El Islam no es sólo una religión, sino una ideología destructiva, misógina y fascista

en america enseñar una teta es algo terrible, de verdad, siempre me ha llamado la atención, la teta pervierte a los niños, en serio, es casi obsesivo, en horario infantil enseñar una teta produce el armaggedon, pregutenele a Janet jackson pero ojo poner programas denigrantes y obscenos donde mujeres venden toda clase dignidad por dinero en todo tipos de horarios pues no es censurable, siempre me ha parecdido de una hipocresia de la leche...
Muy de acuerdo con este post
 
Jajaja, claro, son los primeros cinco libros del Antiguo Testamento seguidos al pie de la letra y ahí hay de todo, desde padres dispuestos a degollar a sus propios hijos porque así lo ordena Dios (Abraham) hasta instrucciones sobre lo que se puede o no comer (que aplican también al cristianismo y al islam), pasando por la lapidación de tu propio hermano en caso de que pretenda apartarte del culto a Jehová o el exterminio de los infieles. Surprise surprise, queridas foreras, la idea de la guerra santa la tomó Mahoma del Deuteronomio (que también es libro sagrado para los cristianos). Bueno, en realidad no la tomó, se limitó a seguir la tradición que antes que él ya habían practicado los israelitas para apropiarse de la Tierra Prometida y después de él practicarían los cristianos con las Santas Cruzadas.
Y surprise surprise también, la Biblia prohibe terminantemente comer cerdo, así que nada de choricitos ni de jabugo
 
A ver, alguien por favor que me explique la diferencia entre esta foto

Ver el archivo adjunto 425851


y esta otra


Ver el archivo adjunto 425850


Una pista: en Francia, el país de la libertéégalitéfraternité esa, vestirse como en una de estas fotos para ir a la playa está PROHIBIDO.

Otra pista: lo otro es un traje de buceo completo.

¿Cuál es cuál?

También silvuplé cuando tengáis un ratito y si os apetece, ruego me expliquéis la diferencia entre esta foto

Ver el archivo adjunto 425853


y esta otra

Ver el archivo adjunto 425854

Ah, claro, que me diréis que las monjitas toman los hábitos porque les apetece. A lo mejor la señora del burkini también lo lleva porque le apetece. O puede que las monjitas puedan ir sin problema a la playa porque no profesan una religión donde impera (¿cómo era?)

Aquí se explican fenomenal las diferencias.
El autor es turco.

http://blogs.elconfidencial.com/mun...o-francia-espana-arabia-saudi-wahabi_1249095/


De Algeciras a Estambul


ILYA TOPPER. ESTAMBUL

El burkini: la traición

Si el islamismo no se hubiera adueñado del discurso sobre la inmigración musulmana, no haría falta prohibir el burkini: todos seríamos conscientes de que se trata de un símbolo político de opresión

el-burkini-la-traicion.jpg

Una mujer musulmana se baña con burkini en una playa de Marsella, Francia, el 17 de agosto de 2016 (Reuters).

AUTOR
ILYA TOPPER. ESTAMBUL
Contacta al autor
@ilyatopper

TIEMPO DE LECTURA 13 min
21.08.2016 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 22.08.2016 - 10:28H.

Corría el año 1995 y en Argelia, los islamistas empezaban a pegar tiros en la calle a mujeres que se resistían a la consigna de llevar velo. Me lo contó Fayza en un bar de Cádiz. Ella, periodista argelina, había tenido que huir a España ante las amenazas. Se dio cuenta de que no tenía futuro en su patria el día que entró en la redacción y, como de costumbre, quiso dar un abrazo a un colega. Cuando el hombre la rechazó y no le quiso ni dar la mano porque “tocar a una mujer es impuro”, Fayza sabía que Argelia había dejado de ser su país.

Siempre nos quedará París, pensó Fayza, pero se equivocó. En aquellos días,Francia estaba revuelta porque había tribunales que empezaban a prohibir a las alumnas el uso del velo en los colegios. El mismo velo que imponían a punta de pistola los islamistas que tenían amenazada de muerte a Fayza. Ese mismo modelo, estandarizado de Marruecos a Malasia, que es necesario para ocultar “los encantos de la mujer” y evitar así que ella, en la esfera pública, provoque pensamientos impuros en los hombres.

Ese símbolo del fundamentalismo religioso, que en Argelia muchas mujeres se veían obligadas a colocarse por primera vez en su vida para poder salir a la calle y volver vivas a casa, de repente era en Francia una muestra de “multiculturalidad” y de “libertad de vestir”. O eso decían los movimientos feministas, aplaudiendo a quienes intentaban llevarlo. A Fayza le dolió. “Me he sentido traicionada”, me dijo.

Han pasado 20 años pero la traición se sigue cometiendo. Lejos de ser una moda momentánea, el velo islamista se ha hecho con el poder. En las calles de Argelia, Egipto, Palestina, el norte de Marruecos, y sobre todo en el discurso: Europa cree ahora que 'las musulmanas llevan velo' porque 'es su cultura'

Han pasado 20 años pero la traición se sigue cometiendo. Lejos de ser una moda momentánea -también de eso se quiso disfrazar el hiyab en los años noventa-, el velo islamista se ha hecho con el poder. En las calles de Argelia, Egipto, Palestina, el norte de Marruecos, y sobre todo en el discurso: Europa cree ahora, a pies juntillas, que “las musulmanas llevan velo” porque “es su cultura”.

Es una mentira de tal envergadura que solo cabe compararla a la extensión de los yacimientos petrolíferos de Arabia Saudí o la profundidad de sus arcas públicas.

El debate tras la prohibición del burkini en algunas playas de Francia ha revelado la dimensión del colaboracionismo europeo con la expansión de la mortíferaideología wahabí. En su afán de “dar voz al colectivo afectado”, la prensa española publica artículos en los que salen a posicionarse... mujeres españolas conversas, como Laure Quiroga o Amanda Figueras, apoyadas por personajes como Brigitte Vasallo que sin declararse musulmanas defienden a ultranza el hiyab como “libertad de vestir”. Beneficiándose del secuestro del término “feminismo”, al definir el “feminismo islámico” como una postura que da a la mujer plena libertad de someterse a la doctrina religiosa elaborada por teólogos para proteger al varón contra la perniciosa influencia de la fémina.

