Juana Rivas

La cuestión es evitar un nuevo Bretón
Quizás el Bretón en este caso puede ser la Bretona. Una mujer con problemas psicológicos, perseguida por la justicia, escondida quién sabe dónde, dependiendo económicamente de alguien que la mantiene a ella y a sus hijos, presionada por las manifestaciones que le exigen ser una heroína........el curso empieza pronto ¿dónde van a estudiar esos niños?......
En fin, no quiero pensar que se le ocurra castigar a su marido o salir de esta situación tirando por la vía de en medio.
 
La jueza del caso Juana Rivas se defiende y desvela sus pasos desde julio de 2016
La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 2 de Granada remitió la traducción a Italia de la última denuncia hace 12 días

La Justicia se defiende de las acusaciones de "error" formuladas por Juana Rivas desde paradero desconocido mientras se prolonga su huida junto a sus dos hijos, que se niega a entregar al padre. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer ha hecho públicos sus últimos pasos en el procedimiento abiertodespués de que la vecina de Maracena haya acusado a los tribunales españoles de poner en peligro a los niños y tramitar su última denuncia, presentada en 2016, de forma "chapucera".

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer 2 de Granada dictó su primera resolución en julio de 2016. Rechazaba asumir la investigación por falta de jurisdicción y ya entonces avisaba a Juana Rivas de que debía presentar la denuncia en su lugar de residencia. El escrito concreta que la malagueña había alegado que los malos tratos se habían reproducido desde junio de 2013, momento en el que reanudó la convivencia en Italia con Francesco Arcuri. "Asegura que ha estado siendo amenazada, insultada y agredida por este", dice la magistrada que se ocupa del caso, que advertía de que la denuncia se presentaba "una vez que se encuentra en España junto con sus hijos al venir a este país de vacaciones" .

Rivas explicó entonces ante la Guardia Civil y en declaración judicial que había vuelto a sufrir violencia por parte de su pareja, con la que convivía en el municipio de Calaforte y con quien regentaba una casa rural. Su marido la aislaba y no le permitía relacionarse con otras personas mientras su agresividad iba en aumento, indicaba la denuncia. La instructora consideró entonces que el órgano granadino carecía de jurisdicción para el conocimiento de la denuncia. Ni Rivas ni la Fiscalía recurrieron la decisión.

El segundo movimiento del Juzgado de Violencia de Género se produjo el pasado 13 de marzo. Una providencia desvela que la jueza inició entonces los trámites para traducir al italiano la denuncia de la mujer y remitirla a este país. Pasado un tiempo sin tener noticia de lo sucedido con esta orden judicial, la magistrada reitera su requerimiento en el mes de julio.

El último paso se produjo hace 12 días, el 3 de agosto. La jueza se dirigió al Ministerio de Justicia para remitir copia con la traducción en italiano de la denuncia para que, desde este ministerio, se tramite ala Justicia italiana. En una exposición razonada, la magistrada, conforme al convenio bilateral entre España e Italia de los años 1959 y 2000, da trámite a la denuncia presentada por Juana Rivas el 12 de julio de 2016 por los supuestos hechos ocurridos cuando convivía con su excompañero sentimental y sus dos hijos en la isla italiana, entre junio de 2013 y mayo de 2016.

A continuación, explica que acordó remisión de copia de la denuncia a la autoridad italiana conforme al Estatuto de la Víctima, que establece que "las víctimas residentes en España podrán presentar ante las autoridades españolas denuncias correspondientes a hechos delictivos que hubieran sido cometidos en el territorio de otros países de la Unión Europea". De no ser competentes, las autoridades de un país han de trasladarlas a las del "Estado en cuyo territorio se hubieran cometido los hechos".

"¿Dónde has estado?"
La sentencia dictada en 2009 contra Arcuri en España le condenaba en conformidad —es decir, con la aceptación por su parte de los hechos de los que se le acusaba— por un delito de lesiones en el ámbito familiar a tres meses de prisión y al alejamiento de Juana durante más de un año. Describe que el maltrato se produjo después de que le pidiera explicaciones sobre "donde había estado" durante una salida nocturna. "La ha golpeado repetidamente cuando intentaba entrar en la habitación, causándole lesiones que han necesitado la asistencia facultativa", decía aquella resolución.

La defensa de Juana Rivas espera ahora respuesta del Tribunal Constitucional a su último recurso de amparo, en el que reclama que quede sin efecto la orden de entrega de los niños. La Guardia Civil continúa buscando su paradero en el procedimiento en que se la acusa del secuestro de los menores de tres y 11 años.

https://www.elconfidencial.com/espa...a-genero-ninos-italia-pasos-justicia_1428760/
 
Un Juzgado de Granada alertó a Rivas en 2016 de la falta de jurisdicción de la Justicia de España para investigar sucesos en Italia
El auto, emitido hace ocho días, admitía recurso de reforma pero no fue recurrido ni por la Fiscalía ni por los representantes legales de la madre

La juez remite al Ministerio de Justicia la segunda denuncia de Juana Rivas por maltrato, traducida al italiano, para que se sustancie allí


El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada informó a Juana Rivas el 20 de julio de 2016 de la falta de jurisdicción en España para investigar la denuncia que, ocho días antes, había interpuesto esta madre de Maracena ante la Guardia Civil, ratificada a continuación ante la juez.

En este auto se señalaba la conveniencia de poner la denuncia en el lugar de residencia del presunto autor de los hechos y, aunque el escrito judicial indicaba que contra esa resolución cabía recurso de reforma, ni la Fiscalía ni los abogados de Juana lo plantearon.

Se trata de la segunda denuncia por malos tratos contra Francesco Arcuri, padre de los hijos de Juana, en paradero desconocido desde que el pasado 26 de julio no se presentara en el punto de encuentro donde debía entregar a sus hijos al padre.

Arcuri ya fue condenado en 2009 por un episodio de maltrato en el ámbito doméstico y, en tanto se sustancia la segunda denuncia, Juana Rivas y sus asesores se aferran a esta circunstancia para solicitar -ahora al Tribunal Constitucional- que se paralice la orden de entrega de los dos menores a Arcuri, que han ratificado cinco instancias judiciales.

El auto, que firmó la magistrada Aurora Angulo González de Lara con fecha de julio del pasado año invoca el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que indica que "en el orden penal" corresponde a la jurisdicción española el conocimiento de las causas por delitos y faltas "cometidos en territorio español" o que se hayan producido "fuera del territorio nacional siempre que los criminalmente responsables fueren españoles o extranjeros que hubieran adquirido la nacionalidad española con posterioridad a la comisión del hecho".

