Nochebuena en Zarzuela. Se unirán los Borbón Grecia y los Ortiz Rocasolano. Mensaje de Felipe.

La Nochebuena no tan buena en La Zarzuela
JAIME PEÑAFIEL 26/12/2016


La Nochebuena en La Zarzuela se celebraba, como millones de españoles lo hacen, en familia. Hasta que los problemas de toda índole, incluidos los judiciales, alteraron por completo la cena navideña.

Fue Letizia quien, en 2014, rompió la tradición de que toda la Familia Real cenara junta esa noche.

Lejos de comer las exquisitas perdices de Orellana que, desde hacía años, recibían, la consorte decidió que esa noche la pasaría con los suyos.

Fue el año en el que la infanta Pilar organizó la cena en su casa de Puerta de Hierro. No era la primera vez que la hermana de don Juan Carlos recogía los restos del naufragio familiar abriendo su casa en Nochebuena.

Pero, el año pasado, la diáspora se llevó por delante incluso a don Juan Carlos y doña Sofía, que sí estuvieron el año anterior.

No hubo manera de saber, al menos este periodista, donde cenaron los reyes eméritos, por más que se preguntara a La Zarzuela, que no suele informar de asuntos privados. Que no lo son. No es de recibo ignorar dónde cenaron pero, sobre todo, junto a quienes compartieron la noche más ‘familiar’ del año, en la que las ausencias están dolorosamente presentes.

De lo que no hay la menor duda es que el palacio de La Zarzuela no será ya, nunca, escenario de las grandes nochebuenas del pasado.

Nada que ver estas con las que se vivieron no hace muchos años en ese palacio. Hasta cuarenta personas entre familias, familiares y parientes llegaban a sentarse en la mesa de los reyes.

¿Cuándo se inició la diáspora familiar? ¿Quién o quiénes han tenido la culpa? ¿Letizia? ¿Cristina e Iñaki? ¿la situación sentimental de Juan Carlos y Sofía?

Lo de Letizia puede entenderse. Prefiere cenar con los suyos, con los Ortiz Rocasolano, antes que con los Borbones, donde no es muy querida. Sucede en muchas familias.

Lo de Cristina e Iñaki es tan gordo que no se les perdona ni en Nochebuena. Suelen refugiarse junto a la madre y los hermanos de Iñaki, en la casa materna.

Pero ninguna tan dramática como la vivida en el año 2001. Jaime Marichalar, de 38 años, esposo todavía de la infanta Elena, ingresaba, el día 22 de diciembre, a las 19.30, en el hospital madrileño Gregorio Marañón, tras sufrir un ictus, cuando hacía deporte en el gimnasio al que acudía habitualmente cerca de su casa. Inmediatamente, una ambulancia le trasladó al hospital, donde llegó escoltado por varios vehículos policiales.

Sorprende que doña Sofía, a pesar de la dramática situación, decidiera celebrar la Nochebuena. Para ello, convocó a toda la familia en La Zarzuela. No hay que olvidar que el príncipe Felipe se había visto obligado a renunciar, hacía solo ocho días, porque su padre el rey Juan Carlos se lo había exigido, a su amor por Eva Sannum, cuando pensaba anunciar su boda. Por esta triste circunstancia, la reina deseaba arropar a su muy amadísimo hijito con la presencia de toda la familia. A pesar del ictus de Jaime, no quiso anular la cena de Nochebuena que resultó no ser tan buena.

Mientras la Familia Real se reunía casi al completo, la infanta Elena permanecía a solas “con el medio ser que era en aquellos momentos su hombre, demostrando la bravura callada que han tenido siempre las mujeres de los borbones”.

“Aquella Nochebuena la infanta Elena se parecía a su dolor y era la amante de Teruel en llamas, como una mujer ventenera y llorandera por el doncel de Sigüenza tras la cristalera de una UVI hospitalaria, pasando la noche más crítica del año al costado de su hombre cuando él era más sepultura que cadáver”, escribió Francisco Umbral en El Mundo.

En esas horas de la noche navideña aún no se sabía si Jaime saldría de estas y como. Podía suceder cualquier cosa. Hasta morir. Por eso, allí estaba ella, a los pies del marido ausente y presentísimo. “A esas horas de la madrugada es cuando de verdad se estaba casando con sentimiento y dolor con Jaime. Mucho más que en la trianera boda sevillana”.

