El cotilleo más bestia sobre personas de vuestro entorno

@Beltane

Tremendo, pero real como la vida misma. Yo no me he sabido defender en la jungla laboral, así como lo has hecho tú. Hay que valer. Se aprovechan de la timidez y la sumisión por no buscar más enfrentamientos.

Saludos


Pescadilla, si fueron a por mi sin piedad es porque yo no soy ni tímida ni sumisa. Ese era el problema que yo tengo, que para mi no lo es, así deberíamos ser todos: no os dejéis pisar. Me sucedió en aquellos tiempos que descubrí que todos podemos tener un caudal de fuerza desconocido y fuerte y lo podemos sacar en situaciones extremas. No sé ni cómo lo hice.
Una cosa que me gustó mucho cuando me largué es que con personas buenas sí mantuve el contacto, y me iban diciendo lo mal que lo pasaron cuando me fui y que las cosas ya no fueron igual.
Yo es que no podía soportar como dos malas personas como mis dos compañeras fueran tratadas cuales reinas el lugar si trabajando con ellas te dabas cuenta de lo realmente chapuceras que eran en todos los sentidos. Yo llegué siendo la últimísima mona, pero si te digo última mona es que yo pintaba menos que un mueble, y si aguanté fue porque muchas veces empezamos en los trabajos con algo de esperanza en hacer algo mejor, mejorar, no sé. Pues allí me di cuenta de que como alguien esté bien agarrado a su puesto, olvídate.
Yo era lo último, ah, y me lo hacían saber. Hasta que me necesitaban. Una de ellas se colocaba de tal forma en el despacho que no me dejaba ni tocar nada, a veces ni el teléfono, su objetivo: hacerme sentir inútil para decir "no tiene nada que hacer aquí, por lo tanto, no tiene porque estar trabajando aquí". Le salió mal la jugada, esta chica era realmente envidiosa (hablo de la Impoluta).
Si yo ya estaba harta, cuando me dio caña Candy Candy fue cuando me dije "¿no me queréis aquí? esperad, que no me váis a tener". Y fue ahí cuando entró en juego mi segundo trabajo, en probablemente, una de las empresas más conocidas de España, centro neurálgico de otras tantas empresas.
Esa misma semana solicité el puesto, al mes era mío. Mi plan era no decir ni pío, pero todo lo que me hicieron me pudo más, me llamaron de mi curro para revisar documentos y ponerlos en orden antes de enviarlos a Portugal, cosa que requiere como cinco horas, y en esa tarea yo era especial crack. Les dije que no podía, y se lo solté. Se acabó el acoso laboral, no sin antes, quedarse todos como piedras del sorpresón. Fue cuando comprendieron que me podían perder de un momento a otro, y ahí entra mi mente retorcida: os complaceré cuando a mi me plazca y venga bien, y cuando no...me iré, sin más, que ya tengo otro trabajo.
Entonces ahí la que empezó a putear fui yo, y no dejé títere con cabeza. Mis ansias de revancha fueron tremendas y de nuevo saqué fuerzas de no sé dónde para aguantar cuatro meses más y continuar con el terrorismo psicológico pero esta vez era yo la que llevaba la batuta.
Ahí es cuando te das cuenta de que los que van de listos son muy débiles, cobardes y sin grupetes no valen una mierda. No sé cómo fueron surgiendo estas consecuencias, pero empezaron a llevarse mal entre ellos, de repente las dos reinas del lugar ya no querían trabajar allí, y llegué a escuchar a los más pelotas de entre los pelotas que ojalá les echasen.
Así como guinda, me convertí en la imprescindible, ya se llevaban tan mal entre todos que querían recurrir a mi para contar sus miserias porque ya no había amistad entre ellos, y ahí fue cuando dije yo "ahora os vais a la mierda".
Nadie se hablaba con nadie, todos sí lo hacían conmigo, en dos meses cambió mi vida.
Me pude haber ido muchísimo antes, pero algo me decía "aguanta un poco más", lo hice. Quise cerrar un ciclo de vida laboral rodeada de gilipollas y cuando consideré oportuno me largué de allí.
Ha pasado tiempo, aún me echan de menos. Lo que más me dejó helada, pero helada de narices, fue cuando la jefa suprema, Candy Candy, me llamó por teléfono en alguna ocasión para preguntarme que por qué me iba, si ella ya lo sabía, y otro jefe se llegó a presentar en mi otro trabajo (no se lo creían).
 
