Tinder: historias disparatadas, consejos, quedar con alguien por primera vez



Venga va, aquí va una de ellas:

Resulta que hago Match con un chico bastante guapo, buen cuerpo y con una conversación digna de poder llamarse así. Hablamos un par de días y pasamos al WhatsApp. Seguimos congeniando, hablamos más a menudo y quedamos a tomar un café. La verdad es que pintaba bien la cosa aunque ese día lo llama un amigo que si le podía hacer de taxi porque se le ha roto el coche. En un principio le dice que no puede, que está ocupado, pero a mí me sabe fatal y lo animo a que se vaya, aunque yo estaba bastante a gusto.

Esa noche hablamos más que otras veces lamentándonos por la interrupción y la conversación se va calentando bastante hasta que, de madrugada ya, llega un punto en que me dice que tengo que probar su lavadora. A ver, así dicho en frío pues suena muy raro, pero en ese momento, tal y como estábamos, supuse que era su técnica milenaria de llevar al clímax a las mujeres con su lengua. No estaba mucho para pensar y le di bola a eso. Total, que al día siguiente coincidimos en que la noche nos dejó con ganas de más y que teníamos que vernos.

Quedamos en su casa, hablamos, nos reímos, tonteamos, manitas en el sofá y al lío. Yo me empleo a fondo y lo llevo al límite y en eso se me ocurre convertirme en la diosa sexy que sé que puedo ser y mientras me desabrocho el vaquero le digo...Me enseñas tu lavadora? (De verdad que en el momento sonaba mucho mejor que ahora que lo cuento primas).

Pues me sonríe y dice claro, ven. Me coge de la mano y me lleva a la galería, donde tiene una lavadora que habría que hacerle la prueba del carbono-14 para saber su antigüedad, porque vamos, cuando el blanco pasa a marfil pensaba que ya era mala señal, pero si el marfil pasa a marrón...Uffff.

Pero en ese momento, semidesnuda y con todo el calentón, pues me fijo en la ventana y digo...Le dará morbo mirar mientras lo hacemos o que nos puedan ver haciéndolo, no sé, tampoco es tan malo, tiene su puntillo. Me pide que me desnude, así que todo va bien. Vuelve a salir mi diosa interior y le digo que me desnude él. Ok. Me quita los pantalones...me quita las bragas...Y estas últimas las mete en la lavadora.

Perdón? Aquí me quedé un poco en shock...A lo que me responde que me espere. Y la enciende. Claro, yo rayadísima le pregunto que qué hace. Y entonces me dice con una sonrisilla...mira como vibra, súbete.

Yo no sé quién le dio la idea, si lo vio en alguna película, libro o fue consejo de algún amigo iluminado de la vida. Primas, que pretendía que lo hiciéramos yo sentada encima de esa reliquia de la prehistoria con ecosistema propio. Me soltó que si ya me gustaba ahora, cuando centrifugase llegaría al cielo. Pues nada, entre la situación tan surrealista y el asco que me daba esa lavadora se me cortó el rollo total y le dije que no, que pasaba.

Buenoooooo. El cabreo que pilló. Que había puesto la lavadora para nada, que cada lavado que hacía era un lavado menos que le quedaba en su vida útil, que si obsolescencia programada. Un show. Mi cara aquí era de chiste. Total, que entonces me cabreé yo, lo mandé a la mierda, me vestí y me fui a casa. Lo último que hablamos fue esa noche, cuando me escribió para decirme que me dejé las bragas en su casa (como si no me hubiese dado cuenta que me iba a casa sin ropa interior) a lo que le respondí que se las quedara. Entonces me bloqueó de todas partes y adiós.

La historia es lamentable en sí, pero mi mejor amiga todavía se parte de risa cuando se acuerda y me toca las narices con el chico de la lavadora, que dice que a lo mejor me perdí la experiencia de mi vida.
 
