Me sorprende mucho que ya desde el principio no controle sus gestos.Elsa Nin, para mí es que es como si se estuviera partiendo de risa por dentro.
La impresión que me da, al menos cuando su maridito perora, es que ella le considera un auténtico inútil.
Imagino que, siendo tan liZta, cuando se trate de disfrutar de lujos y demás bagatelas propias de su alta posición, la cara no será de tanta mofa.