Porque eso, y no otra cosa, es la justificación teológica del dogma del velo, el niqab y el burkini en el islam fundamentalista que hoy se ha hecho con el poder: evitar al hombre en el espacio público el mal trago de ver la piel o, Dios no lo quiera, el pelo de una mujer. Si lo atisbara, afirma la doctrina, podría tener pensamientos impuros e incluso verse incitado a asaltarla y violarla. Para proteger la sociedad contra tales desmanes que forman parte de la naturaleza del varón, deben ocultarse “los encantos” de la mujer: hiyab para las normales, niqab -tapando todo salvo los ojos- para las especialmente guapas (esto no es una broma mía: es la doctrina oficial).

Es curioso el argumento final de las islamistas mencionadas cuando se llega a este punto: se declaran “hartas de que un hombre opine sobre cómo visten las mujeres”. Una frase que revela la ideología que comparten con el burkini: el derecho a la palabra se da en función del s*x* de las personas. Argumentar entre iguales sobre qué ocurre con la sociedad, debatir posturas políticas, eso ha quedado desfasado. Ahora se trata de segregar la humanidad en dos mitades, hombres y mujeres, que no deben tener opinión respecto a lo que haga el otro s*x*. Encaja perfectamente con la ideología que, basándose en Biblia y Corán, niega a las mujeres el derecho al voto, porque la política es cosa de hombres.

Pero extrañamente, esa “hartura” de que “un hombre opine sobre cómo visten las mujeres” solo se aplica a quienes estén en contra del velo. Porque de la opinión de miles de teólogos, todos ellos hombres, que a lo largo de los siglos han elaborado la doctrina de la sexualidad del pelo de una mujer, de esa opinión no están hartas en absoluto. Que ni siquiera podrían imaginar qué es un 'hiyab' -no lo explica el Corán- sin esa opinión detallada de hombres barbudos sobre lo pernicioso que es su cuerpo, de eso se olvidan.

Se olvidan también de explicar que es esa ideología la que ha llevado a una australiana en 2004 a patentar la marca 'burkini' para “las mujeres deportistas y púdicas” y que la prenda es solo una expresión de ese “pudor” que consiste en no tocar a un hombre, salvo el marido o hermano, en no quedarse a solas con un hombre en una habitación “porque Satán es el tercero”. Con tal de camuflar la existencia de la inhumana ideología wahabí, todo vale, incluso proferir brillanteces como esta, dedicada al burka: “Pensar que esta prenda es patriarcal y que las mujeres no tienen manera de redomarla es una mirada totalmente colonial”. Palabra de Vasallo.


una-mujer-se-bana-con-niqab-en-una-playa-de-bizerte-tunez-el-21-de-julio-de-2016-reuters.jpg

Una mujer se baña con niqab en una playa de Bizerte, Túnez, el 21 de julio de 2016 (Reuters).

Colonial. Esa es la palabra. Las conversas españolas y sus aliadas tachan de “coloniales” a las feministas marroquíes, argelinas, tunecinas, egipcias, sirias o turcas que llevan décadas denunciando la expansión del islamismo radical. En sus intervenciones públicas no solo las silencian: las agreden y condenan cuando a alguien se le ocurre mencionarlas. “Me parece que el chico no se ha enterado que Wasila Tamzaly es atea y que no sé qué pinta opinando sobre islam o los musulmanes” se queja la conversa Quiroga tras descubrir el nombre de la feminista argelina Wassyla Tamzali, de 74 años, cerca al suyo en un reportaje.“Tampoco creo que nos vayamos a morir esperando que la señora colonial nos regale su sello de garantía feminista”.

Llamar “señora colonial” a una abogada argelina que ya como estudiante militaba en las filas del independentismo y que ha dedicado toda su vida a construir una Argelia con más derechos para sus ciudadanas, jugándose la vida, expresa esa inversión de la realidad: quien no apoye la doctrina wahabí respecto a la bondad de exhibir la marca de “identidad musulmana” que constituye el hiyab o niqab, solo puede ser “un macho blanco colonialista”. Cuando casualmente es una mujer magrebí, se le ha de llamar colonialista de todas formas.

Quien no apoye la doctrina wahabí respecto a la bondad de exhibir la marca de 'identidad musulmana' que constituye el hiyab o niqab, solo puede ser 'un macho blanco colonialista'Porque en nombre de “las musulmanas” solo pueden hablar las islamistas, aseveran las conversas, no una persona nacida como musulmana en un país que obliga a todos sus ciudadanos a ser musulmanes de por vida, y de cumplir con una legislación fundamentada sobre la teología musulmana. No no: ellas no deben opinar de la ideología que determina cada día la rutina de su vida, bajo amenaza y coacción.

Sorprende la soltura con la que manejan las conversas la maza de la “islamofobia” para quien denuncie la imposición de la ideología inhumana wahabí. Islamofobia es lo que practican ellas: acallar y denigrar a las mujeres nacidas musulmanas en un país musulmán, feministas que creen en la igualdad sin adjetivos religiosos, simplemente la igualdad. Mujeres como Wassyla Tamzali (“El burka es el grado máximo de la deshumanización de la mujer, que empieza con el velo”) Nawal Saadawi (“Religión y feminismo son antagónicos. Hay profesoras que se ponen el velo porque tienen la mente velada”), Soumaya Naamane Guessous(“Lo que me molesta es que hay una vinculación fanática a la religiosidad. Todo debe pasar por la religión”), Salwa Neimi (“Lo que vivimos es una deformación de nuestra propia cultura árabo-musulmana”), Aïcha Maghrabi (“Desgraciadamente, las niñas en la escuela son ya obligadas a usar el hijab”), Sukran Moral (“El velo es una puesta en escena para conquistar toda la sociedad a través del cuerpo de las mujeres. Es un juego sucio”). A ellas y a todas las mujeres marroquíes que agradecen el aire de libertad en España y observan con preocupación cómo la ideología wahabí está llevando a cada vez más inmigrantes a adoptar un traje prescrito por normas ultramontanas que nunca existió en su patria ni su tradición, que nunca han visto en sus abuelas.

“No es que las musulmanas sean sumisas: es que son lo bastante rebeldes como para retar con sus cuerpos al Estado racista”, es la última perla de Vasallo. Claro, retar a un Estado laico que tiene entre sus fundamentos la igualdad de mujeres y hombres. Eso sí. Nunca retar la autoridad de los Estados que destierran esa igualdad, nunca la de los teólogos que decretan obligatorio el velo, la segregación de mujeres y hombres. No, Dios no lo quiera. Qué 'cool' queda rebelarse contra el sistema que le otorga a una la libertad de rebelarse, en lugar de amenazarla con violencia, cárcel y muerte.