Jajaja yo la verdad es que nunca me he puesto a analizar los nepes. Excepto uno que lo tenía muy doblado y si me sorprendió, los demás los vi normales. Nunca me fijé en sí tenían el capullo más grande, más pequeño o en qué forma 😅.
Esque yo haciendo memoria 🤔, menos uno que tenia pinta empotrador total y luego "eso" era una birria...creo que nunca he dado con ninguno asi raro que dijera "esto que eeeees?" 😂
 
Me pasa igual prima! Mido 1,85 y muchos me rechazan por eso, y encontrar chicos mas altos que yo y que me encajen pues fácil fácil no es jjaja
Venga va, aquí va una de ellas:

Resulta que hago Match con un chico bastante guapo, buen cuerpo y con una conversación digna de poder llamarse así. Hablamos un par de días y pasamos al WhatsApp. Seguimos congeniando, hablamos más a menudo y quedamos a tomar un café. La verdad es que pintaba bien la cosa aunque ese día lo llama un amigo que si le podía hacer de taxi porque se le ha roto el coche. En un principio le dice que no puede, que está ocupado, pero a mí me sabe fatal y lo animo a que se vaya, aunque yo estaba bastante a gusto.

Esa noche hablamos más que otras veces lamentándonos por la interrupción y la conversación se va calentando bastante hasta que, de madrugada ya, llega un punto en que me dice que tengo que probar su lavadora. A ver, así dicho en frío pues suena muy raro, pero en ese momento, tal y como estábamos, supuse que era su técnica milenaria de llevar al clímax a las mujeres con su lengua. No estaba mucho para pensar y le di bola a eso. Total, que al día siguiente coincidimos en que la noche nos dejó con ganas de más y que teníamos que vernos.

Quedamos en su casa, hablamos, nos reímos, tonteamos, manitas en el sofá y al lío. Yo me empleo a fondo y lo llevo al límite y en eso se me ocurre convertirme en la diosa sexy que sé que puedo ser y mientras me desabrocho el vaquero le digo...Me enseñas tu lavadora? (De verdad que en el momento sonaba mucho mejor que ahora que lo cuento primas).

Pues me sonríe y dice claro, ven. Me coge de la mano y me lleva a la galería, donde tiene una lavadora que habría que hacerle la prueba del carbono-14 para saber su antigüedad, porque vamos, cuando el blanco pasa a marfil pensaba que ya era mala señal, pero si el marfil pasa a marrón...Uffff.

Pero en ese momento, semidesnuda y con todo el calentón, pues me fijo en la ventana y digo...Le dará morbo mirar mientras lo hacemos o que nos puedan ver haciéndolo, no sé, tampoco es tan malo, tiene su puntillo. Me pide que me desnude, así que todo va bien. Vuelve a salir mi diosa interior y le digo que me desnude él. Ok. Me quita los pantalones...me quita las bragas...Y estas últimas las mete en la lavadora.

Perdón? Aquí me quedé un poco en shock...A lo que me responde que me espere. Y la enciende. Claro, yo rayadísima le pregunto que qué hace. Y entonces me dice con una sonrisilla...mira como vibra, súbete.

Yo no sé quién le dio la idea, si lo vio en alguna película, libro o fue consejo de algún amigo iluminado de la vida. Primas, que pretendía que lo hiciéramos yo sentada encima de esa reliquia de la prehistoria con ecosistema propio. Me soltó que si ya me gustaba ahora, cuando centrifugase llegaría al cielo. Pues nada, entre la situación tan surrealista y el asco que me daba esa lavadora se me cortó el rollo total y le dije que no, que pasaba.

Buenoooooo. El cabreo que pilló. Que había puesto la lavadora para nada, que cada lavado que hacía era un lavado menos que le quedaba en su vida útil, que si obsolescencia programada. Un show. Mi cara aquí era de chiste. Total, que entonces me cabreé yo, lo mandé a la mierda, me vestí y me fui a casa. Lo último que hablamos fue esa noche, cuando me escribió para decirme que me dejé las bragas en su casa (como si no me hubiese dado cuenta que me iba a casa sin ropa interior) a lo que le respondí que se las quedara. Entonces me bloqueó de todas partes y adiós.

La historia es lamentable en sí, pero mi mejor amiga todavía se parte de risa cuando se acuerda y me toca las narices con el chico de la lavadora, que dice que a lo mejor me perdí la experiencia de mi vida.
Prima! Te perdiste la experiencia de tu vida!
 
