Encuentran el cadáver de una niña de 5 años en un hotel de Logroño

Ay cotis, que acabo de leer esto.
Que la abuela había sido victima de un timo amoroso de 100.000 euros . :eek: :eek:

Pues va a ser verdad lo de que el plan tenía una motivación económica. Aunque se me hace difícil creer que enviara los 100,000 euros, ya sería menos. Que pirados todos. Y por lo visto la hermanita esa que iba de sorprendida también colaboraba en los pollos que le montaban al padre.
La niña hasta puede ser que quisiera estar con ellos. Si le consentían todo y le habían comido el coco que no la trataban bien, que no la arreglaban, a lo mejor hasta acabó creyéndolo.
 
Este es un párrafo de una noticia de hoy:

Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo.

Entonces la abuela según la hija seguía casada con el padre y al mismo tiempo ha sido estafada 100000 euros por un timo amoroso???

Y siempre recalcando que estaban muy unidas.

Y el hermano diciendo en las redes sociales que a su hermana la maltrataban psicológicamente y utilizaban a la niña.

Eso mismo me he preguntado yo, que en el artículo de esta mañana no quedaba claro del todo si el padre vivía alí también o no. Para mí que el pobre hombre haría tanta vida separada como pudiera, se ofrecería voluntario para proyectos lejanos.
 
Este es un párrafo de una noticia de hoy:

Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo.

Entonces la abuela según la hija seguía casada con el padre y al mismo tiempo ha sido estafada 100000 euros por un timo amoroso???

Y siempre recalcando que estaban muy unidas.

Y el hermano diciendo en las redes sociales que a su hermana la maltrataban psicológicamente y utilizaban a la niña.

Malebe, eso de la rrss serían anterior al asesinato, no?

La tal Daniela, menudo elemento.
 
Este es un párrafo de una noticia de hoy:

Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo.

Entonces la abuela según la hija seguía casada con el padre y al mismo tiempo ha sido estafada 100000 euros por un timo amoroso???

Y siempre recalcando que estaban muy unidas.

Y el hermano diciendo en las redes sociales que a su hermana la maltrataban psicológicamente y utilizaban a la niña.

Familia de colgados y mala gente.
Lo del timo amoroso, a saber, al parecer esta gente estaba acostumbrada a poner denuncias falsas a menudo.
 
Malebe, eso de la rrss serían anterior al asesinato, no?

La tal Daniela, menudo elemento.
Este párrafo también es de la razón. El comentario es después de la muerte de la sobrina.

Sabe que cuenta con el apoyo de sus hermanos pequeños, Daniela y Ramón. Él tiene 19 años, estudia en Madrid (aunque viene a pasar algún fin de semana a casa) y, tras conocerse el suceso, publicó en sus redes sociales: «No sé por qué lo hizo. Se fugaron de casa las tres. No sabéis qué infierno vivía mi sobrina. La maltrataron psicológicamente y el padre la utilizaba para hacerle daño a la madre... No defiendo lo que ha hecho mi hermana pero también tiene lo suyo». Fue él quien las echó en falta la madrugada del domingo.
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Una huida de madrugada
El sábado por la tarde, su sobrina había montado un «zafarrancho» en el salón con todos los juguetes que aún tenía casi sin estrenar de Reyes. Cuando él se acostó, a eso de las 2:00 de la mañana, las tres estaban en casa. Sobre las 7:00 se dio cuenta de que se habían ido y alertó a Daniela, que se presentó en el domicilio poco después. Bajaron al garaje y comprobaron que se habían llevado el Ford Mondeo del padre. No contestaban a las llamadas y pensaron que podían haber tenido un accidente así que decidieron denunciar los hechos ante la Guardia Civil, donde no les hicieron mucho caso al haber transcurrido tan poco tiempo desde la «desaparición». Los hermanos no sabían qué les habría llevado a su madre y su hermana a abandonar la casa con la niña en plena madrugada. Pero, sobre todo, les parecía raro que no hubieran avisado porque Daniela asegura que siempre han estado muy unidas y hablaban por teléfono todos los días «cada hora». «Siempre estábamos las cuatro juntas: mi madre, Adriana, Carolina y yo. Nos íbamos a la peluquería, nos hacíamos la manicura, merendábamos... siempre juntas y muy unidas», recuerda. Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo. Lo que sí es cierto es que la abuela de Carolina no tuvo suerte en los negocios. Abrieron una tienda de ropa en Miranda de Ebro, MasQMarcas, pero tuvieron que liquidar el pasado mes de noviembre. Viendo que aquello no cuajaba, dos meses antes de echar el cierre, Adriana puso un anuncio como profesora de clases particulares a domicilio a 10 euros la hora. «Soy maestra de Educación Primaria, graduada por la universidad de Burgos en 2008. Dispongo de todas las mañanas y las tardes».