No siempre es sumisión: hay mujeres que enarbolan esta ideología por decisión propia y que llevan orgullosamente la bandera de la segregación sexual en nombre de la fe. Han elegido el bando de quienes imponen esa ideología en medio mundo, mediante pistola, ley, cárcel, porra y ácido. No son sumisas ni oprimidas. Son opresoras.

Sus víctimas, las mujeres que sufren esas leyes, ya las haga el Estado, ya la televisión por satélite a través de la mano larga de los matones del barrio, no tienen derecho a hablar. Ellas no interesan a las 'feministas' conversas. Hablamos de España, no nos metemos en lo que diga la ley o la sociedad en Marruecos, Egipto o Arabia Saudí. Por supuesto aceptamos encantadas una invitación a un seminario en Qatar, pero en cuanto salta el tema del velo, nosotras somos españolas y nos limitamos a pedir la libertad que garantiza nuestro país laico. Los demás, que hagan de su burka un sayo.


dos-jovenes-iranies-charlan-en-una-plaza-del-norte-de-teheran-reuters.jpg

Dos jóvenes iraníes charlan en una plaza del norte de Teherán (Reuters).

Algunas difunden tuits y memes con la “denuncia doble”: contra la imposición del velo y contra la prohibición del burkini. Para cubrirse las espaldas (además del pelo) y para equiparar el agravio contra unas pocas centenares de ultraislamistas en Francia con la opresión sistemática y a menudo mortífera de decenas de millones de mujeres. “Estamos hartas de que nos digan cómo vestir”, reza el eslogan. Hartas del laicismo, quieren decir.

Porque nunca he visto a estas “feministas islámicas” firmar una carta abierta a regímenes como el saudí, el qatarí o el iraní. Nunca las he visto montando una campaña de protesta contra la Universidad de Al Azhar por adoptar la doctrina de que toda musulmana debe llevar velo. Nunca las he visto colocarse con una pancarta en la puerta de las mezquitas españolas donde los imames predican a los hombres que, por Dios, deben velar a sus mujeres. No no, sería de colonialistas decir a los musulmanes de qué forma pueden o no pueden oprimir a sus mujeres.

Este discurso no solo oculta la realidad del colonialismo financiero e ideológico saudí, y su transformación radical de las sociedades musulmanas tradicionales.También cimenta la visión de la ultraderecha europea: la que proclama que hay dos “civilizaciones”, la “occidental” y la “musulmana”, que pueden y deben mantenerse diferenciadas con sus “marcas de identidad” propias. Respalda la idea de que vestir un burkini es algo “habitual” para una musulmana porque expresa su “natural sentido del pudor”, distinto al occidental.

Nunca he visto a estas 'feministas islámicas' firmar una carta abierta a regímenes como el saudí, el qatarí o el iraní. Nunca las he visto montando una campaña de protesta contra la Universidad de Al Azhar por adoptar la doctrina de que toda musulmana debe llevar veloLa ultraderecha racista se basa en esta visión para exigir que “lo hagan en sus países”. La seudoizquierda abducida por la doctrina wahabí exige que lo puedan hacer “en nuestras playas” para mostrar así la “diversidad” de culturas. Ambas luchan, hombro con hombro, para erradicar la diversidad de las culturas magrebíes, norteafricanas, levantinas o anatolias a favor de una visión única: la musulmana lleva velo. Hiyab, niqab y burkini.

¿Significa todo esto que estoy a favor de la prohibición del burkini? Nunca he estado a favor de cambiar la sociedad mediante prohibiciones. Pero el debate sobre el burkini, tal y como se está llevando a cabo, es criminal, al intentar vendernos como “una prenda cualquiera” el símbolo de la máxima opresión sexista ideada por la humanidad. Sí, la máxima: a ninguna otra ideología que la wahabí de Arabia Saudí se le podría ocurrir dejar que se quemen vivas decenas de adolescentes en un colegio sólo para evitar la impureza de que las pueda ver sin velo un bombero hombre.

El niqab, el burka, el burkini son expresión de la segregación sexista teológica. Fingir otra cosa es ser cómplice de los criminales que prefieren dejar quemar a una mujer con tal de no tocarla.

Si el islamismo respaldado por las conversas y sus aliados, los racistas ultraderechistas, no se hubiera adueñado del discurso sobre la inmigración musulmana, no haría ninguna falta prohibir burkinis: todos seríamos conscientes de que se trata de un símbolo político de opresión, y como tal se podría respetar dentro de la libertad de expresión, como se tolera la imaginería neonazi o una web de propaganda norcoreana. No es la prohibición del burkini lo que Quiroga, Figueras o Vasallo combaten desde sus atalayas: es el discurso laico. Si ellas no silenciaran y combatieran el feminismo laico de los países musulmanes, ese feminismo también podría llegar a las inmigrantes en las playas de Francia.

Ésta es la traición. Hasta aquí hemos llegado. Las conversas expiden a la prensa española que las entrevista el certificado de “Libre de islamofobia”. Yo me quedo con Zineb El Rhazoui, amenazada de muerte por los ideólogos a los que siguen las conversas: “Al tomar partido por el ala fascista del islam, arrojas a sus fauces a los demás, a la mayoría silenciosa y a la minoría laica militante. La Historia no te lo agradecerá”.
 
Última edición:
el libro sagrado de los cristianos es el nuevo testamento, y en cuanto a la biblia lo es de los judios, el capitulo que mencionas es el que precisamente dios dice que el sacrificio humano no le place, solo era para probar su fe, de hecho simboliza el fin del sacrificio humano tan típicos de las edades anteriores, supone un gran cambio ideológico en su epoca.