El general Sabino, queridísimo e inolvidable amigo que se fue, me diría que los Borbones no se quieren entre ellos. De no ser así, la Familia Real no hubiera estado reunida en torno a la mesa navideña, como si nada pasara estando pasando tanto, mientras la Infanta velaba a su hombre, que en esos momentos se debatía entre la muerte o la muerte en vida, con una serie de flecos que le amargarían la existencia. Tuvo que aprender a respirar, a caminar y a vivir. Pero todo era imprevisible.

La Nochebuena no era tampoco tan buena. Porque cada cual tenía su sufrimiento. El de los Reyes por el dolor de la hija; el Príncipe, por ese infierno que estaba viviendo de no poder amar; porque si el amor nunca tiene razones, la falta de amor, tampoco. Y en el caso de Felipe, aquella noche, menos todavía. Posiblemente los Reyes pensaban con Shakespeare “podéis hacerme abdicar de mi gloria y de mi estado pero no de mis tristezas. Todavía soy rey de mis amarguras”.

Y el resto de los familiares invitados, sin saber cómo comportarse, como suele suceder. Porque se puede compartir el pan, el vino y la sal pero nunca el dolor. La tristeza y la desdicha humana tienen matices múltiples: nunca se encuentra el mismo matiz de dolor.

Por eso, aquella Nochebuena, tan mala en La Zarzuela, se cenó “con el rigor y la bravura callada que han tenido siempre las mujeres de los Borbones”. Aquella noche, la infanta que no abandonó el hospital en ningún momento, llegó a cubrir el cristal de la UVI de fotografías de sus hijos, para que, cuando se despertara su marido, fuera lo primero que viera.

¡Que triste que todo acabara como acabó años después!

republica.com
 
Exteniente Luis Gonzalo Segura: Carta al rey Felipe VI

Estimada, admirada y queridísima Majestad:

Cuando creía que podía pasar unos días tranquilo, me he levantado y me he encontrado de frente con su discurso. No le voy a engañar porque no estamos ya para paños calientes: su alocución ha sido un desagradable bofetón para mí. Según lo leía me parecía tan increíble, indignante y vomitivo (no es por ofender, es que casi termino en el baño porque últimamente estoy muy sensible)…

Ya que estamos en confianza, esa que otorga el hermoso vínculo de un súbdito con su rey sucesor del atroz y repugnante franquismo, le confieso que lo primero que pensé fue: ¿No le da vergüenza? ¿Ni siquiera un poco? ¡Vaya ejercicio tan salvaje de cinismo e hipocresía!




La portada de ‘El País’ no podía ser más farisaica: “La intolerancia y la exclusión no pueden caber en España”. Leer esta frase cuando acabo de ver ratificada mi expulsión por ejercer la libertad de expresión me resulta de una grosería insoportable. Me hubiera gustado escuchar esto de su boca hace unas semanas para defender a quien denuncia corrupción, abusos y privilegios anacrónicos dentro de sus Fuerzas Armadas. No fue así. Calló. Y calló, Majestad, como lo hizo durante estos años mientras sus Fuerzas Armadas se fueron rellenando de acosadores sexuales, agresores sexuales, oficiales que intentaron violar a soldados, ladrones, consumidores de droga, malversadores, fascistas o torturadores. Todos ellos siguen sirviéndole y no se le percibe ofendido o preocupado. Llámeme rarito o traidor si quiere, pero yo lo estaría.

Y, ahora, habla y se descuelga con “la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena” y “exige respeto y consideración a los demás”… ¿Ahora?
Seamos sinceros, Majestad, a usted no le importa nada en absoluto “la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena” y, menos aún, exige con sinceridad “respeto y consideración a los demás”. Si lo hubiera hecho, si estas palabras fueran sinceras en su interior, no habría permitido que en este país se machacase a los denunciantes de corrupción como se nos machaca, menos habría permitido que permaneciera encerrado durante 139 días incumpliéndose los artículos 5 y 6 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos y, finalmente, no habría permitido que se nos expulsara de nuestros puestos de trabajo. Habría hecho algo, habría dicho algo, se situaría con ellos, se situaría con nosotros. Pero la realidad es que no está ni estuvo jamás con nosotros, al menos no conmigo. Los denunciantes de corrupción nunca le tuvimos junto a nosotros.

