Libros, libros, libros

Un recorrido por el buen hacer de los artesanos españoles
Maestros del cristal, de la madera, de la piel... Un libro homenajea los oficios tradicionales, con laboriosas confecciones a mano, que perduran en nuestro país
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El ikat está considerada la técnica de decoración texti más antigua del mundo. El taller mallorquín de Teixits Vicens sigue esta tradición. (Fotografía: Pablo Zamora)


JUAN PARRA
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TIEMPO DE LECTURA7 min
23.05.2018

'Artesano' se relaciona más con el arte que con la propia mano, aunque esta sea imprescindible en su realización. Y, curiosamente, ‘artesanía’suena como una hermana menor del Arte con mayúscula, un poco despistada y menos considerada, sin saber por qué, cuando en realidad es la Marta de las hermanas, es la útil, la que desempeña una función práctica, la más necesaria para el día a día y la que más facilita la comodidad y la calidad de vida de los humanos. Y todo ello sin olvidar la vocación de bella manualidad armónica y creativa que la vincula, y a veces muy próximamente, con su glamuroso pariente, el Arte”.

La reflexión pertenece al decorador Pascua Ortega y está incluida en la introducción del libro 'Artesanos. El buen hacer español' (editorial Turner), un selecto recorrido por algunos de los mejores talleres de nuestro país, templos del oficio cuidado, calmado y a veces lento, en el que el trabajo bien hecho es el leitmotiv, por encima de la cosificación o de la producción masiva.



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El taller Mantas Ezcaray (La Rioja), especializado en la confección con lana mohair.


Ajenos a los grandes mercados, al marketing omnipresente, su dedicación exclusiva escapa en la mayoría de las ocasiones al conocimiento del gran público. Suena, por tanto, a un cierto ejercicio de justicia este libro, en el que los textos precisos y descriptivos de Txema Ybarra y las espectaculares e ilustradoras fotografías de Pablo Zamora se alían para ofrecer un testimonio directo y evocador del día a día de los artesanos y de la habilidad de sus manos y herramientas.

“Nada más fascinante que un libro que se pegue a la piel de España y se adhiera a esos rincones mágicos donde surgen, y desde hace tanto, esos pequeños milagros a base de tradición y conocimiento”, cuenta Ortega, cuya introducción nos sirve para evocar y transmitir el espíritu del libro. Y añade: “Da gusto recorrer cual Santa Teresa los caminos de este país de tantas manos laboriosas y creativas, que llegarían a rozar el arte si no fuera porque la función y la utilidad las colocan fuera de lo que se considera puro arte destinado a no ser más que eso, Arte”.

No pretende el libro ofrecer una selección definitiva. El tópico, no están todos los que son pero son todos los que están, cobra todo su sentido en una lista por obligación limitada, “mágica” se califica en la introducción, que recorre toda la geografía española, por los más diversos rincones y las más variopintas actividades.



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La tradición del encurtido artesano de la piel sigue vivo en Bench, una marroquinería de Ubique, Cádiz. (izquierda). Al lado, la Real Fábrica de La Granja de Segovia.


“Cuántas son las sugerencias de esta palabra (artesanos) –escribe el decorador–, cuántos olores a barros húmedos, a mimbres y a virutas de madera, al fuego de la fragua, a ritmos y sonidos sugestivos de rueca, yunque, telar, rueda, casi siempre monótonos y repetidos, pero siempre evocadores de lo muy auténtico del hombre, de sus primeras incursiones históricas en la creación de lo útil, de lo muy necesario, desde el recipiente más parecido a la tierra que pisa hasta las muy sofisticadas texturas con que cubrirse que, desde las salvajes pieles de animales, evolucionan hasta la exquisitez de las sedas bordadas y los linos”.

Efectivamente, el libro recoge la vieja tradición del encurtido de la piel en un taller de la localidad de Ubrique (Cádiz), llamado Bench, que ha sustentado su éxito en la colaboración con firmas de primer nivel internacional. “Su sede –cuenta Txema Ybarra en el libro– funciona como un laboratorio. Aquí se aprende a dominar un artículo para luego enviar a uno de los empleados expertos a enseñar a otro taller del mismo grupo (lo integran diez fábricas) cómo se monta. Los encargos especiales, no obstante, se quedan en la central”, como un baúl de cocodrilo o un gigantesco mueble bar en ante para clientes particulares.

En la otra punta del país, en Sada (A Coruña) y Cervo (Lugo), la mítica cerámica Sargadelos, un proyecto fundado en el siglo XIX y reinventado tras la Guerra Civil por el impulso de intelectuales gallegos, conserva en sus vajillas y restos de piezas “la singularidad de unos diseños que son todo un símbolo de Galicia”, explica Ybarra. Figuran también oficios como el de la elaboración artesanal de escopetas, en Aya, un taller de Eíbar (Guipúzcoa), que diseña armas a medida del cliente, ajustando a mano hasta la última pieza. O la confección en la preciada lana mohair de Mantas Ezcaray, en Ezcaray (La Rioja), que también ha conseguido el salto a los mercados internacionales.


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Y en Teixits Vicens, en Pollença (Mallorca), el único taller en todo el Mediterráneo que aún conserva la milenaria técnica del ikat –una forma de elaboración de tejidos a base de nudos que, al impedir que el tinte penetre en ellos, condiciona el dibujo de la tela–, y que ellos emplean para elaborar las originales telas de lenguas mallorquinas, con un dibujo entre jaspeado y acuoso que es tendencia en el mundo de la decoración.

Como lo fueron los muebles de ratán, o rota, una flexible médula importada de Indonesia que vivió un auténtico boom, durante el que sirvió para fabricar sillas, mesas, camas o estanterías o incluso para forrar las barras de los bares, y que vive ahora una segunda juventud en la localidad de Moixent (Valencia), donde los artesanos de Expormim han apostado por colaboraciones con diseñadores de la talla de Óscar Tusquets y Jaime Hayon.

El libro glosa también a Francisco Carrera Iglesias, descrito como “el único bordador formado en la tradición de la Semana Santa sevillana que se ha adentrado en el mundo de la moda”, que comenzó haciendo mantones para la pasos procesionales de los que era costalero y ahora borda creaciones de Del Pozo o Cañavates o El Caballo.



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“Cuántos suelos de cuántas casas he vestido con las alfombras de esparto de Antonio Molina, que posee una gama de colores digna de Turner, y en cuántas de mis obras gallegas Sargadelos, el clásico, ha enriquecido las paredes de cocinas y comedores –cuenta Pascua Ortega, que en la continúa búsqueda de materiales, texturas y objetos para su trabajo ha conocido a muchos de los artesanos aquí reflejados–. Y, por supuesto, no puedo dejar de hablar de mis telas de lenguas mallorquinas, algodones únicos e incluso sedas, con los que he ambientado tantas masías de las islas. Y el mundo de las cerámicas casi infinito en toda la Península y en toda su historia y tan necesario en todas las mesas y cocinas. Sin embargo, poco puedo hablar del mundo de la guitarra, por la torpeza de mis manos, tan poco musicales”.

Porque también el lutier guitarrero Vicente Carrillo, de Casasimarro (Cuenca), merece una mención en el libro, como poseedor de un experto conocimiento que viene avalado por la larga historia de su propia familia en el oficio, de la que él es la quinta generación. Premio Nacional de Artesanía 2010, entre sus clientes tiene a algunos de los mejores intérpretes de guitarra española, tanto en el ámbito del flamenco como en el de la música clásica. La lista, interminable, incluye nombres como Paco de Lucía; Javier Limón; Niño Josele o los hermanos Carmona, de Ketama; Scott Tennant, miembro de Los Angeles Guitar Quartet, o el concertista español José María Gallardo.

Pero Carrillo también mantiene una curiosa relación con la cocina. Cuenta Ybarra que el cocinero Juan Mari Arzak creo el plato “Pechuga de pato ahumada con virutas de ciprés de Vicente Carrillo” con las que este le envió tras conocerse en un congreso culinario. “Todas, todas estas laboriosas manifestaciones culturales –continúa Ortega–, son un auténtico orgullo, y desde antiguo, y por eso las nuevas generaciones somos responsables de que sigan existiendo. Creo que me voy a hacer encaje de bolillos”.



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Vencedores y vencidos: el triunfo del cristianismo y la "aniquilación" del arte clásico


LIBROS
ALEJANDRA M. ZANI
Madrid
27 MAY. 2018

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Imagen del reconocido busto de la Afrodita de Praxíteles.



La periodista de The Times habla con EL MUNDO acerca 'La edad de la penumbra' (Taurus), el libro en el que describe, tras una exhaustiva investigación histórica, "cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico".

En 532 d.C., siete hombres partieron de Atenas llevando consigo poco más que algunas obras de filosofía. Los que aún quedaban vivos, después de ser humillados y torturados, ahora eran exiliados de su propia tierra: de eso se trataba "el triunfo de la cristiandad". "Debieron de formar un grupo melancólico", describe Catherine Nixey en La edad de la penumbra (Taurus), historiadora especializada en el periódo clásico y periodista en el periódico británico The Times.

El líder de aquella pandilla era Damascio y había sido torturado para que revelara los nombres de otros miembros que, como él, formaron parte de la que había sido la más famosa de las escuelas de filosofía en Grecia desde los años de Platón, la Academia. "Ahora, esa cadena se rompía de la manera más dramática posible; esos hombres estaban abandonando no solo su escuela sino el propio Imperio romano. Atenas, la ciudad que había contemplado el nacimiento de la filosofía occidental, ya no era lugar para filósofos".

El golpe final se produjo después de 529 d.C, cuando se decretó que a todos aquellos que trabajaban "bajo la locura del paganismo" ya no se les permitiría enseñar. Y para quienes no fueran bautizados, o para quienes lo hicieran y luego volvieran a antiguas costumbres, les valía el exilio o la muerte. "Para Damascio y sus colegas filósofos, esto era el final. No podían adorar a sus antiguos dioses. Un triunfo no era solamente una victoria; era una aniquilación", escribe la autora.

No es raro eso de que cada nueva generación de rebeldes quiera destruir todo aquello que tocaron sus antecesores. "Pero estamos hablando de la más grande destrucción de arte de la historia de la humanidad hasta el momento", expresa la autora a EL MUNDO en su paso por Madrid. "Un 99% de la literatura clásica se perdió, sin exagerar. Y no solo ardían las hogueras. También se creó un anatema para los que creyeran demasiado en la filosofía clásica. ¿Cómo iban a sobrevivir los libros?", se pregunta Nixey.

La respuesta es clara: ninguno de esos libros llegó a la actualidad. Se ha perdido la gran Biblioteca de Alejandría, en su época la más grande del mundo, y con ella se han ido los conocimientos y las enseñanzas que albergaba, y la posibilidad de entender al abatido Imperio romano. Por eso es cierto que La edad de la penumbra"es un libro que lamenta sin complejos la mayor destrucción de arte de la historia de la humanidad". La propia tapa del libro muestra la famosa escultura de Afrodita hecha por Praxíteles, rota y con una cruz en la frente. "Han perdido por completo el concepto de lo estético, del arte, la idea de que el cuerpo humano puede ser hermoso, y todavía hoy sufrimos las consecuencias de esa pérdida", confiesa la autora.

