Concha Piquer y Concha Márquez Piquer

A esta mujer yo la recuerdo de ir a Programas de TV y menos de cantar. Siempre iba a hablar de su madre, que era la mejor, que ella había estudiado en Suiza y que sabía inglés, lo que para las de su generación era inusual. Se pegaba la vida padre y se iba de viaje a sitios exóticos cuando en España la Luna de miel típica era ir a Tenerife. Siempre criticando a Curro y riéndose de Carmen. No triunfó en la música como ella pensaba que merecía, pero si que hacia conciertos, pero de lo que disfrutaba era de la herencia que dejaron sus padres.
 
Cuanto heredaria de sus padres pa vivir toda la vida asi!! 😰

La valenciana tuvo un gran maestro que la instruyó en todo el mundo de la interpretación y la composición de una expresividad natural. El compositor Manuel Penella fue esa persona clave en su carrera.

Las obras y canciones que ha dejado en la memoria de toda España son, sin duda, uno de los tesoros más grandes del patrimonio cultural del país. Como, por ejemplo, las canciones de Ojos verdes, Tatuaje, Y, sin embargo, te quiero y En tierra extraño.

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Debido a la agitada vida de la actriz por todo el rubro del espectáculo alrededor de todo el mundo, supo hacerse de buenas adquisiciones de bienes, algo que hoy por hoy son muy valuados.

Abrigos de pieles, joyas preciosas, mansiones, diamantes, objetos de colección y piezas de arte son algunos de los pequeños bienes que la artista le ha dejado como herencia a su hija Concha Márquez Piquer.

Además, Concha ha recibido un sinfín de obsequios como muestra de reconocimiento por su incansable trayectoria como interprete. Todos esos objetos forman parte de la colección que hoy cuenta la historia de ella.

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Conchita Marquez Piquer, hija de Concha Piquer.


Una herencia millonaria es la que ha asegurado el futuro de, por lo menos, cuatro generaciones posteriores. Sin embargo, la mayor herencia que tenemos de ella es su impactante talento que continua, hoy por hoy, cautivando a más de uno
 
te voy a contestar si bien no soy ninguna duquesa, sino un duque (sí, ya sé que en este foro las mujeres sois legión)

no estás cierto, Concha Piquer fue una grandísima triunfadora, de ella se dice incluso que creó la copla, en los años cuarenta y cincuenta sus canciones se escuchaban a todas horas en la radio...es una figura clave en la historia de la música española, luego eso de que no triunfó no es cierto, es como si decimos ahora que Camilo Sesto, Rocío Dúrcal o Raphael no han triunfado

lo de su hija es distinto, pare empezar fue casi siempre una cantante sin discos, sacó un par de singles a principios de los setenta, luego un álbum con canciones de su madre a principios de los noventa y luego ella misma se produjo otro disco, prácticamente nada, ella decía que había una mano negra para que no la contrataran, pero actuó en directo muchas veces y canta fenomenal, si bien no llega a la categoría de su señora madre

que eran prepotentes, eso sí es cierto, sobre todo la madre, tenía una mala leche terrible, sería muy buena con su familia, pero para la gente era una tía de armas tomar

su hija Concha Márquez Piquer también tiene mucho carácter pero es más tratable, lástima que ya no se dé a ver; de siempre se ha dado la gran vida, con la millonada de sus padres, con lo que ella ha ganado actuando... igual viaja a una ciudad del extranjero y se queda allí viviendo varios meses disfrutando la dolce vita , ella se lo puede permitir, y su marido Ramiro Oliveros siempre al retortero, son como siameses y les va bien así
Cierto lo del caracter y la prepotencia! Respecto a la buena vida que se pegaba fue debido a la gran herencia que sus padres le dejaron, en una entrevista a la madre que esta por youtube, conto que le pregunto a su marido que si tenian bastante dinero para el resto de su vida y la contestacion fue 'tenemos para vivir otras 9'. Imaginate el dineral que esa mujer heredo.
 
Cuanto heredaria de sus padres pa vivir toda la vida asi!! 😰
Mucho porque, sobre todo del padre, que había sabido invertir muy bien sus ingresos y los de Dña. Concha Piquer. Inmuebles, fincas, etc., tanto en España como en el extranjero...
A eso hay que añadir la colección de joyas de Dña. Concha Piquer y la parte correspondiente al divorcio de Curro Romero, que imagino no sería poco, ya que el torero en aquella época era una figura importante en su profesión...
 
DEP.

En otro hilo dedicado a las Piquer, una forera comentó que a Ramiro también se le murió un hijo cuando era muy joven. Pobrecillos, me alegro de que al final tuvieran a Iris y pudieran disfrutarla hasta su edad adulta.

Concha de joven era muy guapa, como la versión mejorada de su madre. Coral también era muy mona, cuando he visto fotos suyas me ha dado mucha pena saber que murió prácticamente adolescente. Espero que ahora puedan estar juntas.
Ramiro perdio un hijo por las drogas. El mismo lo conto.
 
¿Hubo "espantado" con la boda civil? ¿No se presentó?
Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.
 
¿Hubo "espantado" con la boda civil? ¿No se presentó?
Carmen Tello se queda desolada tras la «espantá» de Curro Romero

Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.
 
Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.

Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.
Uy prima, lo hemos puesto las dos a la vez jajaja!
 
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