Realmente, para lo que exige respeto y consideración no es para “los demás”, sino para ustedes, para su mentalidad fascista de apología del Franquismo en la Revista Ejército de Tierra o para la exaltación de la figura de Franco como salvador del pueblo en las conferencias del CESEDEN. Porque si usted tolera estos acontecimientos dentro de sus Fuerzas Armadas sin condenarlos vehementemente los asume como propios. Y los asume sin mucha contradicción ni pesar.

Por tanto, lo que subyace en tan pomposas palabras es bastante más mísero: usted y sus acólitos no son de los de respetar la libertad de expresión y así lo han demostrado en sus propias Fuerzas Armadas.

Usted es de los que les gusta tener al teniente general Gómez de Salazar llamando yihadistas a las asociaciones militares y de los que quiere que se respete su decisión de sentirse orgulloso de su Ejército de acosadores sexuales, agresores sexuales, oficiales que intentaron violar a soldados, ladrones, consumidores de droga, malversadores, fascistas o torturadores y, también, de su Ejército de soldados abandonados a los 45 años, discapacitados expulsados o heridos y familiares de fallecidos en los tribunales.

Y, además, quiere que se respete su desvergonzado discurso en el que también afirmó: “Son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas”.

Majestad, le diré algo: de lo que es tiempo es de no continuar siendo el segundo país del mundo con más desaparecidos tras Camboya. De lo que es tiempo es de condenar el franquismo y el fascismo, algo que el resto del mundo civilizado hizo hace más de setenta años. De lo que es tiempo es de colaborar con la justicia argentina o, mejor aún, impartirla nosotros con dureza. De lo que es tiempo es de terminar con la inviolabilidad jurídica del rey (la suya) y sus privilegios (los suyos). De lo que es tiempo es de desclasificar la información que nos permita reconstruir los últimos cuarenta años con exactitud. De lo que es tiempo es de justicia. Y, después, ya si eso, abrimos los brazos y tendemos las manos, cantamos juntos en Paz, Amor y lo que le plazca.

Si de verdad quiere convivencia y respeto le aconsejo que sus Fuerzas Armadas dejen de purgar a los diferentes y que se haga justicia con los familiares de las víctimas del franquismo o de los GAL. No queda muy bien eso de pedir fraternidad mientras ustedes se pasan por el Arco del Triunfo la igualdad, la libertad, la tolerancia y la justicia… Si de verdad quiere una armoniosa convivencia lo tiene muy sencillo: Igualdad, Libertad y Fraternidad (por este orden) y si no es así, hágame un favor, ahórrese la brutal insolencia del discurso anual. Y no, no se preocupe, que seguirá cobrando lo mismo o más, que para eso se pone usted el sueldo.

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.

Fuente: Un paso al Frente / Público.es

En la actualidad sobrevivo gracias a las ventas de Código rojo, ¡CONSÍGUELA AQUÍ FIRMADA Y DEDICADA!. “Código rojo no deja títere con cabeza. Se arriesga, proclamando la verdad a los cuatro vientos, haciendo que prevalezca, por una vez, algo tan denostado hoy en día como la libertad de expresión” (“A golpe de letra” por Sergio Sancor).

Tal vez te puedan interesar las novelas “Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).

http://www.ecorepublicano.es/2016/12/exteniente-luis-gonzalo-segura-carta-al.html

Recomiendo "Codigo Rojo" que ya lo he leído.

Actualmente y gracias al Olentzero tengo "Un paso al frente". Estoy enganchada por la página 90. Por lo que he leído también recomiendo su lectura.
 