SOCORRO, MI VECINO ES MI EX-JEFE.
Desde hace unos días ha habido unos movimientos en el piso de al lado que estaba en alquiler, hasta que esta mañana me he llevado el gran shock. Desde mi ventana he visto en la terraza, en ropa de andar por casa, al que fue mi jefe hace unos cuantos años.
Era el típico gerente de empresa media-grande, guapo, muy guapo y triunfador. Había llegado allí más que nada por vía matrimonial, decían que era muy inteligente pero la verdad es que no supo resolver los graves problemas que llevaron a la empresa al cierre. Aquella situación me llevó a mi personalmente a tener alguna que otra discusión con el.
También por aquella época conocí en el trabajo al que luego fue mi pareja durante mucho tiempo y que sigue siendo mi amigo en la distancia. Ambos tenían una enemistad irreconciliable entre si.
Era simpático y educado, su despacho estaba en el mismo pasillo de mi departamento, por lo que nos veíamos a menudo.
Una vez que la empresa se cerró, al cabo de unos años, se quedó viudo. Ahora está jubilado y es un maduro atractivo.
El caso es que no me atrevo a salir a la terraza ni a la puerta porque no sé cómo enfrentarme a la situación de vivir pared con pared con el. No se si está solo o acompañado, no se cómo ha evolucionado su vida, ni cuáles son ahora sus prioridades. Por supuesto, me gustaría llevarme con el tan bien como me llevo con el resto de los vecinos.
El caso es que el no sabe que yo estoy aquí y yo si se que está el, así que no se cuánto tiempo voy a alargar esta situación, teniendo en cuenta que es verano y me encanta salir a la terraza.
 
Pescadilla, si fueron a por mi sin piedad es porque yo no soy ni tímida ni sumisa. Ese era el problema que yo tengo, que para mi no lo es, así deberíamos ser todos: no os dejéis pisar.
Me sucedió en aquellos tiempos que descubrí que todos podemos tener un caudal de fuerza desconocido y fuerte y lo podemos sacar en situaciones extremas. No sé ni cómo lo hice.
Sí, es verdad. No hay que dejarse pisar, sea cualquier ámbito de la vida. Más vale ponerse una vez rojo, que ciento amarillo. Aprender a estar solo, cuando el problema sucede en el ámbito social.

Sin embargo, aunque trates de pasar desapercibida/o, hay una serie de hienas de trabajo u oficina, que buscan a alguien con quien desfogar sus frustraciones. Se crecen humillando a una víctima aleatoria, que puede ser una persona de lo más normal. El grupito se une a la acosadora. Es como una película mala de terror.

Cada persona es un mundo y tiene sus circunstancias = problemas. Por ejemplo, quien tenga cargas familiares (niños, créditos) o la edad. El momento y el lugar.

Ese tipo de gentuza sí que me da miedo. ¿Qué (malas) referencias pueden dar de algunas personas, de las que se inventan hechos y difamaciones, sólo porque dejaron la empresa?, por puro despecho y pura maldad. Pueden pasar diez años, que todavía "cagan" sobre tu boca. Porque quizá esa gentuza no puedan crecer más o cambiar laboralmente, pero el fugado sí.

"No te deseo una desgracia, pero no quiero que trabajes aquí" o crueldades de este tipo, unas más sutiles, otras más directas.

Yo ahora estoy bien, pero también tengo mis anécdotas laborales para no dormir.

