Decís que la Paca es tacaño, pero el ruinoso taller de costura lo mantiene él. Que tener la persiana abierta en un negocio que no funciona es una ruina (cualquiera que lo haya vivido sabe de lo que hablo, y éstas alguna empleada ya tienen porque ellas no cosen).
El apoyo moral y material que da a su mujer en esta historia, que evidentemente no tiene ningún futuro, sí me parece un gesto, hoyga.
El local lo comparten con unas fotógrafas. Pueden tener empleadas o pueden tener subcontratadas. El resto puede que lo financie la propia Palurdes de lo que saca de sus photocalls y del blog de Hola.