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LA AUTORA Y LA ACTUALIDAD DEL TEMA
Escribir un ensayo tan atrevido no ha sido tarea sencilla para Catherine Nixey. Primero, ha debido romper con sus propios valores heredados. Hija de padre monje y madre monja que al enamorarse abandonaron los hábitos, desde pequeña recibió en casa los valores del cristianismo. "Discutía mucho con mi padre, pero frente a una Catedral, con un edificio de dimensiones tan imponentes, ¿cómo discutes?", se sincera Nixey.

Treinta años después y tras su paso por la Universidad de Cambridge, en donde estudió Historia Clásica y leyó a numerosos filósofos de la antigüedad, se encontró con que muchas de las actitudes de la iglesia no se corresponden con las que la misma institución pregona. Y la propia desilusión con la que uno se encuentra cuando ha perdido la fe. Esto le ha valido numerosas críticas y no menos insultos. Tantos como para que haya tenido que cerrar su propia cuenta de Twitter. Y una entrevista cancelada por un medio español debido a motivos religiosos.

Fue la lectura de Celso, el filósofo griego que ya en el siglo II se animaba a expresar que le parecía absurda la fe cristiana cuando su divulgación era el desprecio hacia lo otro, la que hizo que Nixey se diera cuenta de que su fe había menguado. "Esta idea de que hay un Dios que nos está persiguiendo y juzgando constantemente, esta idea del bien y el mal, del cielo y del infierno, esta disección en dicotomías del mundo me parece que ha hecho mucho daño", expresa la autora.


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La autora de 'La edad de la penumbra', Catherine Nixey Olivia BeasleyPenguin Random House



En el camino de la escritura de La edad de la penumbra, Nixey se encontró con nuevas preguntas. "Hay unos versos que están en la Biblia Apócrifa que hablan de las mujeres que tenían bebés prematuros o abortados, no me queda claro, pero eran bebés que no iban a ser bautizados, y en esos textos se lee que esos bebés iban a arder por siempre jamás al borde de un lago de llamas. ¿Tu te imaginas la tristeza que ha causado esto a tal cantidad de mujeres que jamás podremos imaginar? La crueldad de estas ideas es inconmensurable. Creer eso durante siglos ha sido una pérdida enorme", agrega.

De todos modos, no todo es negativo cuando se trata del cristianismo para la autora. "Es una religión más grande y fuerte cuando admite esta realidad y la desafía", escribe sobre la "innegable verdad" de que existen quienes usan el monoteísmo y sus armas "con fines terribles". Por eso, la escritora británica se pregunta, si hubiera sido un poco más valiente y atrevida, cómo hubiera sido este libro. "Me encantaría escribir sobre lo que ha sucedido en la mente de los romanos, pero cómo vamos a hablar del Imperio que tuvieron, de sus propios pudores o flaquezas, si apenas tenemos documentos para saber lo que ha sucedido allí". Al final, dice la autora tomando valor, es necesario escribir sobre estas cosas.

http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/05/27/5afd52d722601d291e8b45db.html



 
PUBLICA 'LOS TESOROS DE LA CRIPTA'
Juan Manuel de Prada: "El capitalismo nos quiere solteros e infecundos"
El escritor recupera sus críticas cinematográficas en un libro que muestra su talante a la contra y su rechazo al sistema


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Juan Manuel de Prada. (EFE)


AUTOR
VÍCTOR LENORE
Contacta al autor

28.05.2018

El escritor y periodista Juan Manuel de Prada (Barakaldo, 1970) es uno de los pensadores más radicales de nuestro país. Triunfó muy joven, ha recibido casi todos los premios literarios y tiene un amplio recorrido como columnista, ligado a medios de la derecha. Quizá por eso, el sector más superficial de los “progres” se ha empeñado en caricaturizarlo. Estos días presenta 'Los tesoros de la cripta' (Renacimiento), un recopilación de sus críticas cinematográficas donde se trasluce su rechazo al sistema. De Prada conversó con El Confidencial en una terraza de La Latina, donde encadenó respuestas incómodas tanto para los neoliberales como para la izquierda posmoderna.

Valga este ejemplo: “Lo que quiere el sistema es que no tengamos hijos y así seguir pagándonos sueldos bajos, que no llegan para mantener a nadie. Hay marxistas que entendieron eso, por ejemplo Pasolini, que explicaba que la promoción de la libertad sexual era una forma de evitar que se formasen familias fuertes. También lo comprendió Herbert Marcuse, cuyo ‘Eros y civilización’ (1955) habla de la desublimación represiva, que consiste en que el sistema te mete mucho s*x* en la cabeza y además lo banaliza, logrando que tu creatividad disminuya. Saturarnos con estímulos sexuales y evitar la fertilidad es la religión del capitalismo. Muchas veces me pregunto por qué la izquierda no es capaz de rebelarse contra eso. Pienso que, sin darse cuenta, se han dejado domesticar”, explica.



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'Los tesoros de la cripta'. (Renacimiento)


Unos minutos más tarde, lamenta que “la iglesia también se ha rendido en algunos aspectos, por ejemplo abandonando términos como ‘usura’, fundamentales para una visión crítica de la economía”. De Prada desafía el discurso dominante, tanto por sus reflexiones cinematográficas como por reivindicar la carga subversiva de la doctrina social cristiana.

PREGUNTA: La primera conclusión que sugiere su libro es que el cine ha ido a peor.


RESPUESTA: Está claro. Para ponerme tremendamente reaccionario, diría que se echó a perder con la llegada del sonoro. Antes el cine era una sucesión de imágenes capaz de crear sensaciones, impresiones y reminiscencias en quien las estaba contemplando. Transmitía emoción estética. Con el sonido empezó a estropearse como arte autónomo, aunque fueron los sucesivos avances técnicos -color, cinemascope, efectos especiales…- los que lo han ido corrompiendo. La capacidad que tenía en la época muda para tocar al espectador con historias simples se ha desvanecido. Hoy la presencia de los efectos especiales es aplastante. Muchas de las películas que recojo en el libro son superproducciones, pero esas historias no necesitaban efectos especiales; lo que hacían era reconstruir los escenarios y meter en cada escena las multitudes que tuvieran que meter. Otro problema de las películas actuales es la incapacidad para contar una historia en noventa minutos. Ahora duran dos horas como poco, tardan mucho en entrar en materia. Todo está muy literaturizado. El otro día fui a ver ‘Molly's Game’ (2017), protagonizada por Jessica Chastain, una película que ha tenido buenas críticas. Me pareció un horror lo mucho que hablaban. Siempre he sido partidario de la literatura, en el sentido más duro de la palabra, pero creo que las mejores películas son aquellas que puedes entender sin sonido. ¿Por qué nos fascina ‘Vértigo’ (1958), de Alfred Hitchcock? Porque es casi una película muda. Para mí el cine es mejor cuanto menos diálogo tiene. Pero eso se ha perdido para siempre.



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Juan Manuel de Prada. (EFE)


P: Sus juicios más implacables los dirige contra tótems de la modernidad como Werner Herzog y David Cronenberg.


R: Soy una persona exagerada y truculenta. Entonces, cuando quiero alabar el ‘Teniente corrupto’ (1992) de Abel Ferrara, aprovecho para decir que el remake de Herzorg es muy malo. Estos cineastas que cuestiono, como tantos otros, hicieron obras meritorias o incluso sobresalientes, por las que fueron abrazados y encumbrados por la modernidad. Lo que me parece evidente es que luego cayeron en un manierismo penoso y vacuo, propio de artistas fofos, carcasas vacías. Igual ocurre con David Lynch, cuyo cine se convierte en penoso después de ‘Mulholand Drive’ (2001). No se salva ni la última temporada de ‘Twin Peaks’. Recuperando el concepto de la vieja moral, diría que el halago mundano es peligroso para el artista.

Alucino cuando se despacha el cine del franquismo como folclórico y nacional-católico. Eso solo puede hacerlo gente que no lo ha visto

P: Hay frases tremendas en el texto. Una reseña termina así: “Vade retro, cinéfilos de pata negra y pezuña roja”.


R: Es mi defensa de Cecil B. DeMille. Antes de responder, quiero aclarar una cosa: yo no rechazo la crítica con intención ideológica. Lo que ocurre es que ha habido una serie de cineastas a quienes se ha estigmatizado por razones políticas, por ejemplo a Cecil B. De Mille o al español Rafael Gil. Esto me parece una locura, una perversión del arte, que impide comprenderlo. Realmente alucino cuando se despacha el cine del franquismo como folclórico y nacional-católico. Eso solo puede hacerlo gente que no ha visto películas españolas de la época. Rafael Gil, por ejemplo, se podría considerar uno de los tres mejores directores del cine español. Lo que no me parece aceptable es el apriorismo ideológico, pero no tengo problema en que la ideología del critico juegue un papel fuerte en sus reseñas literarias o artísticas. En realidad, es complicado decir cuando un artista es de izquierda o de derecha. Los directores y guionistas se expresan por medio de personajes, con lo cual no es sencillo adivinar hasta qué punto reflejan lo que piensa quien les crea. Viendo el cine de Edgar Neville es imposible decir si es de derechas, de derechas solo en ciertas cuestiones o si se hizo de derechas por el lugar en que le pilló la guerra civil. Un artista no se puede clasificar con el sentido esquemático con el que hoy se contempla la política desde los informativos de televisión.

Decir que la religión está desprestigiada culturalmente es como decir que follxx está desprestigiado vitalmente

P: Sostiene que una película religiosa puede ser muy subversiva. ¿No le da la impresión de que ser creyente está muy desprestigiado? De manera un poco absurda.


R: Decir que la religión está desprestigiada culturalmente es como decir que follxx está desprestigiado vitalmente. Recordemos que son las religiones quienes fundan las culturas. Tu pregunta confirma que vivimos en un caos. El ser humano tiene unas inquietudes espirituales que podemos pensar que son paranoias y fantasmagorías que se crean en su cabeza, lo cual nos llevaría a concluir que la civilización es un sujeto colectivo enfermo. Yo prefiero pensar que la religiosidad es algo real, que necesita ser nutrido. Una civilización sin religión, que es lo que trata de crearse después de la Revolución Francesa, está condenada al fracaso, por eso creo que nos pasan las cosas que nos están pasando ahora. La democracia puede ser una estupenda forma de gobierno, pero no es posible convertirla en una una religión. Relacionarnos con los misterios que adivinamos en la otra vida es una necesidad humana. Hemos llegado a una sociedad materialista que no prohíbe la religión, pero condena a esas comunidades a una especie de reserva de indios comanches. Se contempla como frikis a quienes quieren cubrir una aspiración humana universal. En cualquier obra de arte la religión juega un papel enriquecedor.





