16 de abril de 2015
AISLADA EN SU CASA
Lina Morgan se blindó con un contrato de confidencialidad
Tras superar los problemas que la retuvieron durante meses en una clínica, la actriz vive recluida en su vivienda bajo la estrecha vigilancia de su chófer y sin cerrar las heridas del pasadoLina Morgan se niega a zanjar las heridas del pasado.
No puede comer ni beber. Apenas puede hablar por la traqueotomía que le salvó la vida. Lina Morgan vive enclaustrada en su casoplón madrileño pero, lejos de lo explicado, su estado de salud sigue siendo preocupante. Hablan y no callan acerca del verdadero mal que le acecha. Nadie parece saberlo, sobre todo porque Daniel Pontes, el conductor de la octogenaria actriz, tiene a buen resguardo el diagnóstico verdadero.
Dicen que la Clínica en la que permaneció ingresada aceptó firmar un contrato de confidencialidad para evitar cualquier tipo de filtración a la prensa. Tampoco a aquellos familiares cercanos que intentaron conocer el verdadero alcance de la enfermedad. Una artimaña que incrementa todavía más el misterio y la controversia.
Prohibido entrar
De lo que no cabe duda es de la absoluta soledad deLina, quien sólo recibe las visitas de su chófer. El mismo al que algunos elevan a los altares públicamente, pero que, por intentar sobresalir, filtra, de forma habitual, información contaminada a los medios.
Es el que, siguiendo los mandatos de la célebre intérprete, prohíbe que sus únicos familiares con vida puedan visitarla, conquistar su ajado corazón y, por qué no, recuperar el tiempo perdido. Aunque Morgan es consciente de que hay quienes pretenden afrontar con ella sus sombras y sus luces, no da su brazo a torcer.
Nunca ayudó a su familia
No sorprende su distancia. Lina nunca tendió puentes con sus familiares. Dicen que cuando empezó a acariciar el éxito se desentendió de su pasado. Quiso hacer borrón y cuenta nueva, apartarse de todas aquellas personas que podían mancillar su fama de mujer vivaracha y feliz.
Atrás dejó a aquellos que, desde el pozo de las drogas y la ruina, le pedían ayuda a gritos. Pero Lina continuó con su camino, sorteando las piedras, evitando tropezar, sin mirar hacia atrás. Quizás, cuando la vida se esté marchando, recordará lo que pudo haber sido y nunca fue.
http://www.elsemanaldigital.com/blo...n-un-contrato-de-confidencialidad-141486.html
Qué tendencioso.
No, mire la Clínica no "acepta" firmar ningún contrato, sino que tiene obligación de mantener la confidencialidad en lo referente a los pacientes, por Ley.
No es una artimaña, es que el paciente puede prohibir cualquier información a cualquier familiar del grado que sea y está en su derecho. Si no le da la gana no se informa a nadie y punto.
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