POLÍTICA
SOS Pablo González, periodista español detenido en Polonia
“No hemos tenido acceso al expediente y las autoridades polacas no nos han dado ningún dato”, denuncia su abogado, Gonzalo Boye.

El periodista español Pablo González –vecino de Bizkaia y colaborador de varios medios de comunicación del Estado español, entre ellos el diario 'Gara', el digital 'Público' y la cadena de televisión laSexta– lleva 16 días detenido en Polonia –uno de los 27 Estados miembros de la Unión Europea–, en cuya cárcel de Rzeszow –próxima a la frontera con Ucrania– sigue en prisión preventiva. Después de más de dos semanas arrestado, las autoridades polacas por fin le han designado un abogado de oficio, aunque su letrado en España, Gonzalo Boye, sobre ese abogado sólo ha podido confirmar la identidad, según ha reconocido este miércoles, consultado por LÚH! “No me ha dicho más que «sí, soy el abogado designado»; al menos por el momento no me ha pasado los datos que le he requerido sobre la experiencia vivida por Pablo González y sobre su situación, unos datos que son necesarios para abordar su línea de defensa y quién va a llevar su defensa local”, ha dicho Boye, que ha calificado de “tremendo” y “preocupante” todo lo que rodea este caso, en el que se dan cita los servicios secretos de Ucrania –SBU–, Polonia –ABW– e incluso España –CNI–.
Del entorno de Pablo González, sólo su mujer ha podido hablar con él tras su detención –y sólo pudo hacerlo una vez, al poco de ser detenido el pasado 28 de febrero por la ABW cuando informaba desde territorio polaco sobre la crisis de refugiados provocada por la intervención militar de Rusia en Ucrania– y nadie ha podido visitarlo, a pesar de que “hemos pedido autorización para hacerlo”, explica Boye.
Polonia está gobernada por Mateusz Morawiecki (PiS), uno de los líderes de la ultraderecha europea que hace apenas mes y medio acompañaron al español Santiago Abascal (Vox) en la Cumbre de Madrid; otros fueron el húngaro Viktor Orban (Fidesz) o la francesa Marine Le Pen (Rassemblement National). Las autoridades de la Polonia de Morawiecki acusan a Pablo González de ser un espía ruso –algo que tanto él como su entorno niegan rotundamente–, y poco más se sabe. “Lo acusan de ser un agente del servicio de inteligencia exterior ruso, pero no tenemos ningún dato más, porque no hemos tenido acceso al expediente y las autoridades polacas no nos han dado ningún dato”, denuncia Boye.
El propio Pablo González negó rotundamente el pasado 9 de febrero ser un espía ruso. Lo hizo en un audio que envió a un amigo después de que el ucraniano SBU lo interrogara en Kiev mientras el español CNI preguntaba sobre él a su entorno en España, como ha reconocido públicamente la ministra de Defensa, Margarita Robles (PSOE). “Quieren ver fantasmas donde no los hay; querrán sacar sus estrellas de más o sus pluses, en plan de que han desarticulado… Pues que me digan a qué sitios secretos he ido yo, dónde me he metido yo, con quién he tratado… Al menos, un puto ejemplo que sea algo mínimamente susceptible de ser…”, dijo el periodista en el audio enviado a su amigo.
Hijo de padres nacidos en Moscú –aunque su madre es hija de uno de aquellos “niños de la guerra” españoles que se refugiaron en la antigua URSS con motivo del golpe de Estado franquista de 1936 y la consiguiente Guerra Civil española–, el periodista nació en 1982 también en Moscú y fue inscrito en el Registro Civil de la antigua URSS con el nombre de Pavel Rubtsov, su nombre en ruso y el apellido paterno. En 1991 –tras el divorcio de sus padres y cuando tenía sólo nueve años–, llegó con su madre a Bizkaia, donde ambos se instalaron y fue inscrito –con nacionalidad española– en el Registro Civil de España con el nombre de Pablo González, su nombre en español y el apellido materno. Por eso tiene doble nacionalidad y por eso cuando fue detenido por la polaca ABW llevaba encima dos pasaportes, en uno de los cuales aparece como Pavel Rubtsov y en el otro como Pablo González.