Pero todo paso en algún año incierto hace 3000 años o asi, el coran y su guerra santa , su fase, dos, sus atentados son de hoy, Esa la es la gran diferencia
 
citas de la biblia, son parte del viejo testamento y de la Torá en su mayor parte pero el cristianismo NO las invalida, Jesus nunca ha estado por encima de dios padre, este arumento ha servido mucho tiempo porque cuando hace falta los cristianos han tomado el viejo testamento para por ejemplo quemar "hechiceros" basndose en un pasaje del viejo testamento, o justificr la muerte de las adulteras, no lapidandolas que estaba apasado de moda, o para quemar e herejes...para todo esto se echaba mano del antiguo testamento, en definitivo todo esto estña en la biblia cristiana y cuando ha hecho falta se lo han sacado de la manga, De hecho el antiguo testamento fue citado hasta al saciedad por las instituciones inquisitoras, que nunca se acordaban de jesus y lo del projimo, era su base de castigo duante siglos.. o sea que cuanodo conviene bien que vale.. (vamos qeue todo esto era muy vbalido en la edad media o en la quema de brujas pero ahora resulta que no, que el hijo es un tipo pacifista, o sea que se echa mano del ntiguo o el Nuevo segun convenga,,)

Citas extraidas de La Biblia.

“Si una joven se casa sin ser virgen, morirá apedreada” (Deuteronomio 22:20, 21).

“Si un esclavo está contento contigo, tomarás un punzón y le horadarás la oreja y te servirá para siempre. Y lo mismo le harás a tu esclava. (Deuteronomio 15:16-18).

“Si alguien tiene un hijo rebelde que no obedece ni escucha cuando lo corrigen, lo sacarán de la ciudad y todo el pueblo lo apedreará hasta que muera” (Deuteronomio 21:18-21).

“El que tenga los testículos aplastados o el pexx mutilado no será admitido en la asamblea de Yavé. Tampoco el mestizo hasta la décima generación” (Deuteronomio 23:1, 2).

“Si un hombre yace con otro, los dos morirán” (Levítico 20:13).

“Si un hombre toma a una mujer y a la madre de la mujer, se les quemará a los tres” (Levítico 20:14).

“El que toque un cadáver y no se purifique debe ser eliminado de Israel” (Números 19:11-13).

“Saca al blasfemo del campamento y que muera apedreado” (Levítico 24:13-16).

“Los que adoren a otros dioses o al sol, la luna o todo el ejército del cielo, morirán lapidados” (Deuteronomio 17:2-5).

“Todo hombre o mujer que llame a los espíritus o practique la adivinación morirá apedreado” (Levítico 20:27).

“A los hechiceros no los dejaréis con vida” (Éxodo 22:17).

“Si un profeta pretende hablar en mi nombre sin que yo se lo haya mandado, o si habla en nombre de otros dioses, morirá” (Deuteronomio 18:20).

“Al que ofrezca sacrificios a otros dioses fuera de Yavé lo mataréis” (Éxodo 22:19).

“Si un hombre yace con su hermana hija de su padre o de su madre y ve su desnudez y ella la de él, serán exterminados en presencia de todo el pueblo” (Levítico 20:17).

“Si un hombre yace con una mujer durante su menstruación y descubre su desnudez, ambos serán borrados de en medio de su pueblo” (Levítico 20:18).

“Si alguno comete adulterio con la mujer de su prójimo, morirán los dos, el adúltero y la adúltera” (Levítico 20:10).

“Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, ambos morirán” (Deuteronomio 22:22).

“Si alguno yace con la mujer de su padre, morirán los dos” (Levítico 20:11).

“Si un hombre yace con su nuera, los dos morirán” (Levítico 20:12).

“Si la hija de un sacerdote se prostituye, será quemada viva” (Levítico 21:9).

“El que le pegue a su padre o a su madre morirá” (Éxodo 21:15).

“El que maldiga a su padre o a su madre morirá” (Éxodo 21:17 y Levítico 20, 9).

“El que no obedezca al sacerdote ni al juez morirá” (Deuteronomio 17:12).

“Ningún varón que tenga un defecto presentará las ofrendas, ya sea ciego o cojo, desfigurado o desproporcionado, enano o bisojo, sarnoso o tiñoso, o jorobado, o con un pie o una mano quebrados o con los testículos aplastados” (Levítico 21:18).

“Si compras un esclavo hebreo, te servirá seis años” (Éxodo 21:2). “Si un hombre vende a su hija como esclava, ésta no recuperará su libertad como cualquier esclavo” (Éxodo 21:7).

“Si un hombre hiere a su esclavo o a su esclava con un palo y los mata, será reo de crimen. Pero si sobreviven uno o dos días no se le culpará porque le pertenecían” (Éxodo 21: 20).

“Si un hombre hiere a su esclavo en un ojo dejándolo tuerto, le dará la libertad a cambio del ojo que le sacó” (Éxodo 21:26).

“No le devolverás a su amo el esclavo que haya huido y se haya acogido a ti. Se quedará contigo en tu casa” (Deuteronomio 23:15,16).

“Si una muchacha virgen está prometida a un hombre y otro se la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apedrearéis hasta que mueran: la joven porque no pidió ayuda, y el hombre porque deshonró a la mujer de su prójimo” (Deuteronomio 22:23, 24)

Pues no debe convenir mucho sacar "la parte mala", porque en serio Bubi, encuéntrame a alguien vivo que haya escuchado algo de eso en una Iglesia. O encuéntrame algo así de una persona relevante en la Iglesia, no un verso suelto chiflado, en los últimos 300 años. De hecho sí se han anulado esas leyes divinas, por considerarlas propias de un lugar y una época. No estás al día en doctrina y por eso apostaría a que sacas tus citas de webs anticlericales y por tanto sesgadas.

Yo he estudiado en un colegio de monjas y he recibido una educación religiosa, católica, por supuesto, igual que mis padres y mis abuelos, así que nadie me tiene que explicar qué tipo de enseñanzas se han transmitido en los últimos 100 años. Lo sé de primera mano. Mucha represión sexual y amenazas con el infierno, algunos miembros de la Iglesia llevando una vida opuesta a lo que predicaban, otros no, pero un mensaje homogéneo "oficial" de paz, amor, perdón, solidaridad y tolerancia. Tengo en casa la Biblia contada a los niños, la recuerdo con mucho cariño y no tendría ningún problema en que mis hijos la leyeran aunque su educación es laica y no creo que les de por ahí. No soy creyente, no creo en los dogmas religiosos, así que no quiero insistir mucho en la defensa del cristianismo, porque además lo que pretendo no es defender ninguna religión, sino el laicismo y los derechos humanos. Pero sí creo y estoy firmemente convencida de que el código moral transmitido por el cristianismo, aunque no es perfecto y yo misma no lo comparto en su totalidad, sí es esencialmente superior al transmitido por el Islam. Por eso hoy día se puede convivir perfectamente junto a personas que siguen al pie de la letra los preceptos cristianos, con personas que leen la web oficial de la iglesia católica y hacen todo lo que pone sin saltar una coma. No estarás siempre de acuerdo con ellas, a veces criticarán cosas que a ti te parecen correctas, pero no serán ninguna amenaza, podrás vivir tranquila, ignorarlas por completo si lo deseas y aun así es más que probable que si pasas por dificultades te ayuden. Sin embargo, estar rodeado por personas seguidoras de los preceptos coránicos al pie de la letra es un terrible problema, hace 1000 años y ahora, en todas partes. Retuerce lo que quieras retorcer, descontextualiza lo que quieras descontextualizar pero eso es así y tú lo sabes.