Para ello, deben concurrir una serie de requisitos, regulados en el convenio del Consejo de Europa de mayo de 2011, sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica: que el procedimiento se dirija contra un español o contra un extranjero que resida habitualmente en España o que el presunto delito a investigar "se hubiere cometido contra una víctima que en el momento de comisión de los hechos tuviera nacionalidad española o residencia habitual en España". Pero remarca: "Siempre que la persona a la que se impute la comisión del hecho delictivo se encuentre en España".

Rivas, siguiendo la argumentación del auto, alegó en su denuncia que, desde junio de 2013, cuando reanudó la convivencia en Italia con Arcuri, fue amenazada, insultada y agredida por su entonces pareja. "Interpone la denuncia una vez que se encuentra en España junto con sus hijos al venir a este país de vacaciones", se puede leer. En su declaración judicial consta "que lleva tres años residiendo en Calaforte (sic), Italia, lugar donde han ocurrido los hechos que denuncia"; manifiesta también que el denunciado "es italiano y reside allí".

La instructora concluye que "este órgano judicial carece de jurisdicción para el conocimiento de la denuncia al no concurrir los requisitos expuestos anteriormente que conforme a la LOPJ se requieren para ello" y apunta a la denunciante que puede interponer en su lugar de residencia, por lo que decreta el archivo de las diligencias.

Entretanto, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada ha enviado al Ministerio de Justicia la última denuncia por presuntos malos tratos, interpuesta en julio de 2016 por Juana Rivas, una vez ha sido traducida al italiano ya que debe ser tramitada ante los tribunales de Italia.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha informado de la exposición razonada en la que la juez, conforme a convenios bilaterales firmados por los gobiernos de España e Italia, da trámite a la denuncia presentada por Juana Rivas en 2016 por los supuestos hechos ocurridos cuando convivía con Arcuri y sus dos hijos en Carloforte, entre junio de 2013 y mayo de 2016.

En el auto acordado en julio de 2016 se establecía "la falta de jurisdicción de los tribunales españoles". En el texto de ahora, con fecha del pasado día 3 de agosto, se acordó remisión de copia de la denuncia a la autoridad italiana conforme al Estatuto de la Víctima, que establece que "las víctimas residentes en España podrán presentar ante las autoridades españolas denuncias correspondientes a hechos delictivos que hubieran sido cometidos en el territorio de otros países de la Unión Europea". De no ser competentes, las autoridades de un país han de trasladarlas a las del "Estado en cuyo territorio se hubieran cometido los hechos".

El pasado 13 de marzo, a resultas del escrito presentado por la Fiscalía con esa fecha, la juez emitió una providencia en la que pedía unir a los autos la copia testimoniada de la denuncia a la autoridad italiana, así como ponerla en conocimiento del Juzgado de Instancia 3 de Granada, con comunicación expresa a la Abogacía del Estado, en el procedimiento por supuesta sustracción internacional de menores por el que se investiga a la madre de Maracena.

La juez tramita desde el citado mes la traducción al italiano de la denuncia, requerimiento que reiteró en el mes de julio, habiéndose remitido con fecha del 3 de agosto al Ministerio de Justicia para darle trámite ante los tribunales italianos.

La tardanza en la traducción ha sido criticada por los asesores de Juana Rivas, ya que la ralentización del proceso ha impedido que avanzase la segunda denuncia contra Arcuri, lo que podría conllevar -en caso de una resolución contraria al padre italiano- la paralización de la orden de entrega de los dos menores.

http://www.elmundo.es/sociedad/2017/08/15/5991d564ca4741485b8b45c6.html
 
Hay que ser muy obtuso para no darse cuenta de que la denuncia de 2016 era sencillamente una estrategia judicial interpuesta después de secuestrar a los niños. El asesoramiento de esta señora es tan bizarro como el circo que están montando en la calle. Espero que pillen todos, desde Juana hasta el alcalde de Maracena pasando por la Sra Granados.
 
En su escrito, el letrado del padre se refiere, entre otros, a delitos de desobediencia a la autoridad judicial; de sustracción interparental de menores y de violencia psicológica habitual contra los hijos, a los que habría inducido "ideas falsas" del progenitor.

A ello suma un delito contra la administración de justicia de los que considera posibles autores tanto a Juana Rivas como a aquellas personas que pudieran haber participado en los hechos como "inductores", "colaboradores" o "encubridores".

Junto a ello, aludía en su escrito a que Rivas se encuentra en un estado psicológico de "desequilibrio emocional" y por lo tanto "presenta un riesgo para su hijos, ya que sus comportamientos son imprevisibles y puede dirigirlos contra éstos".

Así, ante "la gravedad de los hechos" y la "alarma social" que la madre está generado, consideraba el letrado que la orden de localización no es "suficiente" y pedía que Juana Rivas fuera detenida para su posterior ingreso en prisión, aunque la jueza de Primera Instancia número 3 ha rechazado esta pretensión. Sí ha acordado, tal y como solicitaba el padre, declarar hábil el mes de agosto para esta causa, además del citado traslado de las actuaciones.

La representación legal del padre, ejercida por el abogado Adolfo Alonso, ha señalado que la resolución de la jueza le "parece muy ponderada" y se ha mostrado "de acuerdo con ella".

http://www.publico.es/sociedad/juan...elitos-denunciados-ex-pareja-juana-rivas.html
 
«Hola a todos y todas,

Soy esa Juana Rivas Gómez a la que tanta gente está juzgando. Sin saber prácticamente nada de la auténtica pesadilla de terror a la cual nos estamos enfrentando mis dos hijos y yo.

No tendríamos que estar así.

Ante todo muchísimas gracias, a todos aquellos que conocéis la empatía y desde lejos y cerca nos estáis apoyando. No tengo suficientes palabras de agradecimiento, pero sí un corazón que se expande sin límites hacia las personas con humanidad.

Como dije esta ayer estoy huida, pero no siento que esté haciendo nada malo, pues la ley es la primera que se la han saltado a la torera desde el principio.

Si la ley se hubiera aplicado no estaríamos aquí.