Saludos cordiales :)

Nadie se hablaba con nadie, todos sí lo hacían conmigo, en dos meses cambió mi vida.
Me pude haber ido muchísimo antes, pero algo me decía "aguanta un poco más", lo hice. Quise cerrar un ciclo de vida laboral rodeada de gilipollas y cuando consideré oportuno me largué de allí. Ha pasado tiempo, aún me echan de menos.
Una cosa que me gustó mucho cuando me largué es que con personas buenas sí mantuve el contacto, y me iban diciendo lo mal que lo pasaron cuando me fui y que las cosas ya no fueron igual. Ha pasado tiempo, aún me echan de menos.
Me alegro por tí. A veces, te vienen "alegrías" así. Y cómo reconfortan, oye.

Lo que más me dejó helada, pero helada de narices, fue cuando la jefa suprema, Candy Candy, me llamó por teléfono en alguna ocasión para preguntarme que por qué me iba, si ella ya lo sabía, y otro jefe se llegó a presentar en mi otro trabajo (no se lo creían).
"Justicia" lo llaman. Como les joroba comprobar que puedes encontrar trabajo, que no les necesitas.

Deseo que ahora estés mucho mejor que en aquella empresucha llema de resentidos y gilis.

Saludos :)
 
Sí, es verdad. No hay que dejarse pisar, sea cualquier ámbito de la vida. Más vale ponerse una vez rojo, que ciento amarillo. Aprender a estar solo, cuando el problema sucede en el ámbito social.

Sin embargo, aunque trates de pasar desapercibida/o, hay una serie de hienas de trabajo u oficina, que buscan a alguien con quien desfogar sus frustraciones. Se crecen humillando a una víctima aleatoria, que puede ser una persona de lo más normal. El grupito se une a la acosadora. Es como una película mala de terror.

Cada persona es un mundo y tiene sus circunstancias = problemas. Por ejemplo, quien tenga cargas familiares (niños, créditos) o la edad. El momento y el lugar.

Ese tipo de gentuza sí que me da miedo. ¿Qué (malas) referencias pueden dar de algunas personas, de las que se inventan hechos y difamaciones, sólo porque dejaron la empresa?, por puro despecho y pura maldad. Pueden pasar diez años, que todavía "cagan" sobre tu boca. Porque quizá esa gentuza no puedan crecer más o cambiar laboralmente, pero el fugado sí.

"No te deseo una desgracia, pero no quiero que trabajes aquí" o crueldades de este tipo, unas más sutiles, otras más directas.

Yo ahora estoy bien, pero también tengo mis anécdotas laborales para no dormir.

Saludos cordiales :)


Me alegro por tí. A veces, te vienen "alegrías" así. Y cómo reconfortan, oye.


"Justicia" lo llaman. Como les joroba comprobar que puedes encontrar trabajo, que no les necesitas.

Deseo que ahora estés mucho mejor que en aquella empresucha llema de resentidos y gilis.

Saludos :)


Ay Pesca, si es que lo pasé realmente mal, pero mal. Ahora me va muchísimo mejor.

Cuando me fui, esta gente, prepotente como ellos, no lo podían creer que alguien les abandonara, pues estaban todos agarrados pero bien aferrados a su puesto y eran de los de "de aquí que me echen". Y así los había de seis o siete años de antigüedad que no hacían ni el huevo.
Di los quince días de rigor y en esos quince días estaban nerviosos, incrédulos, soltaban chascarrillos de "nos dejas", como el que se fuga con la amante y es infiel, pocas veces habré visto una secta igual, y ahí estaban las dos idiotas que en el fondo deseaban hacer lo mismo y por dentro se morían de la envidia, pero por fuera intentaban hacer como si no pasaba nada. Una de ellas se mosqueó, las dejé, por cierto, antes de la época bestial de trabajo, es que me vino de perlas.

Y luego vino lo bueno, que muchos estaban de vacaciones cuando lo hice y al llegar decían "¿Y Beltane?", y se pasaron meses hablando de mi. Y con aquellos con los que tuve contacto me contaban las mierdas que tenían y vaya, al parecer no estaba sola, en todos los departamentos había un rollo similar.
Pero las que me hicieron reir fueron sin duda, dos superiores, que se tuvieron que someter a volver a entrevistar, daban con alguna, ésta les dejaba tirados en un mes, de nuevo a hacer entrevistas...hubo una racha que me llamaban para volver y yo "¡¡¡que me va muy bien!!!!, que no vuelvo".
 