Exteniente Luis Gonzalo Segura: Carta al rey Felipe VI

Estimada, admirada y queridísima Majestad:

Cuando creía que podía pasar unos días tranquilo, me he levantado y me he encontrado de frente con su discurso. No le voy a engañar porque no estamos ya para paños calientes: su alocución ha sido un desagradable bofetón para mí. Según lo leía me parecía tan increíble, indignante y vomitivo (no es por ofender, es que casi termino en el baño porque últimamente estoy muy sensible)…

Ya que estamos en confianza, esa que otorga el hermoso vínculo de un súbdito con su rey sucesor del atroz y repugnante franquismo, le confieso que lo primero que pensé fue: ¿No le da vergüenza? ¿Ni siquiera un poco? ¡Vaya ejercicio tan salvaje de cinismo e hipocresía!




La portada de ‘El País’ no podía ser más farisaica: “La intolerancia y la exclusión no pueden caber en España”. Leer esta frase cuando acabo de ver ratificada mi expulsión por ejercer la libertad de expresión me resulta de una grosería insoportable. Me hubiera gustado escuchar esto de su boca hace unas semanas para defender a quien denuncia corrupción, abusos y privilegios anacrónicos dentro de sus Fuerzas Armadas. No fue así. Calló. Y calló, Majestad, como lo hizo durante estos años mientras sus Fuerzas Armadas se fueron rellenando de acosadores sexuales, agresores sexuales, oficiales que intentaron violar a soldados, ladrones, consumidores de droga, malversadores, fascistas o torturadores. Todos ellos siguen sirviéndole y no se le percibe ofendido o preocupado. Llámeme rarito o traidor si quiere, pero yo lo estaría.

Y, ahora, habla y se descuelga con “la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena” y “exige respeto y consideración a los demás”… ¿Ahora?
Seamos sinceros, Majestad, a usted no le importa nada en absoluto “la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena” y, menos aún, exige con sinceridad “respeto y consideración a los demás”. Si lo hubiera hecho, si estas palabras fueran sinceras en su interior, no habría permitido que en este país se machacase a los denunciantes de corrupción como se nos machaca, menos habría permitido que permaneciera encerrado durante 139 días incumpliéndose los artículos 5 y 6 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos y, finalmente, no habría permitido que se nos expulsara de nuestros puestos de trabajo. Habría hecho algo, habría dicho algo, se situaría con ellos, se situaría con nosotros. Pero la realidad es que no está ni estuvo jamás con nosotros, al menos no conmigo. Los denunciantes de corrupción nunca le tuvimos junto a nosotros.

Realmente, para lo que exige respeto y consideración no es para “los demás”, sino para ustedes, para su mentalidad fascista de apología del Franquismo en la Revista Ejército de Tierra o para la exaltación de la figura de Franco como salvador del pueblo en las conferencias del CESEDEN. Porque si usted tolera estos acontecimientos dentro de sus Fuerzas Armadas sin condenarlos vehementemente los asume como propios. Y los asume sin mucha contradicción ni pesar.

Por tanto, lo que subyace en tan pomposas palabras es bastante más mísero: usted y sus acólitos no son de los de respetar la libertad de expresión y así lo han demostrado en sus propias Fuerzas Armadas.

Usted es de los que les gusta tener al teniente general Gómez de Salazar llamando yihadistas a las asociaciones militares y de los que quiere que se respete su decisión de sentirse orgulloso de su Ejército de acosadores sexuales, agresores sexuales, oficiales que intentaron violar a soldados, ladrones, consumidores de droga, malversadores, fascistas o torturadores y, también, de su Ejército de soldados abandonados a los 45 años, discapacitados expulsados o heridos y familiares de fallecidos en los tribunales.

Y, además, quiere que se respete su desvergonzado discurso en el que también afirmó: “Son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas”.

Majestad, le diré algo: de lo que es tiempo es de no continuar siendo el segundo país del mundo con más desaparecidos tras Camboya. De lo que es tiempo es de condenar el franquismo y el fascismo, algo que el resto del mundo civilizado hizo hace más de setenta años. De lo que es tiempo es de colaborar con la justicia argentina o, mejor aún, impartirla nosotros con dureza. De lo que es tiempo es de terminar con la inviolabilidad jurídica del rey (la suya) y sus privilegios (los suyos). De lo que es tiempo es de desclasificar la información que nos permita reconstruir los últimos cuarenta años con exactitud. De lo que es tiempo es de justicia. Y, después, ya si eso, abrimos los brazos y tendemos las manos, cantamos juntos en Paz, Amor y lo que le plazca.

