiador Antonio Terrasa.

Es complejo conocer cómo se estructuran y evolucionan las distintas generaciones de la saga Cervantes. Faltan datos sobre la vida de Juan, de quien se sabe de su existencia por el testamento de su padre, o Magdalena, que según unos nace en Valladolid y según otros en Madrid.

Las últimas mujeres de la saga Cervantes
De las mujeres de la casa, la única que tuvo descendencia directa fue Andrea de Cervantes, madre de Constanza de Ovando -apellido que adquiere de su padre biológico, Nicolás de Ovando-, con quien se promete pero con el que no casa por la fuerte oposición que muestran los padres del joven.

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Convento de las Carmelitas Descalzas en Alcalá de Henares./OBISPADO DE ALCALÁ.

Las otras dos hermanas, Luisa de Cervantes y Magdalena de Cervantes, se dedican a la vida religiosa y mueren sin descendencia. La primera ingresa a los 18 años en la orden carmelitana y permanece hasta el día de su muerte, en 1623, en elconvento de Las Carmelitas Descalzas de Alcalá de Henares. Magdalena de Cervantes, entra el 8 de junio de 1609 en la Orden Tercera de San Francisco de Madrid y allí fallece el 28 de enero de 1611.

Pequeñas pinceladas que dibujan, de forma difusa y algo empastada, las ramas de un árbol genealógico, incompleto, fantasmagórico, cargado de datos inexistentes, huídas, deudas y adulterio. Unos paisajes que se reflejan, de manera indirecta y metafórica, en los escritos de Cervantes. Como ocurre en El Viaje del Parnaso (1614), un extenso poema que toma como referencia Il Viaggio di Parnaso de Cesare Caporali. En él se describe el viaje que hacen los mejores poetas al Monte Parnaso para visitar a Apolo. Un recorrido que mezcla fantasía con autobiografía y donde el autor deja entrever a través de personajes imaginarios, episodios de su propia vida.

Entre Nápoles y Madrid
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Portada del poemaViaje del Parnaso , publicado en 1614.

En el capítulo octavo describe aPromontorio, su supuesto hijo. Lo único que se sabe de él es que vive y que ejerce de soldado. A su madre, que adopta en el texto el nombre poético de Silena, se le ubica en Nápoles. Así lo describe su pluma: "Llegáse, en esto, a mí, disimulado/ un mi amigo, llamado Promontorio,/ mancebo en días, pero gran soldado/. Creció la admiración, viendo notorio/ y palpable que en Nápoles estaba/ espanto a los pasados acesorio/ Mi amigo tiernamente me abrazaba,/ y con tenerme entre sus brazos, dijo/ que del estar yo allí mucho dudaba./Llamóme padre, y yo llaméle hijo/: quedó con esto la verdad en punto/ que aquí puede llamarse punto fijo/Díjome Promontorio: Yo barrunto,/ padre, que algún caso a vuestras canas/ las trae tan lejos, ya semidifunto.

Más documentación y fechas existen sobre Isabel de Cervantes y Saavedra (1584-1652), la hija "bastarda" del escritor, consecuencia de la relación extramatrimonial de Cervantes con Ana de Villafranca de Rojas.

La relación entre Ana y Miguel se inicia en febrero de 1584. Él no llevaba ni un año casado, -contrajo nupcias con Catalina de Palacios el 12 de diciembre de ese año en Esquivias-. Ana de Villafranca, en cambio, ya llevaba cuatro años con Alonso Rodríguez, con quien se une en matrimonio el 11 de agosto de 1580. De esa relación clandestina surge la única hija naturaldel escritor, -con Catalina de Palacios no tiene ningún hijo-. Tras la muerte de su madre, de Rojas, en 1598, Isabel es adoptada por la familia Cervantes a través de Magdalena. "En 1599 se puso al servicio de Magdalena, la hermana de Cervantes, por dos años y por 20 ducados; su tía, además, se comprometía a alimentarla, darle techo y enseñarle a hacer labor y coser", analiza Terrasa.