SOCORRO, MI VECINO ES MI EX-JEFE.
Desde hace unos días ha habido unos movimientos en el piso de al lado que estaba en alquiler, hasta que esta mañana me he llevado el gran shock. Desde mi ventana he visto en la terraza, en ropa de andar por casa, al que fue mi jefe hace unos cuantos años.
Era el típico gerente de empresa media-grande, guapo, muy guapo y triunfador. Había llegado allí más que nada por vía matrimonial, decían que era muy inteligente pero la verdad es que no supo resolver los graves problemas que llevaron a la empresa al cierre. Aquella situación me llevó a mi personalmente a tener alguna que otra discusión con el.
También por aquella época conocí en el trabajo al que luego fue mi pareja durante mucho tiempo y que sigue siendo mi amigo en la distancia. Ambos tenían una enemistad irreconciliable entre si.
Era simpático y educado, su despacho estaba en el mismo pasillo de mi departamento, por lo que nos veíamos a menudo.
Una vez que la empresa se cerró, al cabo de unos años, se quedó viudo. Ahora está jubilado y es un maduro atractivo.
El caso es que no me atrevo a salir a la terraza ni a la puerta porque no sé cómo enfrentarme a la situación de vivir pared con pared con el. No se si está solo o acompañado, no se cómo ha evolucionado su vida, ni cuáles son ahora sus prioridades. Por supuesto, me gustaría llevarme con el tan bien como me llevo con el resto de los vecinos.
El caso es que el no sabe que yo estoy aquí y yo si se que está el, así que no se cuánto tiempo voy a alargar esta situación, teniendo en cuenta que es verano y me encanta salir a la terraza.


Ostras!!!!! qué situación, uy si yo paso por lo mismo, con lo capulla que he sido con mis jefes que siempre he acabado no mal pero...soltando cuatro cosas, los tengo de vecinos y me muero del jamacuco que me da.
Encima con lo que me gustan las terrazas, oye mira, que tú no has hecho nada, que él llega después. Dale una cesta de bienvenida como hacen los yankis, le dices "hola, qué tal" y nos cuentas. Claro que yo a ningún jefe le doy cesta de bienvenida ni de coña, yo soy muy mala persona y con los jefes voy pero a cañón total, pero igual el triunfador ese es educado, qué se yo.
 
Ostras!!!!! qué situación, uy si yo paso por lo mismo, con lo capulla que he sido con mis jefes que siempre he acabado no mal pero...soltando cuatro cosas, los tengo de vecinos y me muero del jamacuco que me da.
Encima con lo que me gustan las terrazas, oye mira, que tú no has hecho nada, que él llega después. Dale una cesta de bienvenida como hacen los yankis, le dices "hola, qué tal" y nos cuentas. Claro que yo a ningún jefe le doy cesta de bienvenida ni de coña, yo soy muy mala persona y con los jefes voy pero a cañón total, pero igual el triunfador ese es educado, qué se yo.
Hombre, ya no es mi jefe, está jubilado.
 
Hombre, ya no es mi jefe, está jubilado.

Lo mejor es encontrártelo cuanto antes en el portal, decirle un "hombre, cuánto tiempo qué tal te va?" y no dar más conversación. Así ya marcas desde el principio con el que tu relación va a ser de hola y adiós y no pararse más. Y lo de la terraza, no hay forma de poner un seto o una cosa de esas de cáñamo para tapar?
 
Ay Pesca, si es que lo pasé realmente mal, pero mal. Ahora me va muchísimo mejor.

Cuando me fui, esta gente, prepotente como ellos, no lo podían creer que alguien les abandonara, pues estaban todos agarrados pero bien aferrados a su puesto y eran de los de "de aquí que me echen". Y así los había de seis o siete años de antigüedad que no hacían ni el huevo.
Di los quince días de rigor y en esos quince días estaban nerviosos, incrédulos, soltaban chascarrillos de "nos dejas", como el que se fuga con la amante y es infiel, pocas veces habré visto una secta igual, y ahí estaban las dos idiotas que en el fondo deseaban hacer lo mismo y por dentro se morían de la envidia, pero por fuera intentaban hacer como si no pasaba nada. Una de ellas se mosqueó, las dejé, por cierto, antes de la época bestial de trabajo, es que me vino de perlas.