A juzgar por cómo se comportan sus fieles, y por lo que podemos escuchar a muchos líderes religiosos en todo el mundo ACTUAL, el mensaje que escuchan muchísimos musulmanes en el mundo no es de paz y tolerancia precisamente y a la vez es perfectamente fiel a la letra del Corán y un calco de la vida y enseñanzas de su profeta. Repito por enésima vez: Mahoma es venerado por el Islam, es su figura central y el equivalente al Jesús cristiano en cuanto a la importancia de su mensaje, pero Mahoma era misógino, ped*filo, violento y un guerrero que impuso su fe matando. Vivía y predicaba lo opuesto a la regla de oro de la ética del mundo civilizado, del mensaje cristiano y de la mayoría de las religiones del mundo, de la "golden rule" de la moral, no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Por eso es algo normal e inherente a la esencia misma del Islam que, como dice Tarek Fatah, los únicos líderes de masas que ha generado el Islam en el último siglo sean serial killers.
 
Última edición:
Aquí se explican fenomenal las diferencias.
El autor es turco.

http://blogs.elconfidencial.com/mun...o-francia-espana-arabia-saudi-wahabi_1249095/


De Algeciras a Estambul


ILYA TOPPER. ESTAMBUL

El burkini: la traición

Si el islamismo no se hubiera adueñado del discurso sobre la inmigración musulmana, no haría falta prohibir el burkini: todos seríamos conscientes de que se trata de un símbolo político de opresión

el-burkini-la-traicion.jpg

Una mujer musulmana se baña con burkini en una playa de Marsella, Francia, el 17 de agosto de 2016 (Reuters).

AUTOR
ILYA TOPPER. ESTAMBUL
Contacta al autor
@ilyatopper

TIEMPO DE LECTURA 13 min
21.08.2016 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 22.08.2016 - 10:28H.

Corría el año 1995 y en Argelia, los islamistas empezaban a pegar tiros en la calle a mujeres que se resistían a la consigna de llevar velo. Me lo contó Fayza en un bar de Cádiz. Ella, periodista argelina, había tenido que huir a España ante las amenazas. Se dio cuenta de que no tenía futuro en su patria el día que entró en la redacción y, como de costumbre, quiso dar un abrazo a un colega. Cuando el hombre la rechazó y no le quiso ni dar la mano porque “tocar a una mujer es impuro”, Fayza sabía que Argelia había dejado de ser su país.

Siempre nos quedará París, pensó Fayza, pero se equivocó. En aquellos días,Francia estaba revuelta porque había tribunales que empezaban a prohibir a las alumnas el uso del velo en los colegios. El mismo velo que imponían a punta de pistola los islamistas que tenían amenazada de muerte a Fayza. Ese mismo modelo, estandarizado de Marruecos a Malasia, que es necesario para ocultar “los encantos de la mujer” y evitar así que ella, en la esfera pública, provoque pensamientos impuros en los hombres.

Ese símbolo del fundamentalismo religioso, que en Argelia muchas mujeres se veían obligadas a colocarse por primera vez en su vida para poder salir a la calle y volver vivas a casa, de repente era en Francia una muestra de “multiculturalidad” y de “libertad de vestir”. O eso decían los movimientos feministas, aplaudiendo a quienes intentaban llevarlo. A Fayza le dolió. “Me he sentido traicionada”, me dijo.

Han pasado 20 años pero la traición se sigue cometiendo. Lejos de ser una moda momentánea, el velo islamista se ha hecho con el poder. En las calles de Argelia, Egipto, Palestina, el norte de Marruecos, y sobre todo en el discurso: Europa cree ahora que 'las musulmanas llevan velo' porque 'es su cultura'

Han pasado 20 años pero la traición se sigue cometiendo. Lejos de ser una moda momentánea -también de eso se quiso disfrazar el hiyab en los años noventa-, el velo islamista se ha hecho con el poder. En las calles de Argelia, Egipto, Palestina, el norte de Marruecos, y sobre todo en el discurso: Europa cree ahora, a pies juntillas, que “las musulmanas llevan velo” porque “es su cultura”.

Es una mentira de tal envergadura que solo cabe compararla a la extensión de los yacimientos petrolíferos de Arabia Saudí o la profundidad de sus arcas públicas.

El debate tras la prohibición del burkini en algunas playas de Francia ha revelado la dimensión del colaboracionismo europeo con la expansión de la mortíferaideología wahabí. En su afán de “dar voz al colectivo afectado”, la prensa española publica artículos en los que salen a posicionarse... mujeres españolas conversas, como Laure Quiroga o Amanda Figueras, apoyadas por personajes como Brigitte Vasallo que sin declararse musulmanas defienden a ultranza el hiyab como “libertad de vestir”. Beneficiándose del secuestro del término “feminismo”, al definir el “feminismo islámico” como una postura que da a la mujer plena libertad de someterse a la doctrina religiosa elaborada por teólogos para proteger al varón contra la perniciosa influencia de la fémina.

Porque eso, y no otra cosa, es la justificación teológica del dogma del velo, el niqab y el burkini en el islam fundamentalista que hoy se ha hecho con el poder: evitar al hombre en el espacio público el mal trago de ver la piel o, Dios no lo quiera, el pelo de una mujer. Si lo atisbara, afirma la doctrina, podría tener pensamientos impuros e incluso verse incitado a asaltarla y violarla. Para proteger la sociedad contra tales desmanes que forman parte de la naturaleza del varón, deben ocultarse “los encantos” de la mujer: hiyab para las normales, niqab -tapando todo salvo los ojos- para las especialmente guapas (esto no es una broma mía: es la doctrina oficial).