P. ¿Cómo afecta esto a los enfoques del cine contemporáneo?

R. Muchas veces el mal se presenta de forma banal, a través de una versión edulcorada y merengosa de la vida. La mejor prueba es el cine francés buenrrollista, donde las dificultades se superan con suma facilidad. Una película como 'Amélie' (2001) puede ser el ejemplo más claro, pero en Francia esto es omnipresente. Luego está el otro extremo, que dice que el mal es una cosa que el hombre no puede vencer, ni siquiera usando toda su voluntad. Entonces llegan esas visiones tenebrosas del futuro, tipo Michael Haneke. Esto también es irreal. Todos tenemos experiencias en nuestra vida que nos dicen que el mal es muy fuerte y que nuestra libertad es imperfecta, pero que a pesar de todo podemos hacer lo correcto. Unas veces conseguimos evitar ese mal y otras no. Esto, para mí, es el conflicto religioso por excelencia. El drama clásico consiste en el enfrentamiento del hombre contra el mal y la adversidad. Justamente la pérdida del sentido religioso es lo que nos ha llevado a estas dos opciones falsas y monstruosas que dominan los guiones actuales.

'Campeones' muestra a un equipo de chicos con retraso mental. La cruda realidad es que casi el 100% de esos niños son abortados

P. ¿El cine sigue teniendo voltaje político?

R. Puede tenerlo, en la medida en que se aleje del dinero. Por supuesto, cuestionar al poder no van a interesar a las grandes productoras. En general, hemos pasado del cine de entretenimiento al cine de hipnosis, que intenta mantener a la gente feliz en su burbuja. Las películas cada vez son más blandas y asépticas, incluso las consideradas “de calidad”, que huyen de las cuestiones espinosas. El cine español está aparentemente muy ideologizado, con todas esas galas de los Goya que un día son “no a la guerra”, otro “no al chapapote” y otro “no a la madre que te parió”. Pero luego es un cine que aborda las cuestiones de manera un tanto inocua. Muchas veces, ser inocuo es la manera más clara de ser inicuos. Te pongo un ejemplo: el éxito de ‘Campeones’ (2018), que cuenta la historia un equipo de baloncesto formado por chicos que sufren retraso mental. La cruda realidad es que casi el cien por cien de los niños que son concebidos y sufren minusvalía psíquica son abortados. A mí me parece extraordinario que estos chavales deportistas sean protagonistas de una película. Son personas que pueden amar, tener amigos, disfrutar de un viaje, de un cuadro y llevar una vida cuasi-normal. El enfoque duro sería preguntarse por qué tan pocos padres tienen el valor de aceptarlos como hijos. A mí me gustaría una historia más comprometida donde se muestre nuestro rechazo a que nazcan. El problema es que nadie va a escribir un guión donde media docena de personajes femeninos expliquen cómo se enfrentan a este tipo de decisión. Vivimos en una sociedad moralmente amputada donde nos quitamos de encima a los niños como quien se quita una verruga.



P. La mayoría del público te percibe como alguien de derecha, pero sintonizas con intelectuales marxistas como Santiago Alba Rico y Carlos Fernández Liria.


R. Con ellos siento una cercanía espiritual, basada en situaciones que consideramos monstruosas. Los tres estamos contra esa versión degenerada del capitalismo que se ha impuesto hoy en día. Puede sonar extraño, pero la variante del libre mercado que sufrimos en el siglo XXI es el mayor enemigo de la propiedad privada, ya que trabaja para concentrarla en muy pocas manos. Basta echar un vistazo a las calles de Madrid y ver la cantidad de pequeños negocios que han cerrado. Lo que estamos viviendo es una negación de la propiedad privada. En ninguna otra época de la historia las personas han estado tan sometidas al dinero como lo están hoy. El buen gobernante es quien protege al pueblo de los poderosos. Es algo que advertía ya Pio XI en su encíclica ‘Quadragesimo Anno’ (1931), donde denuncia que los estados han dejado de ser árbitros para convertirse en siervos del capital.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2018-05-28/juan-manuel-de-prada-entrevista-cine_1569228/
 
El 'abuelito Valentín', publica su primer libro de cuentos a los 90 años


EUROPA PRESS 28.05.2018

Valentín Huertas empezó a escribir a petición de su nieta y a relatado sus cuentos en colegios y hospitales. "Cada abrazo que me da un niño es como echarle combustible al depósito de un coche viejo para que ande unos kilómetros más".


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Valentín Huerta, el 'abuelito Valentín', ante uno de sus cuentos EUROPA PRESS


Valentín Huertas, jubilado y vecino del madrileño barrio de Canillas, donde es conocido como 'el abuelito Valentín', ha presentado este sábado su primer libro de cuentos, con el que ha cumplido el sueño de su vida a los 90 años: ver editadas las historias que comenzó ideando para su nieta y que en los últimos años ha compartido con niños y niñas en colegios y hospitales. Ahora han sido recopiladas en Los cuentos del abuelito Valentín, de la editorial LoQueNoExiste. "Imagínate, estoy flotando como en una nube. Yo siempre había tenido una ilusión desde que empecé a escribir cuentos: que el día que me falte la vida me quede la palabra.

Y la editorial ha hecho factible que si un niño tiene un libro mío, habré conseguido que me quede la palabra", explica Valentín. Valentín nació en la localidad de La Roda, en Albacete, pero la guerra le sacó pronto del pueblo y de la escuela. "Salí de allí con 10 años, y aunque estuve tres en un internado de Aranjuez, la situación económica no era muy boyante y con 14 años me puse a trabajar de aprendiz en un taller en Madrid", relata. A pesar del poco tiempo que pasó en el colegio, Valentín ha cultivado el hábito de la lectura a lo largo de toda su trayectoria laboral como tornero, y cuando llegó la jubilación se puso a escribir, inducido por su nieta Elena. "Cuando era pequeña y estábamos cuidándola, me decía: "abuelo, ¿me cuentas un cuento hasta que me duerma?" Y la contaba los tradicionales, como 'Caperucita roja' o 'El gato con botas', pero un día me dijo: "estos me aburren, quiero que te los inventes". Y me pasaba todo el día pensando en la historia que iba a forjar para contarla por la noche", recuerda. De aquello han pasado ya 15 años, y su nieta Elena, hoy veinteañera, le hizo otra petición. "Esta vez me dijo que le escribiera los cuentos de cuando era pequeña para guardarlos en un cuaderno", explica Valentín, que cogió bolígrafo y papel, y descubrió siendo octogenario una vocación literaria que no tardó en difundir por internet. "Porque mi otro nieto me hizo un blog, y ahí están los cuentos", aclara. Valentín comenzó a escribir cuentos, y como su nieta ya había crecido, se puso a contárselos a otros niños y niñas de su barrio. Las visitas a los colegios de Canillas y Hortaleza se hicieron frecuentes, y el abuelito Valentín acabó convirtiéndose en reclamo de cualquier celebración infantil.

A veces, hacía textos "ilustrados", y un día, mientras confeccionaba uno de ellos, le ofrecieron llevar sus relatos al Hospital Niño Jesús de Madrid. "Surgió de casualidad, porque yo iba a una fotocopiadora del barrio con mis textos para ponerles imágenes, que encontraba en Google para decorar el cuento, y el dueño, que también trabajaba en el hospital, me hizo el ofrecimiento", rememora divertido. "Y he estado yendo mientras las facultades físicas me lo han permitido, porque ya me empiezan a fallar las piernas", puntualiza. A pesar de los achaques, Valentín mantiene intacta la memoria y la creatividad, que vuelca a diario en todo tipo de textos, también comprometidos con su tiempo. "Cuando trabajaba fui delegado sindical, porque he sido un poco revoltosillo", afirma. Militó en el PCE y fue fundador de una asociación de vecinos durante la Transición. También de la asociación de padres y madres de alumnos del instituto de sus hijos, el Conde de Orgaz de Madrid, que reivindica como estandarte de la defensa de la educación pública. "En aquella época, muchos alumnos tenían que dejar los estudios por necesidades económicas para incorporarse al mundo del trabaj

Entonces la dirección del instituto creó clases nocturnas para que pudieran seguir estudiando, algo que no gustó a las autoridades de la época, ni tampoco a unos grupos de mozalbetes que venían a apedrear las ventanas. Y formamos la asociación de padres para hacer patrullas que evitarán el gamberrismo, y así los chavales pudieran estudiar tranquilos en horario nocturno", dice recordando los últimos años de la dictadura. Como jubilado, Valentín ha mantenido esa sensibilidad social. Una noche de desvelo, llamó a un programa nocturno de radio para leer uno de sus escritos. En concreto una carta contra la violencia de género. Un periodista de televisión le escuchó, y quiso ponerse en contacto con él para hacerle una entrevista, y de aquella entrevista surgió el encuentro con la editorial que acaba de publicar el libro 'Los cuentos del abuelito Valentín', que ha presentado este sábado rodeado de familiares, amigos y "sus queridos niños", como llama a los destinatarios de sus historias. "Si me mantengo así es porque cada abrazo que me da un niño es como echarle combustible al depósito de un coche viejo para que ande unos kilómetros más", sentencia poético Valentín.

https://www.20minutos.es/noticia/33...roda-publica-su-primer-libro-cuentos-90-anos/
 
Fernando Aramburu Irigoyen
Editorial: Tusquets Editores S.A.
Temática:




Una extraordinaria historia acerca de la generosidad, el amor, el peso de la culpa y los lastres del pasado que dio origen a la película Bajo las estrellas.


Sinopsis de El trompetista del Utopía:
Benito Lacunza, metido ya en los treinta, flaco y ojeroso debido a una existencia más bien crapulosa, ayuda por las noches en la barra del bar Utopía, en el madrileño barrio de Almenara. Y algunas veces, si el jefe se lo permite, ameniza a los clientes tocando la trompeta. Mientras sueña con que alguien reconozca un día su talento jazzístico, recibe la noticia de que su padre –un antiguo requeté y hombre severo de quien no guarda buen recuerdo, dueño de unas tierras y una casa solariega en Estella– está agonizando. Azuzado por la Pauli –su pareja, y la mujer por la que come caliente y duerme bajo techo–, marcha al pueblo natal de la familia para reclamar su parte de la herencia. Pero en Estella le aguardan problemas imprevistos: su hermano Lalo, un joven conocido por su generosidad, está a punto de casarse con una mujer de intenciones más que dudosas. Benito decide tomar cartas en el asunto, aunque ignora que un extraño encadenamiento de circunstancias está a punto de cambiar su vida para siempre.


https://www.planetadelibros.com/libro-el-trompetista-del-utopia/88584


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LLEGA A LAS LIBRERÍAS 'NOSOTROS MORIMOS SOLOS'
Congelado, ciego y perseguido por los nazis: la dramática hazaña de Jan Baalsrud
Una misión de sabotaje aliado en la costa noruega en 1943 acabó mal pero alguien logró sobrevivir en las más terribles condiciones para contarlo

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Detalle de portada de 'Nosotros morimos solos'. (Capitán Swing)
DANIEL ARJONA
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30.05.2018 .
La misión fue concienzudamente preparada, los objetivos eran precisos, los efectivos habían sido entrenados y, en su condición de noruegos expatriados que regresaban a su país para sabotear a sus odiados ocupantes nazis, su predisposición no podía ser mejor. Los doce hombres desembarcaron de incógnito en la helada costa ártica escandinava tras una breve travesía dede las inglesas islas Sheetland en un barco pesquero pero, pese a tan minuciosa preparación, un día después el plan había sido desbaratado y todos los soldados estaban muertos. Todos menos uno. Su nombre era Jan Baalsrud. Su increíble historia la narra un clásico ya de la historia militar de la Segunda Guerra Mundial que ahora llega a las librerías españolas publicado por Capitán Swing: 'Nosotros morimos solos', de David Howarth (Londres, 1912 - Chichester, 1991).

