En España llevábamos algo así como un lustro en una especie de tierra de nadie en el sentido de que no éramos una dictadura, pero tampoco una democracia. De unos meses a esta parte, España ya se ha convertido oficialmente en una dictablanda de manual. Otra cosa es que todavía queden cosas (tampoco muchas, por cierto) por hacer para pasar de dictablanda de manual a dictadura de manual. No os impacientéis, por favor, que acabamos de comenzar. Dadle a toda esta peña unos pocos meses más, y ya veréis los resultados: dictadura, dura, dura. Ya queda poco.