Obsesionada con la nueva novia de su ex
Su ex pareja desde hacía cuatro años y padre de la niña, Javier Corral, también era profesor. Ella le había denunciado por malos tratos pero la denuncia fue archivada, según fuentes policiales. Javi siempre fue monitor de campamentos para chavales en el pueblo pero hace un par de años había sacado plaza como profe de Educación Física en el colegio Entreviñas de San Asensio (a 15 minutos de Haro) y este curso era tutor de sexto. Él había rehecho su vida sentimental con Jennifer y compartían piso en Haro, al lado del Lupa del barrio de El Mazo, algo que dicen no llevaba bien Adriana. De hecho, Jenifer llegó a denunciar que Adriana le había rayado el coche y la perseguía, según fuentes policiales. También fue duro para Adriana que la custodia de Carolina fuera adjudicada al padre y ella solo viera a la niña las tardes del lunes, miércoles y viernes y dos fines de semana al mes. «Él siempre iba con una sonrisa en la boca. Yo le veía todas las mañanas cuando venía a dejar la niña en casa de los abuelos, Lucía y Miguel, y siempre iba alegre», explican al lado de casa de sus padres. Era el abuelo quien llevaba cada mañana a la niña al colegio San Felices de Bilibio, a cinco minutos de su casa. Los abuelos están devastados y a la espera de que el juez autorice pronto la entrega del cuerpo de la niña para poder enterrarla. Por todos era conocido que la relación entre ambas familias no era buena y la ex pareja había protagonizado algún desencuentro público en el ambulatorio. La niña sufría una enfermedad llamada neutropenia, un problema en la sangre (disminución crónica de granulocitos de la sangre), que le obligaba a someterse a controles dos veces al año en el hospital de La Paz de Madrid. «No han estado bien (Olga y Adriana) porque les fue mal el negocio, porque sus relaciones sentimentales y porque hubo una temporada que siempre andaban de hospitales con los niños», dice una allegada. Y es que Daniela también tuvo problemas con los mellizos (que justo se llevaban nueve meses con su prima Carolina) que nacieron sietemesinos. «Era Adriana, la única que tiene carné, la que les llevaba al colegio y tenían devoción por ella», explica Daniela, quien niega que su madre y su hermana estuvieran mal psicológicamente. Sin embargo, ellas mismas escribieron unas cartas (hasta siete) donde manifestaban su intención de quitarse del medio, aunque no hacían referencia a la niña. Las encontró Ramón hijo en lo alto de su armario el lunes por la tarde. Es importante para la investigación saber la hora de la muerte de la niña para confrotarla con la hora en la que la abuela abandonó el hotel y saber si pudo participar en el homicidio de la niña o si dejó sola a su nieta con su madre a sabiendas de lo que planeaba hacer con ella. En cualquier caso, si la investigación prueba que la niña estaba viva antes de que se marchara la abuela, es bastante probable que la linea de defensa del abogado de Adriana, Pierre Schwart, pase por adjudicar autoría material del homicidio a la abuela ahora fallecida. En este sentido, Daniela denuncia que a día de hoy, casi una semana después de todo, la Policía no le ha comunicado oficialmente que su madre ha muerto y se enteró por los periodistas. “Ni siquiera me han dejado ver su cuerpo”, se queja.
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Luto en el colegio
El colegio San Felices celebraba el jueves en el patio el día de la paz pero faltaba Carolina. Tanto el profesorado como los padres están muy afectados por lo sucedido. Carolina era alumna y su madre y presunta asesina, Adriana, miembro del AMPA. «El martes, los chiquillos hicieron un taller donde expresaban sus sentimientos y los educadores trataban de explicarles el duelo», explica una de las madres del centro escolar. También hicieron un mural con dibujos y frases para la niña que colgaron en redes sociales. La noticia ha conmocionado a todos en Haro. Por muchos era conocido los problemas de salud que sufría la niña y todo el mundo era muy cariñoso con la pequeña.
 
Este párrafo también es de la razón. El comentario es después de la muerte de la sobrina.

