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pilou12
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Almunia de San Lorenzo ( Huesca)
Agradecimiento para Santiago Grau de Casa Antón, agradable y emotivo informante de su pueblo y para su hija Maribel Grau por su amabilidad y su desvelo haciendo de intermediaria para la elaboración de este reportaje.
Conocido también como Almunia de Luzás, se sitúa este bonito pueblo en un montículo a escasa distancia del pueblo de San Lorenzo. Ocho viviendas conformaron el lugar, reducidas a seis en la actualidad, las cuales se asoman a una única calle que la recorre de arriba a abajo conformando rincones y pasadizos muy pintorescos.
Aunque contaron con luz eléctrica desde el año 1935 y pista de acceso al pueblo desde los años 40, la vida en la Almunia se sustentaba en una economía de subsistencia basada en la agricultura (trigo, cebada, avena, patatas) y la ganadería (ovejas).
Uno de los mayores problemas que había era el agua.
"Había una fuente por debajo del pueblo que en época de sequía no manaba agua por lo que teníamos que ir al barranco de Luzás a por ella con la mula cargada con cántaros de 12 litros. Más tarde mis padres hicieron un pozo en casa que recogía el agua de lluvia al igual que hicieron en otras casas". SANTIAGO GRAU.
Celebraban sus fiestas patronales el 8 de mayo en honor a San Miguel, tenían una duración de dos días y en ellas se realizaba una misa en la ermita de San Miguel (propiedad de Casa Micolau), después acudían al pilaret de San Miguel en la parte baja del pueblo donde realizaban el acto de hacer o dar caridad, consistente en repartir unos panes o cocas de aceite que previamente se habían bendecido. Cada año eran dos las casas encargadas de hacer las cocas. Después se hacia una hora de baile para llegar a la hora de la comida donde había costumbre de matar un cordero para compartir con los familiares venidos de fuera y por la tarde- noche continuación del baile que se realizaba en la era de Casa Llasaña, amenizado por orquestas de cuatro o cinco músicos que venían desde Graus (en alguna ocasión se agrupaban algunos músicos de Benabarre, Tolva y Caladrones y acudían a la Almunia a tocar).
Aunque hay menos de un kilómetro de distancia y están visibles uno de otro, San Lorenzo pertenecía a Castigaleu y Almunia pertenecía a Luzás.
"Hay ochocientos metros de distancia entre los dos pueblos y en ese trayecto tan corto pasábamos por tres términos municipales: Luzás, Puente de Montañana y Castigaleu. Camino hacia San Lorenzo que hacíamos a menudo porque compartíamos iglesia, cementerio y escuela, a pesar de que a la escuela fuimos poco, sobre todo los niños, las niñas iban algunos años más, en mi caso concreto a los nueve años ya me tocaba ir con las ovejas de mi casa y las de Casa Puy". SANTIAGO GRAU.
Había tres hornos en el pueblo: uno era de Casa Micolau, otro para Casa Chironi, Casa Puy y Casa Antón y otro para Casa Ventura y Casa Marc, aunque años más tarde se dejo de hacer pan y se traía desde Luzás.
También había una prensa de vino comunitaria, donde si había sido un buen año para las viñas cada casa se elaboraba su vino. Así como también con los olivos que tenían producían aceite que previamente habían llevado al molino de Soliveta o al de Tolva. El grano les tocaba llevarlo a moler a Luzás.
A Luzás también acudían a suministrarse de productos en una tienda de comestibles y calzado (alpargatas de caucho y espardeñas). Una vez al mes se desplazaban andando con una mula a Tolva o a Graus a comprar arroz, azúcar, atún, sardinas....
"Hasta el año 56 no llegaron los primeros tractores. El verano del 55 se compró entre todo el pueblo una trilladora en Binéfar que hizo el camino hasta la Almunia trillando por todos los pueblos por donde pasaba.
También me acuerdo que en cierta ocasión se presentó una partida de maquis por el pueblo y hubo que darles comida y alojamiento, repartiéndose dos o tres en cada casa". SANTIAGO GRAU.
La gente en los años 60 y 70 decidieron marcharse del pueblo debido al poco futuro económico que había y la dureza del medio de vida, la mayoría buscaron acomodo en Lleida y alguna familia en Binéfar.
Casa Micolau fue la última que cerró su puerta en la década de los 70.
Aun así Almunia de Luzás (como siempre la han conocido sus habitantes) no permaneció muchos años en el olvido porque las tierras siguieron cultivándose y algunas casas que se cerraron se volvieron a abrir en temporadas veraniegas, actualmente es frecuentado a diario por la familia de Casa Micolau que sigue trabajando las tierras y el día 1 de mayo se reúnen los antiguos vecinos para celebrar el día de fiesta donde se oficia una misa y se hace el reparto de los panes.
