Buff, las bodas españolas actuales son pura horterada y competencia de princesitas para ver quién farda más. No voy a bodas actuales a menos que se case alguien bien próximo y miro mucho la boda y todo el panorama antes de ir.
En realidad son un reflejo de la querencia nacional por el postureo y el aparentar y de la ostentación que tanto nos gusta. Fíjate en los Instagrams de la gente que tienes a tu alrededor: el día que sus hijos cumplen años, les dedican un párrafo soporífero en plan carta a los Corintios diciendo lo especiales que son, el día que se "gradúan" de la primaria, lo mismo (ay, qué risa estas gilipolleces en plan americanada que se han puesto ahora de moda),el día que tienen un partido de baseball, foto al canto con leyenda "orgulloso de mi hijo", con la pareja pasa igual: fotos pastelosas diciéndose lo mucho que se quieren. Bueno, diciéndoselo no: proclamándolo en abierto. Estas cosas ya no se hacen en privado, ahora hay que dejar constancia de ellas. En el fondo, es lo de siempre: antes, la gente te daba la turra con lo maravilloso que era su matrimonio y sus hijos a la hora del café o cuando te los encontrabas en la cola del súper "La mayor trabaja en Londres, tiene un trabajo estupendo y cobra 4000 euros al mes", ahora además pueden dejar constancia gráfica de ello. En realidad, esta necesidad de hacer ostentación es necesidad de reafirmarse. Y ya ya sabes lo que dicen de la gente que presume mucho de algo...