Howarth fue un personaje peculiar. Oficial naval, constructor de barcos, corresponsal de guerra, historiador y escritor apasionado y apasionante. También era el segundo al mando en la base de las Sheetland aquel 29 de marzo de 1943 en que aquellos doce valientes noruegos a la órdenes del ejército de su Majestad regresaron a su país para enseñar a sus paisanos a matar alemanes. Ocho de los doce formaban parte de la tripulación y los cuatro restantes eran soldados entrenados en la guerra de guerrillas. Transportaban en la bodega del barco ocho toneladas de explosivos y, además de la pedagogía guerrillera, su objetivo a medio plazo era hacer saltar por los aires la gran base aérea de Bardufoss tras el verano. Escribe el autor: "Eran hombres fuertes y sanos y estaban eufóricos por la inminencia del peligro y convencidos de que serían capaces de cuidar de sí mismos, deparara lo que deparase el amanecer".



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'Nosotros morimos solos'. (Capitán Swing)




Pero una confusión con un nombre, un tendero miedoso y una delación lo echaron todo a perder. Los alemanes atacaron el pesquero, ellos saltaron al agua bajo el fragor de las ametralladoras y, aunque increíblemente cuatro recorrieron 60 metros a nado hasta una isla cercana sin dejar de ser tiroteados un momento y llegaron a tierra, uno a uno, fueron cayendo. Jan Baalsrud escapó a tiros escalando un barranco de resplandeciente nieve. Increíblemente sólo le había alcanzado una bala volándole el pulgar del pie derecho pero, como se le había congelado ya, ni sangraba ni le dolía. Echó una última mirada al fiordo desde lo alto del promontorio desde donde se veían los cuerpos de sus compañeros y alemanes por todas partes. Después se dio la vuelta y echó a correr.

La persecución
¿Pero correr a dónde? "Si Jan se hubiera parado a pensar, le habría parecido que todo era inútil. Estaba solo, vestido de uniforme, en una pequeña isla pelada, perseguido por unos cincuenta alemanes. Al caminar por la nieve, dejaba un profundo rastro que cualquiera podía seguir. Tenía la ropa empapada y llevaba un pie descalzo que estaba herido y empezaba a congelarse. La isla estaba separada del continente por dos estrechos, ambos de varios kilómetros de ancho y patrullados por el enemigo, y todo su dinero y sus documentos habían saltado por los aires en el barco". Sin pensar, impulsado por el puro instinto de supervivencia logró llegar hasta la orilla y esconderse en una roca hasta la noche. Entonces se dio cuenta de que si seguía allí acabaían encontrándole, observó una cabaña solitaria en otra isla a unos doscientos metros de distancia y se sumergió en la oscuridad en las gélidas aguas.



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Jan Baalsrud tuvo que amputar varios dedos de los pies como resultado de la congelación cuando huyó de los alemanes. Aquí ha sido fotografiado en su casa en Slemdal después de la guerra.


Jan había perdido a sus compañeros y podía perder la vida en cualquier momento por culpa del chivatazo de un medroso compatriota. Pero fue el primero y el último. A partir de ese momento todos los noruegos con los que se topó le acogieron, curaron, protegieron y transportaron jugándose la vida y la de sus familias. Primero en aquella cabaña solitaria a donde emergió medio muerto del mar. Y luego en sucesivas casas, graneros, granjas... Ya en el continente vivió su peor momento cuando, con los nazis pisándole una vez más los talones, le sorprendió un alud en un glaciar alpino y anduvo tres días dando tumbos en mitad de una aterradora tormenta de nieve, ciego, sabiendo que si paraba sólo un instante moriría.

Los meses que siguieron Jan se enfrentó a la gangrena, a las ventiscas y a las temibles montañas. Marius y los vecinos de la inhóspita región de Mandall fueron sus principal benefactores, le acogieron primero y después lograron llevarle hasta la frontera con Suecia en una serie de imposibles proezas montañeras. La dramática hazaña de aquel superviviente inédito queda en los anales de las historias de huidas y ha sido llevada al cine recientemente en el film 'The 12 th Man'. Jan Balsruud murió en Tenerife en 1987, isla canaria a la que se había mudado veinte años antes. Cada año una marcha en Troms recrea su escapada en el mes de julio a lo largo de nueve días.





https://www.elconfidencial.com/cult...uerra-mundial-nosotros-morimos-solos_1570064/
 
“Calvino era un enfermo mental patológico”
Con afán desmitificador y provocativo, María Elvira Roca Barea repasa en 'Seis relatos ejemplares, seis' figuras esenciales de la historia y reparte críticas y algunos elogios


JUAN CARLOS GALINDO
Madrid 28 MAY 2018


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Jean Calvin


Se desenvuelve con soltura en entrevistas que hace dos años ni imaginaba dar; expone, argumenta, provoca y fabrica titulares con rapidez. No pestañea cuando llama “enfermo mental” a Juan Calvino o dice que la revolución protestante de Lutero fue “un gran latrocinio organizado, de un nivel que no se volvió a ver hasta la Revolución Rusa”. La filóloga María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) impactó en el panorama ensayístico en España con Imperiofobia y leyenda negra (Siruela) y regresa ahora con Seis relatos ejemplares, seis (Siruela), media docena de textos de ficción “no moralizante” con otros tantos personajes históricos como protagonistas. Un libro en el que Roca usa el material de sus investigaciones para reivindicar a unos pocos, atacar a muchos y derribar lo que considera errores y mitos.

“En el norte de Europa inventaron la propaganda. Por eso son tan buenos. Y aquí nos la hemos creído”, cuenta a EL PAÍS en una charla la semana pasada en un restaurante el centro de Madrid. Durante la conversación, Roca Barea no titubea ni cambia la voz cuando el tema sube de tono y se sorprende de que todavía no haya habido un gran ataque a su obra. Estas son sus reflexiones sobre Juan Calvino, Margaret y Reginald Pole, las tres princesas de Sajonia, el teólogo Thomas Müntzer, Enrique VIII y el objetivo predilecto de sus dardos, Martín Lutero.

Juan Calvino "el psicópata"
“Calvino, que nunca pudo distinguir lo literal de lo figurado, ni orientarse en el vergel de las metáforas, se ha tomado al pie de la letra el poder purificador del fuego”, dice un personaje de uno de los relatos. Pero Roca no se queda atrás. “La Ginebra del Consejo de los 200 es el Afganistán de los talibanes. La clase de cafre que era Calvino cuesta trabajo imaginarla. Que matara a Miguel Servet, por ejemplo, es lo de menos. Lo que le hizo antes de matarlo es lo que hay que tener en cuenta. Es el gusto en la destrucción del ser humano, la complacencia en la tortura, tenerlo durante meses en esa celda de confinamiento, sin agua ni para su aseo personal y obligar a ese hombre a atravesar Ginebra rebozado en su propia mierda, sobre la que tenía que dormir… ¡es muy heavy!".


"Y este tipo" continúa "tiene un monumento de cuatro metros en el parque de los Bastiones en Ginebra, pagado por el Ayuntamiento de la ciudad. Era un psicópata, un enfermo mental. Hay que estar mal de la cabeza para hacer lo que hizo, no solo a Servet. Se hartó de torturar a la gente. Lo grave es que se le hagan monumentos y que nadie se sienta avergonzado de él sino al revés, orgullosos de ese enfermo mental patológico".

Las tres princesas de Sajonia repudiadas
“El protestantismo, en un primer momento y hasta que se consiguió encarrilar legalmente la situación del divorcio, dejó a las mujeres a los puñeteros pies de los caballos y eso estaba previsto legalmente”, cuenta Roca para entrar en materia y referirse al relato de Ana de Sajonia, repudiada por Guillermo de Orange y calificada de adúltera y loca por los historiadores.


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María Elvira Roca en la sede de Siruela. CARLOS ROSILLO


“Hasta que se articulan los divorcios el protestantismo deja a las mujeres en una situación en la que tu marido te dejaba en la put* calle, que es lo que le pasa a las tres princesas de Sajonia, una detrás de otra. Y que eso se haya vendido como un progreso, un avance a la modernidad es disparate padre, vamos. Y ahí un momento de tonteo con la poligamia. Claro que varias mujeres procreando iban a llevar la división a la casa de Sajonia y los señores territoriales del Sacro Imperio ya tenían una situación muy conflictiva entre ellos. El carajal o el problema saudí. No era una cuestión moral sino de organización”.


Margaret y Reginald Pole. Destino maldito

La historia de dos de los últimos Plantagenet les resultará familiar a los seguidores de Juego de Tronos.

- Primero, el contexto: “El siglo XV es un tiempo muy confuso porque los Tudor no consiguen afianzarse en el trono, hay unos bandazos tremendos y uno de los sistemas para sobrevivir era matar al enemigo”.

- ¿Quiénes eran? “Los Plantagenet son los descendientes de Guillermo el Conquistador, que cuando llega de Francia instaura esta dinastía a la que pertenece Ricardo Corazón de León, Enrique II… Son los que fabrican el ciclo artúrico. Cuando aterrizan en Inglaterra son nuevos ricos y deciden fabricarse un pasado prestigioso, como todo el mundo. Y agarran esas leyendas, que eran cuatro hilos sueltos, y empiezan a pagar para que se fabriquen un relato y de ahí nace la literatura artúrica”.

- ¿Qué les pasó? “Los Tudor los machacan absolutamente porque durante el siglo XV hay par de momentos en los que están a punto de hacerse con el poder. Y los Tudor empiezan un trabajo implacable de ir cargándose Plantagenet aquí y allá hasta que no quede uno vivo”. Margaret Pole pasó años en la torre de Londres junto a otros familiares, confinada y aislada del mundo antes de ser ejecutada en un espectáculo público organizado por los Tudor. “Reginal Pole tuvo en su mano ser rey de Inglaterra y estuvo a un voto de ser Papa y no quiso convertirse en ninguna de las dos cosas. En primer lugar él no quería que su enfrentamiento con Enrique VIII era por ambición personal cuando él luchaba por la unidad de todos los cristianos por encima de todo. Por eso se hizo sacerdote. Y no quiso ser Papa porque su familia estaba encerrada en la torre de Londres y Carlos V no les ayuda”.