Sabe que cuenta con el apoyo de sus hermanos pequeños, Daniela y Ramón. Él tiene 19 años, estudia en Madrid (aunque viene a pasar algún fin de semana a casa) y, tras conocerse el suceso, publicó en sus redes sociales: «No sé por qué lo hizo. Se fugaron de casa las tres. No sabéis qué infierno vivía mi sobrina. La maltrataron psicológicamente y el padre la utilizaba para hacerle daño a la madre... No defiendo lo que ha hecho mi hermana pero también tiene lo suyo». Fue él quien las echó en falta la madrugada del domingo.
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Una huida de madrugada
El sábado por la tarde, su sobrina había montado un «zafarrancho» en el salón con todos los juguetes que aún tenía casi sin estrenar de Reyes. Cuando él se acostó, a eso de las 2:00 de la mañana, las tres estaban en casa. Sobre las 7:00 se dio cuenta de que se habían ido y alertó a Daniela, que se presentó en el domicilio poco después. Bajaron al garaje y comprobaron que se habían llevado el Ford Mondeo del padre. No contestaban a las llamadas y pensaron que podían haber tenido un accidente así que decidieron denunciar los hechos ante la Guardia Civil, donde no les hicieron mucho caso al haber transcurrido tan poco tiempo desde la «desaparición». Los hermanos no sabían qué les habría llevado a su madre y su hermana a abandonar la casa con la niña en plena madrugada. Pero, sobre todo, les parecía raro que no hubieran avisado porque Daniela asegura que siempre han estado muy unidas y hablaban por teléfono todos los días «cada hora». «Siempre estábamos las cuatro juntas: mi madre, Adriana, Carolina y yo. Nos íbamos a la peluquería, nos hacíamos la manicura, merendábamos... siempre juntas y muy unidas», recuerda. Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo. Lo que sí es cierto es que la abuela de Carolina no tuvo suerte en los negocios. Abrieron una tienda de ropa en Miranda de Ebro, MasQMarcas, pero tuvieron que liquidar el pasado mes de noviembre. Viendo que aquello no cuajaba, dos meses antes de echar el cierre, Adriana puso un anuncio como profesora de clases particulares a domicilio a 10 euros la hora. «Soy maestra de Educación Primaria, graduada por la universidad de Burgos en 2008. Dispongo de todas las mañanas y las tardes».



Obsesionada con la nueva novia de su ex
Su ex pareja desde hacía cuatro años y padre de la niña, Javier Corral, también era profesor. Ella le había denunciado por malos tratos pero la denuncia fue archivada, según fuentes policiales. Javi siempre fue monitor de campamentos para chavales en el pueblo pero hace un par de años había sacado plaza como profe de Educación Física en el colegio Entreviñas de San Asensio (a 15 minutos de Haro) y este curso era tutor de sexto. Él había rehecho su vida sentimental con Jennifer y compartían piso en Haro, al lado del Lupa del barrio de El Mazo, algo que dicen no llevaba bien Adriana. De hecho, Jenifer llegó a denunciar que Adriana le había rayado el coche y la perseguía, según fuentes policiales. También fue duro para Adriana que la custodia de Carolina fuera adjudicada al padre y ella solo viera a la niña las tardes del lunes, miércoles y viernes y dos fines de semana al mes. «Él siempre iba con una sonrisa en la boca. Yo le veía todas las mañanas cuando venía a dejar la niña en casa de los abuelos, Lucía y Miguel, y siempre iba alegre», explican al lado de casa de sus padres. Era el abuelo quien llevaba cada mañana a la niña al colegio San Felices de Bilibio, a cinco minutos de su casa. Los abuelos están devastados y a la espera de que el juez autorice pronto la entrega del cuerpo de la niña para poder enterrarla. Por todos era conocido que la relación entre ambas familias no era buena y la ex pareja había protagonizado algún desencuentro público en el ambulatorio. La niña sufría una enfermedad llamada neutropenia, un problema en la sangre (disminución crónica de granulocitos de la sangre), que le obligaba a someterse a controles dos veces al año en el hospital de La Paz de Madrid. «No han estado bien (Olga y Adriana) porque les fue mal el negocio, porque sus relaciones sentimentales y porque hubo una temporada que siempre andaban de hospitales con los niños», dice una allegada. Y es que Daniela también tuvo problemas con los mellizos (que justo se llevaban nueve meses con su prima Carolina) que nacieron sietemesinos. «Era Adriana, la única que tiene carné, la que les llevaba al colegio y tenían devoción por ella», explica Daniela, quien niega que su madre y su hermana estuvieran mal psicológicamente. Sin embargo, ellas mismas escribieron unas cartas (hasta siete) donde manifestaban su intención de quitarse del medio, aunque no hacían referencia a la niña. Las encontró Ramón hijo en lo alto de su armario el lunes por la tarde. Es importante para la investigación saber la hora de la muerte de la niña para confrotarla con la hora en la que la abuela abandonó el hotel y saber si pudo participar en el homicidio de la niña o si dejó sola a su nieta con su madre a sabiendas de lo que planeaba hacer con ella. En cualquier caso, si la investigación prueba que la niña estaba viva antes de que se marchara la abuela, es bastante probable que la linea de defensa del abogado de Adriana, Pierre Schwart, pase por adjudicar autoría material del homicidio a la abuela ahora fallecida. En este sentido, Daniela denuncia que a día de hoy, casi una semana después de todo, la Policía no le ha comunicado oficialmente que su madre ha muerto y se enteró por los periodistas. “Ni siquiera me han dejado ver su cuerpo”, se queja.
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Luto en el colegio
El colegio San Felices celebraba el jueves en el patio el día de la paz pero faltaba Carolina. Tanto el profesorado como los padres están muy afectados por lo sucedido. Carolina era alumna y su madre y presunta asesina, Adriana, miembro del AMPA. «El martes, los chiquillos hicieron un taller donde expresaban sus sentimientos y los educadores trataban de explicarles el duelo», explica una de las madres del centro escolar. También hicieron un mural con dibujos y frases para la niña que colgaron en redes sociales. La noticia ha conmocionado a todos en Haro. Por muchos era conocido los problemas de salud que sufría la niña y todo el mundo era muy cariñoso con la pequeña.