Si de verdad quiere convivencia y respeto le aconsejo que sus Fuerzas Armadas dejen de purgar a los diferentes y que se haga justicia con los familiares de las víctimas del franquismo o de los GAL. No queda muy bien eso de pedir fraternidad mientras ustedes se pasan por el Arco del Triunfo la igualdad, la libertad, la tolerancia y la justicia… Si de verdad quiere una armoniosa convivencia lo tiene muy sencillo: Igualdad, Libertad y Fraternidad (por este orden) y si no es así, hágame un favor, ahórrese la brutal insolencia del discurso anual. Y no, no se preocupe, que seguirá cobrando lo mismo o más, que para eso se pone usted el sueldo.

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.

Fuente: Un paso al Frente / Público.es

En la actualidad sobrevivo gracias a las ventas de Código rojo, ¡CONSÍGUELA AQUÍ FIRMADA Y DEDICADA!. “Código rojo no deja títere con cabeza. Se arriesga, proclamando la verdad a los cuatro vientos, haciendo que prevalezca, por una vez, algo tan denostado hoy en día como la libertad de expresión” (“A golpe de letra” por Sergio Sancor).

Tal vez te puedan interesar las novelas “Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).

http://www.ecorepublicano.es/2016/12/exteniente-luis-gonzalo-segura-carta-al.html

Recomiendo "Codigo Rojo" que ya lo he leído.

Actualmente y gracias al Olentzero tengo "Un paso al frente". Estoy enganchada por la página 90. Por lo que he leído también recomiendo su lectura.

8/03/2014

20
Las penalidades de militares españoles con invalidez para cobrar el seguro
“Es un seguro gratuito para vosotros, y ahora queréis cobrarlo todos”, una de las respuestas de un funcionario de Defensa
Es una problemática que atañe a todos los miembros de las Fuerzas Armadas españolas. Actualmente Defensa trabaja para resolver media docena de expedientes de militares con invalidez absoluta certificada que tienen graves problemas para cobrar el seguro colectivo que el Ministerio tiene contratado
......

El Ejército despide a militares si enferman o adquieren una discapacidad sin intentar reubicarlos - Eldiario.es
www.eldiario.es › sociedad › discriminac...
22 mar. 2016 - A Iván Ramos le denegaron una pensión tras adquirir una discapacidad en acto de servicio .... la prestación que cobran los militares con una discapacidad corresponde a la Sanidad Militar, da lo mismo
 
Gritos

Let y Cia|
REINA LETIZIA

Vacaciones escolares para Letizia, que hará de anfitriona en Nochebuena
Estos días andamos todos pensando en que nos toque la Lotería, viendo las funciones de los niños en el colegio y pensando el menú de Nochebuena (en mi casa, capón relleno).

Vacaciones-escolares-Reina-Letizia_983312072_5078687_660x440.jpg

Vacaciones escolares para la Reina Letizia Gtres
BEATRIZ CASTRILLO
PERFIL


22.12.2016 - 17:21

Todo muy navideño, muy prefestivo y muy prevacacional. Sin embargo pese a estos días donde abunda la desconcentración laboral, la mayoría vamos a cogervacaciones a partir del día 26 y digo la mayoría porque a juzgar por su agenda, la Reina ya está de asueto.

Tras sus polémicas declaraciones, la Infanta Cristina ahora está “encantada de estar de España”
Tras sus polémicas declaraciones, la Infanta Cristina ahora está “encantada de estar de España”
Su Majestad ha tenido solo un acto esta semana, que fue el lunes, cuando recicló su top gordito multicolor que combinó con complementos marsala. Desde ese día ni está ni se la espera. Antes de Navidad, y salvo sorpresas la Reina no volverá a tener ningún acto oficial hasta 2017.

Es bastante probable que este cese en su actividad pública se prolongue hasta el Día de Reyes, algo que viene siendo habitual Navidad tras Navidad. Seguramente para poder conciliar y poder pasar más tiempo con sus hijas y su familia. No es el primer año que la Reina ha optado por adaptar sus vacaciones de Navidad a las de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, algo que ya hizo el pasado puente de la Constitución. Es por todo esto quizá la semana de su look rockero los Reyes tuvieron muchos compromisos, casi todos los días. Seguramente intentaron adelantar trabajo para poder estar libres estos días.

