Desaparición y fallecimiento de la esquiadora Blanca Fernandez Ochoa

Este post es largo, aviso.
Acabo de terminar de escribirlo y aún estoy temblando. Es la primera vez que lo hago, amparada en el anonimato.
Va para todas las que prejuzgáis a las familias que se desentienden de los enfermos mentales. Para que entendáis.
Lo siento si no viene al caso:

Tuve una pareja que era bipolar. Nos conocimos durante la carrera, ambos “estudiábamos fuera”, lejos de casa; yo contaba 21 años y él 2 más. Cuando comenzamos a salir no me contó nada acerca de su enfermedad.
A los 5 o 6 meses de relación, mientras ultimábamos los trámites de un alquiler para irnos a vivir juntos, tuvo un brote maniaco-psicótico. De un día para otro comenzó con discursos delirantes, a veces dirigidos contra mí (mi padre había fallecido de cáncer hacía menos de un año y supo muy bien como hurgar en esa herida), otras veces simplemente eran “cosas muy locas” que me angustiaban sobremanera. Evidentemente, ahí se destapó todo el pastel y supe de su enfermedad y brotes anteriores por sus amigos y compañeros de promoción. Acabó ingresado y, cuando acudí a verlo, aún contencionado, me agredió físicamente. No dije nada a sus médicos por temor a perjudicarlo (error!). Al alta, decidí continuar con la relación porque lo quería, porque no iba a dejarlo por eso (que maldad!), y porque yo iba a estar ahí para ayudarlo siempre (ayyyyy la juventud...). Y nos fuimos a vivir juntos.
La vida volvió a la normalidad, con él tomando su tratamiento. Después de una temporada empezó a dejar de tomar la medicación porque se encontraba bien y las pastillas tenían efectos sedantes que le incomodaban y, total, “no las necesitaba”. Adivináis? Claro, otro brote. Más de lo mismo.
Esta vez su familia se traslada a donde estábamos por motivo de su inminente graduación. Aquí viene tela marinera: sus padres, que lo tuvieron siendo bastante mayores, son negadores/normalizadores de su conducta, evitan el ingreso a toda costa y me manipulan para que mantenga todo en secreto para “no dañar al niño”. Le ajustan la medicación por su cuenta y riesgo. Yo consigo con mi insistencia acudir con él a una cita urgente en la Unidad de Salud Mental que lo lleva. Ahí me entero que hay análisis en los que ha dado positivo en cocaína, cannabis y ¡heroína!; su conducta es tal que el psiquiatra acaba expulsándolo a gritos de la consulta y, cuando nos quedamos a solas, me dice que lo deje, que soy muy joven y que me va a amargar la vida. Y yo me digo: pobrecito, está enfermo, que psiquiatra más inhumano, yo voy a ayudarlo, juntos saldremos de esta...
El brote pasa. Más de lo mismo. Un año después otro brote, esta vez cuando me gradúo yo. Mi familia ha acudido. Me paso la cena post-orla con mi novio en la mesa loco perdido, yo ocultándolo a mi familia, la suya haciendo como si nada. Solamente su hermana se apiada de mí y me dice lo que deje antes de que me hunda, como la hundió a ella... Una noche que debía ser de celebración se convierte en una noche en la que acudo al baño a llorar varias veces angustiada. Siempre recordaré ese día con inmensa tristeza.
Pensaba quedarme a trabajar allí donde estudié, pero veo que seguir así es imposible y de una semana otra vuelvo a casa sin decir nada a mis amigos de carrera (muchos no me lo perdonaron y perdí grandes amistades por mi silencio). Necesito que vivamos separados porque no puedo con la situación. Él entra en fase depresiva, amenaza con quitarse la vida, me presiona para volver juntos... después de unos meses acabo cediendo.
A todo esto van dos años y pico. Mis amigos no lo saben, mi familia tampoco. Yo miento para taparlo. Vivo angustiada para que nadie se entere. Invento excusas... Su familia continúa presionándome para que guarde silencio. Lo hago.
No trabaja, aunque eso es lo de menos. yo lo mantengo. Vuelta a lo mismo. Deja la medicación, yo cada vez peor. Encuentro drogas en casa. Otro brote. Más angustia. Su familia normalizando y no ayudándome en nada. Yo completamente sola. Comienzo a dormir en habitaciones separadas. Una noche me despierto cuando trata de abusar de mí. Me voy de casa y duermo en el coche.
Definitivamente lo dejo. Se queda con nuestro perro para hacerme daño, porque figuraba a su nombre, pero me pide dinero para mantener al perro. Al principio se lo doy (mi chuchito estaba enfermo y necesitaba tratamiento), pero después de unos meses corto el grifo... entonces lo sacrifica.
Pasa meses amenazándome. Ya no cedo más.