Enrique VIII

En uno de los relatos, se califica a Enrique VIII de “Engendro de sangre y grasa…” pero Roca nos aclara rápidamente que la frase es de Charles Dickens. Para él tiene artillería propia de sobra. “Creo que nunca se ha acabado de contar la cantidad de muertos que provocó . Yo creo que los Tudor tenían también un cable suelto. En serio. El padre de Enrique VIII y su hija mataron por supervivencia. La legitimidad de Isabel en el trono depende totalmente de que la nueva religión se consolide porque si no el matrimonio de sus padres sería ilegítimo y por eso asesina a sus rivales. Él mata porque quiere. Fíjate la cantidad de películas que se han hecho sobre él y en algunas nos es hasta simpático. Tengo una de Charles Laughton, del treinta y tantos en la que va matando mujeres con un gran sentido del humor”.

Thomas Münzter el "verdadero revolucionario"

Aquí Roca cambia el tono y pasa a una defensa cerrada y entusiasta del teólogo. “Era un teólogo muy superior a Lutero. Se enfrenta a la iglesia, al poder. Lo deja todo, no como Lutero, que siempre nadaba y guardaba la ropa. Él es el gran revolucionario. Alguien en quien se fijan Marx y Engels, quien en La guerra de los campesinos alemanes pone a Lutero a caer de un burro pero cita a Müntzer como gran influencia. Llega un momento en que se plantea: no vamos a robar a la iglesia de Roma para dárselo a los señores. Si hubiera querido, podría haber vivido muy bien en la Iglesia Católica o al servicio de cualquier príncipe protestante. No necesitaba ser el lacayo perfecto como Lutero. Su muerte fue tremenda, ejemplarizante. Después de su fracaso no se movió nadie
en Alemania en dos siglos”.


Lutero el "lacayo"

Aunque no es uno de los personajes centrales del libro, el iniciador de la revolución protestante sobrevuela varios relatos y aparece varias veces en la conversación.”Lutero estaba dispuesto a fabricar el producto que le pidiera el príncipe de turno. No tenía ningún problema. Siempre que se le sube el pavo a Alemania se ensalza a Martín Lutero. ¿Cuándo se ha vuelto a emitir moneda y sellos con la imagen de Lutero? Después de la unificación. Desde los tiempos de los nazis no se había vuelto a reeditar la moneda de dos marcos con la imagen de Lutero. No entiendo esta ola de ensalzamiento a su figura. Al Papa Francisco le falta un tornillo. Que se haga mirar, vamos. Un tío como Lutero, que ha hecho los panfletos más agresivos, más groseros y le ensalzas"

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https://elpais.com/cultura/2018/05/28/actualidad/1527493895_611026.html


 
VISITAMOS LA PRIMERA BIBLIOTECA QUE ABRIÓ SUS PUERTAS AL PÚBLICO
El origen de las bibliotecas públicas: un viaje a la Roma del siglo XVII
Fundada en 1604, la Biblioteca Angelica es un punto de partida ideal para un viaje al mágico mundo de los libros y de su conservación


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La biblioteca Angelica de Roma: el refugio de los libros prohibidos



FRANCESO AQUILANTI
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ARTE
LIBROS


02.06.2018
Cuentan que Tolomeo I, el sucesor de Alejandro Magno, siguió el consejo de un sabio ateniense y fundó una biblioteca en Alejandría para que la ciudad adquiriera fama. Aún hoy, casi un milenio y medio después de su destrucción por parte de los primeros musulmanes, la de Alejandría permanece en el imaginario como el modelo ideal de una biblioteca universal, el lugar en que, en su momento, llegó a reunir todo el saber de la Antigüedad.

Se estima que la biblioteca contaba con más de 500.000 textos en rollos de papiro: un número inmenso si se considera que, antes del nacimiento del libro impreso, la biblioteca papal de Aviñón contaba con 2.000 volúmenes y ésta era considerada la más grande de todo el mundo occidental. En Roma, durante el imperio de Constantino, había 28 bibliotecas públicas y en todas las casas de los dignatarios romanos había bibliotecas privadas.



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Encolado con pincel de una doble hoja y rebaje de una laguna de papel con puntero de metal. (Fotografía: Corrado Bonora)


En cambio, durante los oscuros años de la Edad Media la actividad principal de las bibliotecas –en la penumbra de los sótanos de las abadías– consistía en hacer copias y transcribir los manuscritos en un pergamino, a veces de manera muy poco fiel. Los libros escritos a mano sobre pergamino que se difundieron a partir de los siglos III y IV, llamados códices, eran muy costosos, precisamente por el largo proceso de copia, así como por el precio del pergamino y de su tratamiento, pues hacían falta cientos de pieles de oveja o cabra para un solo volumen.



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Parte de un fresco del Instituto de la Patología del Libro, en Roma. (Fotografía: Corrado Bonora)


Sin embargo, esa exclusividad hizo que, con el florecimiento del arte de pintar miniaturas, estos libros de una sola copia se convirtieran, en muchos casos, en auténticas obras maestras. Por lo demás, hubo que esperar hasta el Renacimiento y la invención de la imprenta para que el libro volviera a ser de nuevo público, popular, como en las bibliotecas de la Roma imperial.

A partir del nacimiento de los tipos de imprenta a mediados del siglo XV, la difusión de libros se hizo inmensa en muy poco tiempo en todo el mundo occidental. Los libros impresos entre el nacimiento de la imprenta (la Biblia de 42 líneas de Gutenberg, realizada en 1456) y 1500 se denominan incunables: son sin duda alguna los libros más bellos, los que han constituido el modelo de composición tipográfica y formal que, en esencia, ha permanecido hasta nuestros días. Además, se puede decir que la imprenta ha sido la primera industria en el sentido moderno de la palabra, puesto que se fundamentaba en la producción en serie de mecanismos intercambiables y, por ende, en la estandarización de la producción.



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Detalle de la biblioteca. (Fotografía: Corrado Bonora)


En cuanto a los lugares públicos de lectura, fue entre los siglos XVI y XVII cuando se empezaron a crear las grandes bibliotecas públicasdestinadas al estudio (y no sólo a dar prestigio a los nobles o al clero) que, a la zaga del saber humano, se volvieron cada vez más monumentales.

FERIAS DE PAPEL
La irrupción del libro impreso en serie estableció un baremos de precios para los libros, que se vieron convertidos en mercancía y, por tanto, regidos por un sistema real de precios. Por contra, el valor del libro hecho a mano sufrió continuas variaciones de precio debido a su rareza, a su valor, a su procedencia y, sobre todo, a la pasión de los bibliófilos, que generó un floreciente mercado.

En 1778, cuando Samuel Baker y John Sotheby fundaron Sotheby’s, la principal actividad de la casa de subastas londinense era precisamente la venta de libros como, por ejemplo, los de las ricas bibliotecas de Napoleón o Talleyrand.

Subastas y ferias son, en el comercio editorial, puntos de referencia esenciales tanto para vendedores como para compradores. En la actualidad, se celebran ferias anuales de libros antiguos en todo el mundo.

Sin embargo, los libros son objetos que se deterioran fácilmente. Han de hacer frente a una multitud de enemigos: el polvo, el moho y los insectos los atacan sin piedad, y están expuestos a la humedad y al descuido de los propios seres humanos. Y es que, para una buena conservación, el papel necesita una temperatura y una humedad constantes (entre 18 y 22 grados, y entre el 50 y el 55 por ciento de humedad), requisitos garantizados sólo por los gruesos muros de las antiguas bibliotecas o los aislados almacenes futuristas de las bibliotecas más modernas.

Por lo demás, el papel envejece inexorablemente debido a la calidad de la hoja. Un libro del siglo XV o del XVI bien conservado parece, aún hoy, recién salido de la imprenta, porque el papel, producido con trapos de algodón, la celulosa y los pegamentos eran excelentes en esa época. En cambio, los papeles actuales, ya casi sin celulosa, se hacen migajas a los treinta años. Así, nuestros actuales monumentos de papel, que deberían ser capaces de desafiar varios siglos, en realidad corren el riesgo de extinguirse dentro de cien años, y eso sin contar con la amenaza de las termitas que, con sus fantásticas galerías entre página y página, son capaces de destruir irreparablemente un libro en pocos años.

https://www.gentleman.elconfidencia...eca-angelica-roma-abierta-al-publico_1570625/
 
RECOMENDACIONES PARA LA FERIA DEL LIBRO
De ti depende que tus hijos lean: 18 libros extraordinarios para niños y jóvenes
Asumamos de una vez que depende de nosotros que nuestros niños lean (o no). Un primer paso: acompañarlos a bibliotecas y librerías y compartir con ellos obras de calidad... Como estas

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'Mis dibujos después de la tormenta'

GUSTAVO PUERTA LEISSE
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02.06.2018
Se habla mucho sobre los índices de lectura; sobre cuánto, quién, qué y cómo se lee; sobre las políticas de animación a la lectura y, claro está, sobre las crisis que atraviesan los distintos sectores del libro (editoriales, distribuidores, librerías…), sus creadores (escritores, ilustradores, editores, traductores…) y otros colectivos relacionados con el libro (bibliotecas, universidades, escuelas, medios de comunicación…). Eso por no nombrar la machacona perorata sobre el futuro de los libros, los nuevos formatos o la discusión sobre los derechos de autor. Sin embargo, pocos se detienen a analizar cómo aprendemos a leer. Y, con ello, no me refiero ni al mecanismo ni al método didáctico empleado sino, más bien, a la forma como vamos estableciendo una relación propia con el acto de leer y al sentido que le damos (o no) a esta actividad en nuestra cotidianidad.

Está claro que en nuestra sociedad la lectura es un valor: leer es una virtud y el ser lector es algo para muchos encomiable (especialmente si estamos hablando de un niño). Pero como todo buen valor, como toda buena virtud y como todo comportamiento encomiable, una cosa es alabarlo y otra practicarlo.

Si leer requiere esfuerzo, tiempo y dinero, aprender a leer requiere, además de todo esto, compañía y atención. Y esto en pocas ocasiones se da. Las bienintencionadas campañas de animación a la lectura son insuficientes e incluso pueden llegar a ser contraproducentes. Por otra parte, la escuela, con sus controles de lectura, libros de textos y su obsesión por la transmisión de valores es en buena medida responsable de nuestros trastornos lectores: tanto de la bulimia editorial como de la anorexia lectora. Quizás por eso valdría la pena que nos replanteásemos nuestra responsabilidad en todo esto. Es posible que no tenga sentido que sigamos dejando en manos de maestros y profesores, de las campañas de animación de lectura y de los supuestos especialistas la responsabilidad de un aprendizaje de la lectura que vaya más allá de la decodificación de un texto escrito. Es necesario que asumamos de una vez que depende de nosotros que nuestros niños sean partícipes (o no) de una comunidad de lectores activos con un criterio propio. Un primer paso: acompañarlos a bibliotecas y librerías y compartir con ellos obras de calidad.




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'Topolín'. (Cuatro Azules)


Topolín construye una casa
Janosch. Los cuatro azules. Desde 3 años.

