Atentado terrorista en La Rambla de Barcelona y en Cambrils. 16 fallecidos.

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Emotivismo
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Juan Manuel De Prada




ANIMALES DE COMPAÑÍA
Leo con perplejidad que en un foro de la Guardia Civil se solicitó, tras el reciente atentado islamista de Barcelona, que los internautas intercambiasen ‘fotos de gatitos’. Cursilerías tan estomagantes nos hacen añorar a aquellos picoletos del Romancero gitano, que no lloraban porque tenían de plomo las calaveras. Al parecer, con esta ocurrencia se pretendía que las redes sociales no se inundasen con fotos de la masacre, para no hacer el juego a las alimañas yihadistas. Pero entre no hacer el juego a criminales e incurrir en emotivismos tan ñoños media un largo trecho.

Las ‘fotos de gatitos’ no habrían desentonado, desde luego, con las velitas aromáticas, los posits con frasecitas empalagosas y los… ¡ositos de peluche! que la gente depositaba en las Ramblas. En televisión tuve ocasión de ver alguno de estos ridículos tenderetes; y también a unos tipos que se ofrecían en la calle a dar «abrazos solidarios». Todas estas pamemas ocurrieron en las horas inmediatamente posteriores a la masacre. Ignoro si las fotos de gatitos, los ositos de peluche y los abracitos gratis evitan que se «amplifique el terror»; pero, desde luego, estoy seguro de que a las alimañas yihadistas les tienen que procurar una incontenible hilaridad.

Pero los ositos de peluche, las fotos de gatitos, los posits con leyendas almibaradas y demás bazofias ternuristas no fueron ideadas para impedir la propagación del terror, sino para satisfacción de nuestra debilidad mental. Son la reacción fofa de una sociedad sin fibra moral, sin capacidad para confrontarse con la tragedia, sin auténtica compasión. Una sociedad que ha dimitido de la racionalidad (y, por lo tanto, de la posibilidad de enjuiciar, incluso de reconocer, las calamidades que padece). Una sociedad que ha hecho del aspaviento sensiblero una patética arma de defensa con la que finge ‘empatizar’ con el dolor ajeno, cuando en realidad lo único que anhela es evitar que su delicada sensibilidad se lastime.

Estas muestras de blandenguería no son, en realidad, más que un desahogo sentimental, un gesto vacuo que nos hace sentir humanitarios. Y no son excepcionales. Obedecen al mismo resorte que impulsa a muchos solidarios de pacotilla a adherirse a tal o cual hashtag, sumándose a causas tan resultonas como carentes de compromiso efectivo, que sin embargo sirven para acallar su mala conciencia. Hace unas semanas, Elisa Beni denunciaba en un artículo la irresponsabilidad de miles de tuiteros que, para sentirse empáticos, habían jaleado a una mujer que acababa de desobedecer una orden judicial, escapando con sus hijos. Aquellos tuiteros, al jalear a la prófuga, no estaban compartiendo su dolor, ni aliviando su aturdimiento, sino más bien lo contrario: pues sus aspavientos virtuales sólo servirían para que perseverase en su error; y, cuando el peso de la ley cayese sobre ella, los tuiteros que la jaleaban habrían desaparecido ya, como siempre ocurre con los solidarios de pacotilla. Que, como el asaltacamas, después de desahogarse toman las de Villadiego.
Detrás de estas conductas se agazapa una de las podredumbres más características de nuestra época, que es el emotivismo moral. No es una podredumbre que haya inventado nuestra época; pero nunca como en nuestra época había sido promovida y exaltada, con la evidente intención de desarticular toda posibilidad de respuesta racional en las masas cretinizadas. Su formulador, en términos filosóficos, fue David Hume, en su obra Investigación sobre los principios de la moral.Aristóteles había concluido que la capacidad de discernimiento moral es el rasgo más específicamente humano; pero Hume afirmó que no es posible realizar juicios morales objetivos, y que el fundamento de la experiencia moral se halla en los sentimientos y emociones que nuestras acciones despiertan en nosotros. Así, los sentimientos morales serán aquellos que resulten positivos para la felicidad del ser humano; y serán virtuosas aquellas acciones que despierten en nosotros ese sentimiento. Esta aberración filosófica ha servido para consagrar el más despepitado relativismo; pues, a la postre, lo que la gente que ha renunciado al discernimiento moral llama ‘felicidad’ es la pura satisfacción de sus apetitos. Y ha consagrado también el más abyecto emotivismo, que brinda a los falsos y a los pusilánimes, a los taimados y a los aspaventeros una excelente coartada ‘empática’ para desentenderse de las causas que exigen auténtico compromiso, con tan sólo intercambiar fotos de gatitos u ofrendar ositos de peluche.
 