Y luego vino lo bueno, que muchos estaban de vacaciones cuando lo hice y al llegar decían "¿Y Beltane?", y se pasaron meses hablando de mi. Y con aquellos con los que tuve contacto me contaban las mierdas que tenían y vaya, al parecer no estaba sola, en todos los departamentos había un rollo similar.
Pero las que me hicieron reir fueron sin duda, dos superiores, que se tuvieron que someter a volver a entrevistar, daban con alguna, ésta les dejaba tirados en un mes, de nuevo a hacer entrevistas...hubo una racha que me llamaban para volver y yo "¡¡¡que me va muy bien!!!!, que no vuelvo".

Eso es algo con lo que aluciné yo también. En la empresa de la que me largué y me fui a la empresa principal y nada más llegar rompí los contratos (es que me regodeo una y otra vez de recordarlo). En esa empresa todos estaban aplastados, atrapados allí muertos del asco. En plan "con nuestro trabajo remontaremos la empresa" e irse era ser un traidor cabrón. Yo no lo entendia: cobrabas mal, el trabajo era malísmo, el jefe era un hijop*ta, los compañerso eran unos bordes...me acuerdo que aveces no podía entregar informes porque no había folios para imprimir. Y cuando te quejabas te decían "hasta la semana que viene no llega el pedido" y tu estabas bajo la presión del cliente que lo necesitaba para ya. Así que a traerse folios de casa. ERa el raterío a la máxima potencia. Eso sí, el dueño con su mercedes descapotable todas las mañanas aparcado sobre la acera.

Como coj*nes la gente se aplasta en un sitio así y no huye?

Yo cuando di los 15 días, fui tan idiota de contarle a un compañero a donde me iba (que tenía confianza con el) ERROR, NUNCA LO HAGAIS. Fue corriendo al jefe a contarselo. Luego la que fue mi jefa en la nueva empresa, me contó que fue mi exjefe a exigir que no me contratara. Fue tan prepotente e hijop*ta que mi jefa le dijo que ella contrataba a quien le daba la gana. Pero casi me cuesta el nuevo trabajo. CABRONAZO, pero ya se la devolví bien.
 
Eso es algo con lo que aluciné yo también. En la empresa de la que me largué y me fui a la empresa principal y nada más llegar rompí los contratos (es que me regodeo una y otra vez de recordarlo). En esa empresa todos estaban aplastados, atrapados allí muertos del asco. En plan "con nuestro trabajo remontaremos la empresa" e irse era ser un traidor cabrón. Yo no lo entendia: cobrabas mal, el trabajo era malísmo, el jefe era un hijop*ta, los compañerso eran unos bordes...me acuerdo que aveces no podía entregar informes porque no había folios para imprimir. Y cuando te quejabas te decían "hasta la semana que viene no llega el pedido" y tu estabas bajo la presión del cliente que lo necesitaba para ya. Así que a traerse folios de casa. ERa el raterío a la máxima potencia. Eso sí, el dueño con su mercedes descapotable todas las mañanas aparcado sobre la acera.

Como coj*nes la gente se aplasta en un sitio así y no huye?

Yo cuando di los 15 días, fui tan idiota de contarle a un compañero a donde me iba (que tenía confianza con el) ERROR, NUNCA LO HAGAIS. Fue corriendo al jefe a contarselo. Luego la que fue mi jefa en la nueva empresa, me contó que fue mi exjefe a exigir que no me contratara. Fue tan prepotente e hijop*ta que mi jefa le dijo que ella contrataba a quien le daba la gana. Pero casi me cuesta el nuevo trabajo. CABRONAZO, pero ya se la devolví bien.


