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El viaducto de Gokteik en tren, belleza imprescindible en Myanmar
Cruzar en tren el viaducto de Gokteik, en Myanmar, es uno de esos trayectos que emociona, impresiona y que no dejará indiferente a ningún viajero.
El trayecto para empaparse de la esencia de Myanmar © iStock
Situado a unos 100 kilómetros al norte de Mandalay, este ajado viaducto de 689 metros de altitud fue construido en 1901 por la Pensilvania Steel Company. Desde su ubicación, transporta al viajero a los años de la Birmania bajo dominio colonial británico y conecta las ciudades de Mandalay y Lashio.
El viaducto, que es el que está a más altura del país, fue construido por los británicos durante los años en que Birmania era una colonia con la intención de conectar el centro del país con las regiones del norte, lo que ahora se conoce como el estado Shan, habitado por la minoría étnica Shan, el grupo más numeroso por detrás de los Bamar, la etnia mayoritaria en Myanmar.
Sacar la cabeza por la ventanilla y admirar el valle y el barranco de Goktiek, arropado por una masa de verde intenso, árboles y matorrales salvajes y majestuosos, es una de las experiencias más bonitas que se pueden tener en este país, siempre y cuando no se tenga vértigo y no se piense demasiado en los ruidos que hace el tren al pasar por el viaducto.
Durante la primera parte del trayecto, el tren avanza lentamente entre yerbajos y se va abriendo paso entre la jungla birmana. Hay que ir con cuidado cuando se saque el brazo o la cabeza para hacer fotos, ya que los árboles y los matorrales quedan a escasos centímetros del tren y el viajero puede llevarse un susto y un arañazo durante el trayecto.
A lo largo del viaje, y a medida que se acerca al viaducto, empiezan a aparecer aldeanos y niños y niñas que salen de la escuela y saludan alegremente a los viajeros.
Adentrarse en la jungla birmana © Alamy
Para disfrutar de este recorrido, los viajeros que parten desde Mandalay suelen considerar varias opciones:
VIAJAR DE MANDALAY A HSIPAW EN TREN Y VICEVERSA (17 HORAS)
El tren de Mandalay sale a las cuatro de la mañana y tarda unas diecisiete horas en llegar a Hsipaw. Si bien es muy bonito ver el amanecer desde el tren, es una opción poco factible para aquellos viajeros que dispongan de poco tiempo en el país.
El tren es un método de transporte poco eficaz en Myanmar, ya que suele parar a menudo y avanza lentamente. A los que les fascine la idea de un viaje en tren largo con un libro en el regazo y unas vistas de ensueño, esta es, sin lugar a duda, la opción que deben escoger.
COMBINAR AUTOBÚS O TAXI Y TREN
Viajar de Mandalay a Pyin U Lwin (6-7 horas) en autobús o taxi compartido y desde allí coger el tren hacia Hsipaw. Es lo que suelen hacer la mayoría de viajeros.
De Mandalay a Pyin U Lwin se tarda aproximadamente una hora y media y un taxi compartido no debería costar más de 7.000 kyats (unos 4 o 5 euros). Se puede pasar un agradable día visitando los jardines y el mercado de Pyin U Lwin y a la mañana siguiente coger el tren hacia Hsipaw, mucho más descansado.
Este trayecto también se puede hacer a la inversa, después de haber pasado unos agradables días en Hsipaw visitando aldeas Shan. A Hsipaw también se puede llegar desde el Lago Inle, una de las paradas obligatorias en Myanmar, en un autobús nocturno, sin necesidad de pasar por Mandalay.
Un alto en el camino para visitar los jardines de Pyin U Lwin © Alamy
CONSEJOS NIVEL EXPERTO
Conviene no escatimar y comprar un billete en primera clase, por el que se pagan 2.700 kyats (un euro y medio aproximadamente), donde los asientos resultan un poco más cómodos y espaciosos.
Si he hace el viaje de ida hasta Hsipaw, es recomendable sentarse en los asientos de la izquierda para contemplar mejor el valle y el viaducto. Obviamente, si se hace el trayecto de vuelta, desde Hsipaw, es mejor sentarse en los de la derecha. La experiencia será inolvidable.
Durante el trayecto tampoco faltan los vendedores y, sobre todo, vendedoras ambulantes, que ofrecen desde humeantes cuencos de noodles con verduras, frutas (mango verde con chili, plátanos y sabrosas dragon fruit) y snacks de todo tipo.
No se recomienda bajar a comprar en los puestecitos de las vías durante las paradas, ya que el tren no avisa cuando se marcha y el viajero se puede llevar una sorpresa al darse cuenta de que reanuda el viaje sin él a bordo. Lo ideal es llevar algo para picar ya comprado con anterioridad o adquirir alguna fruta en el tren para soportar las horas del lento viaje.
¿Reponer fuerzas? Búscalas a ellas © iStock
Una vez se llega a Pyin U Lwin o Hsipaw un grupo de simpáticos taxistas en moto y carruaje se ofrecerán para llevar al viajero al alojamiento que desee por el módico precio de un par de euros. Si no se ha reservado alojamiento con antelación, se puede consultar con ellos, que, al fin y al cabo, son los que más conocen las ciudades y llevan años aconsejando a viajeros de todo el mundo.
De momento, el trayecto en tren y el viaducto son completamente seguros, pero harán falta labores de mantenimiento en el futuro si el gobierno quiere conservarlo tanto como medio de transporte para los birmanos como atracción turística.
Atravesar este histórico viaducto es uno de los placeres que no se debe perder ningún viajero amante de los viajes en tren para dejarse empapar por la historia y la naturaleza birmanas.