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Tragarse la “chapucería” de los Mossos se debe a un “Síndrome de Estocolmo colectivo”, dice De Prada
on VIERNES, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2017 • ( 28 )


Una anàlisi brillant de lo que passa a Catalunya.
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Juan Manuel de Prada, premio Planeta a los 26 años, es de lo más libre que vuela por España. Coneix bé Catalunya, hi ve sovint, hi té amics i n’ha llegit. Además es de los pocos intelectuales -hola Pau Guix- cuyos artículos duran, porque siempre conectan la actualidad con las raíces de lo humano. Fa uns dies va escriure a l’ABC sobre els atemptats de Catalunya i el No tinc por:

“Resulta, en verdad, paradójico que el lema elegido para responder a los atentados yihadistas recientes haya sido ‘No tenemos miedo’ cuando, si algo se palpa en la sociedad catalana y española, es precisamente el miedo. Un miedo colosal, apretado y espeso, que adapta las expresiones más retorcidas, como ocurre siempre en las sociedades traumatizadas.

Una de esas expresiones es la ofuscación ideológica. Desde el separatismo absorto en su quimera, la labor de los Mossos d’Esquadra se pretende presentar grotescamente como un éxito policial sin precedentes, en un esfuerzo patético por presentarse en la palestra internacional como una nación autosuficiente; y toda denuncia de la chapucería policial que ha rodeado los atentados se entiende como un sórdido intento de dividir a los catalanes y un bilioso ejercicio de manipulación mediática. Pero sólo una sociedad corroída por un penoso síndrome de Estocolmo colectivo puede tragarse estas majaderías. Pues un análisis desapasionado nos muestra que la actuación de los Mossos d’Esquadra tras la providencial explosión del chalé de Alcanar es penosa. Si hubiesen hecho un registro mínimamente serio de los escombros causados por la explosión y hubiesen reparado en el alucinante arsenal de bombonas de butano que los terroristas atesoraban la masacre se habría evitado. Esto es un hecho incontrovertible; y tratar de negarlo es ofuscación ideológica de la peor calaña.

Pero no es esta ofuscación ideológica la muestra más retorcida del miedo que se ha adueñado de nuestra sociedad. Todavía más sobrecogedora resulta la persecución histérica de cualquier atisbo de pensamiento crítico, el furor censorio con que se castiga a las voces disonantes que se niegan a deglutir la alfalfa oficial. No estamos defendiendo, naturalmente, los burdos exabruptos racistas, ni las fanáticas lucubraciones conspiranoicas. Pero el furor censorio que se ha desatado contra las escasas voces que rompen el silencio de los corderos sólo es comprensible en sociedades genuflexas y temblonas, que son las más fácilmente manipulables. Quien se atreve a cuestionar la negligencia de las autoridades que se negaron a instalar bolardos en las calles es anatemizado como un propagandista del odio; quien osa señalar los errores teológicos más crasos del Islam es caracterizado como islamófobo. Así los manipuladores pueden conducir fácilmente al rebaño hasta el redil de sus intereses. Así un aberrante atentado islamista sirve como excusa para denunciar brotes de islamofobia. Chesterton nos enseñaba en ‘La taberna errante’ que en el laicismo melifluo siempre se camufla un odio constitutivo y medular a la fe cristiana. Y también que el Islam era el catalizador que el laicista emplearía como ariete para derribar las enojosas barreras cristianas; pero que esta labor de derribo se esté realizando precisamente en estos días demuestra que la sociedad española es, en verdad, una masa genuflexa y temblona. (…)”.

