Pedro J. Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada rompen después de 30 años. Update: Entrevista en Hola.

Creo que he resuelto el enigma. Los hijos naturales no pueden heredar los títulos, a menos que la propia carta del título lo indique. Al casarse, estos hijos dejaron de ser naturales para convertirse en legítimos. Quiero muchos bingos ya.
https://books.google.es/books?id=lWs-WYVMxIMC&pg=PA245&lpg=PA245&dq=títulos+nobiliarios+hijos+naturales&source=bl&ots=Pgl_GqZWJL&sig=WRLyDVpcEwgc8azhLqoUTt6lF0g&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjk6KbBv-jUAhUHZFAKHW9lAr0Q6AEIPTAD#v=onepage&q=títulos nobiliarios hijos naturales&f=false
hace poco una hija natural gano un juicio a su padre natural ya fallecido porque éste habia cedido-traspasado su titulo nobiliario a su hermano menor para que ELLA no pudiese heredarlo. La chavala gano el juicio y no lleva ni sus apellidos, creo que no estaba ni reconocida. Y es condesa (el padre iba a fallecer cuando hizo todo el traspaso de titulos)- Osea: ya hay jurisprudencia en el tema y los hijos naturales entran en el computo de herederos a titulos nobiliarios (Olgina de Robilant deberia de reclamar el Trono de España ya jajaja)

No es el tema titulos el que les hizo casarse... porque no parece que sea necesario y nadie va a reclamara los titulos de Agatha salvo sus hijos
 
hace poco una hija natural gano un juicio a su padre natural ya fallecido porque éste habia cedido-traspasado su titulo nobiliario a su hermano menor para que ELLA no pudiese heredarlo. La chavala gano el juicio y no lleva ni sus apellidos, creo que no estaba ni reconocida. Y es condesa (el padre iba a fallecer cuando hizo todo el traspaso de titulos)- Osea: ya hay jurisprudencia en el tema y los hijos naturales entran en el computo de herederos a titulos nobiliarios (Olgina de Robilant deberia de reclamar el Trono de España ya jajaja)

No es el tema titulos el que les hizo casarse... porque no parece que sea necesario y nadie va a reclamara los titulos de Agatha salvo sus hijos
En este caso hay otra rama de la familia que se los disputaría a los "naturales": la de su tío, que es hermano menor de Agatha y no sé si tendrá hijos legítimos; Ágatha le ganó el famoso juicio en Europa. Con la boda han resuelto el problema. El caso que mencionas es de dos hermanos en disputa es muy interesante (hija natural, ¿o ilegítima?, frente a hermano menor legítimo). Sería interesante saber si esta hija era natural o ilegítima para conocer la jurisprudencia.
 
En este caso hay otra rama de la familia que se los disputaría a los "naturales": la de su tío, que es hermano menor de Agatha y no sé si tendrá hijos legítimos; Ágatha le ganó el famoso juicio en Europa. Con la boda han resuelto el problema. El caso que mencionas es de dos hermanos en disputa es muy interesante (hija natural, ¿o ilegítima?, frente a hermano menor legítimo). Sería interesante saber si esta hija era natural o ilegítima para conocer la jurisprudencia.
tienes razon!!! el hermano al que Agatha "arrebato" el titulo... ése si que daria guerra a tope. Efectivamente mejor no tentar al Diablo y proceder a firmar un contrato de matrimonio aun y sea solo por los hijos y sus titulos. El caso de la jurisprudencia no hace mas de dos o tres añoss creo qeu se puede encontrar facilmente... ahora pruebo, mira lo encontré y se trata de una hija reconocida via juicio y test ADN: http://www.abc.es/sociedad/20140328/abci-hijos-ilegitimos-titulos-nobiliarios-201403272315.html
 


Gracias por el magnífico artículo, deja clara la situación y no la versión almibarada que nos quieren vender. Que no vaya de mártir por la vida y menos de digna! que cuando llegó a la vida de Pedro J éste también estaba casado, supongo que su ex mujer Rocío también pensó ; está con una tía, y nunca mejor dicho!
 