Es durante estos días donde esperamos ver las estampas más familiares de la Familia Real en algún espectáculo musical, el circo, de compras o en el cine. En definitiva aprovechar a estar tiempo juntos disfrutando de Madrid, que en Navidad está preciosa.

Visto todo esto es bastante seguro que no haya aparición pública tampoco del Rey, salvo el día de Nochebuena en su ya tradicional discurso navideño.

Os he contado miles de veces que desde que es Reina, Letizia ha ido cambiando algunas cosas en Zarzuela y parece que esas costumbres también afectarán a la celebración de la Nochebuena. “Habrá cambios marcados por el matrimonio Borbón Ortiz. Por primera vez, la Reina Letizia será la anfitriona de sus suegros en Nochebuena”, según publica El Confidencial que “además de Don Juan Carlos y Doña Sofía, están convocados la Infanta Elena, Victoria Federica y Froilán, que llega el jueves a Madrid; la Princesa Irene [hermana de la Reina Sofía], Paloma Rocasolano [madre de Letizia], Telma Ortiz con Amanda y otros parientes y amigos íntimos que ese día se encuentran descolgados”.

A los que no se les espera en esa cena familiar son a la Infanta Cristina, a Urdangarin y a sus hijos, a pesar de que ya están en España desde, al menos, el pasado miércoles.

Como veis una Nochebuena como la de cualquier otro español, aunque a mí me gustan esas tradiciones en las que las familias suelen reunirse en casa de los abuelos, que a fin de cuentas son los que juntan a todos a su alrededor.

En cualquier caso espero que los Reyes y vosotros, queridos lectores, paséis unas Felices Fiestas y que el 2017 nos traigamuchoslookssorprendentes de Letizia y salud, sobretodo ¡mucha salud
 


Reconoce que Elena nunca sería reina por lo que ya sabemos , los tres hijos de Sofía son bobos .
Lentos , sin gracia ni don de la palabra , además pijos a la enésima potencia .
Los tres se han casado fatal . El que peor se ha casado es Felipe , cosa alucinante pues es el que debe dar el callo por la familia entera . Qué más quieren ? Esto se caerá por su propio peso .


pues sí, es un plantel para dar más espanto que otra cosa. La Elenona es retra, de ahí el suspiro de alivio del campechano en enero de 1968 al ver que el recién nacido tenía pito (pues si sólo hubieran tenido la lacas y él niñas darían más el cante a la hora de explicar por qué Elenona era "preterida", que no preferida)

el preparao no sabe ni hablar, tantos años de "prepararse" y resulta que en el discurso de anteanoche no tiene ni voz ni expresividad, es un "orador" lamentable; y la camionera es una choriza, su maridito sólo hizo lo que siempre había visto hacer en casa de sus suegros (robar a espuertas), pero le salió la jugada mal no, lo siguiente

!y qué bodorrios! la Elenona con un gay que hizo el sacrificio de matrimoniar con una hembra por aquello de codearse con los Borbones, normal que a los pocos años llegara el "cese provisional de la convivencia" (vamos, que se mandaron a la :poop::poop::poop: )

la camionera se casa ciega de amor con un chicarrón del norte muy bien de cuerpo y con muy poco seso, pero decorativo como él solo :whistle::whistle::whistle: él está a punto de entrar en el hotel rejas, pero a ella plin, ella duerme en Pikolín, le irá a llevar tabaco y bocadillos al delincuente si hace falta

y el preparao, gilipollas como él solo, se casa con una choni de Rivas-Vaciamadrid :sneaky::sneaky: que no llegamos a entender cómo llegó a codearse con esa gente de tan alto copete, encima es soberbia y antipática como ella sola y hace lo que le sale del potorro, "ella es reina y su hija Leonor la sucederá"

!vaya tres bodorrios, la mare de Déu! :eek::eek::eek::rolleyes: está claro que los Borbones son el castigo de España, a ver cuándo hacemos como Francia o Portugal, que bien cerca están y mandaron a sus respectivas familias reales a tomar por culo :)
 