Laïcisme i islam. Quina combinació que ens deixa el nacionalisme, mare meva!

Dolça i genuflexa Catalunya…
 
El complejo de superioridad es un mecanismo inconsciente, neurológico, en el cual tratan de compensarse los sentimientos de inferioridad de los individuos, resaltando aquellas cualidades en las que sobresalen. Es lógico pensar que cada individuo posea aspectos positivos y otros negativos. Posiblemente los aspectos negativos del ser son obviados por su psiquis para obcecarse sólo con los positivos. El término fue acuñado por Alfred Adler (7 de febrerode 187028 de mayo de 1937).

La exhibición del complejo de superioridad, generalmente, se proyecta hacia los sentimientos de inferioridad con respecto a los demás. El problema más común de este complejo es sentirse "apartado" de los grupos sociales, por no presentar las mismas características que el resto de las personas. En el resto de las personas, al estar con una persona con este tipo de complejos, se puede llegar a pensar que son arrogantes o que quieren hacerse destacar por aspectos banales.

La conducta relacionada con este mecanismo puede incluir una opinión exageradamente positiva sobre el valor y las habilidades de uno mismo, expectativas muy altas y poco realistas con respecto a los logros de uno mismo y de los demás, vanidad orgullo, sentimentalismo y facilidad de ser herido, una tendencia a rechazar las opiniones de los demás (a veces con fundamentos racionales), comportamiento snob, entre otras.

El alejamiento social y el "soñar despierto" puede ser también asociado al complejo de superioridad, ya que es una forma de evadir el temor al fracaso relacionado con los sentimientos de incapacidad de enfrentar el mundo real.

Los complejos de superioridad e inferioridad son a menudo presentados ambos en las mismas personas, y se manifiestan de maneras diferentes. Sin embargo, los dos complejos pueden existir el uno sin el otro.
 
Nuevas imágenes. Un video ahora mismo en la Sexta donde se ve a una señora en un callejón preguntando, móvil en mano grabando, "sabes que ha pasado???" instantes después del atropello del atentado y quien se le cruza y le contesta "no se..." caminando tranquilamente es el terrorista que creo dicen conducía la furgoneta.
 
Hoy otro susto.
Ahora en la Sagada Familia. Hoy y ahora.
Acabo de verlo telediario tve de las 21h.
Han cortado el trafico.
Y el Metro no para ahi.
Zona acordonada.
Todo un dispositivo.
Han desalojado la Sagrada Familia.
Camioneta sospechosa en Sagrada Familia.
 
El estilo es, al parecer, primero el placer y luego, el deber.
Como pruebas, el viaje al caribe y un escándalo en el aeropuerto de Miami
Ahora en Barcelona, los hechos luctuosos los tomaron en vacaciones "privadas" claro que el deber infringido sería el de pasar sus vacaciones en España, principalmente en Mallorca, pero ya sabemos de cómo es: te parecen que estas son vacaciones privadas, te parece?

como los que utilizan aviones privados para llevar a padres enfermos que no tienen nada que ver con la monarquía.
 
Los terroristas de la Rambla y Cambrils amenazaron a los Mossos en un vídeo
  • Los investigadores creen que los asesinos querían entrar con chalecos explosivos en la Torre Eiffel y la Sagrada Familia
  • Los ataques costaron menos de 2.000 euros, el sueldo mensual de Mohamed Hychami, uno de los integrantes del comando
Luis Rendueles Vanesa Lozano Juan José Fernández

Madrid | 16/06/18 | Act. a las 20:12 CEST
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Said Aalla, uno de los terroristas muertos tras el 17-A. / INTERVIÚ

Los terroristas miran a la cámara del teléfono móvil. Llevan chalecos con explosivos reales. De pronto, gritan y comienzan a insultar a los Mossos d'Esquadra: "Hijos de put*". Las imágenes forman parte del vídeo de la investigación de los atentados cometidos en Barcelona y Cambrils hace diez meses, en los que murieron 16 personas y 137 resultaron heridas.