Con su gran sombrero emplumado, su largos pelos rojos, sus zapatones y su enorme determinación, Topolín no solo es uno de los personajes arquetípicos de la literatura para los más pequeños sino que, además, tiene el mérito de, generación tras generación, conquistar a nuevos lectores, alentar aventuras, convertirse en confidente y hacer que la escucha del cuento no sea un acto pasivo sino, por el contrario, un espacio donde hasta el niño más pequeño interviene y se siente partícipe de las empresas del gran Topolín.

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'Mis dibujos'


Mis dibujos después de la tormenta
Éric Veillé. Harper Colllins. Desde 4 años.

El antes y el después son empleados en la doble página de este libro para crear una divertidísima propuesta en la que podemos apreciar qué les pasa a mis dibujos después de que pase un elefante; o a mi casa, después de que nazca un hermanito; o a la profe hecha una fiera, después de la magia… Un libro que va más allá de su simple lecturapara convertirse en una fórmula narrativa que puede incorporar el niño en sus ilustraciones o juegos.

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'Duermevela' (Ekaré)


Duermevela / Sueños en la noche
Juan Muñoz-Tébar, Ramón París. Ekaré / Laurent Moreau. Pípala. Desde 5 años

La noche es uno de los territorios por excelencia de la imaginación infantil. Las fantasías conquistan el preludio al sueño, los miedos afloran al apagar la luz, los viajes conducen a sus protagonistas por parajes sorprendentes y, así, a medida que al niño le va llegando el sueño, ve con otros ojos lo que a la luz del día pasaba inadvertido. Hay algo fascinante en los libros para antes de dormir: conectan con aquella experiencia que pensábamos que solo era nuestra. Además, son lecturas que se pueden convertir en talismanes protectores y en leales acompañantes. Muy distintos entre sí y al mismo tiempo muy próximos, estos dos álbumes merecen acompañar a los chavales en el reto diario de irse a la cama.

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'El libro del futuro'


El libro del futuro
Joana Carro y César Sánchez, il. María Ramos. Fulgencio Pimentel. Desde 6 años

La propuesta es tan simple como inteligente: un libro de actividades que, una vez concluido, se cierre herméticamente y se convierta, literalmente, en una cápsula de tiempo. En otras palabras, un cuaderno que el yo-actual del niño dirige al yo-futuro de ese adulto que será. Dibujar tu cosa favorita, el retrato de tu amigo o la profesión a la que te imaginas que te dedicarás se convierten en actividades capaces de generar recuerdos, evidenciar cambios de parecer o motivar la nostalgia en el futuro.

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Vacaciones. (Zorro Rojo)


Vacaciones
Blexbolex. Libros del zorro rojo. Desde 7 años

Al principio, desconcierta. A medida que vamos pasando las páginas descubrimos que las cosas no son lo que pensábamos. Luego, comenzamos a entender de qué va todo esto. Pero pronto nos damos cuenta de que tampoco es lo que creíamos que era. Seguimos avanzando y ya nos dejamos llevar. Conscientes de que en nada se parece a lo que conocemos, entramos en el juego. Y es que este libro sin palabras tiene el encanto del mejor arte experimental: nos invita a salir del espacio de confort y ver otras formas posibles de crear y pensar. Siempre, además, sin abandonar el juego.

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'El bosque'. (Milrazones)


El bosque
Riccardo Bozzi, ils. Violeta Lópiz y Valerio Vidali. Milrazones. Desde 7 años.

Es muy probable que después de leído el libro, apenas recordemos algo de su historia (si es que la hay). Y es que el texto pronto desaparece detrás del esplendor de la ilustración. Claro que habrá quien disfrute del tono evocativo que, sinceramente, no logro comprender. Sin embargo, al adentrarnos en sus páginas son los ojos de los personajes los que reflejan la exuberancia del bosque. Hermosísima propuesta plástica en la que se juega con la materialidad del libro y se ofrece una lograda colaboración artística. Invitemos pues, al niño a disfrutar pasando sus páginas teniendo la absoluta libertad de prescindir de su lectura si esta le aburre.

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'Herbario'. (Zorro Rojo)


Herbario
Adrienne Barman. Libros del zorro rojo. Desde 8 años.

Si Linneo consiguió poner orden en el caos que hasta entonces imperaba en los nombres y clasificación de los animales y vegetales, Adrienne Barman reinstaura cierto desorden a la hora de organizar bichos y plantas en el Bestiario y en el Herbario. Categorías como "Las enamoradas del agua", "Las acorazadas", "Las punzantes" o "Las viajeras" no solo nos invitan a mirar de un modo más cercano a los vegetales que crecen a nuestro alrededor sino que, además, gozan de poder evocativo. Un hermoso atlas botánico no exento de cierta irreverencia.

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'Fuerte, suave, murmurado'. (Bárbara Fiore)


Fuerte, suave, murmurado
Romana Romanyshyn y Andriy Lesiv. Barbara Fiore. Desde 8 años.

Ver el sonido. Transmitir a través de las imágenes el ruido, el ritmo, la armonía, el silencio. Tintas fosforescentes, sobreposiciones, esquemas, alfabetos, onomatopeyas… Son algunos de los múltiples recursos empleados en un álbum que fiel a su título, a veces es enfático; otras, agradable e incluso en momentos llega a ser leve. En todo caso, la pobreza de algunas de sus explicaciones se compensa gracias a su fuerza gráfica y dinamismo. Y es que, a fin de cuentas, este libro nos entra por los ojos.

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'La declaración'. (Kókinos)


La declaración universal de derechos humanos
J-M. Fiess. Kókinos. Desde 9 años.

Las peripecias de los libros pop-up en pocas ocasiones vienen acompañadas de una propuesta narrativa que esté a la altura de sus desplegables. Impresionantes proezas en la ingeniería de papel suelen estar acompañadas de textos flojos e historias intrascendentes. Por eso resulta especialmente fascinante este librito. Una potente imagen tridimensional emerge de la página para representar un artículo de la Declaración. El resultado es una obra conceptual difícil de olvidar.


SIGUE...
 
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It’s Only Rock and Roll. (Lunwerg)


It’s Only Rock and Roll
Susana Monteagudo, il. Marta Colomer. Lunwerg. Desde 10 años.

Una historia del rock para niños. A pesar de la institucionalización del rock y de la literatura infantil, a pesar del buenrrollismo imperante entre los padres modernos, a pesar del barniz de reivindicación de género que tiene la obra, a pesar de su estética cool, a pesar de que es muy poco lo que hoy es capaz de escandalizarnos… Si nos tomamos en serio este libro, no deja de ser una propuesta tan transgresora como electrizante. Libro para compartir (o no), reivindica aquella máxima que decía que "El rock es cultura" y, por lo tanto, es un legado que debemos ofrecer a las nuevas generaciones.





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'Ciruela'. (Impedimenta)


Ciruela
Emma Chisterter Clark. Impedimenta. Desde 11 años.

Los perros crean a su alrededor una comunidad de amos y amantes de perros: con sus anécdotas e historias, sus afectos e intereses mutuos, sus fracasos educativos y su poco disimulado orgullo. En principio, este no tiene por qué ser un libro para chavales. Sin embargo, a aquellos que adoran a los chuchos les puede gustar especialmente. En sus páginas experimentarán la identificación, la ternura, más de una sonrisa… Además, culminado el libro nos dan ganas de compartir su lectura, de releer pasajes, de comentarlo con otros cinofílicos y, por supuesto, intensifica aquello que sentimos por nuestros compañeros caninos.

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'Comerse el tarro'. (Fulgencio Pimentel)


Comerse el tarro
Isabel Minhós Martins y Maria Manuel Pedrosa, il. Madalena Matoso. Fulgencio Pimentel. Desde 12 años

Es mucho lo que aprendemos en la escuela y también es muy poco. Lamentablemente, muchos consideran que el aula de clase es el único (o al menos el más importante) espacio de aprendizaje y que sabemos lo que sabemos gracias a lo que se nos enseña. Una corriente de libros divulgativos para niños y jóvenes busca revertir estas arraigadas creencias, ofreciéndole a sus lectores temas y enfoques que sirvan de punto de partida en un proceso de autoaprendizaje. Es el caso de este magnífico volumen dedicado al cerebro. Ya en su prólogo, sus autoras confiesan que cuando iniciaron este proyecto "ignorábamos todo acerca del vasto mundo que nos esperaba". Al final de esta apasionante lectura, tomamos consciencia de otro tipo de ignorancia: de todo lo que aún nos falta conocer sobre nuestra mente. Un excelente desafío.

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'Sweet Sixteen' (Milenio)


Sweet Sixteen
Annelise Heurtier. Milenio. Desde 13 años.

Más de sesenta años, un idioma y un océano nos separan de la historia descrita por esta novela. Pero, la mayor distancia se encuentra en concebir un mundo organizado alrededor de la segregación racial. Sin embargo, la historia de los primeros nueve estudiantes negros que se inscriben en un instituto para blancos en Arkansas se convierte en una narración próxima y atractiva para el joven lector. Personajes con una psicología bien construida, conflictos adolescentes que no nos resultan tan distantes y una cuidada e invisible tarea de contextualización subyacen detrás de una trama que administra muy bien la intriga.

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'El inconsciente explicado a mi nieto'. (Zorzal)


El inconsciente explicado a mi nieto
Élisabeth Roudinesco. Libros del zorzal. Desde 14 años.

Aunque puede sonar a paradójico eso de explicar el inconsciente, la empresa que se plantea la reconocida psicoanalista Élisabeth Roudinesco en este diálogo no deja de ser un estimulante ejercicio intelectual. Y es que a pesar de que el término freudiano se ha incorporado en nuestro lenguaje cotidiano, su empleo es impreciso. Además, tampoco el concepto de inconsciente no está libre de detractores dentro de la comunidad científica. Problemas como estos son tratados en un libro que, valiéndose de la estructura de preguntas y respuestas, ofrece una interesante y discutible introducción a la teoría psicoanalítica al lector adolescente.

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'Atlas de las constelaciones'


Atlas de las constelaciones
Susanna Hislop, il. Hannah Waldron. Errata Naturae. Desde 15 años.

El origen de este libro se halla en la adolescencia de su autora y quizás por eso mismo los jóvenes podrían ser sus destinatarios naturales. Organizado alfabéticamente recorremos en sus páginas las constelaciones y sus historias. Mitología, ciencia, historia y filosofía alientan nuestra visión de las estrellas y a través de sus narraciones nos conectan con otras personas y culturas que al igual que nosotros también han elevado su mirada a la esfera celeste.

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'Yo Leonardo'. (Zorro Rojo)


Yo, Leonardo
Ralph Steadman. Libros del zorro rojo. Desde 16 años.

Son tan habituales como aburridas las biografías de hombres famosos destinadas a los jóvenes. En aras de la ejemplaridad y el didactismo, a menudo distorsionan la vida y obra del biografiado hasta el punto de convertirlo en un pelmazo. Lejos del modelo hagiográfico, Steadman encarna al propio Leonardo para ofrecer una divertida, inteligente y lúdica distorsión biográfica que, sin lugar a dudas, retrata como nadie la figura del genio renacentista.

