L
La Pelu
Guest
En la fila, esperando al besamanos, es bien sabido, incluso por una servidora que jamás asistió a ninguno, que se colocan los anfitriones. No las sirvientas, ni las asesoras, ni las secretarias. Cuando vas a un pais a representar al tuyo, se espera que al menos reconozcas a los personajes que integran sus instituciones más relevantes..
Pero muchas veces en este tipo de actos las traductoras se quedan cerca, la confusión no es imposible si ves a alguien vestido de acuerdo a la ocasión pero mucho más humilde, y si te dicen algo y luego te estiran la mano puedes confundirte.
En estos actos todo está milimetradísimo para que nadie aunque venga del último rincón del mundo se pueda equivocar, y me extraña un error tan grande por parte de un diplomático de profesión.
Desde luego las caritas por parte de Letizia sobraban, aunque personalmente lo he encontrado muy divertido, ¿puso la misma cara cuando el moro de Irán no la saludó?, pues estas cosas pasan y te las comes con patatas. Antes o después esto tenía que pasar, si le decimos que se vista y se comporte como una princesa es precisamente para no meter ella la pata ni darle un mal rato al pobre diplomático, tenga o no la culpa del error.