Me he perdido la historia de la trompeta. Aún me quedan páginas por leer, madre míaNo se a quien darle el premio: a la historia de los que tocaban la corneta por la ventana para que el hijo fuera a coger el telefono a la casa y asi ahorrarse la linea en la suya, al que se hacia calzoncillos con camisetas o a la Trocillo.
Se me caen las lagrimas de la risa.