Si la primera jueza a la que acudí en España denunciando nuestra grave situación en Italia me hubiera escuchado y hubiera enviado la denuncia inmediatamente como pone la ley, el Convenio de la Haya no estaría amenazando a mis hijos sino protegiéndolos. Pero es que ni siquiera lo admitió a trámite por error. Y resulta que la denuncia de malos tratos, que tenía que haber llegado a Italia hace más de un año todavía no ha salido de España. Por favor, comprueben que lo que digo es cierto.

Para proteger a mi hijo pequeño también pedí su custodia hace más de un año en un juzgado de familia español (la del grande ya la tengo desde 2009). Ese juzgado citó a Francesco varias veces durante meses, protegiendo su derecho a ser escuchado. Él nunca compareció. Como tampoco nunca vino a ver a sus hijos ni aportó nada para mantenerlos. ¿Cómo se explica si es tan buen padre que durante un año haga esto? Todo se puede comprobar.

Desde que vine a España, siempre, por el bien de mis hijos, he estado dispuesta a llegar a un acuerdo (por favor, pregunten a mi abogada María Castillo y al Centro de la Mujer de Maracena), pero siempre su respuesta fue que por encima de todo yo tenía que volver a Italia. ¿Cómo volver a esta vida de pesadilla para mí y para mis hijos? A ellos nunca les he hablado mal de su padre. Siempre he intentado que tuvieran buena relación. Hasta él mismo dice que siempre pudo hablar con ellos cuando quiso. ¿y saben ustedes cuándo dejo de hablar? No fue porque yo se lo negara, sino porque mi hijo de 11 años, a partir de diciembre, le dijo que no quería hablar con él porque no podía entender que su padre nos hiciera sufrir tanto.

A las citaciones a las que no vino, a las llamadas de mi abogada a las que no contestó, a los meses de pesadilla intentando formalizar la custodia de mi hijo, su respuesta fue presentar una demanda internacional como si yo hubiera raptado a los niños.

Un rapto no puede ser una mujer que huye del horror para proteger a sus hijos (sí, con la excusa de las vacaciones) ¿Cómo si no? Para poder salir del terror en el que estábamos sumergidos, y donde literalmente la vida se me estaba agotando y cerrando un camino de libertad y bienestar para mis hijos. Un maltratador nunca te va a dar el consentimiento de irte.

Y entonces empieza un nuevo calvario.

El 24 de noviembre pasado, tres días después de recibir su demanda me encuentro sentada en el banquillo de un juicio, donde se me hacen tres preguntas. “¿El padre de los niños los llevaba al colegio? ¿El padre sostenía económicamente a la familia? ¿Por qué no denuncio los hechos allí?”. Sí, el padre de los niños los llevabas muchas veces al colegio mientras yo trabajaba en el negocio familiar y era lo único que él estaba dispuesto a hacer a lo largo del día en relación a los niños. El negocio familiar estaba efectivamente a su nombre, pero pueden preguntar a cualquiera de los clientes quién hacía la limpieza, la lavandería, la comida, quién atendía a los niños, cargaba la leña, daba la cal…

A la tercera pregunta de por qué no denuncié los malos tratos en Italia, yo les digo: cualquiera con mi historia, viviendo en una casa aislada en el campo a 8 kilómetros del único pueblo de una isla pequeña en un país que no es el mío, sin ningún familiar, trabajando con mi maltratador, viviendo en casa de mi maltratador, que controla todas mis entradas y salidas, con vecinos que me dicen que los trapos sucios se lavan en casa… ¿Qué persona en esa situación va y pone una denuncia para comenzar una lucha legal contra el hombre que la maltrata psicológica y físicamente frente a sus hijos durante años? ¿Quién comenzaría una lucha legal sin apoyo ni recurso alguno?

No creo que un ser humano con todas sus capacidades humanas me diga que sí. Es muy fácil y rápido juzgar, pero pónganse por unos segundos en esa realidad. ¿Tan difícil es de entender?

Esas son las únicas preguntas que me hacen a mí. ¿y a mis hijos? ¿Qué preguntan a mis hijos?

Mi hijo mayor es “valorado” por la psicóloga del juzgado y las dos veces que sale de su despacho sale llorando. Es a partir de entonces cuando se niega a ponerse al teléfono cuando lo llama su padre. Mi hijo no quiere vivir con él. A lo sumo, dice en el Juzgado, está dispuesto a pasar vacaciones en Italia.

Los malos tratos, de los que mi hijo ha sido testigo, se acreditan. Sale en la sentencia de este proceso, lo dice la misma jueza. Por favor, compruébenlo.

A pesar de todo esto dicen que mis hijos se tienen que ir.

¿Cómo puede ser que a mis hijos, españoles, en España, cuya ley entiende que son víctimas del maltrato y que por eso hay que protegerlos especialmente, se les condene a ser enviados sin demora con el maltratador a otro país? ¿Cómo puede ser, sin embargo, que la denuncia de maltrato de julio del año pasado, cuya resolución les habría protegido, todavía no se haya mandado en agosto de este año? ¿Cómo puede ser que el sistema que debería protegernos se use para dañarnos?

¿cómo es posible que mi hijo haya sido valorado por una psicóloga, que ni siquiera está colegiada, cuando en la ley española se dice que en estos casos deben intervenir varios profesionales especializados en violencia de género? Mi hijo relató a la psicóloga cosas de terror y no aparecen en el informe. Y sin embargo él salía llorando de impotencia. ¿Por qué le están haciendo pasar por este calvario? ¿Por qué no protegen a mis hijos?

Cada situación violenta que desencadenaba este hombre era de puertas para dentro, pero nunca se privaba de que los niños no estuviesen delante, incluso mi hijo recibió algún golpe intentando defenderme. El seguía a su padre cuando me encerraba para ver donde escondía las llaves tanto de casa como del coche, y pobrecito mío en muchas ocasiones me las traía y decía -mamá, ¡escapa!

También un día lo dejo encerrado fuera en el campo sin luz y con mucho frio durante dos horas que yo conseguí bajar al pueblo y eso lo hacía para hacerme daño a mí, para que no saliera.

Él siempre me decía que era una desgraciada y que él tenía dinero para enterrarme judicialmente, que allí lo tenía todo perdido con sus contactos.

Os puedo asegurar que esto no es ser un buen padre, este hombre me decía los peores insultos e incluso me escupía en la cara delante de mis hijos.

Son infinitas las veces que en mi mente se reproducen las imágenes de mis hijos aterrorizados abrazándome en llantos inconsolables, no comprendían que pasaba y sentían mucho miedo.

¡Podría contar tantas cosas!