Que bonitos se ven los toros desde la barrera, primas.
 
Pues la cosa tiene su miga, porque mucha crítica a los medios (con toda razón) pero la gente, me atrevo a decir mayoría, sigue viendo y leyendo BASURA.

¿Tanto cuesta decir adiós definitivamente a la televisión? ¿A diarios que, salvo mentir y ensuciar la profesión, poco más hacen? Nunca lo entenderé.


Prefiero informarme por aquí antes que ver la tele. No he visto nada de este tema salvo ayer mientras comía puse algo y duré diez minutos, fue vomitivo.
 
.INVESTIGACIÓN
Autopsia de Blanca Fernández Ochoa: investigan si la dosis de Sinogan encontrada en su cuerpo causó la muerte
  • LUIS F. DURÁN
    Madrid
  • QUICO ALSEDO
    @QuicoAlsedo
    Madrid
  • PABLO HERRAIZ
    @pablo_herraiz
    Madrid
Actualizado Jueves, 5 septiembre 2019 - 22:49
Blanca Fernández Ochoa: EL MUNDO accede a la autopsiaEL MUNDO

Blanca Fernández Ochoa tenía restos de pastillas en el estómago, en concreto de unos comprimidos denominados comercialmente Sinogan, según ha revelado la autopsia realizada al cadáver de la ex esquiadora y ha podido saber EL MUNDO de fuentes policiales. Los médicos han recogido pruebas de esos restos de medicamentos para enviarlas al Instituto Toxicológico de Madrid. Allí podrán conocerse con exactitud por un lado la dosis que tomó y por el otro el efecto que dicha dosis pudo tener en el organismo de la madrileña.

Además, se ha enviado el corazón de la medallista olímpica al laboratorio de Anatomía Patológica, donde su análisis podrá determinar primero, si Blanca Fernández Ochoa sufrió un infarto y, segundo, si ese infarto fue como consecuencia del consumo de esas pastillas halladas en su cuerpo o bien le sobrevino por alguna otra patología, aún por determinar.


De momento, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que Blanca hubiese sufrido una sobredosis de pastillas, pero habrá que esperar varios días, o incluso semanas, para poder confirmar ese extremo. Concretamente, hasta que sean efectuados los análisis pertinentes. Hay que añadir que la familia de la deportista ya explicó a la Policía, cuando comenzó la búsqueda en la Sierra de Madrid, que Blanca se había marchado de casa con toda su medicación.


Sin embargo, en aquellos momentos, los familiares no consiguieron recordar de qué medicinas se trataba, por lo que hubo que localizar a su médico para que describiera a los investigadores los medicamentos que tenía recetados. El Sinogan, una de cuyas características es que tiene efectos sedantes, puede ser letal tomado en grandes cantidades. Lo que se ha descartado taxativamente en la primera fase de la autopsia, según han confirmado a este diario fuentes de la investigación, es que el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa tenga golpes, contusiones o hematomas. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.

ENTRE 7 Y 9 DÍAS MUERTA

Ese examen radiológico que se aplica habitualmente en todas las autopsias reveló que Blanca Fernández Ochoa no presentaba ninguna herida de arma blanca, ningún golpe en la cabeza o las extremidades ni tenía fracturas, lo que viene a confirmar que la mujer, de 56 años, no sufrió ningún tipo de caída. Asienta de este modo los indicios que llevaron el miércoles a los agentes a pensar que su muerte no pudo ser accidental, o al menos por precipitación. Por otro lado, los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta, como ya informó este diario.

Hay que recordar que el cuerpo fue hallado este miércoles en La Peñota, a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere en absoluto que se tratara de un accidente, según los investigadores. Se encontraba ya muy descompuesto en el momento de su localización por parte del sargento de la Guardia Civil Francisco Borreguero, que estaba fuera de servicio dando una vuelta por la montaña con su perra, Xena, un pastor alemán de tres años.

Junto al cadáver se halló toda la medicación que tenía recetada y que, como habían contado sus hermanos, se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esas imágenes de ella comprando son las últimas antes de que se perdiera su rastro. Luego, el sábado por la noche, se hizo pública la desaparición y se encontró su coche, el domingo, estacionado en un aparcamiento de Cercedilla donde muchos excursionistas dejan sus vehículos.

