¡Roberto Palazuelos explota en contra de Luis Miguel!
Ayyyyyyy, pero qué pedazo de idiota es este gafo. Yo sabía que el sujeto era un cretino, pero más bien me había quedado corta. Ya me parecía muy rara su reacción desenfadada en el tuit donde responde a la cuestión de arrimársele al otro, para viajar de gratis por el mundo en avión ajeno. Qué despliegue de rencor, estupidez, impertinencia, memez, grosería, narcisismo, prepotencia, agresividad, clasismo, frustración, envidia, egocentrismo y complejo social, todo junto y revuelto, hace este imbécil en tan pocos minutos. Bien reza el dicho: dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Y a éste nadie le gana en presumido. Lo de sacar pecho y llenarse la jeta diciendo orgulloso que él es Roberto de Roca Grande, decimoquinto en línea directa de la saga, así como si fuera un archiduque del sacro imperio romano germánico, y el resto de los mortales somos una bolas de pelados peludos pelempempudos, eso no hay cómo definirlo. Patético, absurdo, de vergüenza ajena. Tan grande que está y tan inmaduro, ni un carajito reaccionaría de manera tan ridícula. Y de paso amenaza con demandar. Para acto seguido advertir que se salvan de la demanda porque él es muy noble y les va a hacer el favor de perdonarlos. Luego le exige a Luis Miguel una disculpa pública, notariada, troquelada, certificada y que circule en Gaceta Oficial. Qué cantidad de idioteces, incoherencias y contradicciones juntas con lo del fulano perdón, que otorga pero que no. Lo de amenazar a Luis Miguel diciendo que si se lo echa de enemigo no se va a acabar, es que ni hallo donde meter la cabeza de la vergüenza ajena. Supongo que Luis Miguel está cagadito del pánico. Lo de que el avión de la discordia, el de su "amigo" Luis Miguel, era un avión peorro de latón chino, que apuradito llegaba hasta Chilpancingo, mientras él con su grupo selecto sí le daban tres vueltas a la pepa del mundo en el Air Force One de un solo coñazo, mientras al otro nadie lo pelaba, en fin, en fin. Qué pena da el pobre. Nada, que me reafirmo en la impresión que siempre he tenido de él: el propio pobre diablo y patán. Con una pinta de déspota tremenda. Ya me parecía raro que reaccionara tan nice y de manera inteligente en el famoso tuit. Ya me parecía raro. Pura rabia contenida disfrazada de ironía. Pobre loco.
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