Cruzar en tren el viaducto de Gokteik, en Myanmar, es uno de esos trayectos que emociona, impresiona y que no dejará indiferente a ningún viajero.
El trayecto para empaparse de la esencia de Myanmar © iStock
Situado a unos 100 kilómetros al norte de Mandalay, este ajado viaducto de 689 metros de altitud fue construido en 1901 por la Pensilvania Steel Company. Desde su ubicación, transporta al viajero a los años de la Birmania bajo dominio colonial británico y conecta las ciudades de Mandalay y Lashio.
El viaducto, que es el que está a más altura del país, fue construido por los británicos durante los años en que Birmania era una colonia con la intención de conectar el centro del país con las regiones del norte, lo que ahora se conoce como el estado Shan, habitado por la minoría étnica Shan, el grupo más numeroso por detrás de los Bamar, la etnia mayoritaria en Myanmar.
Sacar la cabeza por la ventanilla y admirar el valle y el barranco de Goktiek, arropado por una masa de verde intenso, árboles y matorrales salvajes y majestuosos, es una de las experiencias más bonitas que se pueden tener en este país, siempre y cuando no se tenga vértigo y no se piense demasiado en los ruidos que hace el tren al pasar por el viaducto.
Durante la primera parte del trayecto, el tren avanza lentamente entre yerbajos y se va abriendo paso entre la jungla birmana. Hay que ir con cuidado cuando se saque el brazo o la cabeza para hacer fotos, ya que los árboles y los matorrales quedan a escasos centímetros del tren y el viajero puede llevarse un susto y un arañazo durante el trayecto.
A lo largo del viaje, y a medida que se acerca al viaducto, empiezan a aparecer aldeanos y niños y niñas que salen de la escuela y saludan alegremente a los viajeros.
Adentrarse en la jungla birmana © Alamy
Para disfrutar de este recorrido, los viajeros que parten desde Mandalay suelen considerar varias opciones:
VIAJAR DE MANDALAY A HSIPAW EN TREN Y VICEVERSA (17 HORAS)
El tren de Mandalay sale a las cuatro de la mañana y tarda unas diecisiete horas en llegar a Hsipaw. Si bien es muy bonito ver el amanecer desde el tren, es una opción poco factible para aquellos viajeros que dispongan de poco tiempo en el país.
El tren es un método de transporte poco eficaz en Myanmar, ya que suele parar a menudo y avanza lentamente. A los que les fascine la idea de un viaje en tren largo con un libro en el regazo y unas vistas de ensueño, esta es, sin lugar a duda, la opción que deben escoger.
COMBINAR AUTOBÚS O TAXI Y TREN
Viajar de Mandalay a Pyin U Lwin (6-7 horas) en autobús o taxi compartido y desde allí coger el tren hacia Hsipaw. Es lo que suelen hacer la mayoría de viajeros.
De Mandalay a Pyin U Lwin se tarda aproximadamente una hora y media y un taxi compartido no debería costar más de 7.000 kyats (unos 4 o 5 euros). Se puede pasar un agradable día visitando los jardines y el mercado de Pyin U Lwin y a la mañana siguiente coger el tren hacia Hsipaw, mucho más descansado.
Este trayecto también se puede hacer a la inversa, después de haber pasado unos agradables días en Hsipaw visitando aldeas Shan. A Hsipaw también se puede llegar desde el Lago Inle, una de las paradas obligatorias en Myanmar, en un autobús nocturno, sin necesidad de pasar por Mandalay.
Un alto en el camino para visitar los jardines de Pyin U Lwin © Alamy
CONSEJOS NIVEL EXPERTO
Conviene no escatimar y comprar un billete en primera clase, por el que se pagan 2.700 kyats (un euro y medio aproximadamente), donde los asientos resultan un poco más cómodos y espaciosos.
Si he hace el viaje de ida hasta Hsipaw, es recomendable sentarse en los asientos de la izquierda para contemplar mejor el valle y el viaducto. Obviamente, si se hace el trayecto de vuelta, desde Hsipaw, es mejor sentarse en los de la derecha. La experiencia será inolvidable.
Durante el trayecto tampoco faltan los vendedores y, sobre todo, vendedoras ambulantes, que ofrecen desde humeantes cuencos de noodles con verduras, frutas (mango verde con chili, plátanos y sabrosas dragon fruit) y snacks de todo tipo.
No se recomienda bajar a comprar en los puestecitos de las vías durante las paradas, ya que el tren no avisa cuando se marcha y el viajero se puede llevar una sorpresa al darse cuenta de que reanuda el viaje sin él a bordo. Lo ideal es llevar algo para picar ya comprado con anterioridad o adquirir alguna fruta en el tren para soportar las horas del lento viaje.
¿Reponer fuerzas? Búscalas a ellas © iStock
Una vez se llega a Pyin U Lwin o Hsipaw un grupo de simpáticos taxistas en moto y carruaje se ofrecerán para llevar al viajero al alojamiento que desee por el módico precio de un par de euros. Si no se ha reservado alojamiento con antelación, se puede consultar con ellos, que, al fin y al cabo, son los que más conocen las ciudades y llevan años aconsejando a viajeros de todo el mundo.
De momento, el trayecto en tren y el viaducto son completamente seguros, pero harán falta labores de mantenimiento en el futuro si el gobierno quiere conservarlo tanto como medio de transporte para los birmanos como atracción turística.
Atravesar este histórico viaducto es uno de los placeres que no se debe perder ningún viajero amante de los viajes en tren para dejarse empapar por la historia y la naturaleza birmanas.
El viaducto de Gokteik en tren, belleza imprescindible en Myanmar
Cruzar en tren el viaducto de Gokteik, en Myanmar, es uno de esos trayectos que emociona, impresiona y que no dejará indiferente a ningún viajero.
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