Es curioso el argumento final de las islamistas mencionadas cuando se llega a este punto: se declaran “hartas de que un hombre opine sobre cómo visten las mujeres”. Una frase que revela la ideología que comparten con el burkini: el derecho a la palabra se da en función del s*x* de las personas. Argumentar entre iguales sobre qué ocurre con la sociedad, debatir posturas políticas, eso ha quedado desfasado. Ahora se trata de segregar la humanidad en dos mitades, hombres y mujeres, que no deben tener opinión respecto a lo que haga el otro s*x*. Encaja perfectamente con la ideología que, basándose en Biblia y Corán, niega a las mujeres el derecho al voto, porque la política es cosa de hombres.

Pero extrañamente, esa “hartura” de que “un hombre opine sobre cómo visten las mujeres” solo se aplica a quienes estén en contra del velo. Porque de la opinión de miles de teólogos, todos ellos hombres, que a lo largo de los siglos han elaborado la doctrina de la sexualidad del pelo de una mujer, de esa opinión no están hartas en absoluto. Que ni siquiera podrían imaginar qué es un 'hiyab' -no lo explica el Corán- sin esa opinión detallada de hombres barbudos sobre lo pernicioso que es su cuerpo, de eso se olvidan.

Se olvidan también de explicar que es esa ideología la que ha llevado a una australiana en 2004 a patentar la marca 'burkini' para “las mujeres deportistas y púdicas” y que la prenda es solo una expresión de ese “pudor” que consiste en no tocar a un hombre, salvo el marido o hermano, en no quedarse a solas con un hombre en una habitación “porque Satán es el tercero”. Con tal de camuflar la existencia de la inhumana ideología wahabí, todo vale, incluso proferir brillanteces como esta, dedicada al burka: “Pensar que esta prenda es patriarcal y que las mujeres no tienen manera de redomarla es una mirada totalmente colonial”. Palabra de Vasallo.


una-mujer-se-bana-con-niqab-en-una-playa-de-bizerte-tunez-el-21-de-julio-de-2016-reuters.jpg

Una mujer se baña con niqab en una playa de Bizerte, Túnez, el 21 de julio de 2016 (Reuters).

Colonial. Esa es la palabra. Las conversas españolas y sus aliadas tachan de “coloniales” a las feministas marroquíes, argelinas, tunecinas, egipcias, sirias o turcas que llevan décadas denunciando la expansión del islamismo radical. En sus intervenciones públicas no solo las silencian: las agreden y condenan cuando a alguien se le ocurre mencionarlas. “Me parece que el chico no se ha enterado que Wasila Tamzaly es atea y que no sé qué pinta opinando sobre islam o los musulmanes” se queja la conversa Quiroga tras descubrir el nombre de la feminista argelina Wassyla Tamzali, de 74 años, cerca al suyo en un reportaje.“Tampoco creo que nos vayamos a morir esperando que la señora colonial nos regale su sello de garantía feminista”.

Llamar “señora colonial” a una abogada argelina que ya como estudiante militaba en las filas del independentismo y que ha dedicado toda su vida a construir una Argelia con más derechos para sus ciudadanas, jugándose la vida, expresa esa inversión de la realidad: quien no apoye la doctrina wahabí respecto a la bondad de exhibir la marca de “identidad musulmana” que constituye el hiyab o niqab, solo puede ser “un macho blanco colonialista”. Cuando casualmente es una mujer magrebí, se le ha de llamar colonialista de todas formas.

Quien no apoye la doctrina wahabí respecto a la bondad de exhibir la marca de 'identidad musulmana' que constituye el hiyab o niqab, solo puede ser 'un macho blanco colonialista'Porque en nombre de “las musulmanas” solo pueden hablar las islamistas, aseveran las conversas, no una persona nacida como musulmana en un país que obliga a todos sus ciudadanos a ser musulmanes de por vida, y de cumplir con una legislación fundamentada sobre la teología musulmana. No no: ellas no deben opinar de la ideología que determina cada día la rutina de su vida, bajo amenaza y coacción.

Sorprende la soltura con la que manejan las conversas la maza de la “islamofobia” para quien denuncie la imposición de la ideología inhumana wahabí. Islamofobia es lo que practican ellas: acallar y denigrar a las mujeres nacidas musulmanas en un país musulmán, feministas que creen en la igualdad sin adjetivos religiosos, simplemente la igualdad. Mujeres como Wassyla Tamzali (“El burka es el grado máximo de la deshumanización de la mujer, que empieza con el velo”) Nawal Saadawi (“Religión y feminismo son antagónicos. Hay profesoras que se ponen el velo porque tienen la mente velada”), Soumaya Naamane Guessous(“Lo que me molesta es que hay una vinculación fanática a la religiosidad. Todo debe pasar por la religión”), Salwa Neimi (“Lo que vivimos es una deformación de nuestra propia cultura árabo-musulmana”), Aïcha Maghrabi (“Desgraciadamente, las niñas en la escuela son ya obligadas a usar el hijab”), Sukran Moral (“El velo es una puesta en escena para conquistar toda la sociedad a través del cuerpo de las mujeres. Es un juego sucio”). A ellas y a todas las mujeres marroquíes que agradecen el aire de libertad en España y observan con preocupación cómo la ideología wahabí está llevando a cada vez más inmigrantes a adoptar un traje prescrito por normas ultramontanas que nunca existió en su patria ni su tradición, que nunca han visto en sus abuelas.

“No es que las musulmanas sean sumisas: es que son lo bastante rebeldes como para retar con sus cuerpos al Estado racista”, es la última perla de Vasallo. Claro, retar a un Estado laico que tiene entre sus fundamentos la igualdad de mujeres y hombres. Eso sí. Nunca retar la autoridad de los Estados que destierran esa igualdad, nunca la de los teólogos que decretan obligatorio el velo, la segregación de mujeres y hombres. No, Dios no lo quiera. Qué 'cool' queda rebelarse contra el sistema que le otorga a una la libertad de rebelarse, en lugar de amenazarla con violencia, cárcel y muerte.

No siempre es sumisión: hay mujeres que enarbolan esta ideología por decisión propia y que llevan orgullosamente la bandera de la segregación sexual en nombre de la fe. Han elegido el bando de quienes imponen esa ideología en medio mundo, mediante pistola, ley, cárcel, porra y ácido. No son sumisas ni oprimidas. Son opresoras.