VELATORIO EN CERCEDILLA

Hay que recordar que el coche también fue inspeccionado y no se encontró ningún signo de violencia o forcejeo que hiciera presuponer algo contrario a la «desaparición voluntaria», la hipótesis que la Policía Nacional manejó desde el primer momento. Si se autoriza por parte del instructor judicial, y los agentes de la Policía Científica y Policía Judicial consideran que no son necesarias otras pruebas adicionales, la incineración podría llevarse a cabo este mismo viernes en Pozuelo de Alarcón. Al menos eso es lo que la familia solicitó en el Instituto Anatómico Forense, donde se suelen realizar los trámites y donde acudieron varios familiares de Blanca a media mañana. También solicitaron que el velatorio se realizara en Cercedilla, el pueblo de la sierra donde se crio la deportista. Aunque lo esperado es que la incineración se realice el fin de semana.

A primera hora de la mañana se ordenaron los análisis de ADN que debían terminar de confirmar la identidad del cadáver, pero no hizo falta. El motivo es que una de sus hermanas la había reconocido, otro de los trámites habituales que se realizan en este tipo de casos.
 
Última edición por un moderador:
por las zapatillas la identidficaron los guardia civiles o polis nacionales. luego lola la identificó por el tatoo.

lo q ocurre que debe de haber alguna ley que dice que sólo vale huella o dna, para proceder al certificado.

d todos modos, (es posible que ya tengan la identificación "legal" hecha o que la hubieron podido hacer), pero y qué¿? qué ganan con ello¿? y nosotros¿?

se ahorran tener que "matarla" tres veces. y ya veremos si habrá servido de algo.

creo que ha sido mucho ya lo que hemos averiguao hoy. lo del litio y el vino.. ha sido crucial.
Han dicho que la han pasado por el escáner para ver si tenia algún hueso roto y de que modo esta roto, y para dictaminar como se ha roto el cráneo
 
Este post es largo, aviso.
Acabo de terminar de escribirlo y aún estoy temblando. Es la primera vez que lo hago, amparada en el anonimato.
Va para todas las que prejuzgáis a las familias que se desentienden de los enfermos mentales. Para que entendáis.
Lo siento si no viene al caso:

Tuve una pareja que era bipolar. Nos conocimos durante la carrera, ambos “estudiábamos fuera”, lejos de casa; yo contaba 21 años y él 2 más. Cuando comenzamos a salir no me contó nada acerca de su enfermedad.
A los 5 o 6 meses de relación, mientras ultimábamos los trámites de un alquiler para irnos a vivir juntos, tuvo un brote maniaco-psicótico. De un día para otro comenzó con discursos delirantes, a veces dirigidos contra mí (mi padre había fallecido de cáncer hacía menos de un año y supo muy bien como hurgar en esa herida), otras veces simplemente eran “cosas muy locas” que me angustiaban sobremanera. Evidentemente, ahí se destapó todo el pastel y supe de su enfermedad y brotes anteriores por sus amigos y compañeros de promoción. Acabó ingresado y, cuando acudí a verlo, aún contencionado, me agredió físicamente. No dije nada a sus médicos por temor a perjudicarlo (error!). Al alta, decidí continuar con la relación porque lo quería, porque no iba a dejarlo por eso (que maldad!), y porque yo iba a estar ahí para ayudarlo siempre (ayyyyy la juventud...). Y nos fuimos a vivir juntos.
La vida volvió a la normalidad, con él tomando su tratamiento. Después de una temporada empezó a dejar de tomar la medicación porque se encontraba bien y las pastillas tenían efectos sedantes que le incomodaban y, total, “no las necesitaba”. Adivináis? Claro, otro brote. Más de lo mismo.
Esta vez su familia se traslada a donde estábamos por motivo de su inminente graduación. Aquí viene tela marinera: sus padres, que lo tuvieron siendo bastante mayores, son negadores/normalizadores de su conducta, evitan el ingreso a toda costa y me manipulan para que mantenga todo en secreto para “no dañar al niño”. Le ajustan la medicación por su cuenta y riesgo. Yo consigo con mi insistencia acudir con él a una cita urgente en la Unidad de Salud Mental que lo lleva. Ahí me entero que hay análisis en los que ha dado positivo en cocaína, cannabis y ¡heroína!; su conducta es tal que el psiquiatra acaba expulsándolo a gritos de la consulta y, cuando nos quedamos a solas, me dice que lo deje, que soy muy joven y que me va a amargar la vida. Y yo me digo: pobrecito, está enfermo, que psiquiatra más inhumano, yo voy a ayudarlo, juntos saldremos de esta...
El brote pasa. Más de lo mismo. Un año después otro brote, esta vez cuando me gradúo yo. Mi familia ha acudido. Me paso la cena post-orla con mi novio en la mesa loco perdido, yo ocultándolo a mi familia, la suya haciendo como si nada. Solamente su hermana se apiada de mí y me dice lo que deje antes de que me hunda, como la hundió a ella... Una noche que debía ser de celebración se convierte en una noche en la que acudo al baño a llorar varias veces angustiada. Siempre recordaré ese día con inmensa tristeza.
Pensaba quedarme a trabajar allí donde estudié, pero veo que seguir así es imposible y de una semana otra vuelvo a casa sin decir nada a mis amigos de carrera (muchos no me lo perdonaron y perdí grandes amistades por mi silencio). Necesito que vivamos separados porque no puedo con la situación. Él entra en fase depresiva, amenaza con quitarse la vida, me presiona para volver juntos... después de unos meses acabo cediendo.
A todo esto van dos años y pico. Mis amigos no lo saben, mi familia tampoco. Yo miento para taparlo. Vivo angustiada para que nadie se entere. Invento excusas... Su familia continúa presionándome para que guarde silencio. Lo hago.
No trabaja, aunque eso es lo de menos. yo lo mantengo. Vuelta a lo mismo. Deja la medicación, yo cada vez peor. Encuentro drogas en casa. Otro brote. Más angustia. Su familia normalizando y no ayudándome en nada. Yo completamente sola. Comienzo a dormir en habitaciones separadas. Una noche me despierto cuando trata de abusar de mí. Me voy de casa y duermo en el coche.
Definitivamente lo dejo. Se queda con nuestro perro para hacerme daño, porque figuraba a su nombre, pero me pide dinero para mantener al perro. Al principio se lo doy (mi chuchito estaba enfermo y necesitaba tratamiento), pero después de unos meses corto el grifo... entonces lo sacrifica.
Pasa meses amenazándome. Ya no cedo más.