¿Cómo se la devolviste?. Error máximo contar donde te vas, yo lo hice pero no di tantos datos, porque temí que me la liaran viendo lo hijos de put* que eran.
A mi me pedían mil cosas y cuando tú pedías un favor siempre con excusas. Qué asco me daban, por supuesto que yo se las devolvía en cuanto podía.
Una cosa que me fascinaba de una de ellas, la cateta mayor, es que si te la podía liar lo hacía, pero luego, por ejemplo, estaba deseando salir conmigo de marcha, pues sabía que yo gracias a Dios tengo muchos amigos de diversas edades, y así podría pillar cacho, cosa que le causaba muchísimo interés, porque no se comía una rosca, físicamente no llamaba la atención por mucho que se propusiera ir vestida de manera ridícula, era abrir la boca y todos se echaban para atrás. Un día me tuve que ir a reir a la puerta mientras me fumaba un cigarro: la tía estaba metida en rollos de Meetic y esas cosas y le llegó un mail con publi con una pareja teniendo s*x*, estaba embobada mirando la foto del revolcón pero babeando como una desesperada.
Jamás me la llevé de marcha, eso por supuesto,había que verla cuando amigos míos se presentaban a buscarme a la puerta, moviendo las caderas a punto del disloque calentando braguetas, que ya tenía una edad por dios, y con un buen puñado de hijos. Increíble.
 
Lo mejor es encontrártelo cuanto antes en el portal, decirle un "hombre, cuánto tiempo qué tal te va?" y no dar más conversación. Así ya marcas desde el principio con el que tu relación va a ser de hola y adiós y no pararse más. Y lo de la terraza, no hay forma de poner un seto o una cosa de esas de cáñamo para tapar?
Bueno, pues me sentaré en el portal a esperar el encuentro.;)
 
¿Cómo se la devolviste?. Error máximo contar donde te vas, yo lo hice pero no di tantos datos, porque temí que me la liaran viendo lo hijos de put* que eran.
A mi me pedían mil cosas y cuando tú pedías un favor siempre con excusas. Qué asco me daban, por supuesto que yo se las devolvía en cuanto podía.
Una cosa que me fascinaba de una de ellas, la cateta mayor, es que si te la podía liar lo hacía, pero luego, por ejemplo, estaba deseando salir conmigo de marcha, pues sabía que yo gracias a Dios tengo muchos amigos de diversas edades, y así podría pillar cacho, cosa que le causaba muchísimo interés, porque no se comía una rosca, físicamente no llamaba la atención por mucho que se propusiera ir vestida de manera ridícula, era abrir la boca y todos se echaban para atrás. Un día me tuve que ir a reir a la puerta mientras me fumaba un cigarro: la tía estaba metida en rollos de Meetic y esas cosas y le llegó un mail con publi con una pareja teniendo s*x*, estaba embobada mirando la foto del revolcón pero babeando como una desesperada.
Jamás me la llevé de marcha, eso por supuesto,había que verla cuando amigos míos se presentaban a buscarme a la puerta, moviendo las caderas a punto del disloque calentando braguetas, que ya tenía una edad por dios, y con un buen puñado de hijos. Increíble.

Si ya lo conté: lo primero que hice fue anular un contrato de 100.000 euros que tenían con mi nueva empresa. Como yo pasaba a decidirlo, pues no me dio la gana. Pero que conste que si hubiera sabido que el trabajo lo iban a hacer bien, no lo hubiera hecho. Pero sabía que se inventaban los datos, y falseaban resultados.

Si, por poco la cago con lo de contar a donde iba. Menos mal que mi nueva jefa era de armas tomar, y cuando le vino ese gilipollas a vacilarla lo mandó a la mierda. A lo mejor otra persona para ahorrarse problemas, no me hubiera cogido.

Yo nunca y repito NUNCA salí de marcha con gente del trabajo. Las cenas de empresa las odiaba e iba lo mínimo para quedar bien. No me gusta socializar con la gente fuera del trabajo, tengo mis propios amigos y no busco más. Si que he conocido alguna persona en el trabajo con el que me he llevado mejor, y he llegado a tener más confianza, de salir a tomar una cerveza alguna vez. Ese ambiente lo odio, porque casi nunca la gente se lleva bien honestamente en los trabajos, siempre hay celos, manías, hijoputas, cabronazas...y salir de juerga y después al día siguiente ver los caretos y los chismorreos...me supera.
 
