Por lo que leo en los comentarios y mi propia sensación al ver estas fotos, los fastidiados somos muchos de los que hemos visto esta mediocre puesta en escena, con los padres patéticos, mal vestidos, las hijas con el cabello poco cuidado, vestidas con el mismo estilo desde hace años y con el calzado igual, sólo por la jeta cambiante de la Ortiz podemos datar el posado reciente, el resto es lo mismo, expresiones aburridas e impostadas, cero gracia y naturalidad, el que más tablas tiene es Felipe por razones obvias y ni así logra un encuentro con la prensa que despierte simpatía y espontaneidad. Parecen una de esas familias disfuncionales retratadas en series y películas donde todos resultan absurdos, cursis, falsos y haciendo payasadas como la mutante y sus muecas de pseudo risa que dudo mucho que alguien la vea y piense: ¨Oh, es guapísima y simpatiquísima la reina Letizia I, qué don de gente, qué elegante y distinguida con esa sonrisa cautivadora y jovial¨.
Dan pena. La heredera luce descuidada, con dentadura amarillenta, el cabello simplón, las piernas con moretones, la expresión de agotamiento, la ropa que no la favorece, la otra hija con la risita menchusesca todo el tiempo, pegada a la madre, ufff.
Aburren al elegirles la ropa,siempre blanco o beige y varios tonos de azul, me gustan más su padre y las tías paternas con las prendas que usaban en los posados cuando tenían esa edad,eran más modernos y originales que la ropa que selecciona la señora de la portada de Maná.
Los clichés del vestuario de verano junto al mar, el cliché de la familia feliz y amorosa que toma de la mano a la hija cuando la otra la monitorea con la mirada de loca.
Dan pena. La heredera luce descuidada, con dentadura amarillenta, el cabello simplón, las piernas con moretones, la expresión de agotamiento, la ropa que no la favorece, la otra hija con la risita menchusesca todo el tiempo, pegada a la madre, ufff.
Aburren al elegirles la ropa,siempre blanco o beige y varios tonos de azul, me gustan más su padre y las tías paternas con las prendas que usaban en los posados cuando tenían esa edad,eran más modernos y originales que la ropa que selecciona la señora de la portada de Maná.
Los clichés del vestuario de verano junto al mar, el cliché de la familia feliz y amorosa que toma de la mano a la hija cuando la otra la monitorea con la mirada de loca.