Que bonitos se ven los toros desde la barrera, primas.
 
.
pixelcontabilizacion.gifctl


INVESTIGACIÓN
Autopsia de Blanca Fernández Ochoa: investigan si la dosis de Sinogan encontrada en su cuerpo causó la muerte
Actualizado Jueves, 5 septiembre 2019 - 22:49
Blanca Fernández Ochoa: EL MUNDO accede a la autopsiaEL MUNDO

Blanca Fernández Ochoa tenía restos de pastillas en el estómago, en concreto de unos comprimidos denominados comercialmente Sinogan, según ha revelado la autopsia realizada al cadáver de la ex esquiadora y ha podido saber EL MUNDO de fuentes policiales. Los médicos han recogido pruebas de esos restos de medicamentos para enviarlas al Instituto Toxicológico de Madrid. Allí podrán conocerse con exactitud por un lado la dosis que tomó y por el otro el efecto que dicha dosis pudo tener en el organismo de la madrileña.

Además, se ha enviado el corazón de la medallista olímpica al laboratorio de Anatomía Patológica, donde su análisis podrá determinar primero, si Blanca Fernández Ochoa sufrió un infarto y, segundo, si ese infarto fue como consecuencia del consumo de esas pastillas halladas en su cuerpo o bien le sobrevino por alguna otra patología, aún por determinar.




De momento, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que Blanca hubiese sufrido una sobredosis de pastillas, pero habrá que esperar varios días, o incluso semanas, para poder confirmar ese extremo. Concretamente, hasta que sean efectuados los análisis pertinentes. Hay que añadir que la familia de la deportista ya explicó a la Policía, cuando comenzó la búsqueda en la Sierra de Madrid, que Blanca se había marchado de casa con toda su medicación.


Sin embargo, en aquellos momentos, los familiares no consiguieron recordar de qué medicinas se trataba, por lo que hubo que localizar a su médico para que describiera a los investigadores los medicamentos que tenía recetados. El Sinogan, una de cuyas características es que tiene efectos sedantes, puede ser letal tomado en grandes cantidades. Lo que se ha descartado taxativamente en la primera fase de la autopsia, según han confirmado a este diario fuentes de la investigación, es que el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa tenga golpes, contusiones o hematomas. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.

ENTRE 7 Y 9 DÍAS MUERTA
Ese examen radiológico que se aplica habitualmente en todas las autopsias reveló que Blanca Fernández Ochoa no presentaba ninguna herida de arma blanca, ningún golpe en la cabeza o las extremidades ni tenía fracturas, lo que viene a confirmar que la mujer, de 56 años, no sufrió ningún tipo de caída. Asienta de este modo los indicios que llevaron el miércoles a los agentes a pensar que su muerte no pudo ser accidental, o al menos por precipitación. Por otro lado, los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta, como ya informó este diario.

Hay que recordar que el cuerpo fue hallado este miércoles en La Peñota, a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere en absoluto que se tratara de un accidente, según los investigadores. Se encontraba ya muy descompuesto en el momento de su localización por parte del sargento de la Guardia Civil Francisco Borreguero, que estaba fuera de servicio dando una vuelta por la montaña con su perra, Xena, un pastor alemán de tres años.