He escrito diez folios, pero es demasiado largo. Ojalá me los pidiera un juez. Yo no pido que los jueces cambien sin más de opinión, solo pido que se valore adecuadamente mi situación y la de mis hijos. Que hasta ahora no se ha hecho.

¿De verdad piensan que yo puedo entregarlos?

Quiero darle este mensaje a la jueza de la instancia n 3 de Granada, por favor si en su mano aún queda algo en lo que nos pueda ayudar. Que lo haga por favor. Que está todo documentado. Y que tanto mis hijos como yo merecemos un respeto.

Que aquí lo importante son mis hijos que están en peligro por errores judiciales.

Quiero pedir a esta juez y a todo aquel que nos pueda juzgar que encamine este proceso hacia la cordura, hacia la coherencia. Mis hijos están en peligro si dejamos caminar esta injusticia que nos está martirizando.

Señores jueces, lo que estoy haciendo no es un desafío, es supervivencia. Legalmente lo he intentado todo y no me han dejado otro camino. Esconderme es la única forma que he encontrado a mi alcance como madre para proteger las joyas más preciadas de mi vida. Pero no puede ser para siempre. Por favor, paren esta locura.

Por favor, pónganse en mi lugar.

Juana Rivas Gómez

Granada, 14 de agosto de 2017»
 
Una ubetense denuncia una agresión durante la manifestación a favor de Juana Rivas en Granada
La mujer acudió a la protesta para "reivindicar los derechos del padre y su papel fundamental en la educación de los hijos"

María Teresa Hervás, una ubetense que se encontraba ayer en la manifestación de Granada a favor de Juana Rivas para "reivindicar los derechos del padre" fue brutalmente agredida por algunos de los manifestantes que pedían "justicia para Juana", frente a los juzgados de La Caleta de esta ciudad.

Hervás asegura en la SER que no defendía a Francescco, el marido de Juana; sino que protestaba contra "las injusticias legales que se cometen contra los hombres en materia de divorcios y separaciones". Asegura que "la figura del padre es fundamental para los hijos" y por eso se colocó delante de la marcha a favor de Juana con una pancarta en la que se podía leer "Amor de Padre".

Los manifestantes intentaron arrebatarle el cartel y, dice, en cuestión de minutos y tras increparla con gritos de "Asesina" la rodearon y comenzaron a golpearla. Tuvo que intervenir la policía y fue atendida por el SAMUR. Asegura que no sabe cuantos fueron exactamente, aunque la policía, tras la denuncia, ya ha conseguido identificar a uno de los agresores.

La agredida ha solicitado las imágenes de las cámaras del juzgado gracias a las que, espera, se identifique al resto de personas que la agredieron.

http://cadenaser.com/emisora/2017/08/15/radio_ubeda/1502788241_466191.html
 
«Hola a todos y todas,

Soy esa Juana Rivas Gómez a la que tanta gente está juzgando. Sin saber prácticamente nada de la auténtica pesadilla de terror a la cual nos estamos enfrentando mis dos hijos y yo.

No tendríamos que estar así.

Ante todo muchísimas gracias, a todos aquellos que conocéis la empatía y desde lejos y cerca nos estáis apoyando. No tengo suficientes palabras de agradecimiento, pero sí un corazón que se expande sin límites hacia las personas con humanidad.

Como dije esta ayer estoy huida, pero no siento que esté haciendo nada malo, pues la ley es la primera que se la han saltado a la torera desde el principio.

Si la ley se hubiera aplicado no estaríamos aquí.

Si la primera jueza a la que acudí en España denunciando nuestra grave situación en Italia me hubiera escuchado y hubiera enviado la denuncia inmediatamente como pone la ley, el Convenio de la Haya no estaría amenazando a mis hijos sino protegiéndolos. Pero es que ni siquiera lo admitió a trámite por error. Y resulta que la denuncia de malos tratos, que tenía que haber llegado a Italia hace más de un año todavía no ha salido de España. Por favor, comprueben que lo que digo es cierto.

Para proteger a mi hijo pequeño también pedí su custodia hace más de un año en un juzgado de familia español (la del grande ya la tengo desde 2009). Ese juzgado citó a Francesco varias veces durante meses, protegiendo su derecho a ser escuchado. Él nunca compareció. Como tampoco nunca vino a ver a sus hijos ni aportó nada para mantenerlos. ¿Cómo se explica si es tan buen padre que durante un año haga esto? Todo se puede comprobar.

Desde que vine a España, siempre, por el bien de mis hijos, he estado dispuesta a llegar a un acuerdo (por favor, pregunten a mi abogada María Castillo y al Centro de la Mujer de Maracena), pero siempre su respuesta fue que por encima de todo yo tenía que volver a Italia. ¿Cómo volver a esta vida de pesadilla para mí y para mis hijos? A ellos nunca les he hablado mal de su padre. Siempre he intentado que tuvieran buena relación. Hasta él mismo dice que siempre pudo hablar con ellos cuando quiso. ¿y saben ustedes cuándo dejo de hablar? No fue porque yo se lo negara, sino porque mi hijo de 11 años, a partir de diciembre, le dijo que no quería hablar con él porque no podía entender que su padre nos hiciera sufrir tanto.

A las citaciones a las que no vino, a las llamadas de mi abogada a las que no contestó, a los meses de pesadilla intentando formalizar la custodia de mi hijo, su respuesta fue presentar una demanda internacional como si yo hubiera raptado a los niños.

Un rapto no puede ser una mujer que huye del horror para proteger a sus hijos (sí, con la excusa de las vacaciones) ¿Cómo si no? Para poder salir del terror en el que estábamos sumergidos, y donde literalmente la vida se me estaba agotando y cerrando un camino de libertad y bienestar para mis hijos. Un maltratador nunca te va a dar el consentimiento de irte.

Y entonces empieza un nuevo calvario.

