Al final bajito bajito, vamos a tener que dar la razón a Matteo Salvini, por hacer una política mirando primero por los italianos y después están los demás y tiene las narices de decirlo alto y claro.
Mateo Salvini mira primero por Mateo Salvini. Tiene un discurso totalmente demagógico que busca recolectar votos a base de populismo. Ejemplo: como miembro de la Liga Norte, defendía una política de desconexión de la zona Sur italiana, a la que consideraban un lastre y un atraso para el Norte rico. Por arte de magia, pasan un par de años y resulta más a cuenta tratar de lastre a los inmigrantes y hacerse con los votos de las clases trabajadoras del Sur, afectadas por la crisis. Si Salvini sirve para que aprendamos algo, es que dejar a un país abandonado frente a una ola migratoria, con una UE inoperante y una Italia desbordada, es el mejor estímulo para populismos.
Por cierto, ante la tendencia proteccionista de Salvini frente al exterior, resulta interesante preguntarse porqué se lleva tan bien con la Rusia de Putin...