La adquisición del apellido Saavedra
Una acogida que le permite adoptar el apellido Saavedra. "Desde su nacimiento hasta 1599 figura como Isabel Rodríguez, porque en la partida de confirmación, Ana Villafranca no declara que es hija natural de Cervantes. Es en 1599 cuando Isabel adopta el apellido de Saavedra y ya en 1608 aparece como Isabel de Cervantes y Saavedra", explica Emilio Maganto Pavón, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, investigador cervantino y autor del libro Isabel de Saavedra. Los enigmas en la vida de la hija de Cervantes (Ed. Complutense, 2013). En él, el autor aporta más documentación a la investigación llevada a cabo por Luis Astrana Marín en su obra Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra (1958).



Emilio Maganto Pavón: "La relación de Isabel con las hermanas de Cervantes, especialmente con Magdalena no fue ideal. En el testamento que deja en 1610 ni se nombra a Isabel"
Entre las novedades destaca lapartida bautismal de Isabel de Saavedra, hasta ahora desconocida. "El documento tiene como fecha abril de 1584, meses antes de lo que decía Astrana. Concuerda el año y la parroquia de Ana de Villafranca, que pertenecía a la iglesia de los santos Justo y Pastor".

Un reconocimiento que va ligado a las costumbres de la época y a la idea que por aquel entonces se tenía de la familia. "El concepto de familia era distinto, por aquel entonces la familia iba ligada al concepto de casa. Es decir, la casa de Cervantes era la familia de Cervantes", apunta Pedro García Martín, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid.

Confrontaciones familiares
La vida de Isabel dentro de su nueva familia no es fácil. Conocidos son los enfrentamientos que tuvieron ambos bandos, entre otras cosas, por la agitada vida privada que lleva. En 1606 se casa con Diego Sánz del Águila, con quien tiene en 1607 a su hija, Isabel Sanz. A pesar de que así consta en las capitulaciones matrimoniales de Isabel de Cervantes con Luis de Molina, su segundo marido, con quien se casa en 1608, varios estudiosos como Krzysztof Sliwa, profesor de la Universidad Tufts en Massachusetts afirman que el padre biólogico de la nieta de Cervantes, muerta dos años después de nacer (1610), es Juan de Urbina, amante de Isabel de Saavedra.

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Fachada de la Casa de Cervantes en Alcalá de Henares.

No es la primera vez que las mujeres cervantinas están en los corrillos populares, de hecho "a las hermanas de Cervantes se las conocía como Las Cervantas, por la vida, digamos, un tanto ligera que llevaban. Las visitas que tenían en casa de amigos, los regalos que recibían", anota García Martín.

Rechazo frontal
Este rechazo de muestran las hermanas complica la convivencia entre ambas partes. "Isabel nunca aceptó pertenecer a la familia Cervantes. Hubo varios enfrentamientos, entre ellos el delmatrimonio con Luis de Molina, con quien la casan para mantenerla sujeta. La relación con las hermanas de Cervantes, especialmente con Magdalena no fue ideal. De hecho en el testamento que deja en 1610 ni se nombra a Isabel, y era su tía, la había tutelado desde que llegó", matiza Pavón, quien señala que todo este ambiente hace que "Isabel desarrolle una personalidad perversa con un espíritu vengativo, de ahí los conflictos judiciales con Juan de Urbina o Luis de Molina, con quien no hace ninguna vida matrimonial ", remarca Pavón.

