- Registrado
- 3 Ago 2020
- Mensajes
- 130
- Calificaciones
- 781
Hola primas,
Abro este tema porque necesito que me deis cera. Hace cosa de una semana tuve un encontronazo con mi amor de adolescencia y mi vida se ha tambaleado. Os pongo en contexto.
Estuvimos juntos 7 años, (desde los 16 aprox.) y lo dejamos porque tenía unos problemas personales que nos estaban llevando al hoyo a los dos. Era super popular, guapísimo, deportista, inteligente. Lo tenía todo... menos salud mental (narcisista, celoso, le gustaba gustar, refuerzo intermitente...). En su familia hay gente con problemas de alcoholismo, entre otras cosas, que le han hecho tener un caracter muy muy complicado. Pero yo le adoraba tanto... a su lado me sentía afortunadísima, la reina del baile, os podréis imaginar. Una niña con complejo de salvadora completamente embobada.
La cuestión es que nunca se dejó ayudar. Llegó a maltratarme psicológicamente de manera muy heavy y a crearme unas inseguridades que arrastro hasta el día de hoy. Así que muy a mi pesar y queriéndolo todavía con locura, tuve que huir para salvarme yo. Y junto conmigo, gran parte de su entorno de ese momento.
Unos meses después apareció en mi vida mi marido, que es con quien estoy actualmente. Todos los adjetivos positivos que se os ocurran se le quedan cortos. Compartimos inquietudes, es mi mejor amigo, le adoro y él me adora. Sabe de esta antigua relación y en esa época me ayudó muchísimo a soltar todo el lastre que traía de esa persona. Me costó Dios y ayuda porque tenía un enganche horroroso, pero funcionó y al tiempo, empecé a sentirme plena y más dichosa que nunca.
AHORA VIENE LO CHUNGO.
La semana pasada coindicí con mi ex en un evento social en el que estuvimos ambos varias horas. Como acabamos nuestra relación en "buenos términos" y ya ha pasado casi una década, charlamos de manera cordial y decidimos quedar para tomar un café y ponernos al día sobre como nos iba la vida.
Os juro que estaba convencida de que lo tenía todo más que superado, pero qué ilusa era. Charlamos de pasado, presente y futuro. Él me dijo que se arrepiente cada día de haber hecho que me fuese pero que se alegra de mi vida actual, que me lo merezco. Que nunca encontró a nadie como yo, que soy y seré el amor de su vida.
Chicas... perdonad la soez, pero se me cayeron las bragas. Legué digna y me fui hecha una mierda. Solo quería seguir allí con el, que me abrazase y que nos escondiésemos del mundo. Me partió en dos y ahora no consigo quitármelo de la cabeza, es como una enredadera venenosa que en engancha y anida en mi cerebro.
Esto me lo llegan a decir 24 horas antes y jamás me lo hubiese creído. Tengo una vida plena, un marido increíble y un ex que está trastornado con el que sé que no podría compartir nunca la vida porque nos hacemos daño (su carácter no ha cambiado).
¿Qué mierda me pasa?
Abro este tema porque necesito que me deis cera. Hace cosa de una semana tuve un encontronazo con mi amor de adolescencia y mi vida se ha tambaleado. Os pongo en contexto.
Estuvimos juntos 7 años, (desde los 16 aprox.) y lo dejamos porque tenía unos problemas personales que nos estaban llevando al hoyo a los dos. Era super popular, guapísimo, deportista, inteligente. Lo tenía todo... menos salud mental (narcisista, celoso, le gustaba gustar, refuerzo intermitente...). En su familia hay gente con problemas de alcoholismo, entre otras cosas, que le han hecho tener un caracter muy muy complicado. Pero yo le adoraba tanto... a su lado me sentía afortunadísima, la reina del baile, os podréis imaginar. Una niña con complejo de salvadora completamente embobada.
La cuestión es que nunca se dejó ayudar. Llegó a maltratarme psicológicamente de manera muy heavy y a crearme unas inseguridades que arrastro hasta el día de hoy. Así que muy a mi pesar y queriéndolo todavía con locura, tuve que huir para salvarme yo. Y junto conmigo, gran parte de su entorno de ese momento.
Unos meses después apareció en mi vida mi marido, que es con quien estoy actualmente. Todos los adjetivos positivos que se os ocurran se le quedan cortos. Compartimos inquietudes, es mi mejor amigo, le adoro y él me adora. Sabe de esta antigua relación y en esa época me ayudó muchísimo a soltar todo el lastre que traía de esa persona. Me costó Dios y ayuda porque tenía un enganche horroroso, pero funcionó y al tiempo, empecé a sentirme plena y más dichosa que nunca.
AHORA VIENE LO CHUNGO.
La semana pasada coindicí con mi ex en un evento social en el que estuvimos ambos varias horas. Como acabamos nuestra relación en "buenos términos" y ya ha pasado casi una década, charlamos de manera cordial y decidimos quedar para tomar un café y ponernos al día sobre como nos iba la vida.
Os juro que estaba convencida de que lo tenía todo más que superado, pero qué ilusa era. Charlamos de pasado, presente y futuro. Él me dijo que se arrepiente cada día de haber hecho que me fuese pero que se alegra de mi vida actual, que me lo merezco. Que nunca encontró a nadie como yo, que soy y seré el amor de su vida.
Chicas... perdonad la soez, pero se me cayeron las bragas. Legué digna y me fui hecha una mierda. Solo quería seguir allí con el, que me abrazase y que nos escondiésemos del mundo. Me partió en dos y ahora no consigo quitármelo de la cabeza, es como una enredadera venenosa que en engancha y anida en mi cerebro.
Esto me lo llegan a decir 24 horas antes y jamás me lo hubiese creído. Tengo una vida plena, un marido increíble y un ex que está trastornado con el que sé que no podría compartir nunca la vida porque nos hacemos daño (su carácter no ha cambiado).
¿Qué mierda me pasa?