Fuera de su entorno, hay alguien que sí ha podido visitar, y de hecho ha visitado, a Pablo González en la cárcel de Rzeszow: el cónsul de España en Varsovia. Consultadas por este diario, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, que dirige José Manuel Albares (PSOE), han recordado que el cónsul visitó al periodista para prestarle la “asistencia consular” que se presta a todo español detenido fuera de España, pero han declinado referirse al proceso que se sigue contra él, pues las autoridades españolas “no son parte” del mismo y ello correspondería a “las autoridades polacas”.
Sí ha dado algunas claves sobre el tema el fotoperiodista español Juan Teixeira –compañero de Pablo González, junto al que en su día fundó el digital 'Eulixe'–, y lo ha hecho en un artículo, publicado el pasado sábado en el propio 'Eulixe', en el que compara la situación del periodista con una película en la que “un pesquero sale a faenar a pesar de los indicios de que algo gordo se está cociendo mar adentro”, y es que Pablo González “sabía que los servicios de inteligencia ucraniano y español desconfiaban de él, y sin embargo salió a faenar, en una mezcla de inconsciencia, necesidad y fe en su inocencia y buen hacer profesional”. Y “la tormenta lo pilló de pleno”.
Teixeira data el origen de esa desconfianza del español CNI hacia Pablo González en 2016, cuando dos investigadores españoles publicaron, por encargo de la OFS (Open Society Foundations) de George Soros, una lista de “creadores de opinión prorrusa en Twitter” en la que apareció el nombre del periodista español “por el simple hecho de informar sobre la realidad que se vive en ambos lados del frente y no ceñirse a la propaganda de ninguno de los dos bandos”.
En cuanto a la desconfianza del ucraniano SBU, Teixera asegura que todo “comenzó a torcerse” hace apenas mes y medio, durante una conexión televisiva desde el Donbass con el director de laSexta, Antonio García Ferreras, para el programa 'Al Rojo Vivo', el matinal que conduce el propio Ferreras en la cadena propiedad de Atresmedia. “Nos encontrábamos en el Este de Ucrania, en un pueblo a pocos kilómetros del frente llamado Avdeevka. Debido a que nuestras acreditaciones militares no llegaron a tiempo, nos vimos obligados a no acompañar al frente a un compañero con el que compartíamos cobertura, y que sí tenía su acreditación en orden. Pablo y yo nos fuimos (con permiso de los militares ucranianos) al centro del pueblo a informar sobre la vida de la población civil tan cerca del frente de combate. Al volver a recoger al compañero, Pablo decidió hacer su directo con los militares de fondo, que siempre queda más televisivo. Desde laSexta lo tuvieron más de 45 minutos esperando, bajo la nieve y con los militares cada vez más tensos preguntándose qué hacía ese calvo de pie delante de un móvil sobre un trípode. Hasta que los militares se cansaron y nos invitaron a irnos, no sin antes borrar todo el material y hacerle una foto al pasaporte de Pablo. Esa misma noche, recibió una llamada del SBU, indicándole que debía personarse lo antes posible en sus oficinas centrales. A pesar de que quedaba trabajo por hacer, volvimos a Kiev. Allí Pablo fue interrogado durante cuatro largas horas, y acusado de ser un agente ruso con pruebas tan convincentes como escribir para 'Gara' y tener una tarjeta bancaria de Caja Laboral Kutxa, según ellos ambos financiados por Rusia. Todo tan loco que Pablo no se lo tomó demasiado en serio. Pensaba que simplemente le estaban «apretando las tuercas» para que midiera sus palabras”, explicó en 'Eulixe' su compañero.
Fue tras ese interrogatorio en Kiev cuando Pablo González envió a su amigo el audio arriba citado. El periodista pensó que simplemente le estaban «apretando las tuercas» para que midiera sus palabras, pero sólo lo pensó hasta que comprobó que dicho interrogatorio había coincidido en el tiempo con las indagaciones del CNI sobre su entorno más cercano en España. Cuando Teixeira y él se percataron de que la cosa iba en serio, ambos decidieron abandonar Ucrania con destino a España, desde donde Pablo González –como el pesquero de la película– viajó después a Polonia. En su artículo, Teixeira dice también que está convencido de que su compañero era “un testigo incómodo en Ucrania” porque “estaba decidido a informar sobre lo que sucede en este conflicto sin filtros, con conocimientos profundos y desde la honradez y la ética”, y en su opinión es precisamente eso “lo que ha iniciado esta pesadilla”.

SOS Pablo González, periodista español detenido en Polonia
“No hemos tenido acceso al expediente y las autoridades polacas no nos han dado ningún dato”, denuncia su abogado, Gonzalo Boye.