Junto al cadáver se halló toda la medicación que tenía recetada y que, como habían contado sus hermanos, se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esas imágenes de ella comprando son las últimas antes de que se perdiera su rastro. Luego, el sábado por la noche, se hizo pública la desaparición y se encontró su coche, el domingo, estacionado en un aparcamiento de Cercedilla donde muchos excursionistas dejan sus vehículos.

VELATORIO EN CERCEDILLA
Hay que recordar que el coche también fue inspeccionado y no se encontró ningún signo de violencia o forcejeo que hiciera presuponer algo contrario a la «desaparición voluntaria», la hipótesis que la Policía Nacional manejó desde el primer momento. Si se autoriza por parte del instructor judicial, y los agentes de la Policía Científica y Policía Judicial consideran que no son necesarias otras pruebas adicionales, la incineración podría llevarse a cabo este mismo viernes en Pozuelo de Alarcón. Al menos eso es lo que la familia solicitó en el Instituto Anatómico Forense, donde se suelen realizar los trámites y donde acudieron varios familiares de Blanca a media mañana. También solicitaron que el velatorio se realizara en Cercedilla, el pueblo de la sierra donde se crio la deportista. Aunque lo esperado es que la incineración se realice el fin de semana.

A primera hora de la mañana se ordenaron los análisis de ADN que debían terminar de confirmar la identidad del cadáver, pero no hizo falta. El motivo es que una de sus hermanas la había reconocido, otro de los trámites habituales que se realizan en este tipo de casos.

Conforme a los criterios de

Saber más
Te recomendamos

Sonia Martínez, la popular presentadora infantil que murió víctima de las drogas


Qué fue de Pocholo, el compañero de juergas de Cayetano Martínez de Irujo


Antes de bucear, ¿debes hacerte un reconocimiento médico?Cuídate Plus


Fármacos que interfieren en el sueñoCuídate Plus


Un experto revela: "Es como un limpiador para su intestino"Nutravia


Una startup española pone en jaque a los seguros tradicionalesCoverfy

Enlaces Promovidos por Taboola

TE PUEDE INTERESAR


Enlaces de interés
OTRAS WEBS DE UNIDAD EDITORIAL
  • © Unidad Editorial Información General, S.L.U. Avda San Luis 25 - 28033 Madrid
El Mundo
Menú

INVESTIGACIÓN
Autopsia de Blanca Fernández Ochoa: investigan si la dosis de Sinogan encontrada en su cuerpo causó la muerte
Actualizado Jueves, 5 septiembre 2019 - 22:49
Blanca Fernández Ochoa: EL MUNDO accede a la autopsiaEL MUNDO

Blanca Fernández Ochoa tenía restos de pastillas en el estómago, en concreto de unos comprimidos denominados comercialmente Sinogan, según ha revelado la autopsia realizada al cadáver de la ex esquiadora y ha podido saber EL MUNDO de fuentes policiales. Los médicos han recogido pruebas de esos restos de medicamentos para enviarlas al Instituto Toxicológico de Madrid. Allí podrán conocerse con exactitud por un lado la dosis que tomó y por el otro el efecto que dicha dosis pudo tener en el organismo de la madrileña.

Además, se ha enviado el corazón de la medallista olímpica al laboratorio de Anatomía Patológica, donde su análisis podrá determinar primero, si Blanca Fernández Ochoa sufrió un infarto y, segundo, si ese infarto fue como consecuencia del consumo de esas pastillas halladas en su cuerpo o bien le sobrevino por alguna otra patología, aún por determinar.




De momento, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que Blanca hubiese sufrido una sobredosis de pastillas, pero habrá que esperar varios días, o incluso semanas, para poder confirmar ese extremo. Concretamente, hasta que sean efectuados los análisis pertinentes. Hay que añadir que la familia de la deportista ya explicó a la Policía, cuando comenzó la búsqueda en la Sierra de Madrid, que Blanca se había marchado de casa con toda su medicación.


Sin embargo, en aquellos momentos, los familiares no consiguieron recordar de qué medicinas se trataba, por lo que hubo que localizar a su médico para que describiera a los investigadores los medicamentos que tenía recetados. El Sinogan, una de cuyas características es que tiene efectos sedantes, puede ser letal tomado en grandes cantidades. Lo que se ha descartado taxativamente en la primera fase de la autopsia, según han confirmado a este diario fuentes de la investigación, es que el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa tenga golpes, contusiones o hematomas. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.

