Si, y en ese acto recuerdo la cara de Felipón al entrar con ella en la iglesia, como retando a todos, fue una verguenza.Cuando salió el libro les tocó asistir a no sé qué en Holanda.
La cara indignadísima y hasta ofendida de los invitados a ambos, partiendo de gente tan diplomática y acostumbrada al disimulo, podría interpretarse.
Recuerdo que la víbora entraba al sitio con la lengua bífida de un lado a otro lanzando veneno y poniendo los cuernos con los dedos de su manaza.