debían de evitar que el chaval escribiera en las redes, no s eda cuenta de lo hiriente de sus comentarios?
 
Este párrafo también es de la razón. El comentario es después de la muerte de la sobrina.

Sabe que cuenta con el apoyo de sus hermanos pequeños, Daniela y Ramón. Él tiene 19 años, estudia en Madrid (aunque viene a pasar algún fin de semana a casa) y, tras conocerse el suceso, publicó en sus redes sociales: «No sé por qué lo hizo. Se fugaron de casa las tres. No sabéis qué infierno vivía mi sobrina. La maltrataron psicológicamente y el padre la utilizaba para hacerle daño a la madre... No defiendo lo que ha hecho mi hermana pero también tiene lo suyo». Fue él quien las echó en falta la madrugada del domingo.
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El sábado por la tarde, su sobrina había montado un «zafarrancho» en el salón con todos los juguetes que aún tenía casi sin estrenar de Reyes. Cuando él se acostó, a eso de las 2:00 de la mañana, las tres estaban en casa. Sobre las 7:00 se dio cuenta de que se habían ido y alertó a Daniela, que se presentó en el domicilio poco después. Bajaron al garaje y comprobaron que se habían llevado el Ford Mondeo del padre. No contestaban a las llamadas y pensaron que podían haber tenido un accidente así que decidieron denunciar los hechos ante la Guardia Civil, donde no les hicieron mucho caso al haber transcurrido tan poco tiempo desde la «desaparición». Los hermanos no sabían qué les habría llevado a su madre y su hermana a abandonar la casa con la niña en plena madrugada. Pero, sobre todo, les parecía raro que no hubieran avisado porque Daniela asegura que siempre han estado muy unidas y hablaban por teléfono todos los días «cada hora». «Siempre estábamos las cuatro juntas: mi madre, Adriana, Carolina y yo. Nos íbamos a la peluquería, nos hacíamos la manicura, merendábamos... siempre juntas y muy unidas», recuerda. Los Ugueto Febles son de origen venezolano. Llegaron a España hace 23 años y, tras recalar en Canarias, se mudaron a Haro (La Rioja) hace 12 por motivos laborales del progenitor, Ramón Ugueto, ingeniero. Los vecinos aseguran que la pareja se había separado y que por eso Olga estaba un poco «decaída». Daniela lo desmiente y asegura que las estancias de su padre en Madrid eran por motivos de trabajo. Lo que sí es cierto es que la abuela de Carolina no tuvo suerte en los negocios. Abrieron una tienda de ropa en Miranda de Ebro, MasQMarcas, pero tuvieron que liquidar el pasado mes de noviembre. Viendo que aquello no cuajaba, dos meses antes de echar el cierre, Adriana puso un anuncio como profesora de clases particulares a domicilio a 10 euros la hora. «Soy maestra de Educación Primaria, graduada por la universidad de Burgos en 2008. Dispongo de todas las mañanas y las tardes».