ENTRE 7 Y 9 DÍAS MUERTA
Ese examen radiológico que se aplica habitualmente en todas las autopsias reveló que Blanca Fernández Ochoa no presentaba ninguna herida de arma blanca, ningún golpe en la cabeza o las extremidades ni tenía fracturas, lo que viene a confirmar que la mujer, de 56 años, no sufrió ningún tipo de caída. Asienta de este modo los indicios que llevaron el miércoles a los agentes a pensar que su muerte no pudo ser accidental, o al menos por precipitación. Por otro lado, los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta, como ya informó este diario.

Hay que recordar que el cuerpo fue hallado este miércoles en La Peñota, a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere en absoluto que se tratara de un accidente, según los investigadores. Se encontraba ya muy descompuesto en el momento de su localización por parte del sargento de la Guardia Civil Francisco Borreguero, que estaba fuera de servicio dando una vuelta por la montaña con su perra, Xena, un pastor alemán de tres años.




Junto al cadáver se halló toda la medicación que tenía recetada y que, como habían contado sus hermanos, se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esas imágenes de ella comprando son las últimas antes de que se perdiera su rastro. Luego, el sábado por la noche, se hizo pública la desaparición y se encontró su coche, el domingo, estacionado en un aparcamiento de Cercedilla donde muchos excursionistas dejan sus vehículos.

VELATORIO EN CERCEDILLA
Hay que recordar que el coche también fue inspeccionado y no se encontró ningún signo de violencia o forcejeo que hiciera presuponer algo contrario a la «desaparición voluntaria», la hipótesis que la Policía Nacional manejó desde el primer momento. Si se autoriza por parte del instructor judicial, y los agentes de la Policía Científica y Policía Judicial consideran que no son necesarias otras pruebas adicionales, la incineración podría llevarse a cabo este mismo viernes en Pozuelo de Alarcón. Al menos eso es lo que la familia solicitó en el Instituto Anatómico Forense, donde se suelen realizar los trámites y donde acudieron varios familiares de Blanca a media mañana. También solicitaron que el velatorio se realizara en Cercedilla, el pueblo de la sierra donde se crio la deportista. Aunque lo esperado es que la incineración se realice el fin de semana.

A primera hora de la mañana se ordenaron los análisis de ADN que debían terminar de confirmar la identidad del cadáver, pero no hizo falta. El motivo es que una de sus hermanas la había reconocido, otro de los trámites habituales que se realizan en este tipo de casos.

Conforme a los criterios de

Saber más
Te recomendamos

Sonia Martínez, la popular presentadora infantil que murió víctima de las drogas


Qué fue de Pocholo, el compañero de juergas de Cayetano Martínez de Irujo


Antes de bucear, ¿debes hacerte un reconocimiento médico?Cuídate Plus


Fármacos que interfieren en el sueñoCuídate Plus


Un experto revela: "Es como un limpiador para su intestino"Nutravia


Una startup española pone en jaque a los seguros tradicionalesCoverfy

Enlaces Promovidos por Taboola

TE PUEDE INTERESAR


Enlaces de interés
OTRAS WEBS DE UNIDAD EDITORIAL
  • © Unidad Editorial Información General, S.L.U. Avda San Luis 25 - 28033 Madrid
eso sí va en blister. pero sería bastante imprescindible el vino.

pero bueno, así que ya sale información de su contenido gástrico.

yo por mí que habrá hecho un cocktail.

vamos a ver, tenemos cajetillas y blisters abiertos/vacíos/semivacíos y otras cajetillas para abrir.

y donde decían que hallaron el botellín de agua? lo han sacado de la mochila ahora? pues o sacó una loncha de manchego y la rebozó a pastillas, o se ayudó de algún traguillo, y si allí no había fuente cercana, seguramente se bebería ese vino, o lo que tuviera más a mano. pero es que no han dicho que hubiera na más.

xena tiene 3 años y ya está jubilada¿?
 
Última edición:
Prefiero informarme por aquí antes que ver la tele. No he visto nada de este tema salvo ayer mientras comía puse algo y duré diez minutos, fue vomitivo.
Beltane aquí cada una decimos una cosa diferente por lo menos tienes para elegir la que mas te convezca
 
Este post es largo, aviso.
Acabo de terminar de escribirlo y aún estoy temblando. Es la primera vez que lo hago, amparada en el anonimato.
Va para todas las que prejuzgáis a las familias que se desentienden de los enfermos mentales. Para que entendáis.
Lo siento si no viene al caso:

Tuve una pareja que era bipolar. Nos conocimos durante la carrera, ambos “estudiábamos fuera”, lejos de casa; yo contaba 21 años y él 2 más. Cuando comenzamos a salir no me contó nada acerca de su enfermedad.
A los 5 o 6 meses de relación, mientras ultimábamos los trámites de un alquiler para irnos a vivir juntos, tuvo un brote maniaco-psicótico. De un día para otro comenzó con discursos delirantes, a veces dirigidos contra mí (mi padre había fallecido de cáncer hacía menos de un año y supo muy bien como hurgar en esa herida), otras veces simplemente eran “cosas muy locas” que me angustiaban sobremanera. Evidentemente, ahí se destapó todo el pastel y supe de su enfermedad y brotes anteriores por sus amigos y compañeros de promoción. Acabó ingresado y, cuando acudí a verlo, aún contencionado, me agredió físicamente. No dije nada a sus médicos por temor a perjudicarlo (error!). Al alta, decidí continuar con la relación porque lo quería, porque no iba a dejarlo por eso (que maldad!), y porque yo iba a estar ahí para ayudarlo siempre (ayyyyy la juventud...). Y nos fuimos a vivir juntos.
La vida volvió a la normalidad, con él tomando su tratamiento. Después de una temporada empezó a dejar de tomar la medicación porque se encontraba bien y las pastillas tenían efectos sedantes que le incomodaban y, total, “no las necesitaba”. Adivináis? Claro, otro brote. Más de lo mismo.
Esta vez su familia se traslada a donde estábamos por motivo de su inminente graduación. Aquí viene tela marinera: sus padres, que lo tuvieron siendo bastante mayores, son negadores/normalizadores de su conducta, evitan el ingreso a toda costa y me manipulan para que mantenga todo en secreto para “no dañar al niño”. Le ajustan la medicación por su cuenta y riesgo. Yo consigo con mi insistencia acudir con él a una cita urgente en la Unidad de Salud Mental que lo lleva. Ahí me entero que hay análisis en los que ha dado positivo en cocaína, cannabis y ¡heroína!; su conducta es tal que el psiquiatra acaba expulsándolo a gritos de la consulta y, cuando nos quedamos a solas, me dice que lo deje, que soy muy joven y que me va a amargar la vida. Y yo me digo: pobrecito, está enfermo, que psiquiatra más inhumano, yo voy a ayudarlo, juntos saldremos de esta...
El brote pasa. Más de lo mismo. Un año después otro brote, esta vez cuando me gradúo yo. Mi familia ha acudido. Me paso la cena post-orla con mi novio en la mesa loco perdido, yo ocultándolo a mi familia, la suya haciendo como si nada. Solamente su hermana se apiada de mí y me dice lo que deje antes de que me hunda, como la hundió a ella... Una noche que debía ser de celebración se convierte en una noche en la que acudo al baño a llorar varias veces angustiada. Siempre recordaré ese día con inmensa tristeza.
Pensaba quedarme a trabajar allí donde estudié, pero veo que seguir así es imposible y de una semana otra vuelvo a casa sin decir nada a mis amigos de carrera (muchos no me lo perdonaron y perdí grandes amistades por mi silencio). Necesito que vivamos separados porque no puedo con la situación. Él entra en fase depresiva, amenaza con quitarse la vida, me presiona para volver juntos... después de unos meses acabo cediendo.
A todo esto van dos años y pico. Mis amigos no lo saben, mi familia tampoco. Yo miento para taparlo. Vivo angustiada para que nadie se entere. Invento excusas... Su familia continúa presionándome para que guarde silencio. Lo hago.
No trabaja, aunque eso es lo de menos. yo lo mantengo. Vuelta a lo mismo. Deja la medicación, yo cada vez peor. Encuentro drogas en casa. Otro brote. Más angustia. Su familia normalizando y no ayudándome en nada. Yo completamente sola. Comienzo a dormir en habitaciones separadas. Una noche me despierto cuando trata de abusar de mí. Me voy de casa y duermo en el coche.
Definitivamente lo dejo. Se queda con nuestro perro para hacerme daño, porque figuraba a su nombre, pero me pide dinero para mantener al perro. Al principio se lo doy (mi chuchito estaba enfermo y necesitaba tratamiento), pero después de unos meses corto el grifo... entonces lo sacrifica.
Pasa meses amenazándome. Ya no cedo más.

Que bonitos se ven los toros desde la barrera, primas.
lo siento, prima... yo vivo con mi ex pareja con esquizofrenia paranoide y si os soy sincera, me esta matando psicológicamente... para q os hagáis una idea, se tira todo el día durmiendo, apenas sale a la calle solo para tomarse su café, se pone agresivo si le tocas los coj*nes y te amenaza y agrede.... se toma de más su medicación y si lo intentas controlar, se pone de mala ostia.... es jodido vivir así... suerte q tengo el apoyo de un amigo especial y de mis colegas q estan ahí!
 