Venga va, aquí va una de ellas:

Resulta que hago Match con un chico bastante guapo, buen cuerpo y con una conversación digna de poder llamarse así. Hablamos un par de días y pasamos al WhatsApp. Seguimos congeniando, hablamos más a menudo y quedamos a tomar un café. La verdad es que pintaba bien la cosa aunque ese día lo llama un amigo que si le podía hacer de taxi porque se le ha roto el coche. En un principio le dice que no puede, que está ocupado, pero a mí me sabe fatal y lo animo a que se vaya, aunque yo estaba bastante a gusto.

Esa noche hablamos más que otras veces lamentándonos por la interrupción y la conversación se va calentando bastante hasta que, de madrugada ya, llega un punto en que me dice que tengo que probar su lavadora. A ver, así dicho en frío pues suena muy raro, pero en ese momento, tal y como estábamos, supuse que era su técnica milenaria de llevar al clímax a las mujeres con su lengua. No estaba mucho para pensar y le di bola a eso. Total, que al día siguiente coincidimos en que la noche nos dejó con ganas de más y que teníamos que vernos.

Quedamos en su casa, hablamos, nos reímos, tonteamos, manitas en el sofá y al lío. Yo me empleo a fondo y lo llevo al límite y en eso se me ocurre convertirme en la diosa sexy que sé que puedo ser y mientras me desabrocho el vaquero le digo...Me enseñas tu lavadora? (De verdad que en el momento sonaba mucho mejor que ahora que lo cuento primas).

Pues me sonríe y dice claro, ven. Me coge de la mano y me lleva a la galería, donde tiene una lavadora que habría que hacerle la prueba del carbono-14 para saber su antigüedad, porque vamos, cuando el blanco pasa a marfil pensaba que ya era mala señal, pero si el marfil pasa a marrón...Uffff.

Pero en ese momento, semidesnuda y con todo el calentón, pues me fijo en la ventana y digo...Le dará morbo mirar mientras lo hacemos o que nos puedan ver haciéndolo, no sé, tampoco es tan malo, tiene su puntillo. Me pide que me desnude, así que todo va bien. Vuelve a salir mi diosa interior y le digo que me desnude él. Ok. Me quita los pantalones...me quita las bragas...Y estas últimas las mete en la lavadora.

Perdón? Aquí me quedé un poco en shock...A lo que me responde que me espere. Y la enciende. Claro, yo rayadísima le pregunto que qué hace. Y entonces me dice con una sonrisilla...mira como vibra, súbete.

Yo no sé quién le dio la idea, si lo vio en alguna película, libro o fue consejo de algún amigo iluminado de la vida. Primas, que pretendía que lo hiciéramos yo sentada encima de esa reliquia de la prehistoria con ecosistema propio. Me soltó que si ya me gustaba ahora, cuando centrifugase llegaría al cielo. Pues nada, entre la situación tan surrealista y el asco que me daba esa lavadora se me cortó el rollo total y le dije que no, que pasaba.

Buenoooooo. El cabreo que pilló. Que había puesto la lavadora para nada, que cada lavado que hacía era un lavado menos que le quedaba en su vida útil, que si obsolescencia programada. Un show. Mi cara aquí era de chiste. Total, que entonces me cabreé yo, lo mandé a la mierda, me vestí y me fui a casa. Lo último que hablamos fue esa noche, cuando me escribió para decirme que me dejé las bragas en su casa (como si no me hubiese dado cuenta que me iba a casa sin ropa interior) a lo que le respondí que se las quedara. Entonces me bloqueó de todas partes y adiós.

La historia es lamentable en sí, pero mi mejor amiga todavía se parte de risa cuando se acuerda y me toca las narices con el chico de la lavadora, que dice que a lo mejor me perdí la experiencia de mi vida.

Lloro 🤣🤣
 
Venga va, aquí va una de ellas:

Resulta que hago Match con un chico bastante guapo, buen cuerpo y con una conversación digna de poder llamarse así. Hablamos un par de días y pasamos al WhatsApp. Seguimos congeniando, hablamos más a menudo y quedamos a tomar un café. La verdad es que pintaba bien la cosa aunque ese día lo llama un amigo que si le podía hacer de taxi porque se le ha roto el coche. En un principio le dice que no puede, que está ocupado, pero a mí me sabe fatal y lo animo a que se vaya, aunque yo estaba bastante a gusto.