Si ya lo conté: lo primero que hice fue anular un contrato de 100.000 euros que tenían con mi nueva empresa. Como yo pasaba a decidirlo, pues no me dio la gana. Pero que conste que si hubiera sabido que el trabajo lo iban a hacer bien, no lo hubiera hecho. Pero sabía que se inventaban los datos, y falseaban resultados.

Si, por poco la cago con lo de contar a donde iba. Menos mal que mi nueva jefa era de armas tomar, y cuando le vino ese gilipollas a vacilarla lo mandó a la mierda. A lo mejor otra persona para ahorrarse problemas, no me hubiera cogido.

Yo nunca y repito NUNCA salí de marcha con gente del trabajo. Las cenas de empresa las odiaba e iba lo mínimo para quedar bien. No me gusta socializar con la gente fuera del trabajo, tengo mis propios amigos y no busco más. Si que he conocido alguna persona en el trabajo con el que me he llevado mejor, y he llegado a tener más confianza, de salir a tomar una cerveza alguna vez. Ese ambiente lo odio, porque casi nunca la gente se lleva bien honestamente en los trabajos, siempre hay celos, manías, hijoputas, cabronazas...y salir de juerga y después al día siguiente ver los caretos y los chismorreos...me supera.


100.000 euros de contrato, qué grande. Sí señora.

Yo en dos años no me tomé un café con un compañero de trabajo en aquella empresa, sólo, si me pillaba comiendo y eso no es "tomar café" , porque era mi postre e iba incluido en el momento comida, pero ¿salir a tomar algo con esta gentuza? Ni a punta pistola.
Sin embargo tuve que hacer una vez una suplencia de verano cuando mi empresa cerró, y me recomendaron a otro sitio porque mi jefe les habló bien de mi, por lo que en vez de paro, preferí trabajar; antes de entrar en la que fue mi suplicio, y en tres meses salí a diferentes sitios, éramos una piña. Tuvimos una jefa muy cabrona y en vez de tener compañeros cobardes nos envalentonamos todos e hicimos grupo, precisamente, la intención de la jefa era fomentar nuestra competencia, qué mal le salió el plan a la idiota.
Saqué excelentes amigos de aquel trabajo, lo recuerdo como una de mis épocas preferidas. Fue la empresa, una muy muy muy grande, la que tuvo la ingeniosa idea de pagarnos a todos un día de ocio en uno de los centros de actividades y esparcimiento más conocidos de toda España: ahí empezó todo. Aún seguimos en contacto.




Os cuento la historia Mamen, que después de 20 años de matrimonio decide que se ha cansado y manda a la mierda al marido, con quien tiene dos hijos, y encima se queda con la custodia y con su casa.
La muy imbécil, aprovechó su hartazgo matrimonial para camelarse a un tío del que creía, tenía dinero, se flipó. Su marido era blando, sensible y con fama de ser presuntamente homosexual. El otro, el "próximo" al que tenía fichado, tenía pinta de ser un machomán. No tardó en meterle en casa pasada la firma del divorcio, y todo, para encima, joder al ex al que ha tratado como mierda.
Con lo que no contaba nuestra Mamen es que al poco de meter al nuevo en casa los hijos la lían para irse con el padre, éste encima se agenció a una rubia muy muy guapa con la que se casaría dos años más tarde, y tienen lo que Mamen ansía: una niña.
El matrimonio de Mamen se reduce a un hombre que está eternamente en el paro, con el que no puede tener hijos porque la crisis se los está comiendo, y que más tarde, resulta ser vago, y fíjate tú: coge extrañas costumbres de amaneramiento y sensiblería, de las que tanto huyó del marido, que una vez casado con la rubia nueva, se convirtió él mismo en el machomán del barrio.
Demasiado tarde, Mamen se había casado con el segundón y divorciarse otra vez le producía pereza. Ver a Mamen hoy día es ver la amargura con piernas. Mamen no se divorció porque de cara a la galería queda "feo" estar dos veces divorciada, no sea que digan, que tienes mala suerte con los hombres.
 

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