.
pixelcontabilizacion.gifctl


INVESTIGACIÓN
Autopsia de Blanca Fernández Ochoa: investigan si la dosis de Sinogan encontrada en su cuerpo causó la muerte
Actualizado Jueves, 5 septiembre 2019 - 22:49
Blanca Fernández Ochoa: EL MUNDO accede a la autopsiaEL MUNDO

Blanca Fernández Ochoa tenía restos de pastillas en el estómago, en concreto de unos comprimidos denominados comercialmente Sinogan, según ha revelado la autopsia realizada al cadáver de la ex esquiadora y ha podido saber EL MUNDO de fuentes policiales. Los médicos han recogido pruebas de esos restos de medicamentos para enviarlas al Instituto Toxicológico de Madrid. Allí podrán conocerse con exactitud por un lado la dosis que tomó y por el otro el efecto que dicha dosis pudo tener en el organismo de la madrileña.

Además, se ha enviado el corazón de la medallista olímpica al laboratorio de Anatomía Patológica, donde su análisis podrá determinar primero, si Blanca Fernández Ochoa sufrió un infarto y, segundo, si ese infarto fue como consecuencia del consumo de esas pastillas halladas en su cuerpo o bien le sobrevino por alguna otra patología, aún por determinar.




De momento, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que Blanca hubiese sufrido una sobredosis de pastillas, pero habrá que esperar varios días, o incluso semanas, para poder confirmar ese extremo. Concretamente, hasta que sean efectuados los análisis pertinentes. Hay que añadir que la familia de la deportista ya explicó a la Policía, cuando comenzó la búsqueda en la Sierra de Madrid, que Blanca se había marchado de casa con toda su medicación.


Sin embargo, en aquellos momentos, los familiares no consiguieron recordar de qué medicinas se trataba, por lo que hubo que localizar a su médico para que describiera a los investigadores los medicamentos que tenía recetados. El Sinogan, una de cuyas características es que tiene efectos sedantes, puede ser letal tomado en grandes cantidades. Lo que se ha descartado taxativamente en la primera fase de la autopsia, según han confirmado a este diario fuentes de la investigación, es que el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa tenga golpes, contusiones o hematomas. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.

ENTRE 7 Y 9 DÍAS MUERTA
Ese examen radiológico que se aplica habitualmente en todas las autopsias reveló que Blanca Fernández Ochoa no presentaba ninguna herida de arma blanca, ningún golpe en la cabeza o las extremidades ni tenía fracturas, lo que viene a confirmar que la mujer, de 56 años, no sufrió ningún tipo de caída. Asienta de este modo los indicios que llevaron el miércoles a los agentes a pensar que su muerte no pudo ser accidental, o al menos por precipitación. Por otro lado, los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta, como ya informó este diario.

Hay que recordar que el cuerpo fue hallado este miércoles en La Peñota, a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere en absoluto que se tratara de un accidente, según los investigadores. Se encontraba ya muy descompuesto en el momento de su localización por parte del sargento de la Guardia Civil Francisco Borreguero, que estaba fuera de servicio dando una vuelta por la montaña con su perra, Xena, un pastor alemán de tres años.




Junto al cadáver se halló toda la medicación que tenía recetada y que, como habían contado sus hermanos, se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esas imágenes de ella comprando son las últimas antes de que se perdiera su rastro. Luego, el sábado por la noche, se hizo pública la desaparición y se encontró su coche, el domingo, estacionado en un aparcamiento de Cercedilla donde muchos excursionistas dejan sus vehículos.

VELATORIO EN CERCEDILLA
Hay que recordar que el coche también fue inspeccionado y no se encontró ningún signo de violencia o forcejeo que hiciera presuponer algo contrario a la «desaparición voluntaria», la hipótesis que la Policía Nacional manejó desde el primer momento. Si se autoriza por parte del instructor judicial, y los agentes de la Policía Científica y Policía Judicial consideran que no son necesarias otras pruebas adicionales, la incineración podría llevarse a cabo este mismo viernes en Pozuelo de Alarcón. Al menos eso es lo que la familia solicitó en el Instituto Anatómico Forense, donde se suelen realizar los trámites y donde acudieron varios familiares de Blanca a media mañana. También solicitaron que el velatorio se realizara en Cercedilla, el pueblo de la sierra donde se crio la deportista. Aunque lo esperado es que la incineración se realice el fin de semana.

A primera hora de la mañana se ordenaron los análisis de ADN que debían terminar de confirmar la identidad del cadáver, pero no hizo falta. El motivo es que una de sus hermanas la había reconocido, otro de los trámites habituales que se realizan en este tipo de casos.

Conforme a los criterios de

Pues ya está aclarado todo.
 
Back