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'Cats'. (Jot Down Books)




Cats Are Paradoxes
Pablo Amargo. Jot Down Books. Desde 16 años.

Cada ilustración es un desafío, cada ilustración pone en aprietos a nuestra lógica y en cada ilustración hay, al menos, un gato. ¿Qué despiertan en nosotros estas imágenes imposibles?, ¿cómo reaccionamos ante su sinsentido?, ¿por qué nos reímos?, ¿por qué nos ponen en cuestión? A través de una propuesta gráfica muy estilizada, donde nada es accesorio y en la que hay una meditada decisión detrás de cada imagen, Pablo Amargo ofrece una colección de desafíos. Cómo cada espectador responde ante ellos y, específicamente, qué respuesta genera entre chavales de distintas edades son las preguntas que animan la recomendación de este libro como una obra que vale la pena poner al alcance de niños y jóvenes.

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Jordi Soler: "Tarde o temprano, el inmigrante acaba siendo parte del sitio al que ha emigrado"


ÁLVARO MACÍAS 05.06.2018

El escritor mexicano afincado en Barcelona acaba de publicar su nuevo libro, 'Usos rudimentarios de la selva'. Doce historias autobiográficas que dan una idea de sus preocupaciones: clasismo, racismo o violencia .



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El escritor Jordi Soler. PEP ÁVILA


Jordi Soler (México, 1963) llega a punto para la entrevista con un libro del mexicano Octavio Paz bajo el brazo. Tiene lógica: lleva 15 años viviendo en Barcelona pero toda la conversación parece su íntimo tête-à-tête entre aquel chico que se crió en La Portuguesa, en Veracruz, y el hombre que ahora es, ya lejos, tanto tiempo después. "Tarde o temprano, el inmigrante acaba siendo parte del sitio al que ha emigrado", aclara. "Hay un peaje que se debe pagar y después, una vez pagado ese rito de iniciación, ya eres del paisaje", comenta con conocimiento de causa: su familia se exilió a México durante la Guerra Civil y él ha vuelto a España. Y siempre la misma historia. Clasismo. Racismo. Temas "rabiosamente contemporáneos" que recorren su vida y su obra, porque en ambas habla de sí mismo y del protagonista de su último libro, Usos rudimentarios de la selva, una novela erguida como un mangle sobre 12 relatos de su juventud. "Yo me resisto a llamar a estas historias cuentos porque son bastante autobiográficos.

Son doce cuadros que al final completan una suerte de novela completa", resume. "Esa batalla es un motor muy importante para mí", dice la voz madura. El niño que fue apenas son retazos impresionistas, fotografías ocres, espacio vacante. "Hay una nostalgia permanente de aquel mundo a pesar de lo duro que era. Porque era duro, pero yo no lo percibía. Yo era un chico feliz". Pausa para beber algo de agua, como quien jerarquiza sus propios recuerdos. "Simplemente no conocía otra cosa. En esa comunidad no usábamos zapatos, no íbamos al colegio ni al médico: había una chamana que nos curaba. Nunca habíamos visto un ascensor o un edificio. Los vi por primera vez cuando tenía 10 años, en el DF", rememora.

Ni una hoja de realismo mágico

Y no miente, aunque sorprenda. La virulencia de su prosa, cierto panorama de la inmundicia y anécdotas torvas no parecen la autobografía de un niño. "Un niño falso, escrito por un adulto". ¿Memoria? "Reconstruida. Es la única forma de volver a casa. Y este libro es, de entrada, un ejercicio personal de regreso a casa y siempre que eso ocurre hay una especie de reset, pero para seguir hacia adelante". Es un argumento válido. Con todo, no parece que Soler quiera salir, literariamente hablando, de ese extremo del mundo, porque la nostalgia de la infancia "no se supera, hay que lidiar con ella". "Tengo la impresión de que ya no voy a salir de esa selva. Mi siguiente novela también transcurre ahí", avanza. Puede parecer su Ítaca personal, su Macondo anclado, pero no le gusta la ciudad del Gabo: "Me queda grande, es demasiado, casi un cliché.

Aquí no hay nada de realismo mágico". Absolutamente nada. Al contario, se trata de historias ásperas, basiliscas, feroces, salvajes. "Una de las ilusiones que me hace este libro es participar en la concepción que hay de la naturaleza en el siglo XXI, esta idea de que te metes al bosque y sales vivificado al otro lado, una especie de reinicio en la cabeza cuando vas respirando el oxígenos de los árboles. Y eso es verdad siempre y cuando no te salga un lobo", opina el autor.


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En definitiva, parece no cesar de hablar sobre estar alerta, ganarte de nuevo su confianza, el hijo pródigo. "El otro día me decía un amigo que este libro es como un manual de supervivencia", se sincera, porque en la selva "todos mueren más rápido, se vive más deprisa, se vive en unas cuantas décadas, un paisaje donde si no eres capaz de quemarte, te pudres. Rápidamente. Es una de las metáforas del libro: todo se pudre rápidamente, incluso la vida, en estas historias".

Una violenta Mamá Natura La violencia.

Una palabra para defirnir un libro. Y él es consciente de lo que veía: "Una de las ideas de estas historias es que Madre Natura nos quiere, pero también nos quiere aniquilar. Hay una parte de la Naturaleza que es muy violenta contra nosotros porque nosotros ya no somos propiamente naturaleza. Somos ya un subproducto, nos hemos desligado y ahora pretendemos entrar y que nos ame". Soler sabe que su país de entonces ("la violencia era parte sustancial de la vida allí, integrada al sistema, los cadáveres que pasan en el libro por el río son los cadáveres que yo veía de niño"), no es el México de ahora. "No creo que se haya vuelto violento, pienso en lo que veía de niño, sino que se ha expandido y lo poco que ha cambiado ha cambiado para mal", argumenta Soler.

Para él, "a toda esta violencia se ha sumado el narco", el cual "es otro tipo de violencia, que tiene otros códigos, que ya no son los usos rudimentarios de la selva". Id est, "la violencia industrializada", porque "aunque conozcas los usos ya no sirven, eso es un tiro en la cabeza, no hay ciencia". Y sin embargo, desde aquella Veracruz de su infancia a la Barcelona donde viven sus hijos, ve esperanza. "México sigue siendo un país muy joven, que ha vivido casi toda su época moderna en crisis, así está preparado para salir de ella", sintetiza, a lo que contrapone que "en España noto un desánimo general, que no hay energía, hay melancolía. Mientras que México, por cercanía, sabe los usos rudimentarios de la selva, España está sometida a los usos civilizados de occidente".

https://www.20minutos.es/noticia/33...rde-temprano-inmigrante-parte-sitio-emigrado/
 
ENTREVISTA CON WALTER ISAACSON
“Si Leonardo da Vinci trabajase hoy, probablemente le habrían despedido”
El último trabajo del antiguo presidente de 'CNN' y editor de 'Time' es un ambicioso volumen sobre el florentino, icono por excelencia del eclecticismo renacentista


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Isaacson, este lunes en Madrid. (Foto: Amaya Aznar)


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HÉCTOR G. BARNÉS
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04.06.2018
Es imposible hablar hoy del género biográfico sin citar a Walter Isaacson (Nueva Orleáns, 1952). Fue él quien publicó en 2011 el retrato definitivo de Steve Jobs, pero también el hombre que entregó al mundo el perfil más completo de Henry Kissinger o Benjamin Franklin. El tema que recoge la mayoría de sus libros –el individuo creativo como motor de la historia– le ha llevado a enfrentarse al que probablemente sea uno de sus grandes retos, la biografía de Leonardo da Vinci. Esta acaba de ser publicada por Debate en nuestro país,con profusión de ilustraciones y reproducciones de sus cuadernos, la fuente primaria utilizada por el periodista.

El retrato gigante del icono renacentista que sirve de portada a 'Leonardo da Vinci. La biografía' preside la habitación del hotel madrileño donde Isaacson, antiguo presidente de la 'CNN' y exeditor de 'Time', recibe a la prensa española antes de su charla en el ciclo Tech & Society organizada por el Instituto Aspen, del que es presidente, y Fundación Telefónica. Al periodista e historiador le gusta agarrar el volumen y pasar las páginas para mostrar al entrevistador los detalles de las obras del último cuerpo que ha pasado por la mesa de disección de su pluma y que, a su juicio, muestran que al contrario de lo que sugirió su primer gran biógrafo, Giorgio Vasari, era mucho más que un pintor con veleidades científicas. Más bien se trataba de un hombre con defectos y virtudes que cambió la historia gracias a su curiosidad voraz. De la mano de Isaacson, intentamos descubrir al verdadero Leonardo, ese que emana de las más de 7.000 páginas de sus cuadernos personales.

Nunca podremos ser Einstein, pero Leonardo tenía una mente como la nuestra y se convirtió en un genio por su curiosidad


PREGUNTA. Escribir una biografía supone pasar mucho tiempo con alguien, así que hay que elegir cuidadosamente con quién se comparten tantos años. ¿Por qué Leonardo?

RESPUESTA. Mi objetivo ha sido adivinar qué es la creatividad, cómo ocurre, cómo una persona se convierte en alguien creativo. Para mí, lo que todos tienen en común es que se interesan por muchas disciplinas: les interesa el arte, la ciencia, la ingeniería, las humanidades… Desde Benjamin Franklin, cuya biografía publiqué hace 20 años, me fascinó la capacidad de ver los patrones de la naturaleza en muchos campos diferentes. Franklin era científico, diplomático, escritor, hombre de negocios… A Steve Jobs le gustaba mucho el arte, el diseño, la electrónica, el baile, los negocios… Quien une todo eso es Leonardo, al que le interesaba cualquier cosa sobre cualquier tema. Después de escribir sobre Einstein o Jobs, me parecía natural acercarme al genio creativo más grande de su época, que intentó aprender todas las disciplinas.

P. En el libro advierte sobre el problema que supone considerar a Leonardo un genio, pues ello puede hacer olvidar que era un hombre curioso, trabajador pero con grandes defectos. ¿Se decepcionará el lector que busque el retrato de un genio?

R. Creo que lo que hace que Leonardo sea tan inspirador es que no era la misma clase de genio que Einstein. Tú y yo nunca seremos como Einstein, que tenía una mente más allá de cualquier cosa que podamos entender. Pero Leonardo tenía una mente con la que nos podemos identificar, no gozó de una educación formal, no se le daba bien leer latín, tenía dificultades para aprender matemáticas, pero se convierte en un genio haciendo cosas que tanto tú como yo podemos hacer en nuestro día a día: teniendo más curiosidad por lo que nos rodea, siendo más observadores, deteniéndonos más en lo que vemos cada día e intentando entender cómo funciona todo, desde las máquinas hasta las emociones humanas.

Él, por ejemplo, se detenía a observar si las alas de un pájaro aleteaban más o menos rápido cuando estaba volando o se preguntaba por qué el cielo es azul. Es algo que nosotros hacíamos a los 10 años, pero luego nos ocupan otras cosas del día a día y dejamos de hacerlo. Para mí es muy inspirador ver que Leonardo es un ser humano, no un mago de las matemáticas. Por eso es alguien a quien podemos parecernos.