Esa noche hablamos más que otras veces lamentándonos por la interrupción y la conversación se va calentando bastante hasta que, de madrugada ya, llega un punto en que me dice que tengo que probar su lavadora. A ver, así dicho en frío pues suena muy raro, pero en ese momento, tal y como estábamos, supuse que era su técnica milenaria de llevar al clímax a las mujeres con su lengua. No estaba mucho para pensar y le di bola a eso. Total, que al día siguiente coincidimos en que la noche nos dejó con ganas de más y que teníamos que vernos.

Quedamos en su casa, hablamos, nos reímos, tonteamos, manitas en el sofá y al lío. Yo me empleo a fondo y lo llevo al límite y en eso se me ocurre convertirme en la diosa sexy que sé que puedo ser y mientras me desabrocho el vaquero le digo...Me enseñas tu lavadora? (De verdad que en el momento sonaba mucho mejor que ahora que lo cuento primas).

Pues me sonríe y dice claro, ven. Me coge de la mano y me lleva a la galería, donde tiene una lavadora que habría que hacerle la prueba del carbono-14 para saber su antigüedad, porque vamos, cuando el blanco pasa a marfil pensaba que ya era mala señal, pero si el marfil pasa a marrón...Uffff.

Pero en ese momento, semidesnuda y con todo el calentón, pues me fijo en la ventana y digo...Le dará morbo mirar mientras lo hacemos o que nos puedan ver haciéndolo, no sé, tampoco es tan malo, tiene su puntillo. Me pide que me desnude, así que todo va bien. Vuelve a salir mi diosa interior y le digo que me desnude él. Ok. Me quita los pantalones...me quita las bragas...Y estas últimas las mete en la lavadora.

Perdón? Aquí me quedé un poco en shock...A lo que me responde que me espere. Y la enciende. Claro, yo rayadísima le pregunto que qué hace. Y entonces me dice con una sonrisilla...mira como vibra, súbete.

Yo no sé quién le dio la idea, si lo vio en alguna película, libro o fue consejo de algún amigo iluminado de la vida. Primas, que pretendía que lo hiciéramos yo sentada encima de esa reliquia de la prehistoria con ecosistema propio. Me soltó que si ya me gustaba ahora, cuando centrifugase llegaría al cielo. Pues nada, entre la situación tan surrealista y el asco que me daba esa lavadora se me cortó el rollo total y le dije que no, que pasaba.

Buenoooooo. El cabreo que pilló. Que había puesto la lavadora para nada, que cada lavado que hacía era un lavado menos que le quedaba en su vida útil, que si obsolescencia programada. Un show. Mi cara aquí era de chiste. Total, que entonces me cabreé yo, lo mandé a la mierda, me vestí y me fui a casa. Lo último que hablamos fue esa noche, cuando me escribió para decirme que me dejé las bragas en su casa (como si no me hubiese dado cuenta que me iba a casa sin ropa interior) a lo que le respondí que se las quedara. Entonces me bloqueó de todas partes y adiós.

La historia es lamentable en sí, pero mi mejor amiga todavía se parte de risa cuando se acuerda y me toca las narices con el chico de la lavadora, que dice que a lo mejor me perdí la experiencia de mi vida.
De ahi salias vacunada para la India minimo 😂😂😂me la imagino toda oxidada amarillenta, me meo.

A mi otro en plena conversacion normalita me dice (sin habernos visto) que si le haria el favor de darle mis bragas y el me acompañaba de compras a por unas nuevas 😳😳😳si claro, y te llevo tambien las pelusas del recogedor 😂😳😳😳
Eso sin haber quedado siquiera, toooocate los coj*nes!

 
De ahi salias vacunada para la India minimo 😂😂😂me la imagino toda oxidada amarillenta, me meo.

A mi otro en plena conversacion normalita me dice (sin habernos visto) que si le haria el favor de darle mis bragas y el me acompañaba de compras a por unas nuevas 😳😳😳si claro, y te llevo tambien las pelusas del recogedor 😂😳😳😳
Eso sin haber quedado siquiera, toooocate los coj*nes!


Ahora me estoy planteando si alguno de sus ligues había probado la lavadora, porque mi intuición me dice que nadie, al menos, en su sano juicio
 

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