El 24 de noviembre pasado, tres días después de recibir su demanda me encuentro sentada en el banquillo de un juicio, donde se me hacen tres preguntas. “¿El padre de los niños los llevaba al colegio? ¿El padre sostenía económicamente a la familia? ¿Por qué no denuncio los hechos allí?”. Sí, el padre de los niños los llevabas muchas veces al colegio mientras yo trabajaba en el negocio familiar y era lo único que él estaba dispuesto a hacer a lo largo del día en relación a los niños. El negocio familiar estaba efectivamente a su nombre, pero pueden preguntar a cualquiera de los clientes quién hacía la limpieza, la lavandería, la comida, quién atendía a los niños, cargaba la leña, daba la cal…

A la tercera pregunta de por qué no denuncié los malos tratos en Italia, yo les digo: cualquiera con mi historia, viviendo en una casa aislada en el campo a 8 kilómetros del único pueblo de una isla pequeña en un país que no es el mío, sin ningún familiar, trabajando con mi maltratador, viviendo en casa de mi maltratador, que controla todas mis entradas y salidas, con vecinos que me dicen que los trapos sucios se lavan en casa… ¿Qué persona en esa situación va y pone una denuncia para comenzar una lucha legal contra el hombre que la maltrata psicológica y físicamente frente a sus hijos durante años? ¿Quién comenzaría una lucha legal sin apoyo ni recurso alguno?

No creo que un ser humano con todas sus capacidades humanas me diga que sí. Es muy fácil y rápido juzgar, pero pónganse por unos segundos en esa realidad. ¿Tan difícil es de entender?

Esas son las únicas preguntas que me hacen a mí. ¿y a mis hijos? ¿Qué preguntan a mis hijos?

Mi hijo mayor es “valorado” por la psicóloga del juzgado y las dos veces que sale de su despacho sale llorando. Es a partir de entonces cuando se niega a ponerse al teléfono cuando lo llama su padre. Mi hijo no quiere vivir con él. A lo sumo, dice en el Juzgado, está dispuesto a pasar vacaciones en Italia.

Los malos tratos, de los que mi hijo ha sido testigo, se acreditan. Sale en la sentencia de este proceso, lo dice la misma jueza. Por favor, compruébenlo.

A pesar de todo esto dicen que mis hijos se tienen que ir.

¿Cómo puede ser que a mis hijos, españoles, en España, cuya ley entiende que son víctimas del maltrato y que por eso hay que protegerlos especialmente, se les condene a ser enviados sin demora con el maltratador a otro país? ¿Cómo puede ser, sin embargo, que la denuncia de maltrato de julio del año pasado, cuya resolución les habría protegido, todavía no se haya mandado en agosto de este año? ¿Cómo puede ser que el sistema que debería protegernos se use para dañarnos?

¿cómo es posible que mi hijo haya sido valorado por una psicóloga, que ni siquiera está colegiada, cuando en la ley española se dice que en estos casos deben intervenir varios profesionales especializados en violencia de género? Mi hijo relató a la psicóloga cosas de terror y no aparecen en el informe. Y sin embargo él salía llorando de impotencia. ¿Por qué le están haciendo pasar por este calvario? ¿Por qué no protegen a mis hijos?

Cada situación violenta que desencadenaba este hombre era de puertas para dentro, pero nunca se privaba de que los niños no estuviesen delante, incluso mi hijo recibió algún golpe intentando defenderme. El seguía a su padre cuando me encerraba para ver donde escondía las llaves tanto de casa como del coche, y pobrecito mío en muchas ocasiones me las traía y decía -mamá, ¡escapa!

También un día lo dejo encerrado fuera en el campo sin luz y con mucho frio durante dos horas que yo conseguí bajar al pueblo y eso lo hacía para hacerme daño a mí, para que no saliera.

Él siempre me decía que era una desgraciada y que él tenía dinero para enterrarme judicialmente, que allí lo tenía todo perdido con sus contactos.

Os puedo asegurar que esto no es ser un buen padre, este hombre me decía los peores insultos e incluso me escupía en la cara delante de mis hijos.

Son infinitas las veces que en mi mente se reproducen las imágenes de mis hijos aterrorizados abrazándome en llantos inconsolables, no comprendían que pasaba y sentían mucho miedo.

¡Podría contar tantas cosas!

He escrito diez folios, pero es demasiado largo. Ojalá me los pidiera un juez. Yo no pido que los jueces cambien sin más de opinión, solo pido que se valore adecuadamente mi situación y la de mis hijos. Que hasta ahora no se ha hecho.

¿De verdad piensan que yo puedo entregarlos?

Quiero darle este mensaje a la jueza de la instancia n 3 de Granada, por favor si en su mano aún queda algo en lo que nos pueda ayudar. Que lo haga por favor. Que está todo documentado. Y que tanto mis hijos como yo merecemos un respeto.

Que aquí lo importante son mis hijos que están en peligro por errores judiciales.

Quiero pedir a esta juez y a todo aquel que nos pueda juzgar que encamine este proceso hacia la cordura, hacia la coherencia. Mis hijos están en peligro si dejamos caminar esta injusticia que nos está martirizando.

Señores jueces, lo que estoy haciendo no es un desafío, es supervivencia. Legalmente lo he intentado todo y no me han dejado otro camino. Esconderme es la única forma que he encontrado a mi alcance como madre para proteger las joyas más preciadas de mi vida. Pero no puede ser para siempre. Por favor, paren esta locura.

Por favor, pónganse en mi lugar.

Juana Rivas Gómez

Granada, 14 de agosto de 2017»

En mi opinión esto sólo es el recurso del pataleo para presionar al Constitucional. Muy conveniente lo de escribir una carta a última hora contando pelos y señales de su presunto maltrato durante años y que la difundan las asociaciones de la causa con la connivencia de los medios. Que peritos, psicólogos, jueces y resoluciones judiciales no admitan sus manifestaciones como la verdad absoluta y le obliguen a cumplir la ley, no entra en su cabeza. Da igual que carezca de credibilidad el perfil de maltratador que se queda cuidando de los niños mientras ella está de juerga hasta las 6 de la mañana y que se queda trabajando mientras ella se va de vacaciones con los críos. Aquí lo que cuenta es la palabra de Juana y hay que respetar que tenga a los niños secuestrados...
 
Los niños, primero


"Ni el interés de la madre ni el del padre son los que están en juego sino el de los menores"

"Los procedimientos de familia son muy complejos y más si entran en juego jurisdicciones de distintos países, pero mal vamos si aceptamos que una parte, con mayor, menor o toda la razón, se tome la justicia por su mano"

Gonzalo Boye Tuset
10/08/2017 - 20:08h
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Juana Rivas EFE

Un amigo me preguntó: "¿cómo abogado, qué opinas de lo de Juana Rivas?" La respuesta fue más bien de intuición jurídica porque, entonces, existían una serie de elementos del caso que desconocía, pero básicamente le expliqué que me parecía que no tenía razón, ni era la forma de actuar y que la problemática de niños con padres en distintos países es tan compleja que los jueces ni pueden ni van a hacer excepciones porque se rompería el finísimo equilibrio y la tenue cooperación jurídica internacional que existe sobre el tema. No iba desencaminado, pero ahora que he podido leer sobre el caso no sólo ratifico mi primera impresión sino que, además, creo que se está haciendo un flaco favor a la Justicia y, sobre todo, al sistema de protección internacional y nacional de los menores, que es lo que realmente está en juego. Y me explicaré.

