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Doy fe de ello, tengo también parientes masculinos que de pequeños vivían prácticamente metidos en la ducha y de repente pasan por una fase en la que parece que les dan alergia el agua y el desodorante. Según una compañera de trabajo, madre de dos chicos adolescentes ya creciditos, esta fase se les pasa rápido cuando les empieza a gustar alguna chavala, pero lo que tienen que aguantar sus padres en casa hasta entonces no está escrito.Otra historia, y esta vez actual. Esta podría estar dentro de un subgrupo dentro de la gente guarra: los adolescentes con aversión a la ducha. Todas sabemos que los adolescentes están en plena efervescencia hormonal y por lo general sudan y huelen con facilidad, sus cuartos huelen a osera de forma casi permanente y además no suelen ser tan conscientes de ello como los adultos. Pero aparte de eso están los adolescentes guarros. Por lo general se trata de chicos y no le encuentro explicación posible. Hablo de niños a los que no les viene lo de ser un cerdo de sus padres, chavales a los que les inculcan normas básicas de higiene pero pasan por una misteriosa fase de reticencia a lavarse, un estado de enajenación antihigiénica digna de ser llevada a Cuarto Milenio como caso paranormal.
El caso concreto que vengo a contar es el de un primo mío. Viene de una familia completamente normal, con unos padres que tienen la casa como una patena. Desde pequeño le han inculcado la ducha diaria, ropa limpia, lavarse los dientes... Bueno, pues ahora con 14 años y lleva una temporada que lo de la ducha no va con él y lo de ordenar su cuarto menos aún. Se ducha porque le presionan y ordena el cuarto porque si no le castigan, pero parece que si por él fuera viviría en una pocilga y sin lavarse. Además es un chaval muy movido que practica varios deportes y obviamente suda, pero le da igual, llega de jugar al baloncesto o lo que le toque ese día y se mete así en la cama, a veces incluso con la ropa de la calle.
Esto junto a otros temas de pavo adolescente da lugar a discusiones y situaciones un poco surrealistas. Un día estando mi madre y yo en su casa estábamos picando algo y había unos embutidos en la mesa. Empezaron a discutir sobre las duchas (el chaval ese día olía a sudor que tiraba para atrás y decía que ya se ducharía por la noche), que si el WiFi iba mal, que si se había saltado la hora de llegar a casa... Hasta que el padre acabó tan hasta los huevos que le tiró una loncha de lomo a la cara gritando "déjame ya en paz y tira para el baño!!!". Mi madre, mi tía y yo nos aguantamos la risa en el momento, pero mi prima (hermana del guarro) se descojonó ahí mismo. El caso es que no salió mal, porque se fue a ducharse sin decir ni pío.
Tiene que haber algún estudio sobre esto.