Antes de empezar a casarse por amor, las monarquías tenían glamour, estilo, clase, distinción... Kate es un ejemplo de mujer de sangre no real ni aristocrática que ha sabido estar a la altura y desempeñar el papel de Princesa a la perfección. No pedimos grandes linajes, pedimos ejemplaridad y que sean dignos de sus puestos. Hay matrimonios como los Gales que podían estar a matar, pero los reportajes fotográficos son impecables. Este posado parece el de una familia dominguera, en tenis y en un banco... Las comparaciones son odiosas, pero Letizia nunca ha estado ni estará a la altura. Es un fiasco.
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