No os puedo dar un consejo como tal, porque no lo tengo. Pero yo, por ejemplo, era igual.
Este año hasta Julio ha sido el mejor de mi vida. Me he casado, rodeada de familia y amigos que me han demostrado que son lo mejor del universo, la luna de miel, que fue increíble. Me quedé embarazada. Todo maravilloso.
Y yo a todo le daba vueltas con el ¿y si?, absolutamente a todo.
Pues afronto este final de año después de un aborto y mi madre recién diagnosticada de cáncer, y con la pérdida de un familiar muy reciente.
¿Y sabéis que? He dejado de darle vueltas a nada. Solo puedo pensar en que ojalá hubiera disfrutado mucho más todo lo bueno que tuve.
Con esto quiero decir que no podemos controlar nuestra cabeza, pero de verdad que el tiempo y la energía que perdemos imaginando situaciones que nunca llegan a ocurrir, es increible. Si se contabilizara en minutos os sorprendería.
Yo ahora tengo una especie de mantra: cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente.
Yo siempre pensé que si le pasaba algo a mi madre no lo iba a poder soportar, y estoy siendo la roca de la familia porque no pienso en lo que pasará, pienso en lo que está pasando y de momento las pruebas nos dan muchas esperanzas.
Ánimo a todas, de verdad. Que esos pensamientos poco a poco fluyan en buenos, que no se consigue de un día para otro, pero no hagáis como yo y esperéis a que la vida os diga "hola soy una capuya" para abrir los ojos.
Este año hasta Julio ha sido el mejor de mi vida. Me he casado, rodeada de familia y amigos que me han demostrado que son lo mejor del universo, la luna de miel, que fue increíble. Me quedé embarazada. Todo maravilloso.
Y yo a todo le daba vueltas con el ¿y si?, absolutamente a todo.
Pues afronto este final de año después de un aborto y mi madre recién diagnosticada de cáncer, y con la pérdida de un familiar muy reciente.
¿Y sabéis que? He dejado de darle vueltas a nada. Solo puedo pensar en que ojalá hubiera disfrutado mucho más todo lo bueno que tuve.
Con esto quiero decir que no podemos controlar nuestra cabeza, pero de verdad que el tiempo y la energía que perdemos imaginando situaciones que nunca llegan a ocurrir, es increible. Si se contabilizara en minutos os sorprendería.
Yo ahora tengo una especie de mantra: cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente.
Yo siempre pensé que si le pasaba algo a mi madre no lo iba a poder soportar, y estoy siendo la roca de la familia porque no pienso en lo que pasará, pienso en lo que está pasando y de momento las pruebas nos dan muchas esperanzas.
Ánimo a todas, de verdad. Que esos pensamientos poco a poco fluyan en buenos, que no se consigue de un día para otro, pero no hagáis como yo y esperéis a que la vida os diga "hola soy una capuya" para abrir los ojos.