En ellas, las amenazas a los Mossos d’Esquadra son expresas y contundentes. Fuentes de la investigación confirmaron a EL PERIÓDICO que en la hora de grabaciones que se hicieron los terroristas (una especie de making of en la que se les ve en Alcanar y también en París) no hay ni una mención a la Guardia Civil ni a la Policía Nacional. En ese vídeo, cuya existencia fue desvelada por la revista INTERVIÚ, sí hay una amenaza genérica hacia los "españoles", a los que se anuncia que van "a sufrir".

Sentada en Salt
La inquina contra la policía catalana pudo haber tenido un primer episodio tiempo atrás. Tres de los terroristas: Mohamed Hychami (el que lleva la voz cantante en las grabaciones), y los hermanos Younes y Houssaine Abouyaaqoub fueron identificados por los Mossos el 20 de enero del 2016. Protagonizaron ese día una sentada pacífica en la puerta de la comisaría de Salt (Girona).

Tras los atentados, la reconstrucción del recorrido de los terroristas, en la que colaboró el FBI, descubrió que cinco de ellos llegaron en furgoneta hasta el paseo Jaume I de Salou (Tarragona), donde se dieron la vuelta al ver una patrulla de la Guardia Civil. Entonces, regresaron hacia Cambrils y allí vieron un coche de los Mossos d'Esquadra. Esa vez, siguieron hacia adelante.

El juez Fernando Andreu mantiene el secreto de sumario, especialmente sobre la pieza separada que afecta al vídeo. Las grabaciones fueron enviadas a Francia. En ellas se ve a cuatro de los terroristas –que estuvieron allí el 11 y 12 de agosto, seis días antes de los atentados– junto a la Torre Eiffel e imágenes del monumento desde diferentes ángulos y distancias. Tras verlas, el Gobierno francés decidió levantar un muro de cristal y metacrilato de siete centímetros de espesor. Su instalación costará unos 20 millones de euros.

Detonarse entre la gente
La hipótesis principal de las investigaciones es, según ha podido saber EL PERIÓDICO, que los atentados iban a cometerse a la vez en la Sagrada Familia de Barcelona y la Torre Eiffel de París. "Pensamos que iban a ser atentados gemelos y simultáneos", comenta una fuente del caso. "Iban a usar las furgonetas y las bombonas de butano, pero también al menos uno de ellos iba a bajarse luego con el chaleco con explosivos para llegar más lejos en los dos monumentos y hacerse detonar entre la gente", subraya.

De hecho, en las grabaciones recuperadas a los terroristas se observa a varios de ellos mostrando orgullosos los chalecos con explosivos reales y se ve cómo simulan sonrientes que pulsan el botón del detonador.

Todo se precipitó con la explosión del chalet de Alcanar, la noche del 16 de agosto. "El imán Es Satty iba a darles un tutorial a los terroristas sobre cómo fabricar la 'madre de Satán' (el TATP, el explosivo que se ve en el vídeo de las grabaciones) y los chalecos, pero algo salió mal y todo voló por los aires". Uno de los terroristas, Said Aalla, dejó una nota escrita a su familia en la que les encargaba "vender mis cosas para cubrir las deudas que os devo (sic)". También dejó una nota manuscrita en la que había copiado un fragmento de la Sura 78 del Corán: "El día del juicio final ya está determinado".

Un atentado barato
Los Mossos d'Esquadra han concluido prácticamente sus pesquisas sobre los atentados. Guardia Civil y Policía Nacional tienen abiertas aún varias diligencias. Lo que sí se ha establecido es una aproximación sobre el coste de los atentados: los servicios de información calculan que los terroristas gastaron "menos de 2.000 euros" en la matanza; es decir, menos del sueldo mensual que ganaba en una empresa de forjados uno de los líderes del grupo, Mohamed Hychami. Los últimos datos apuntan a que Hychami distrajo materiales como tuercas, tornillos y cintas adhesivas de la empresa donde trabajaba para emplearlos en los ataques.

https://www.elperiodico.com/es/politica/20180616/terroristas-amenazaron-mossos-video-6879703
 
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