Agradecimiento para Santiago Grau de Casa Antón, agradable y emotivo informante de su pueblo y para su hija Maribel Grau por su amabilidad y su desvelo haciendo de intermediaria para la elaboración de este reportaje.
Conocido también como Almunia de Luzás, se sitúa este bonito pueblo en un montículo a escasa distancia del pueblo de San Lorenzo. Ocho viviendas conformaron el lugar, reducidas a seis en la actualidad, las cuales se asoman a una única calle que la recorre de arriba a abajo conformando rincones y pasadizos muy pintorescos.
Aunque contaron con luz eléctrica desde el año 1935 y pista de acceso al pueblo desde los años 40, la vida en la Almunia se sustentaba en una economía de subsistencia basada en la agricultura (trigo, cebada, avena, patatas) y la ganadería (ovejas).
Uno de los mayores problemas que había era el agua.
"Había una fuente por debajo del pueblo que en época de sequía no manaba agua por lo que teníamos que ir al barranco de Luzás a por ella con la mula cargada con cántaros de 12 litros. Más tarde mis padres hicieron un pozo en casa que recogía el agua de lluvia al igual que hicieron en otras casas". SANTIAGO GRAU.
Celebraban sus fiestas patronales el 8 de mayo en honor a San Miguel, tenían una duración de dos días y en ellas se realizaba una misa en la ermita de San Miguel (propiedad de Casa Micolau), después acudían al pilaret de San Miguel en la parte baja del pueblo donde realizaban el acto de hacer o dar caridad, consistente en repartir unos panes o cocas de aceite que previamente se habían bendecido. Cada año eran dos las casas encargadas de hacer las cocas. Después se hacia una hora de baile para llegar a la hora de la comida donde había costumbre de matar un cordero para compartir con los familiares venidos de fuera y por la tarde- noche continuación del baile que se realizaba en la era de Casa Llasaña, amenizado por orquestas de cuatro o cinco músicos que venían desde Graus (en alguna ocasión se agrupaban algunos músicos de Benabarre, Tolva y Caladrones y acudían a la Almunia a tocar).
Aunque hay menos de un kilómetro de distancia y están visibles uno de otro, San Lorenzo pertenecía a Castigaleu y Almunia pertenecía a Luzás.
"Hay ochocientos metros de distancia entre los dos pueblos y en ese trayecto tan corto pasábamos por tres términos municipales: Luzás, Puente de Montañana y Castigaleu. Camino hacia San Lorenzo que hacíamos a menudo porque compartíamos iglesia, cementerio y escuela, a pesar de que a la escuela fuimos poco, sobre todo los niños, las niñas iban algunos años más, en mi caso concreto a los nueve años ya me tocaba ir con las ovejas de mi casa y las de Casa Puy". SANTIAGO GRAU.
Había tres hornos en el pueblo: uno era de Casa Micolau, otro para Casa Chironi, Casa Puy y Casa Antón y otro para Casa Ventura y Casa Marc, aunque años más tarde se dejo de hacer pan y se traía desde Luzás.
También había una prensa de vino comunitaria, donde si había sido un buen año para las viñas cada casa se elaboraba su vino. Así como también con los olivos que tenían producían aceite que previamente habían llevado al molino de Soliveta o al de Tolva. El grano les tocaba llevarlo a moler a Luzás.
A Luzás también acudían a suministrarse de productos en una tienda de comestibles y calzado (alpargatas de caucho y espardeñas). Una vez al mes se desplazaban andando con una mula a Tolva o a Graus a comprar arroz, azúcar, atún, sardinas....
"Hasta el año 56 no llegaron los primeros tractores. El verano del 55 se compró entre todo el pueblo una trilladora en Binéfar que hizo el camino hasta la Almunia trillando por todos los pueblos por donde pasaba.
También me acuerdo que en cierta ocasión se presentó una partida de maquis por el pueblo y hubo que darles comida y alojamiento, repartiéndose dos o tres en cada casa". SANTIAGO GRAU.
La gente en los años 60 y 70 decidieron marcharse del pueblo debido al poco futuro económico que había y la dureza del medio de vida, la mayoría buscaron acomodo en Lleida y alguna familia en Binéfar.
Casa Micolau fue la última que cerró su puerta en la década de los 70.
Aun así Almunia de Luzás (como siempre la han conocido sus habitantes) no permaneció muchos años en el olvido porque las tierras siguieron cultivándose y algunas casas que se cerraron se volvieron a abrir en temporadas veraniegas, actualmente es frecuentado a diario por la familia de Casa Micolau que sigue trabajando las tierras y el día 1 de mayo se reúnen los antiguos vecinos para celebrar el día de fiesta donde se oficia una misa y se hace el reparto de los panes.
Los pueblos deshabitados
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