P. El libro pone de manifiesto algunos rasgos muy interesantes de la personalidad de Leonardo. Por ejemplo, se le podría considerar lo que hoy se llama un procrastrinador: daba un par de pinceladas a su cuadro, no aparecía por el estudio, alargaba el proceso… ¿Habría encajado en el entorno laboral moderno o le habrían echado?

R. Bueno, el Duque de Milán casi le despide mientras pintaba 'La última cena'. Leonardo no era perfecto, procrastinaba muchísimo, muchas veces no terminaba lo que empezaba. En el mundo acelerado en el que vivimos hoy es muy probable que te despidan si eres como Leonardo. Si eres un colegial que está todo el día haciendo preguntas sobre cosas obvias, también es probable que te castiguen. Tenemos que permitirnos más caprichos hacia nosotros mismos y ser más permisivos con esas personas creativas. A veces la gente creativa es diferente, y deberíamos ser más tolerantes con ellos.

Es un error minimizar el rol que un ser humano puede jugar en la historia: es lo más importante que he aprendido como periodista

P. Otro de los temas del libro es el fracaso: Leonardo intentaba muchas cosas y, a menudo, no le salían bien. Sin embargo, es un valor que se ha reivindicado en los últimos tiempos, a veces desde centros de innovación como Silicon Valley. ¿Qué nos enseña Leonardo sobre el fracaso?

R. Creo que las razones por las que Silicon Valley ha sido la cuna de la innovación comparada con la costa este de EEUU o Europa es porque hay una gran tolerancia al fracaso. Nunca vas a hacer algo innovador si tienes miedo de fracasar. Leonardo nunca construyó una máquina voladora que llegase a volar, pero al intentarlo, fue el primero en entender cómo funciona la fricción. Puede que se tardase 200 o 300 años en aplicarlo, pero no tenía miedo de intentar algo y fracasar en el intento.

P. Usted dedicó un libro a lo que denominó 'Los innovadores' (Jobs, Gates, pero también Alan Turing o Larry Page). ¿Qué figuras modernas le interesan? ¿Qué piensa de Elon Musk, le dedicaría un libro?

R. Estoy intentando adivinar qué libro sobre un personaje actual sería interesante escribir. Está Elon Musk, pero no sabemos muy bien cómo va a terminar la película, si Tesla va a tener éxito o no. Pero es interesante, porque innova en el mundo físico. Es decir, crea coches o cohetes espaciales, en lugar de redes sociales, que es algo que uno puede hacer en su habitación. Me gusta Jeff Bezos, porque está interesado en muchos campos, desde el periodismo hasta los libros o las películas. Me interesa Bill Gates, por razones obvias. Su genialidad abarca también los negocios y la filantropía. Estoy interesado en una mujer llamada Jennifer Doudna, que está trabajando en biotecnología. Hay mucha gente hoy en día sobre la que se puede escribir, y pasaré el verano decidiendo por quién me decanto.

P. A juzgar por sus palabras, parece interesado en la innovación que introduce cambios en el mundo real, no tanto en manejar datos e información, como ocurre con Facebook. ¿Qué opina sobre las recientes polémicas de ese otro lado de la innovación?

R. Resulta peligroso que la mayor parte del contenido digital dependa principalmente de los ingresos de publicidad: el periodismo, el cine, la televisión. La mayoría de las cosas que la gente pone en Internet tiene la publicidad como principal fuente de ingresos. Esto requiere la recopilación de información sobre el usuario para poder vender esa información al que se publicita. Puede derivar en invasión de la privacidad, pero también es un mal modelo empresarial si quieres conseguir que la gente cree un buen periodismo, entretenimiento u otros contenidos. Los medios, por ejemplo, reciben muy poco dinero en comparación con lo que ganan Facebook o Google.



Como bien sabe, la capacidad de aprender es importante. Si volvemos a la época de Leonardo o Franklin, había fórmulas para que la gente crease cosas, físicas o intelectuales, con el derecho a cobrar derechos de autor (no tanto Leonardo, sino Franklin). Tenemos que volver a un sistema en el que la gente que crea, especialmente en lo que se refiere a propiedad intelectual, la gente no tenga que depender de la publicidad y que no dé la mayor parte de su dinero a Google y Facebook. Hay que compartir esos ingresos.



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El pintor estuvo a punto de ser despedido durante el proceso de trabajo de 'La última cena'.




P. Volviendo a Leonardo, vivió en la época del mecenazgo, pero es una solución que no tiene cabida en el siglo XXI. ¿Qué propone, pues, para que se pueda hacer un buen periodismo?

R. La mejor solución era la que teníamos hace unos 20 años, es decir, parte de tus ingresos venían de los lectores, parte del patrocinio y parte de la publicidad, sin que fueses totalmente dependiente de ninguno de ellos, porque tenías varias fuentes. Si tus ingresos vienen de la venta de información para publicidad, estarás más interesado en darles a ellos lo que necesitan que al lector. Por lo tanto, sería bueno volver a una situación en la que tengamos publicidad que esté del lado del usuario, y una especie de patrocinio, quizá a través de pequeños pagos digitales, que por un euro se pudiese obtener una copia digital de una revista. Es difícil aún, porque son pagos pequeños.

P. Usted es uno de los grandes biógrafos recientes, y se trata de un subgénero con gran predicamento en el mundo anglosajón, tanto en ventas como en prestigio, algo que no ocurre en igual medida en España. ¿Qué dice de dicha cultura este interés por las grandes personalidades?

R. A lo largo de la historia ha habido distintos ciclos. Había épocas en las que se afirmaba que la historia se producía a partir de grandes fuerzas y otras en las que la gente se centraba en las biografías. Cuando era estudiante, me dijeron que la historia estaba hecha de fuerzas impersonales y sociales, pero cuando me hice periodista y conocí a Golda Meir o Henry Kissinger vi que eran quienes habían marcado la diferencia. Me gusta contar la historia de nuestro tiempo a través de las personas que la han escrito. Es lo que hace la Biblia, no es nada nuevo. Empieza con Adán y Eva y cuenta historias con moraleja a través de las personas.

No conozco la situación de España, pero en Italia es un género importante. Si quiero explicar cómo cambió la física hace un siglo, es más interesante hacerlo a través de Einstein que describiendo las teorías como tal. Creo que una buena historia es una combinación de biografía y sociología. Es un error minimizar el rol que un ser humano puede jugar en la historia: eso es lo más importante que he aprendido como periodista, ya sea observando a Barack Obama o a Donald Trump. O a alguien como Da Vinci, que tocó tantos palos que cambió las corrientes de la historia.


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El original y la copia: un maestro y sus seguidores.


P. ¿A quién se parece más Leonardo de todas las personas sobre las que ha escrito biografías? ¿Franklin, Jobs, Ada Lovelace?

R. Franklin es probablemente el más cercano. No era un genio como Leonardo, pero se le acercaba. Se preocupaba de todo aquello de lo que pudiera aprender algo; como a Leonardo, le gustaba tener gente alrededor, y se dio cuenta de que la creatividad es algo que se hace en equipo, no uno solo.

P. El libro presenta una dificultad adicional: no ha podido consultar a los contemporáneos de Da Vinci. De hecho, las principales fuentes de las que disponemos, como la de Giorgio Vasari, han creado mitos que siguen vigentes hoy en día. ¿Cuáles son las ideas consolidadas sobre Leonardo que ha tenido que esquivar?

R. Tengo mucha suerte de haber tenido acceso a las más de 7.200 páginas de los cuadernos de Leonardo, e intenté utilizar como fuente primaria lo que él escribía cada día, y observar su mente en acción, en lugar de empezar analizando todo lo que ya se ha escrito sobre él a lo largo de los años. Lo que aprendí es cómo cada día conectaba la ciencia con el arte y las humanidades con la ingeniería. Uno de los mitos que comenzó con Vasari es que era un pintor que perdió el tiempo haciendo otras cosas, como la ciencia. InclusoKenneth Clark, el pasado siglo, escribió que fue una pena que Leonardo pasase tanto tiempo haciendo ciencia e ingeniería, porque eso le había impedido terminar más cuadros.

Uno de los grandes mitos es que su ciencia e ingeniería eran una distracción, cuando en realidad formaban tanta parte de su vida diaria como su arte. Si utilizas los cuadernos como fuente, ves hasta qué punto sentía esta conexión entre el arte y la ciencia. Por ejemplo, si observas el Hombre de Vitruvio, verás que es un trabajo de ciencia, de matemáticas, de anatomía, de arte y un autorretrato. Trata de ser humano en este universo. A través de sus cuadernos, uno puede ver hasta qué punto está conectado con la ciencia y el arte.

Steve Jobs era un genio porque unió la belleza y la tecnología, y Leonardo es el santo patrón de esta nueva era de la innovación

O, también, cómo sus investigaciones sobre la sonrisa le llevan a la 'Mona Lisa'. Ayer en el Prado vi esta otra copia que uno de sus estudiantes hizo al mismo tiempo que Leonardo. Está muy bien restaurada y se ven los colores originales, mientras que la del Louvre está empezando a oscurecerse. Es el mismo tema, prácticamente idéntico, pero si analizas la sonrisa, no es tan profunda como la de Leonardo. Su versión entiende que cuando uno mira desde un lado, los colores cambian, y la sonrisa también. Esto no está en la otra, lo que muestra cómo sus investigaciones le llevan a hacer esta obra, algo que su alumno no es capaz de imitar.

P. Lo que nos lleva a otra gran pregunta: hasta qué punto la división entre artes y humanidades por un lado y ciencias por el otro ha sido perniciosa.

R. C.P. Snow escribió sobre esta división de culturas durante el pasado siglo. Parte de eso es culpa de Einstein, antes de él una persona como Benjamin Franklin o Thomas Jefferson entendían de ciencia. La mecánica no era tan complicada, todo el mundo podía comprenderla. Si no, habrían pensado que eras un ignorante. Entonces aparece Einstein, y la ciencia, con la relatividad y la mecánica cuántica, se convierte en algo misterioso y difícil de comprender para una persona normal. Así empieza la división entre los humanistas y artistas, que admiten sin problema que no entienden la ciencia. Hoy en día, con la revolución tecnológica que está teniendo lugar, es importante reunir el arte con la ciencia de nuevo. Por eso Steve Jobs era un genio, porque conectó ambas cosas, la belleza y la tecnología. Ahí es donde tiene lugar la verdadera creatividad, y Leonardo es el santo patrón de esta nueva era de la innovación.

P. De hecho, uno de los documentos a los que ha tenido acceso, el Codex Leicester, está en poder de Bill Gates. Eso dice mucho acerca del propio Gates.

R. En él, describe la geología y el flujo del agua, y muestra a Leonardo cambiando de opinión en función de sus descubrimientos. Gates es una persona que siente un gran respeto por el método científico y la importancia que tiene para las humanidades, creo que por eso le gusta tanto ese cuaderno.

https://www.elconfidencial.com/alma...04/walter-isaacson-leonardo-da-vinci_1573745/
 
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