AGATHA RUIZ DE LA PRADA
«HACE POCO ME PUSE UN BURKA PARA QUE NADIE ME VIERA»


EN CAMISA DE ONCE VARAS. Muy pocos diseñadores, quizá ninguno, son más atrevidos que ella. Sus prendas se reconocen a golpe de vista. Y aquí esta mujer que quiso ser psiquiatra defiende el poder curativo del llanto y la lealtad. ¿Cuál ha sido el gran amor de su vida? No lo duda, el próximo

IRENE HDEZ. VELASCO MADRID


Es una de las diseñadoras españolas más conocidas internacionalmente. Sin duda la más original, la más inclasificable, la más osada, la que menos indiferente deja, capaz de levantar tan encendidas pasiones como ardientes rechazos. Pero, como era de sospechar, a Agatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960), XII marquesa de Castelldosríus, Grande de España y ex señora de Pedro J. Ramírez, lo que menos le importa en este mundo es precisamente el qué dirán.


Pregunta.–¿Qué no soporta que digan de usted?

Respuesta.– Hago poco caso de lo que me dicen. En realidad, ninguno. Sé muy bien quiénes son mis enemigos y, sobre todo, sé quiénes son mis amigos. Lo demás me da igual.


P.– Los diseñadores visten a la gente. Usted pretende ponerles de buen humor. ¿Cómo se llama lo que usted hace?

R.– No lo sé. Pero antes de convertirme en diseñadora quise ser psiquiatra, y no es casualidad. El estado de ánimo se ve claramente en el aspecto físico, en la imagen de uno. Una persona que va vestida feliz suele ser feliz, y quien viste de manera desgraciada suele ser desgraciada. Cuando un psiquiatra ve a una persona lo primero que hace es observar su aspecto, porque ahí se ve clarísimamente si está deprimida o no. La ropa tiene mucho que ver con la mente. Yo creo firmemente que la ropa puede ser curativa.


P.– Y si sus prendas tratan de inocularle buen humor a quien las lleva, ¿cómo se las apaña para diseñar cuando está deprimida?

R.–Gracias a Dios no me deprimo. No me recuerdo deprimida nunca. Este año, por ejemplo, he pasado momentos horribles. Pero en ninguno he estado deprimida.


P.– ¿Y cómo lo consigue? ¿Se cayó de pequeña en una marmita llena de antidepresivos?

R.– Mi abuela era como yo. Pero sobre todo sé muy bien lo que es la depresión porque mi madre la sufría, y justo por eso odio la depresión. Puedo tener un disgusto, un mal rato, pero eso no me conduce a la depresión. Me lleva a luchar más, a otras cosas, pero no a deprimirme.


P.– ¿Tampoco llora?

R.– Llorar me encanta. Hubo una época en la que lloré muchísimo, pero llevaba años sin llorar. Y me parecía malo no llorar, porque berrear creo que te libera, que es bueno. Pero llorar no es estar deprimido.


P.– ¿ Ahora ha vuelto a llorar?

R.– Un poquito. Pero todavía tengo que llorar más.


P.– ¿Cuál es el colmo de la horterada?

R.– No hay nada más hortera que vestirse para parecer rico. Aunque uno sea rico, no tiene que evidenciarlo. Ir de rico siempre me ha parecido de muy mala educación.


P.– ¿Qué problema tiene usted con el negro?

R.– El color negro me recuerda a la muerte, y la muerte sí que me da miedo. El negro es un color de luto, y antes se guardaba mucho luto. Por ejemplo Isidoro Álvarez, presidente del Corte Inglés y un hombre al que he admirado mucho, se puso la corbata negra cuando murió su madre con 15 años y la llevó hasta que él falleció. El negro también me recuerda a la uniformidad, que es algo que odio. Nunca me ha molado el negro. Es más: me asusta el color negro.


P.– El burkini irrumpió con fuerza el verano pasado. ¿Qué piensa de esa prenda?

R.– Hace poco tuve que firmar unos papeles y no me apetecía que nadie me viera. Así que me puse un burka de Afganistán que alguien me había regalado. No lo había usado nunca, fue mi estreno con el burka.


P.– ¿Cree en el más allá?