Sus víctimas, las mujeres que sufren esas leyes, ya las haga el Estado, ya la televisión por satélite a través de la mano larga de los matones del barrio, no tienen derecho a hablar. Ellas no interesan a las 'feministas' conversas. Hablamos de España, no nos metemos en lo que diga la ley o la sociedad en Marruecos, Egipto o Arabia Saudí. Por supuesto aceptamos encantadas una invitación a un seminario en Qatar, pero en cuanto salta el tema del velo, nosotras somos españolas y nos limitamos a pedir la libertad que garantiza nuestro país laico. Los demás, que hagan de su burka un sayo.


dos-jovenes-iranies-charlan-en-una-plaza-del-norte-de-teheran-reuters.jpg

Dos jóvenes iraníes charlan en una plaza del norte de Teherán (Reuters).

Algunas difunden tuits y memes con la “denuncia doble”: contra la imposición del velo y contra la prohibición del burkini. Para cubrirse las espaldas (además del pelo) y para equiparar el agravio contra unas pocas centenares de ultraislamistas en Francia con la opresión sistemática y a menudo mortífera de decenas de millones de mujeres. “Estamos hartas de que nos digan cómo vestir”, reza el eslogan. Hartas del laicismo, quieren decir.

Porque nunca he visto a estas “feministas islámicas” firmar una carta abierta a regímenes como el saudí, el qatarí o el iraní. Nunca las he visto montando una campaña de protesta contra la Universidad de Al Azhar por adoptar la doctrina de que toda musulmana debe llevar velo. Nunca las he visto colocarse con una pancarta en la puerta de las mezquitas españolas donde los imames predican a los hombres que, por Dios, deben velar a sus mujeres. No no, sería de colonialistas decir a los musulmanes de qué forma pueden o no pueden oprimir a sus mujeres.

Este discurso no solo oculta la realidad del colonialismo financiero e ideológico saudí, y su transformación radical de las sociedades musulmanas tradicionales.También cimenta la visión de la ultraderecha europea: la que proclama que hay dos “civilizaciones”, la “occidental” y la “musulmana”, que pueden y deben mantenerse diferenciadas con sus “marcas de identidad” propias. Respalda la idea de que vestir un burkini es algo “habitual” para una musulmana porque expresa su “natural sentido del pudor”, distinto al occidental.

Nunca he visto a estas 'feministas islámicas' firmar una carta abierta a regímenes como el saudí, el qatarí o el iraní. Nunca las he visto montando una campaña de protesta contra la Universidad de Al Azhar por adoptar la doctrina de que toda musulmana debe llevar veloLa ultraderecha racista se basa en esta visión para exigir que “lo hagan en sus países”. La seudoizquierda abducida por la doctrina wahabí exige que lo puedan hacer “en nuestras playas” para mostrar así la “diversidad” de culturas. Ambas luchan, hombro con hombro, para erradicar la diversidad de las culturas magrebíes, norteafricanas, levantinas o anatolias a favor de una visión única: la musulmana lleva velo. Hiyab, niqab y burkini.

¿Significa todo esto que estoy a favor de la prohibición del burkini? Nunca he estado a favor de cambiar la sociedad mediante prohibiciones. Pero el debate sobre el burkini, tal y como se está llevando a cabo, es criminal, al intentar vendernos como “una prenda cualquiera” el símbolo de la máxima opresión sexista ideada por la humanidad. Sí, la máxima: a ninguna otra ideología que la wahabí de Arabia Saudí se le podría ocurrir dejar que se quemen vivas decenas de adolescentes en un colegio sólo para evitar la impureza de que las pueda ver sin velo un bombero hombre.

El niqab, el burka, el burkini son expresión de la segregación sexista teológica. Fingir otra cosa es ser cómplice de los criminales que prefieren dejar quemar a una mujer con tal de no tocarla.

Si el islamismo respaldado por las conversas y sus aliados, los racistas ultraderechistas, no se hubiera adueñado del discurso sobre la inmigración musulmana, no haría ninguna falta prohibir burkinis: todos seríamos conscientes de que se trata de un símbolo político de opresión, y como tal se podría respetar dentro de la libertad de expresión, como se tolera la imaginería neonazi o una web de propaganda norcoreana. No es la prohibición del burkini lo que Quiroga, Figueras o Vasallo combaten desde sus atalayas: es el discurso laico. Si ellas no silenciaran y combatieran el feminismo laico de los países musulmanes, ese feminismo también podría llegar a las inmigrantes en las playas de Francia.

Ésta es la traición. Hasta aquí hemos llegado. Las conversas expiden a la prensa española que las entrevista el certificado de “Libre de islamofobia”. Yo me quedo con Zineb El Rhazoui, amenazada de muerte por los ideólogos a los que siguen las conversas: “Al tomar partido por el ala fascista del islam, arrojas a sus fauces a los demás, a la mayoría silenciosa y a la minoría laica militante. La Historia no te lo agradecerá”.

El milmillonésimo artículo (y van...) en el que se discute qué deberían o no deberían vestir las mujeres, escrito (como no) por un hombre. Preferiría leer entrevistas con usuarias de burkini. Es curioso que el autor lo considere como un "símbolo político de opresión", "expresión de la segregación sexista teológica" cuando sus usuarias lo consideran precisamente un símbolo de liberación personal que les permite vestir con modestia y disfrutar de la playa. Ya lo he dicho más arriba: por el simple hecho de que ISIS esté frontalmente en contra del burkini y de que su uso esté terminantemente prohibido en Arabia Saudí o en Afganistán ya le pongo puntos, porque significa que sus usuarias podrán disfrutar más cómodamente de la playa. Volvemos al mismo asunto: las mujeres (todas) tienen que poder decidir qué hacen con sus vidas y sus cuerpos. Igual de bien me parece la musulmana que no lleva velo por decisión propia como la que lo viste por decisión propia, sin presiones ni coacciones en ninguno de los dos casos.

Luego ya si entramos en burqas o niqabs que se visten por imposición, talibanismo, wahabismo y Arabia Saudí, eso ya es un universo paralelo. Es como si intentamos comparar una democracia occidental estándar con Corea del Norte. Pienso que demonizar el Islam, así en general, sin hacer distinciones entre lo que es la práctica de una religión como cualquier otra y el radicalismo, no ayuda en nada a las mujeres sometidas a una dictadura religiosa; pero mucho me temo que mientras Arabia tenga reservas de petróleo la cosa no va a cambiar mucho. En Irán la cosa va más rápida, al parecer muchas iraníes se pasan la obligatoriedad de llevar hijab por el arco del triunfo (de hecho, las chicas que aparecen en la foto que ilustra el artículo ni siquiera llevan un hijab sino una shayía (una especie de echarpe suelto con el que se cubren la coronilla y poco más) y la policía no da abasto a ponerles multas.

