Yo creo en Dios, sé que la muerte no existe . Haya ocurrido lo que haya ocurrido no tengo la menor duda de que Blanca está en la Gloria de Dios. El conoce todo, a donde no llega nadie llega El, sabe qué vivía y qué sentía ella hasta lo más profundo . El ve su corazón. Le pido a Dios que llene de su Luz a los hijos, la madre, hermanos porque realmente sólo El va a poder darles consuelo verdadero y esperanza verdadera, reconfortar su corazón. Dios sabe cómo hacerlo, como llegar a ellos, aunque ellos no crean, que no lo sé. El lo hará. Me gustaría poder ayudarles pero sólo puedo decirles que recuerden el corazón de su madre, de su hermana, de su hija. Que no duden nunca del amor de su madre por ellos, de su hermana por ellos, de la hija por su madre. Y que ella sigue con ellos y velará por ellos. El amor es lo único realmente poderoso, es un vínculo indestructible que traspasa dimensiones, puede con todo. Creo en la inmortalidad del amor como creo en la inmortalidad del alma, lo que realmente somos. A mi esta chica me parecía muy simpática, natural, sencilla, con una sonrisa preciosa y una mirada bondadosa, dulce, noble, con un punto de ingenuidad. Su sonrisa por bandera a mi me parece propio de personas buenas y positivas que quieren alegrar a los demás. Que piensan también en los demás, más allá de sus propias circunstancias. Deseo lo mejor para su familia y que miren hacia la Luz, porque allí y en sus corazones, eternamente amada y feliz en la Gloria de Dios, está Blanca.