A pesar de las investigaciones realizadas hasta la fecha, entre las que se encuentra el análisis y estudio de la tumba del escritor, la familia Cervantes plantea preguntas que siguen sin tener respuesta. Por ejemplo, ¿Por qué motivos Miguel de Cervantes añade Saavedra a su apellido tras volver de Argel? ¿Por qué en algunos escritos Constanza se apellida "de Ovando" y en otros "de Figueroa"? ¿De dónde provenía el dinero que prestaba Isabel de Saavedra a sus contactos si no tenía oficio?. Quizá el tiempo y los estudios contesten estas cuestiones, o quizá se enmarquen en un interrogante infinito, eterno, acrecentando el enigma de los Cervantes. Todo un misterio.
http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/01/31/54cbcf60268e3e572b8b4578.html
 
'Una vez soñamos que no nos conocíamos.
Y nos conocíamos
Y nos despertamos al ver como nos amábamos'

Rabindranath Tagore
Pájaros Perdidos numero 9
 
Me parecen una maravilla y se tendrían que recordar más amenudo.



Los diez mejores poemas de amor
manuel de la fuentemanolhito / madrid
Día 11/02/2015 - 09.17h

Celebramos San Valentín con los mejores versos amorosos en castellano. Hay miles más, pero estos son imprescindibles


1.- Garcilaso de la Vega, poeta y soldado


Soneto V- Escrito está en mi alma vuestro gesto...

Escrito está en mi alma vuestro gesto

y cuanto yo escribir de vos deseo;

vos sola lo escribistes, yo lo leo

tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;

que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,

de tanto bien lo que no entiendo creo,

tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;

mi alma os ha cortado a su medida;

por hábito del alma misma os quiero;

cuanto tengo confieso yo deberos;

por vos nací, por vos tengo la vida,

por vos he de morir y por vos muero.


2.- Santa Teresa, amor de santidad


Aquellas palabras.

Ya toda me entregué y di

y de tal suerte he trocado,

que es mi amado para mí,

y yo soy para mi amado.

Cuando el dulce cazador

me tiró y dejó rendida,

en los brazos del amor

mi alma quedó caída.

Y cobrando nueva vida

de tal manera he trocado

que es mi amado para mí,

y yo soy para mi amado.

Hirióme con una flecha

enherbolada de amor,

y mi alma quedo hecha

una con su Criador,

ya no quiero otro amor

pues a mi Dios me he entregado,

y mi amado es para mi,

y yo soy para mi amado.


3.- Lope de Vega, amor a raudales


No sabe qué es amor quien no te ama...

No sabe qué es amor quien no te ama,

celestial hermosura, esposo bello,

tu cabeza es de oro, y tu cabello

como el cogollo que la palma enrama.

Tu boca como lirio, que derrama

licor al alba, de marfil tu cuello;

tu mano en torno y en su palma el sello

que el alma por disfraz jacintos llama.

¡Ay Dios!, ¿en qué pensé cuando, dejando

tanta belleza y las mortales viendo,

perdí lo que pudiera estar gozando?

Mas si del tiempo que perdí me ofendo,

tal prisa me daré, que aun hora amando

venza los años que pasé fingiendo.


4.- Francisco de Quevedo, polvos de amor


Amor constante más allá de la muerte.

Cerrar podrá mis ojos la postrera

Sombra que me llevare el blanco día,

Y podrá desatar esta alma mía

Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera

Dejará la memoria, en donde ardía:

Nadar sabe mi llama el agua fría,

Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,

Venas, que humor a tanto fuego han dado,

Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;

Serán ceniza, mas tendrá sentido;

Polvo serán, mas polvo enamorado.


5.- Pedro Salinas, qué voz a ti debida


Serás, amor...

¿Serás, amor

un largo adiós que no se acaba?

Vivir, desde el principio, es separarse.

En el mismo encuentro

con la luz, con los labios,

el corazón percibe la congoja

de tener que estar ciego y sólo un día.

Amor es el retraso milagroso

de su término mismo:

es prolongar el hecho mágico

de que uno y uno sean dos, en contra

de la primer condena de la vida.