Última edición:
Para lo que hay que escuchar desde que existen los mensajes del rey, mejor ver una peli, menos tópicos y lugares comunes.


yo jamás veo los plúmbeos discursos del mataelefantes y su retoño, sólo lo tenía encendido anteanoche para estar atento y empezar a grabar cuando empezase La Noche en Paz, que me encantan los programas de música y lo grabé entero, como todos los años :)
 
La Nochebuena no tan buena en La Zarzuela
JAIME PEÑAFIEL 26/12/2016


La Nochebuena en La Zarzuela se celebraba, como millones de españoles lo hacen, en familia. Hasta que los problemas de toda índole, incluidos los judiciales, alteraron por completo la cena navideña.

Fue Letizia quien, en 2014, rompió la tradición de que toda la Familia Real cenara junta esa noche.

Lejos de comer las exquisitas perdices de Orellana que, desde hacía años, recibían, la consorte decidió que esa noche la pasaría con los suyos.

Fue el año en el que la infanta Pilar organizó la cena en su casa de Puerta de Hierro. No era la primera vez que la hermana de don Juan Carlos recogía los restos del naufragio familiar abriendo su casa en Nochebuena.

Pero, el año pasado, la diáspora se llevó por delante incluso a don Juan Carlos y doña Sofía, que sí estuvieron el año anterior.

No hubo manera de saber, al menos este periodista, donde cenaron los reyes eméritos, por más que se preguntara a La Zarzuela, que no suele informar de asuntos privados. Que no lo son. No es de recibo ignorar dónde cenaron pero, sobre todo, junto a quienes compartieron la noche más ‘familiar’ del año, en la que las ausencias están dolorosamente presentes.

De lo que no hay la menor duda es que el palacio de La Zarzuela no será ya, nunca, escenario de las grandes nochebuenas del pasado.

Nada que ver estas con las que se vivieron no hace muchos años en ese palacio. Hasta cuarenta personas entre familias, familiares y parientes llegaban a sentarse en la mesa de los reyes.

¿Cuándo se inició la diáspora familiar? ¿Quién o quiénes han tenido la culpa? ¿Letizia? ¿Cristina e Iñaki? ¿la situación sentimental de Juan Carlos y Sofía?

Lo de Letizia puede entenderse. Prefiere cenar con los suyos, con los Ortiz Rocasolano, antes que con los Borbones, donde no es muy querida. Sucede en muchas familias.

Lo de Cristina e Iñaki es tan gordo que no se les perdona ni en Nochebuena. Suelen refugiarse junto a la madre y los hermanos de Iñaki, en la casa materna.

Pero ninguna tan dramática como la vivida en el año 2001. Jaime Marichalar, de 38 años, esposo todavía de la infanta Elena, ingresaba, el día 22 de diciembre, a las 19.30, en el hospital madrileño Gregorio Marañón, tras sufrir un ictus, cuando hacía deporte en el gimnasio al que acudía habitualmente cerca de su casa. Inmediatamente, una ambulancia le trasladó al hospital, donde llegó escoltado por varios vehículos policiales.

Sorprende que doña Sofía, a pesar de la dramática situación, decidiera celebrar la Nochebuena. Para ello, convocó a toda la familia en La Zarzuela. No hay que olvidar que el príncipe Felipe se había visto obligado a renunciar, hacía solo ocho días, porque su padre el rey Juan Carlos se lo había exigido, a su amor por Eva Sannum, cuando pensaba anunciar su boda. Por esta triste circunstancia, la reina deseaba arropar a su muy amadísimo hijito con la presencia de toda la familia. A pesar del ictus de Jaime, no quiso anular la cena de Nochebuena que resultó no ser tan buena.

Mientras la Familia Real se reunía casi al completo, la infanta Elena permanecía a solas “con el medio ser que era en aquellos momentos su hombre, demostrando la bravura callada que han tenido siempre las mujeres de los borbones”.

“Aquella Nochebuena la infanta Elena se parecía a su dolor y era la amante de Teruel en llamas, como una mujer ventenera y llorandera por el doncel de Sigüenza tras la cristalera de una UVI hospitalaria, pasando la noche más crítica del año al costado de su hombre cuando él era más sepultura que cadáver”, escribió Francisco Umbral en El Mundo.