Es efectivo que Juana Rivas es una mujer que ha sufrido maltrato y así consta en una sentencia de conformidad del año 2009, por la cual su entonces marido fue condenado a la pena de tres meses de cárcel. Posteriormente reanudaron la convivencia y tuvieron un segundo hijo. También es cierto que presentó en su día dos denuncias por amenazas que fueron archivadas y que cuando se traslada a España con los menores y decide no cumplir el régimen de visitas de los niños, presenta, ante un Juzgado español, una denuncia por amenazas que habría sufrido en Italia.

Es decir, no se debe ni se puede ignorar que estamos ante una mujer que probadamente fue maltratada y que probadamente ha presentado otras denuncias por amenazas, éstas últimas archivadas. Sin embargo, aquí lo que realmente se está discutiendo, y es el motivo por el cual todos y cada uno de los juzgados y tribunales por los que ha pasado el caso le han quitado la razón a Juan Rivas, es el derecho de los niños a disfrutar con su padre los periodos que el convenio regulador le ha atribuido a dicho progenitor. Ni el interés de la madre ni el del padre son los que están en juego sino el de los menores.

¿Qué ha hecho mal Juana Rivas?
Hasta ahora, y en lo relativo a la custodia de sus hijos, parece que casi todo. Existía un régimen de custodia compartida acordado en Italia a favor de ambos progenitores. Es decir, un Juzgado italiano ya había revisado el caso y establecido que ambos padres tenían la capacidad y la idoneidad para ejercitar la custodia de los hijos comunes, y ello a pesar de la condena por violencia de género impuesta al padre. Pero Juana Rivas, incumpliendo dicho régimen, trasladó unilateral y permanentemente a los menores a España sin contar ni con el consentimiento paterno ni con el judicial.

Quien a mi juicio mejor ha explicado los hechos es María Peral y, por tanto, no creo que sea necesario repetir lo que fácticamente se ha expuesto ya.

¿Tenía Juana Rivas otras alternativas distintas a la de tomarse la justicia por su mano?
Claro que las tenía y desconozco por qué las descartó.

Pudo plantear una modificación del convenio regulador en Italia, que es donde estaba acordado y donde su ex pareja fue condenado, por conformidad, a la pena de tres meses por los hechos del 2009, pero prefirió acudir a las vías de hecho trayéndose, en contra de lo establecido legalmente, a sus niños a España sin consentimiento alguno.

Igualmente, pudo intentar regularizar la situación aquí, si bien partía de un punto incuestionable: la ilicitud del traslado de los menores a España. Ésta ha podido ser la principal razón por la cual ni tan siquiera intentó modificar legalmente el régimen de visitas de los menores con su padre. Finalmente, fue el Abogado del Estado español quien demandó a Juana Rivas para hacer efectiva la restitución de los menores a Italia, que no al padre.

No es un hecho menor que sea la Abogacía del Estado quien insta la demanda de la que toda esta auténtica tragedia trae causa. No fue el padre sino la Abogacía del Estado, obligada a defender el cumplimiento de las obligaciones internacionales suscritas por España, quien inicia este procedimiento y eso no debe perderse de vista.

Sí, es bueno tener claro que existen dos distintos procedimientos:

  • Uno ante el Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Granada (Juzgado de temas civiles competente en temas de familia), que se ha pronunciado sobre la restitución de los menores a Italia a instancia de la Abogacía del Estado, procedimiento del que trae causa la actual situación y cuya decisión también fue ratificada por la Audiencia Provincial de Granada.
  • Y otro ante el Juzgado de Instrucción Número 2 de Granada (Juzgado de temas penales, competente para investigar la comisión de delitos), por la sustracción internacional de los menores, que es el que investiga la denuncia presentada por el padre.
¿Corren peligro los hijos de Juana Rivas si regresan a Italia?
Según se desprende del informe elaborado por el Equipo Técnico que asesoró a la Juez María del Carmen Siles del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Granada, no habría ningún riesgo para la vida o para la integridad física o psíquica de los menores, es más, lo que dicen es que "El menor considera que ambos progenitores lo quieren y lo cuidan bien" y que "El menor manifiesta que quiere vivir con su madre, aunque no le importaría pasar el verano con su padre en la isla".

Y es este informe el que lleva a la Juez Maria del Carmen Siles a concluir que: "Las pruebas obrantes no acreditan el peligro que la restitución pueda comportar para los menores" y que "sin desconocer que en los progenitores han existido algunos episodios de violencia doméstica, no consta que los episodios protagonizados por el padre les afectasen directamente a los menores, todo ello sin desconocer lo negativo que para los menores supone presenciar episodios de violencia en el seno familiar", criterio que ha sido ratificado por la Audiencia Provincial de Granada y apoyado tanto por la Fiscalía como por la Abogacía del Estado.

Lo más importante es que la Juez sí ha hecho una valoración de los datos existentes, es decir, sí ha valorado que estamos ante una separación en la cual han existido episodios de violencia de género y cómo podría esa violencia de género repercutir en los menores y, por tanto, no estamos ante una omisión del tema sino ante una ponderación del mismo de manera individualizada, que es como se deben abordar estos asuntos si lo que realmente se pretende es proteger, ante todo, el superior interés de los menores.

¿A qué se enfrenta Juana Rivas?
Mucho se ha escrito al respecto, pero para mí lo más relevante es que Juana Rivas, pretendiendo en todo momento hacer lo que ella ha considerado mejor para sus hijos, incluso y sin duda, saltándose la Ley, se ha metido en un jardín jurídico del que tiene difícil escapatoria y que como pena más grave, desde la perspectiva de cualquier madre o padre, estará la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad por plazo de hasta 10 años y ello sin perjuicio de las penas de cárcel a las que se enfrenta por cada uno de los delitos presuntamente cometidos tal cual comenta, acertadamente, Elisa Beni.