Con los besos,

con la pena y el pecho se conquistan,

en afanosas lides, entre gozos

parecidos a juegos,

días, tierras, espacios fabulosos,

a la gran disyunción que está esperando,

hermana de la muerte o muerte misma.

Cada beso perfecto aparta el tiempo,

le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve

donde puede besarse todavía.

Ni en el lugar, ni en el hallazgo

tiene el amor su cima:

es en la resistencia a separarse

en donde se le siente,

desnudo altísimo, temblando.

Y la separación no es el momento

cuando brazos, o voces,

se despiden con señas materiales.

Es de antes, de después.

Si se estrechan las manos, si se abraza,

nunca es para apartarse,

es porque el alma ciegamente siente

que la forma posible de estar juntos

es una despedida larga, clara

y que lo más seguro es el adiós.


6.- Pablo Neruda, torrente de amor


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos

árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis

brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


7.- Miguel Hernández, el rayo del amor

Canción del esposo soldado

He poblado tu vientre de amor y sementera,

he prolongado el eco de sangre a que respondo

y espero sobre el surco como el arado espera:

he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,

esposa de mi piel, gran trago de mi vida,

tus pechos locos crecen hasta mí dando saltos

de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,

temo que te me rompas al más leve tropiezo,

y a reforzar tus venas con mi piel de soldado

fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,

te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.

Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,

ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,

sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa

te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho

hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa

mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,

te acercas hacia mí como una boca inmensa

de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:

aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,

y defiendo tu vientre de pobre que me espera,

y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,

envuelto en un clamor de victoria y guitarras,

y dejaré a tu puerta mi vida de soldado

sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.

Un día iré a la sombra de tu pelo lejano.

Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo

cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,

y tu implacable boca de labios indomables,

y ante mi soledad de explosiones y brechas

recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.

Y al fin en un océano de irremediables huesos,

tu corazón y el mío naufragarán, quedando

una mujer y un hombre gastados por los besos.


8.- Pablo Milanés, amor a la cubana

Yolanda

Esto no puede ser no mas que una cancion

quisiera fuera una declaracion de amor

romantica sin reparar en formas tales

que ponga freno a lo que siento ahora a raudales

te amo

te amo

eternamente te amo

si me faltaras no voy a morirme

si he de morir quiero que sea contigo

mi soledad se siente acompañada

por eso a veces se que necesito

tu mano

tu mano

eternamente tu mano

cuando te vi sabia que era cierto

este temor de hallarme descubierto

tu me desnudas con siete razones

me abres el pecho siempre que me colmas

de amores

de amores

eternamente de amores

si alguna vez me siento derrotado

renuncio a ver el sol cada mañana

rezando el credo que me has enseñado

miro tu cara y digo en la ventana

Yolanda

Yolanda

eternamente yolanda

Yolanda

eternamente Yolanda

eternamente Yolanda


9.- Borges, el bibliotecario enamorado



Una despedida

Tarde que socavó nuestro adiós.

Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un

ángel oscuro.

Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda

intimidad de los besos.

El tiempo inevitable se desbordaba sobre el abrazo inútil.

Prodigábamos pasión juntamente, no para nosotros

sino para la soledad ya inmediata.

Nos rechazó la luz; la noche había llegado con urgencia.

Fuimos hasta la verja en esa gravedad de la sombra

que ya el lucero alivia.

Como quien vuelve de un perdido prado yo volví de

tu abrazo.

como quien vuelve de un país de espadas yo volví

de tus lágrimas.

Tarde que dura vívida como un sueño

entre las otras tardes.

Después yo fui alcanzando y rebasando

noches y singladuras.


http://www.abc.es/cultura/libros/20150211/abci-poemas-amor-201502101814_1.html

Y como se le ha olvidado uno al abc.es, voy a poner yo el décimo, aunque éste, no es especialmente de amor.

Federico García Lorca
ROMANCE DE LA PENA NEGRA

A José Navarro Pardo

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

*

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!
 
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