Y volviendo nuevamente a lo que comentaba Pato más arriba en el hilo, sigo preguntándome qué intereses ocultos se hallan detrás de esta demonización sin ton ni son del Islam, por qué el burkini se ha convertido en una polémica de primera plana y, por ejemplo, los judíos ortodoxos o las talibanas judías (sí, existen, y van vestidas con burqa por decisión propia, te invito a que googlees "jewish taliban women", también visten de burqa a sus niñas pequeñas) no son portada, siendo que son comunidades que también están presentes en todo el mundo occidental y donde las reglas que atañen a las mujeres son prácticamente calcadas a las del wahabismo.
 
El milmillonésimo artículo (y van...) en el que se discute qué deberían o no deberían vestir las mujeres, escrito (como no) por un hombre. Preferiría leer entrevistas con usuarias de burkini. Es curioso que el autor lo considere como un "símbolo político de opresión", "expresión de la segregación sexista teológica" cuando sus usuarias lo consideran precisamente un símbolo de liberación personal que les permite vestir con modestia y disfrutar de la playa. Ya lo he dicho más arriba: por el simple hecho de que ISIS esté frontalmente en contra del burkini y de que su uso esté terminantemente prohibido en Arabia Saudí o en Afganistán ya le pongo puntos, porque significa que sus usuarias podrán disfrutar más cómodamente de la playa. Volvemos al mismo asunto: las mujeres (todas) tienen que poder decidir qué hacen con sus vidas y sus cuerpos. Igual de bien me parece la musulmana que no lleva velo por decisión propia como la que lo viste por decisión propia, sin presiones ni coacciones en ninguno de los dos casos.

Luego ya si entramos en burqas o niqabs que se visten por imposición, talibanismo, wahabismo y Arabia Saudí, eso ya es un universo paralelo. Es como si intentamos comparar una democracia occidental estándar con Corea del Norte. Pienso que demonizar el Islam, así en general, sin hacer distinciones entre lo que es la práctica de una religión como cualquier otra y el radicalismo, no ayuda en nada a las mujeres sometidas a una dictadura religiosa; pero mucho me temo que mientras Arabia tenga reservas de petróleo la cosa no va a cambiar mucho. En Irán la cosa va más rápida, al parecer muchas iraníes se pasan la obligatoriedad de llevar hijab por el arco del triunfo (de hecho, las chicas que aparecen en la foto que ilustra el artículo ni siquiera llevan un hijab sino una shayía (una especie de echarpe suelto con el que se cubren la coronilla y poco más) y la policía no da abasto a ponerles multas.

Y volviendo nuevamente a lo que comentaba Pato más arriba en el hilo, sigo preguntándome qué intereses ocultos se hallan detrás de esta demonización sin ton ni son del Islam, por qué el burkini se ha convertido en una polémica de primera plana y, por ejemplo, los judíos ortodoxos o las talibanas judías (sí, existen, y van vestidas con burqa por decisión propia, te invito a que googlees "jewish taliban women", también visten de burqa a sus niñas pequeñas) no son portada, siendo que son comunidades que también están presentes en todo el mundo occidental y donde las reglas que atañen a las mujeres son prácticamente calcadas a las del wahabismo.

Me parece que no te lo has leído.
 
Nuestra sociedad, que ha costado tanto esfuerzo, dolor y muerte, se basa en las raíces católicas y éstas, en las anteriores, las culturas clásicas, latina y griega. Es lo que da contenido al laicismo y los derechos humanos. Es por donde empezó el conocimiento científico.

El ser humano necesita creer en algo. Así que ha traspasado su dependencia hacia el consumismo y las paraciencias (astrología).

Nuestra actitud paternalista o maternalista, hacia costumbres y culturas nada humanistas, nos costará carísimo, en un plazo corto de tiempo. Yo quiero pasear en bikini por la calle, en verano, pero no está permitido. No puedo meterme en el agua con un jersey, sino con neopreno o bañador.
 
Me parece que no te lo has leído.
Sí lo he leido, Tasmania. Quizá no hemos entendido lo mismo. Más allá de la crítica del autor a la doble moral de las conversas "feministas" y de poner en evidencia algo que resulta obvio, esto es, que el planteamiento wahabista y el de la extrema derecha enarbolando la bandera del laicismo a ultranza son uno y el mismo, hay un par de frases que me chirrían y de ahí mi comentario anterior.

Por ejemplo:
No siempre es sumisión: hay mujeres que enarbolan esta ideología por decisión propia y que llevan orgullosamente la bandera de la segregación sexual en nombre de la fe.

Aquí el articulista dice que ponerse el velo (aunque sea por decisión propia) = enorgullecerse de la segregación sexual. Yo quiero creer que no es así, que las razones para ponerse el velo pueden ser muchas. En los patios de las universidades de Barcelona hay chicas con velo que interactuan socialmente con todo el mundo, incluyendo sus compañeros masculinos, y que están allí para formarse y convertirse en profesionales con la misma formación que estos. ¿Donde está la segregación sexual? ¿El autor conoce las razones por las que estas mujeres llevan el velo o simplemente las está suponiendo? ¿Tienen estas mujeres derecho, en tanto que mujeres a incorporar libremente los aspectos de su religión que les parezcan más convenientes a su vida diaria o directamente les decimos que no, que no, que eso es sentirse orgullosa de la segregación sexual?

Nunca las he visto montando una campaña de protesta contra la Universidad de Al Azhar por adoptar la doctrina de que toda musulmana debe llevar veloLa ultraderecha racista se basa en esta visión para exigir que “lo hagan en sus países”. La seudoizquierda abducida por la doctrina wahabí exige que lo puedan hacer “en nuestras playas” para mostrar así la “diversidad” de culturas.

Yo no sé qué razones tiene la pseudoizquierda (abducida o no por la doctrina wahabí) para exigir que las señoras se puedan bañar con burkini en la playa. Mis razones son muy sencillas y no tienen que ver con "diversidades culturales", es simplemente que una mujer pueda hacer con su vida lo que le plazca y se bañe en el mar como le dé la gana. Ella sabrá por qué hace topless o se pone un bañador de cuerpo entero.
 
Back