Nadie está en condiciones de ponerse en la piel de Juana Rivas ni saber qué la ha llevado a actuar de esta forma, pero sí debemos tener presente que si bien las leyes no siempre son justas ni legítimas, el sistema de protección de los intereses superiores y derechos de los menores no debe verse puesto en juego por decisiones unilaterales que se adopten al margen de ese sistema que tanto ha costado poner en funcionamiento y transformarlo, con mayor o menor acierto, en un andamiaje legal útil para garantizar esos derechos.

Los procedimientos de familia son muy complejos y más si entran en juego jurisdicciones de distintos países, pero mal vamos si aceptamos que una parte, con mayor, menor o toda la razón, se tome la justicia por su mano.

En este caso, no estamos ante una decisión arbitraria, sino ante un auténtico procedimiento, instado por la Abogacía del Estado, en el cual se han garantizado los derechos e intereses de los menores a quienes incluso se les ha oído y, también, se ha ponderado lo alegado por Juana Rivas. El resultado puede no gustar, pero mucho menos nos gustará lo que vendrá si destruimos lo que ahora existe, que es un convenio internacional que garantiza un mínimo a todos aquellos que se ven afectados por este tipo de situaciones.

El superior interés de los menores nos obliga, a todos, a actuar con altura de miras y dejando de lado las pasiones para que, de forma serena, profesional y documentadamente, se adopten aquellas decisiones que sirvan, de la mejor forma posible, para garantizar el normal y adecuado desarrollo de la infancia de aquellos niños que, lamentablemente, se ven afectados por la ruptura familiar y/o por la violencia de género porque, ante todo, los niños son lo primero.
http://www.eldiario.es/contrapoder/ninos-primero_6_674442574.html
 
Soy mujer, madre de mujer, y defiendo los derechos de la mujer, pero hay cosas y situaciones que no son defendibles. Vivimos y convivimos con hombres y hay que defender los derechos de todos y todas, ante las injusticias.

Los padres en la actualidad, atienden a los hijos como nosotras. Les bañan, llevan al cole o a actividades, al médico, cocinan, etc. Y el divorcio no les vuelve incapaces para seguir haciéndolo. No seamos injustas sólo por ser mujeres. Seamos personas y condenemos por malas acciones de personas, no por una sororidad mal entendida.

Cuántas veces hemos oído a mujeres separadas eso de "me amenaza con pedir la compartida"? No, la compartida es el resultado de la procreación, no una amenaza. Si no quieres compartir, se madre soltera y así no correrás esos riesgos.

Los hijos necesitan de ambos padres. Sólo cuando un progenitor no es idóneo debería darse la individual, con vistas a ampliarla cuando la situación cambie. Es decir, en casos graves como malos tratos al menor, toxicomanías, enfermedades inhabilitantes, alienación parental...

No se puede pretender la igualdad arrebatándole los hijos a uno de los padres. Eso es pedir la igualdad y, como en el caso de Juana, la Justicia a la carta.

No se puede cambiar de residencia motu proprio por el hecho de haber roto la relación afectiva con el otro progenitor. Hacerlo supone riesgo. Riesgo a que le den la individual al que se mantuvo en su residencia (y la de los menores) y tener que verlos en fines de semana alternos. Si hay arraigo en un determinado lugar, con menores, el "olvídame y cierra la puerta" resulta casi imposible. Incluso dentro de España cambiar de Comunidad Autónoma lo es.
 
Los niños, primero


"Ni el interés de la madre ni el del padre son los que están en juego sino el de los menores"

"Los procedimientos de familia son muy complejos y más si entran en juego jurisdicciones de distintos países, pero mal vamos si aceptamos que una parte, con mayor, menor o toda la razón, se tome la justicia por su mano"

Gonzalo Boye Tuset
10/08/2017 - 20:08h
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Juana Rivas EFE

Un amigo me preguntó: "¿cómo abogado, qué opinas de lo de Juana Rivas?" La respuesta fue más bien de intuición jurídica porque, entonces, existían una serie de elementos del caso que desconocía, pero básicamente le expliqué que me parecía que no tenía razón, ni era la forma de actuar y que la problemática de niños con padres en distintos países es tan compleja que los jueces ni pueden ni van a hacer excepciones porque se rompería el finísimo equilibrio y la tenue cooperación jurídica internacional que existe sobre el tema. No iba desencaminado, pero ahora que he podido leer sobre el caso no sólo ratifico mi primera impresión sino que, además, creo que se está haciendo un flaco favor a la Justicia y, sobre todo, al sistema de protección internacional y nacional de los menores, que es lo que realmente está en juego. Y me explicaré.

Es efectivo que Juana Rivas es una mujer que ha sufrido maltrato y así consta en una sentencia de conformidad del año 2009, por la cual su entonces marido fue condenado a la pena de tres meses de cárcel. Posteriormente reanudaron la convivencia y tuvieron un segundo hijo. También es cierto que presentó en su día dos denuncias por amenazas que fueron archivadas y que cuando se traslada a España con los menores y decide no cumplir el régimen de visitas de los niños, presenta, ante un Juzgado español, una denuncia por amenazas que habría sufrido en Italia.

Es decir, no se debe ni se puede ignorar que estamos ante una mujer que probadamente fue maltratada y que probadamente ha presentado otras denuncias por amenazas, éstas últimas archivadas. Sin embargo, aquí lo que realmente se está discutiendo, y es el motivo por el cual todos y cada uno de los juzgados y tribunales por los que ha pasado el caso le han quitado la razón a Juan Rivas, es el derecho de los niños a disfrutar con su padre los periodos que el convenio regulador le ha atribuido a dicho progenitor. Ni el interés de la madre ni el del padre son los que están en juego sino el de los menores.

¿Qué ha hecho mal Juana Rivas?
Hasta ahora, y en lo relativo a la custodia de sus hijos, parece que casi todo. Existía un régimen de custodia compartida acordado en Italia a favor de ambos progenitores. Es decir, un Juzgado italiano ya había revisado el caso y establecido que ambos padres tenían la capacidad y la idoneidad para ejercitar la custodia de los hijos comunes, y ello a pesar de la condena por violencia de género impuesta al padre. Pero Juana Rivas, incumpliendo dicho régimen, trasladó unilateral y permanentemente a los menores a España sin contar ni con el consentimiento paterno ni con el judicial.

Quien a mi juicio mejor ha explicado los hechos es María Peral y, por tanto, no creo que sea necesario repetir lo que fácticamente se ha expuesto ya.

¿Tenía Juana Rivas otras alternativas distintas a la de tomarse la justicia por su mano?
Claro que las tenía y desconozco por qué las descartó.

