Era la típica niña rica que se quedó sin madre siendo niña y ya pensó que todo el mundo estaba en deuda con ella por lo que había sufrido. Nunca quiso trabajar, ni estudiar ni nada. Solo quería que todo el entorno le hiciese la ola.
Conozco a una chica que perdió al padre cuando ésta tenía unos siete años. La madre, que le mandó a paseo porque era un pieza, ejerció inmediatamente de viuda y pensionista cuando ya hacía tiempo que no vivía ni con él, no hubieron papeles de por medio, por eso pescó la pasta. En la práctica ya no vivían juntos.
La nena creció como hija única mimadísima por el resto de la familia, y como tal, se comporta en su vida adulta. Tiene una cohorte de personas cuales palmeros, cosa que ha potenciado más si cabe, su prepotencia. Para colmo, se casó con el líder del grupete de la pandilla, miramenometoques que mira como molo.
Como el único pilar familiar ha sido una madre acostumbrada a dar patadas a los hombres, con el futuro marido, esta chica, sería casi igual.
Yo la conocí porque él era amigo mío desde los diez años, hicimos la comunión juntos. Siempre me tuvo manía, porque hubo una época en la que la madre de él bromeó con la mía sobre la posibilidad de que yo me acabara convirtiendo en su nuera.
Como la madre de mi amigo tuvo un incidente con otra de sus nueras (al ser la otra nuera una negada para las tareas del hogar cogió esta mujer y en más de una ocasión se presentó en casa de su hijo a más o menos "ordenar" aquel entuerto); la protagonista de esta historia, Miramenometoques que tengo vida fantástica con mi flamante marido y mi gran puesto de trabajo, convenció a su prometido para irse a vivir al culo del mundo, donde sí o sí, de manera rotunda, hay que ir en coche, nada transporte público.
Así nadie tiene acceso a su palacete/microuniverso. Y si invitaba a su casa había que cruzar el terciopelo rojo, una payasa en toda regla.
No me invitó a su boda porque estaba en el paro. Así de claro y rotundo fue todo. Cosa que me molestó muchísimo, porque en esa boda histórica sólo se podía tener acceso si eras alguien en la vida. Menos mal: la boda fue un desastre, y me alegré un montón, qué le vamos a hacer.
Su objetivo en la vida: tener hijos que reforzaran un matrimonio destinado al fracaso (él es un pieza). Contestación rotunda del marido: "los tendremos cuando estemos bien de pasta (ya confiesa públicamente que su vida no es tan boyante) y cuando yo tenga cerca de cuarenta años, que no quiero ser padre joven".
Ese día se quedó helada. Por cierto, que por cosas del destino el resto de la pandilla me invitó a sus bodas y ya era casualidad de la vida: comentaban veladamente por qué yo no estuve en la boda. A todos les contesté el por qué, pero en privado. Ya no la quieren tanto, y están que se mueren de la vergüenza. Los dos.