En las relaciones muy estrechas (familia, pareja, amigos íntimos...) ocurre que nos relajamos, cuidamos poco las formas y como se decía antes "donde hay confianza da asco". Yo ya casi he perdido contacto por distintas razones con los de mi cuadrilla más cercana. Las poquísimas veces que les veo ya, solo me sirven para confirmar que sin ellos estoy muy bien.
Cuando quedo con otra gente, en teoría menos íntimos resulta que son más puntuales, más educados, menos mandones. Os concreto detalles que me parecen muy claros:
- Llamarte y decirte un sitio, una hora y adiós. A mi esto me lo han hecho incluso en épocas de mucho trabajo, con muy poco tiempo libre. Eso no es quedar, eso es dar instrucciones al mayordomo. Luego tratas con gente que te pregunta si te viene bien aún a sabiendas de que estás de baja o en paro o de vacaciones. Tienes todo el tiempo del mundo y aún así preguntan, es un contraste brutal.
- Gente que llega tres minutos tarde y se disculpa o te da una explicación. O si cancela algo te avisa con mucha antelación y se disculpa. El extremo contrario, llegar muy tarde no disculparse, o cancelar a última hora y sin dar explicaciones.
- Llamar por Navidad o por cumpleaños. Aunque sea un tópico se agradece. El extremo contrario es gente que jamás hace llamadas de cortesía y luego te llaman por consultar o por un favor, llamadas interesadas. Suena el móvil, ves el número y ya sabes que va a ser una llamada gorrona.
Si eres tímido y solo te relacionas durante mucho tiempo con una cuadrilla puedes tragar mucha porquería, acabas normalizando la mala educación pero en cuanto tratas con otra gente más civilizada, abres los ojos. El contraste es brutal.
En las cuadrillas se da ese comportamiento de más de uno que suele dejar en evidencia a alguien cuando se conoce a gente nueva. Lo típico, te dice el colega de turno, el que es normalmente el pizpireto o pizpireta que si quieres quedar, que están en tal sitio, y con ellos hay alguien nuevo a quien no conoces, puede ser de su trabajo o o lo que sea. Empiezas a hablar con educación y normalidad y saltan, como por joder o algo, con alguna anécdota normalmente vergonzante que hiciste años atrás y eso lo utilizan para presentarte. "Sí, así es Fulanito, que se fumó un porro una vez y cuéntale, Fulanito, cuéntale la del porro". La del porro o el día de la borrachera o lo que sea y a ti como que no te han pedido permiso para dejarte mal. Si esto ya lo hacen con alguien que te gustan, buff, te dejan mal.
También están los que no son selectivos y terminan reuniendo a ciento y la madre cuando sólo se pretendía ir a tomar café. Una amiga mía era así, cogía y en los mil chats que tiene decía "estaré en tal sitio a tal hora", terminábamos allí pues todo cristo, y muchos entre nosotros no nos tragábamos. Esta amiga mía era especial porque ya cumplió los treinta y seguía diciéndole a las amigas que la acompañáramos al baño, un complejo de inferioridad tremendo, de ahí ese ansia viva de necesitar estar rodeada de muchísima gente.
Si a me apetecía estar con ella sola para hablar de nuestras cosas, porque maja es un rato, pues a los diez minutos llegaba alguna, al rato otro, y así. Desde que la conozco habré estado con ella como cuatro o cinco veces las dos solas. Así nos pasó, que nos fuimos de vacaciones con unas amigas suyas y otras en común y fue la última vez que quedé con ellas de cómo acabó todo, menudas chonis.
Nunca me gustó mezclar a la gente, si salgo con los del barrio en el que me crié salgo con ellos y pocos adosados más; si salgo con los del instituto igual y si quedo con los del trabajo no les mezclo con los del deporte, y así. Me gusta ser selectiva. No lo hice ni siquiera para celebrar mis cumpleaños de pequeña, siempre los celebré con mis amigos del barrio y familia, de mayor igual invitabas a algo a unos y otros pero nunca juntos.
Y básicamente lo hago por esto mismo, porque la confianza da asco y paso de que alguno me monte un espectáculo, que no es que sean maleducados pero son muy personajes; no me gustaría que mi amigo del barrio con el que hablo de burradas le suelte esas cosas a la pija de mi curro.
Y lo que ha dicho @cebollo de las llamadas gorronas, como hoy día poca gente llama, yo identifico el whatsapp gorrón en cuanto veo el nombre de alguien que no ha asomado el hocico por un año por lo menos. Ahí antes de leer el mensaje me asusto y todo por lo que me vaya a pedir.