Chinolandia: la experiencia

Ibamos paseando por la orilla del mar, de Badalona para arriba.
El camino se aleja de la playa y se mete tierra adentro.
Y se mete en una zona de naves donde guardan cosas.
Había montones de naves, edificios enormes y todos eran chinos.
Daba miedo

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Prima, en un polígono de mi ciudad lleno de empresas hay una calle que es solo de chinos, una jodida calle entera.
 
Si alguien me dice que el chino cudeiro no es chino cierro el hilo y denuncio en masa que ni el Gulag.
(*) Sobre esta hora suele darme ramalazo.

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Pues siento decepcionarte pero era un programa japonés :rolleyes:. Su nombre original era el Castillo de Takeshi (Takeshi Jō). Así que sí, emosido engañado.

Muy bueno el hilo, me estoy partiendo con las historias :D
 
-Primera anécdota chinesca:
Hace unos 20 años en Setúbal (Portugal) nos encontramos una perrita callejera, la llevamos a casa, vivió con nosotros 13 años y el único disgusto que nos dío fue cuando se murió. La echamos muchísimo de menos.
Aprovechando que mi hija iba de viaje de estudios a Setubal le dijimos que tratase de encontrar o comprar una perrita parecida a la anterior pues en Setúbal había muchas.
Empezó a mirar por las calles buscando perritos callejeros y no había ni uno. Fue a la policía y lo comentó.
En la misma policía le dijeron que desde que se habían instalado unos restaurantes chinos, los perros callejeros habían desaparecido.
-Segunda anécdota chinesca:
De esto hará unos ocho años. Una amiga fue a cenar a un restaurante chino.
Ya iban a cerrar así que salió del restaurante, pero con las prisas se olvidó el bolso.
A los cinco minutos se da cuenta de su olvido y regresa al restaurante a por el bolso.
Le abren la puerta y ve que lo que antes era el salón restaurante, en cinco minutos se había convertido en un dormitorio con un montón de colchones por el suelo.
 
Se me olvidaba una historia.
Quería comprarme un gorrito de ducha, voy a la caja con él. Allí estaba el dueño, un poquito más lejos dos chinos sentados en sillitas bajas y la niña de la familia. La única de la familia que habla bien y sin acento español.
La niña, una monería, mira la foto del paquete y me pregunta.
-¿eso te vas a poner tú?
-Sí
-que gracioso, que gracioso, te vas a poner eso. Se moría de risa, me miraba y se volvía a partir de risa.
Empezó a hablar con los mayores que empezaron también a reírse y a hablar en chino, las carcajadas me siguieron hasta la calle. ¿Hay algo más humillante que un chino se ría de una?

Tengo un par de anécdotas más, ya iré entrando.
 
Los euroasiáticos suelen salir muy guapitos.

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Muchos niños vietnamitas que dieron en adopción eran preciosos y ahora adultos muy atractivos, medio vietnamitas medio estadounidenses, intentaban deshacerse de ellos porque era una vergüenza para una mujer haber tenido una relación o trato íntimo con americanos.
 
Estaba con una amiga buscando algo en un bazar chino y a la amiga le llama su madre.
La madre le pregunta: ¿dónde estás? y ella contesta: "pues en el chino"

El chino que pasaba por al lado se acerca (Con la amiga aún al teléfono) y le dice:
"tú falta respeto, fuera de mi tienda"

se enfadó mucho, echó a la amiga de la tienda.
ella no volvió más a coger una llamada estando en un bazar.
Fin.
 
Que no te falte de na!
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Va venga, lo cuento resumido con la esperanza de que alguien me lea y se abra en canal para contarnos su experiencia con chinos 100% made in china que es para lo que estamos aquí.

Londres, años atrás. Me fui a celebrar cosas con una amiga, que vivía con un grupo de coreanos. A la vez que yo llegó un coreano que todo lo que tenía de alto lo tenía de absurdo. Y medía 1.90. Tenía problemas de pronunciación e intentaba practicar siempre, SIEMPRE. Sus palabras favoritas eran glass y grass. Pasabas por al lado de un parque y empezaba, señalando el césped, "grass glass grass glass" y así 20 repeticiones. En el restaurante nos traían la bebida y señalaba el vaso "glass grass glass grass x20".
Pues no sé por qué, una noche tonta, empezó con el glass grass en un antro, yo me reía por no llorar, el coreano no daba más de sí, pero algo bueno tenía que tener pensé, y allí que fui a descubrirlo.
Error.
El coreano empezó a preguntarme cada 20 minutos que si tenía que llevarme a algún sitio e incluso me compró flores en dos ocasiones en un periodo de 30 horas.
Una amiga del coreano me dijo: así son de novios, pero ten cuidado porque cuando se casan se acomodan y no hacen caso a la mujer.
Como si yo me fuera a casar con semejante esperpento.
A los dos días me fui a mi casa (lo tenía previsto, no estaba huyendo) y nunca más he intentado generar lazos diplomáticos con Corea (ni del Sur ni del Norte).
 
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