Pudo plantear una modificación del convenio regulador en Italia, que es donde estaba acordado y donde su ex pareja fue condenado, por conformidad, a la pena de tres meses por los hechos del 2009, pero prefirió acudir a las vías de hecho trayéndose, en contra de lo establecido legalmente, a sus niños a España sin consentimiento alguno.

Igualmente, pudo intentar regularizar la situación aquí, si bien partía de un punto incuestionable: la ilicitud del traslado de los menores a España. Ésta ha podido ser la principal razón por la cual ni tan siquiera intentó modificar legalmente el régimen de visitas de los menores con su padre. Finalmente, fue el Abogado del Estado español quien demandó a Juana Rivas para hacer efectiva la restitución de los menores a Italia, que no al padre.

No es un hecho menor que sea la Abogacía del Estado quien insta la demanda de la que toda esta auténtica tragedia trae causa. No fue el padre sino la Abogacía del Estado, obligada a defender el cumplimiento de las obligaciones internacionales suscritas por España, quien inicia este procedimiento y eso no debe perderse de vista.

Sí, es bueno tener claro que existen dos distintos procedimientos:

  • Uno ante el Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Granada (Juzgado de temas civiles competente en temas de familia), que se ha pronunciado sobre la restitución de los menores a Italia a instancia de la Abogacía del Estado, procedimiento del que trae causa la actual situación y cuya decisión también fue ratificada por la Audiencia Provincial de Granada.
  • Y otro ante el Juzgado de Instrucción Número 2 de Granada (Juzgado de temas penales, competente para investigar la comisión de delitos), por la sustracción internacional de los menores, que es el que investiga la denuncia presentada por el padre.
¿Corren peligro los hijos de Juana Rivas si regresan a Italia?
Según se desprende del informe elaborado por el Equipo Técnico que asesoró a la Juez María del Carmen Siles del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Granada, no habría ningún riesgo para la vida o para la integridad física o psíquica de los menores, es más, lo que dicen es que "El menor considera que ambos progenitores lo quieren y lo cuidan bien" y que "El menor manifiesta que quiere vivir con su madre, aunque no le importaría pasar el verano con su padre en la isla".

Y es este informe el que lleva a la Juez Maria del Carmen Siles a concluir que: "Las pruebas obrantes no acreditan el peligro que la restitución pueda comportar para los menores" y que "sin desconocer que en los progenitores han existido algunos episodios de violencia doméstica, no consta que los episodios protagonizados por el padre les afectasen directamente a los menores, todo ello sin desconocer lo negativo que para los menores supone presenciar episodios de violencia en el seno familiar", criterio que ha sido ratificado por la Audiencia Provincial de Granada y apoyado tanto por la Fiscalía como por la Abogacía del Estado.

Lo más importante es que la Juez sí ha hecho una valoración de los datos existentes, es decir, sí ha valorado que estamos ante una separación en la cual han existido episodios de violencia de género y cómo podría esa violencia de género repercutir en los menores y, por tanto, no estamos ante una omisión del tema sino ante una ponderación del mismo de manera individualizada, que es como se deben abordar estos asuntos si lo que realmente se pretende es proteger, ante todo, el superior interés de los menores.

¿A qué se enfrenta Juana Rivas?
Mucho se ha escrito al respecto, pero para mí lo más relevante es que Juana Rivas, pretendiendo en todo momento hacer lo que ella ha considerado mejor para sus hijos, incluso y sin duda, saltándose la Ley, se ha metido en un jardín jurídico del que tiene difícil escapatoria y que como pena más grave, desde la perspectiva de cualquier madre o padre, estará la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad por plazo de hasta 10 años y ello sin perjuicio de las penas de cárcel a las que se enfrenta por cada uno de los delitos presuntamente cometidos tal cual comenta, acertadamente, Elisa Beni.

Nadie está en condiciones de ponerse en la piel de Juana Rivas ni saber qué la ha llevado a actuar de esta forma, pero sí debemos tener presente que si bien las leyes no siempre son justas ni legítimas, el sistema de protección de los intereses superiores y derechos de los menores no debe verse puesto en juego por decisiones unilaterales que se adopten al margen de ese sistema que tanto ha costado poner en funcionamiento y transformarlo, con mayor o menor acierto, en un andamiaje legal útil para garantizar esos derechos.

Los procedimientos de familia son muy complejos y más si entran en juego jurisdicciones de distintos países, pero mal vamos si aceptamos que una parte, con mayor, menor o toda la razón, se tome la justicia por su mano.

En este caso, no estamos ante una decisión arbitraria, sino ante un auténtico procedimiento, instado por la Abogacía del Estado, en el cual se han garantizado los derechos e intereses de los menores a quienes incluso se les ha oído y, también, se ha ponderado lo alegado por Juana Rivas. El resultado puede no gustar, pero mucho menos nos gustará lo que vendrá si destruimos lo que ahora existe, que es un convenio internacional que garantiza un mínimo a todos aquellos que se ven afectados por este tipo de situaciones.

El superior interés de los menores nos obliga, a todos, a actuar con altura de miras y dejando de lado las pasiones para que, de forma serena, profesional y documentadamente, se adopten aquellas decisiones que sirvan, de la mejor forma posible, para garantizar el normal y adecuado desarrollo de la infancia de aquellos niños que, lamentablemente, se ven afectados por la ruptura familiar y/o por la violencia de género porque, ante todo, los niños son lo primero.
http://www.eldiario.es/contrapoder/ninos-primero_6_674442574.html
De acuerdo con todo lo que expone el autor del artículo excepto con que la condena fuera por violencia de género. Eso no es verdad. La condena fue por violencia en el ámbito doméstico. La diferencia es que al juez le da igual si la víctima es mujer, hombre o viceversa. Si hubiera sido por violencia de género, la condena mínima es de 6 meses y no se hubiera aplicado el art. 153 ya que no contempla la violencia específica contra las mujeres. Por mucho que intenten desinformar, consciente o inconscientemente, este hombre no tiene ninguna condena por violencia de género.
 
Cada vez me creo menos a Juana. El que siga huída va en perjuicio de sus hijos, además de perjuicio al padre. Esos niños, cuando los tenga que entregar, van a ir bien aleccionados por ella y por quienes le apoyan.

Y qué decir de Paqui Granados? Nada bueno. Mala asesora, prepotente y con un amor a las cámaras de televisión y unas ganas de protagonismo que ni Carlota Corredera.
 
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