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Hola primas,
inicio este hilo porque llevo unos cuantos meses en una situación que me tiene de cabeza. Trabajo en un departamento pequeño con un único chico como compañero que se tuvo que coger la baja hace 6 meses. Me he encontrado sola en el departamento llevándolo todo hasta hace cuatro meses cuando me pusieron a una chica de 24 años recién graduada para cubrir la baja y ayudarme.
Tenía muchas ganas de que entrara para enseñarle todo, recuperar la compañía de un compañero de equipo y que me echara un cable porque iba desbordada. Cuando empezó parecía super motivada, le hice muchísimas horas de formación, le he preparado un montón de protocolos escritos con todas las tareas, documentos que iba a necesitar, donde encontrarlos... En fin, muy mascado como a mi me habría gustado encontrarlo cuando llegué a la empresa. También hacíamos reuniones periódicas de seguimiento.
El tema ha sido cuando han llegado las fechas de entrega de distintos proyectos. Ella siempre me comentaba que todo el trabajo le parecía muy fácil y que lo tenía todo "casi hecho". Pues el resultado ha sido que en varias ocasiones ha llegado la fecha de entrega y no tenía el trabajo terminado y lo que había hecho estaba mal hecho a prisa y corriendo. Esto para mi ha supuesto muchísimas horas extra, volver a hacer sus tareas porque tardo menos en hacerlo desde 0 que en revisarlo todo y mucha frustración. Os lo he resumido rápido pero por el camino hasta llegar a este punto he vivido situaciones en las que le he preguntado por temas en concreto y me ha dicho que ya estaban hechos, luego he ido a comprobarlo y no era así. También me he dado cuenta que nunca ha revisado los protocolos que le hice, que nunca se apunta nada de lo que le explico (a pesar de que le digo que debería apuntarse cosas ) y que, en general, su capacidad para prestar atención es muy baja. Tengo comprobado que tonta no es, de hecho, es muy lista porque siempre que la pillo en alguna de estas que no ha hecho algo que debería sale con alguna excusa para que le vuelva a explicar como se hace porque "no se acuerda del todo". De esto he informado a mis superiores y como es una baja que está a punto de terminar no van a substituirla. La han puesto a hacer tareas rutinarias de archivo y yo vuelvo a encargarme de todo.
Mi pregunta es la siguiente: ¿no os parece que las nuevas generaciones valoran muy poco las oportunidades que tienen? Me he encontrado en mi empresa varias personas de este estilo y me sorprende muchísimo porque son todas de esa misma edad. Yo tengo 30 años y cuando salí de la carrera con su edad habría matado por tener ese puesto de trabajo, ni que fuera una baja por maternidad (que además tenía opciones de quedarse...) y con el sueldo que está cobrando. Me siento una carca diciendo esto pero siento que antes valorábamos el trabajo mucho más (que en este caso os digo que es un buen trabajo y bien pagado, con un horario compactado de mañanas y en teletrabajo 100%) y ahora se huye un poco de esa vida de rutina, de tener un horario, una estabilidad... Por otro lado me siento bastante impotente porque siento que por ser joven no me ha tomado en serio, cuando yo he tenido superiores de edades muy diversas y siempre les he respetado. Jamás se me habría ocurrido mentirles acerca de mi trabajo.
En fin, aquí os dejo mi historia y la reflexión, perdón por el tocho.
inicio este hilo porque llevo unos cuantos meses en una situación que me tiene de cabeza. Trabajo en un departamento pequeño con un único chico como compañero que se tuvo que coger la baja hace 6 meses. Me he encontrado sola en el departamento llevándolo todo hasta hace cuatro meses cuando me pusieron a una chica de 24 años recién graduada para cubrir la baja y ayudarme.
Tenía muchas ganas de que entrara para enseñarle todo, recuperar la compañía de un compañero de equipo y que me echara un cable porque iba desbordada. Cuando empezó parecía super motivada, le hice muchísimas horas de formación, le he preparado un montón de protocolos escritos con todas las tareas, documentos que iba a necesitar, donde encontrarlos... En fin, muy mascado como a mi me habría gustado encontrarlo cuando llegué a la empresa. También hacíamos reuniones periódicas de seguimiento.
El tema ha sido cuando han llegado las fechas de entrega de distintos proyectos. Ella siempre me comentaba que todo el trabajo le parecía muy fácil y que lo tenía todo "casi hecho". Pues el resultado ha sido que en varias ocasiones ha llegado la fecha de entrega y no tenía el trabajo terminado y lo que había hecho estaba mal hecho a prisa y corriendo. Esto para mi ha supuesto muchísimas horas extra, volver a hacer sus tareas porque tardo menos en hacerlo desde 0 que en revisarlo todo y mucha frustración. Os lo he resumido rápido pero por el camino hasta llegar a este punto he vivido situaciones en las que le he preguntado por temas en concreto y me ha dicho que ya estaban hechos, luego he ido a comprobarlo y no era así. También me he dado cuenta que nunca ha revisado los protocolos que le hice, que nunca se apunta nada de lo que le explico (a pesar de que le digo que debería apuntarse cosas ) y que, en general, su capacidad para prestar atención es muy baja. Tengo comprobado que tonta no es, de hecho, es muy lista porque siempre que la pillo en alguna de estas que no ha hecho algo que debería sale con alguna excusa para que le vuelva a explicar como se hace porque "no se acuerda del todo". De esto he informado a mis superiores y como es una baja que está a punto de terminar no van a substituirla. La han puesto a hacer tareas rutinarias de archivo y yo vuelvo a encargarme de todo.
Mi pregunta es la siguiente: ¿no os parece que las nuevas generaciones valoran muy poco las oportunidades que tienen? Me he encontrado en mi empresa varias personas de este estilo y me sorprende muchísimo porque son todas de esa misma edad. Yo tengo 30 años y cuando salí de la carrera con su edad habría matado por tener ese puesto de trabajo, ni que fuera una baja por maternidad (que además tenía opciones de quedarse...) y con el sueldo que está cobrando. Me siento una carca diciendo esto pero siento que antes valorábamos el trabajo mucho más (que en este caso os digo que es un buen trabajo y bien pagado, con un horario compactado de mañanas y en teletrabajo 100%) y ahora se huye un poco de esa vida de rutina, de tener un horario, una estabilidad... Por otro lado me siento bastante impotente porque siento que por ser joven no me ha tomado en serio, cuando yo he tenido superiores de edades muy diversas y siempre les he respetado. Jamás se me habría ocurrido mentirles acerca de mi trabajo.
En fin, aquí os dejo mi historia y la reflexión, perdón por el tocho.