R.– Sí, tengo la suerte de creer en el más allá. Cuando voy en un avión y empiezan las turbulencias rezo como una loca. Yo habré ido a misa más o habré ido menos, pero si hay algo que no soporto es que alguien se meta con el Papa o con los curas. No tolero esas bromas.


P.– ¿Qué le haría usted con las sotanas, los paramentos cardenalicios o la casulla papal?

R.– Quizás les daría un toque mío, pero los trajes de la Iglesia católica son lo más. Tienen detrás siglos de cultura y de tradición, me parecen maravillosos.


P.– ¿Rediseñaría la bandera española?

R.– No, la encuentro maravillosa. El rojo y el amarillo son de mis colores favoritos, me encantan. Lo que sí que le quitaría a la bandera son todos los dibujitos esos que lleva.


P.– Decía Shakespeare que la lealtad tiene el corazón tranquilo. ¿Usted lo tiene?

R.– Sí. Soy muy leal. Con mis amigas, con la gente que quiero, con todo. Siempre he sido muy leal, muy, muy leal.


P.– ¿Usted era la señora de Ramírez o Pedro J. era el señor de Ruiz de la Prada?

R.– Cada uno era sí mismo, éramos muy diferentes. Yo creía que era una buena asociación. Pero ahora no me importa buscar otras. Duró 30 años, algo que nadie se podía imaginar, algo que ni yo misma me podía imaginar. Y lo que no sé es por qué me sorprendió tanto, tantísimo que se acabara. Porque para mí fue una sorpresa morrocotuda. El otro día alguien me pregunto cuál había sido el gran amor de mi vida. Respondí sin dudarlo: el próximo.


P.– ¿Tropezaría dos veces en el mismo Pedro?

R.– No. Ya he tropezado una. Déjate, déjate.


P.– ¿Qué le da vergüenza?

R.– Cuando era pequeña mi madre me llevaba a unas clases para no tener vergüenza. Eran unas clases de yoga en las que, por ejemplo, te ponías a hacer el pájaro delante de todos. Después de hacer eso, perdías la vergüenza. Yo creo que no hay que tener vergüenza. Y la ropa ayuda a perder la vergüenza.


P.– ¿Nunca ha sentido que hacía el ridículo?

R.– Alguna vez, pero muy pocas. Tengo la cabeza muy preparada para no tener vergüenza. Quienes la tienen lo pasan fatal. Yo tengo poquísima vergüenza.
 
Yo no sé mucho de derecho. Sólo puedo deducir que si Agatha le preguntó por las casas es porque deben estar en régimen de gananciales. Si hubiese habido separación de bienes habría ido cada cual con lo suyo, salvando tal vez la vivienda familiar., si estaba a nombre de ambos ¿Es así?
Lo de la boda+divorcio es raro y sí suena a que él ya estaba con la otra cuando se casaron, aunque igual no pensaba divorciarse, como otras veces, hasta que la otra le presionó. Lo más extraño de todo es que la otra no se largase al ver que se casaba. Vaya fauna.


La OTRA no se largó cuando se casaron porque este matrimonio solo tenía como objetivo el que los hijos pudieran heredar los títulos nobiliarios, sin matrimonio no hay "paso" de títulos. La otra sabría bien (por PJ) el motivo y no le importó. Ahora ya están juntos y él divorciado, pueden casarse cuando quieran.
 
hace poco una hija natural gano un juicio a su padre natural ya fallecido porque éste habia cedido-traspasado su titulo nobiliario a su hermano menor para que ELLA no pudiese heredarlo. La chavala gano el juicio y no lleva ni sus apellidos, creo que no estaba ni reconocida. Y es condesa (el padre iba a fallecer cuando hizo todo el traspaso de titulos)- Osea: ya hay jurisprudencia en el tema y los hijos naturales entran en el computo de herederos a titulos nobiliarios (Olgina de Robilant deberia de reclamar el Trono de España ya jajaja)

No es el tema titulos el que les hizo casarse... porque no parece que sea necesario y nadie va a reclamara los titulos de Agatha salvo sus hijos


gus,
el título solo se hereda al fallecimiento del actual titular. No se puede "abdicar" , es decir, traspasar en vida je je
 

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