En esas horas de la noche navideña aún no se sabía si Jaime saldría de estas y como. Podía suceder cualquier cosa. Hasta morir. Por eso, allí estaba ella, a los pies del marido ausente y presentísimo. “A esas horas de la madrugada es cuando de verdad se estaba casando con sentimiento y dolor con Jaime. Mucho más que en la trianera boda sevillana”.

El general Sabino, queridísimo e inolvidable amigo que se fue, me diría que los Borbones no se quieren entre ellos. De no ser así, la Familia Real no hubiera estado reunida en torno a la mesa navideña, como si nada pasara estando pasando tanto, mientras la Infanta velaba a su hombre, que en esos momentos se debatía entre la muerte o la muerte en vida, con una serie de flecos que le amargarían la existencia. Tuvo que aprender a respirar, a caminar y a vivir. Pero todo era imprevisible.

La Nochebuena no era tampoco tan buena. Porque cada cual tenía su sufrimiento. El de los Reyes por el dolor de la hija; el Príncipe, por ese infierno que estaba viviendo de no poder amar; porque si el amor nunca tiene razones, la falta de amor, tampoco. Y en el caso de Felipe, aquella noche, menos todavía. Posiblemente los Reyes pensaban con Shakespeare “podéis hacerme abdicar de mi gloria y de mi estado pero no de mis tristezas. Todavía soy rey de mis amarguras”.

Y el resto de los familiares invitados, sin saber cómo comportarse, como suele suceder. Porque se puede compartir el pan, el vino y la sal pero nunca el dolor. La tristeza y la desdicha humana tienen matices múltiples: nunca se encuentra el mismo matiz de dolor.

Por eso, aquella Nochebuena, tan mala en La Zarzuela, se cenó “con el rigor y la bravura callada que han tenido siempre las mujeres de los Borbones”. Aquella noche, la infanta que no abandonó el hospital en ningún momento, llegó a cubrir el cristal de la UVI de fotografías de sus hijos, para que, cuando se despertara su marido, fuera lo primero que viera.

¡Que triste que todo acabara como acabó años después!

republica.com

¿En 2014 se rompió la tradición de cenar en Zarzuela? :whistle::whistle::whistle:

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MANUEL MOLARES DO VAL

Los dientes del rey

Los expertos en comunicación señalan la importancia de la buena presencia en los líderes políticos y recuerdan el debate televisado de 1960 por la presidencia de EE.UU., en el que aparecían el sudoroso y desaliñado vicepresidente republicano Richard Nixon, y el senador demócrata John F. Kennedy, que lo derrotó con su figura fresca y elegante. Desde hace 56 años muchos políticos imitan a Kennedy, aunque en España aparecen personajes astrosos, como Pablo Manuel Iglesias, cuyo éxito se debe a que imita al Cristo de la iconografía católica; por eso sus seguidores son creyentes conversos, gente de fe.

El Rey de España, Felipe VI, que cumplirá 49 años el 30 de enero, está en la sazón perfecta de los jefes de Estado jóvenes y veteranos a la vez que recuerdan a Kennedy, entonces algo más joven, 43. Los estadounidenses son electos, pero como las otras nueve monarquías europeas a las que no les va nada mal, Felipe VI es Rey por herencia; su magistratura es simbólica y ahora trata de ganarse la autoridad moral. Está consiguiéndola: sus mensajes, como el de Nochebuena, tienen una carga política que satisface a la mayoría constitucionalista, aunque moleste a las minorías republicana, ultraizquierdista y nacionalista; pero, recordemos, la Constitución es monárquica.

El mensaje de este año mostró que, como los buenos vinos, Felipe VI está ganando buqué con la edad, tanto en las formas como en la calidad expositiva.


Sobrio, elegante, sin los gallitos de su juventud, con mirada fija, convencido de su papel constitucional, su único defecto radica en sus dientes caninos inferiores, feos, picudos y desiguales, que desvían, y mucho, la atención de su bien construido discurso.

Cuando se los pulan y blanqueen será el jefe de Estado con mayor prestancia del planeta
:eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek:

Saludos, queridas foreras

 
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