Obsesionada con la nueva novia de su ex
Su ex pareja desde hacía cuatro años y padre de la niña, Javier Corral, también era profesor. Ella le había denunciado por malos tratos pero la denuncia fue archivada, según fuentes policiales. Javi siempre fue monitor de campamentos para chavales en el pueblo pero hace un par de años había sacado plaza como profe de Educación Física en el colegio Entreviñas de San Asensio (a 15 minutos de Haro) y este curso era tutor de sexto. Él había rehecho su vida sentimental con Jennifer y compartían piso en Haro, al lado del Lupa del barrio de El Mazo, algo que dicen no llevaba bien Adriana. De hecho, Jenifer llegó a denunciar que Adriana le había rayado el coche y la perseguía, según fuentes policiales. También fue duro para Adriana que la custodia de Carolina fuera adjudicada al padre y ella solo viera a la niña las tardes del lunes, miércoles y viernes y dos fines de semana al mes. «Él siempre iba con una sonrisa en la boca. Yo le veía todas las mañanas cuando venía a dejar la niña en casa de los abuelos, Lucía y Miguel, y siempre iba alegre», explican al lado de casa de sus padres. Era el abuelo quien llevaba cada mañana a la niña al colegio San Felices de Bilibio, a cinco minutos de su casa. Los abuelos están devastados y a la espera de que el juez autorice pronto la entrega del cuerpo de la niña para poder enterrarla. Por todos era conocido que la relación entre ambas familias no era buena y la ex pareja había protagonizado algún desencuentro público en el ambulatorio. La niña sufría una enfermedad llamada neutropenia, un problema en la sangre (disminución crónica de granulocitos de la sangre), que le obligaba a someterse a controles dos veces al año en el hospital de La Paz de Madrid. «No han estado bien (Olga y Adriana) porque les fue mal el negocio, porque sus relaciones sentimentales y porque hubo una temporada que siempre andaban de hospitales con los niños», dice una allegada. Y es que Daniela también tuvo problemas con los mellizos (que justo se llevaban nueve meses con su prima Carolina) que nacieron sietemesinos. «Era Adriana, la única que tiene carné, la que les llevaba al colegio y tenían devoción por ella», explica Daniela, quien niega que su madre y su hermana estuvieran mal psicológicamente. Sin embargo, ellas mismas escribieron unas cartas (hasta siete) donde manifestaban su intención de quitarse del medio, aunque no hacían referencia a la niña. Las encontró Ramón hijo en lo alto de su armario el lunes por la tarde. Es importante para la investigación saber la hora de la muerte de la niña para confrotarla con la hora en la que la abuela abandonó el hotel y saber si pudo participar en el homicidio de la niña o si dejó sola a su nieta con su madre a sabiendas de lo que planeaba hacer con ella. En cualquier caso, si la investigación prueba que la niña estaba viva antes de que se marchara la abuela, es bastante probable que la linea de defensa del abogado de Adriana, Pierre Schwart, pase por adjudicar autoría material del homicidio a la abuela ahora fallecida. En este sentido, Daniela denuncia que a día de hoy, casi una semana después de todo, la Policía no le ha comunicado oficialmente que su madre ha muerto y se enteró por los periodistas. “Ni siquiera me han dejado ver su cuerpo”, se queja.
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Luto en el colegio
El colegio San Felices celebraba el jueves en el patio el día de la paz pero faltaba Carolina. Tanto el profesorado como los padres están muy afectados por lo sucedido. Carolina era alumna y su madre y presunta asesina, Adriana, miembro del AMPA. «El martes, los chiquillos hicieron un taller donde expresaban sus sentimientos y los educadores trataban de explicarles el duelo», explica una de las madres del centro escolar. También hicieron un mural con dibujos y frases para la niña que colgaron en redes sociales. La noticia ha conmocionado a todos en Haro. Por muchos era conocido los problemas de salud que sufría la niña y todo el mundo era muy cariñoso con la pequeña.

Una de dos , o el hermano no tiene vergüenza ni la conoce o le han lavado el cerebro en esa casa de locos para pensar eso del padre de la criatura.

El padre de la niña es un chico excepcional. Amable, educado, simpático, implicado con el deporte de su localidad, siempre muy sonriente como dice el artículo. No es propaganda hacia el, es que es así.
 
Bueno, ahora toca lavarle la cara a la hermana y, sinceramente, en caso de que acuse a la abuela de haberla matado, no sé como este chico tendría el cuajo de permitir que hicieran de su madre una asesina.

Ahora, la vida de la presunta va a ser muy aburrida porque ya no va a poder dar por el culo a nadie a costa de la niña, que a saber lo que llevaría pasado con media familia demenciada.
 
debían de evitar que el chaval escribiera en las redes, no s eda cuenta de lo hiriente de sus comentarios?

Es que escribe y es peor el remedio que la enfermedad, porque dice que vivía la nena un infierno y ¿ahora que vida tiene? Y aun dice que no justifica lo que ha hecho su hermana... Deberían prohibírselo, si.

Si era así, lo que hace uno es demostrarlo y luchar, no matarla.
 

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