Elecciones catalanas

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La cifra de los comunes de abajo está mal. Son 181.880, no 165,667.
como catalan me da vergüenza que se pueda llegara formar gobierno partidos que han perdido cientos de miles de votos oque han ganado un puñadito y aun vayan diciendo que han ganado, deberia prohibirse investiduras con un minimo del 66 % de participacion
 

Gana Illa pero la amenaza del bloqueo continúa​

  • El "ministro de la Pandemia", triunfador electoral. En gran medida por el contraste entre su tono mesurado e incluso aburrido frente el histrionismo demagógico de la oposición
  • Que ERC no haya acabado de ganar y Junts no haya acabado de perder deja completamente abierto el escenario político catalán. Ni los independentistas tienen la fuerza suficiente para imponer una vía unilateral, ni el resto de España puede ignorar por más tiempo esta situación

Ignacio Escolar
@iescolar

El candidato a la presidencia de la Generalitat por el PSC, Salvador Illa, acompañado por la portavoz en el Parlament Eva Granados
15 de febrero de 2021 00:44h
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"El peor ministro de Sanidad de Europa", decía Pablo Casado sobre Salvador Illa hace menos de un mes. Era un argumentario compartido: lo mismo repetían ERC, Junts per Catalunya y la ultraderecha de Vox. Las urnas han hablado y Salvador Illa es hoy el más votado de la noche electoral. Ha logrado el mejor resultado del PSC en 15 años y casi duplica los escaños que tenía su partido en el Parlament.

El "ministro de la Pandemia", triunfador electoral. En gran medida por el contraste entre su tono mesurado e incluso aburrido frente el histrionismo demagógico de la oposición. Solo así se explica que haya acumulado este capital político tras gestionar la peor crisis sanitaria en un siglo.

Illa no cometerá el error de Inés Arrimadas y se presentará a la investidura, aun a sabiendas de que apenas tiene opciones para presidir la Generalitat. El independentismo supera por la mínima el 50% de los votos –con una participación bajísima–, y logra una amplia mayoría absoluta en el Parlament. Es más holgada incluso que la de la legislatura anterior, pero ni será una investidura fácil para el president más probable –a estas horas, Pere Aragonès– ni parece que los catalanes vayan a tener una legislatura tranquila. Desde las elecciones catalanas de 2010 no ha habido un solo Parlament que durase los cuatro años de rigor.

La noche electoral deja sin resolver el debate sobre el liderazgo dentro del bloque independentista. Ha ganado por la mínima ERC sobre Junts, pero no habría sido así sin la escisión que ha sufrido el polo político liderado por Carles Puigdemont con el intento inane del PDeCAT. La victoria de Pere Aragonès sobre Laura Borràs es demasiado corta como para ser definitiva, y deja ese debate sin cerrar. Además, ambos partidos necesitarán a la CUP, que duplica sus escaños respecto a 2017. Siguen siendo claves en cualquier investidura independentista, como demostraron cuando jubilaron a Artur Mas.

Que ERC no haya acabado de ganar y Junts no haya acabado de perder deja completamente abierto el escenario político catalán. No descarten otra legislatura corta o incluso un bloqueo permanente, porque para Pere Aragonès no hay otro escenario aceptable que la presidencia de la Generalitat. Mientras que para Junts, una repetición electoral –donde el PDeCAT ya no podría competir– no es un futuro que suene tan mal.

En la derecha españolista, la noche deja dos perdedores y un evidente ganador, el más ultra de los tres. Se hunde Ciudadanos, estrepitosamente. De primero a séptimo en tres años, en una derrota que acelera la debacle de un partido en descomposición. Y, a pesar de ese colapso, el PP es incapaz de recuperar un solo voto y se hunde aún más.

Pablo Casado suma una nueva derrota electoral y queda herido de muerte. Mientras Vox sea así de fuerte, es casi imposible que el PP pueda regresar a La Moncloa. Cada vez van a ser más quienes en su partido miren a Alberto Núñez Feijóo. El gallego puede presumir de liderar una de las pocas comunidades autónomas donde Vox no tiene representación parlamentaria. Y no ha sido porque Feijóo haya asumido como propio el discurso de Vox, ni porque haya alimentado sus debates.

Parte del espacio que deja Ciudadanos en su hundimiento lo ocupa ahora Vox, que se convierte en el cuarto partido de Catalunya y el primero de los tres de la foto de Colón. Dato importante: cuando se hicieron aquella foto juntos –hace dos años, en una masiva manifestación en Madrid "contra el independentismo"–, Vox aún no tenía representación ni en el Congreso de los Diputados español ni en el Parlament catalán.

La ultraderecha nunca fue tan fuerte, ni la derecha tan irrelevante en Catalunya. Si fuese posible eliminar el eje soberanista de la ecuación, la izquierda gobernaría con amplia mayoría. Sube la izquierda. Baja la derecha. Y, contra pronóstico, En Comú Podem ha aguantado bien el envite: a pesar del tirón de Illa, mantienen los mismos escaños que dos años atrás.

La lección parece obvia para cualquiera que la quiera aprender. Asumir el discurso de la ultraderecha y tensionar la convivencia con Catalunya –como ha hecho en estos años el PP– solo beneficia a los independentistas y a Vox. Tal vez les funcione en algunos barrios de Madrid, pero con ellos no basta para gobernar España. Dos visitas más de Isabel Díaz Ayuso a la campaña catalana y el PP se queda sin representación.

El escenario que hoy se abre sigue siendo el de un bloqueo. Un empate en la correlación de fuerzas que no ha terminado porque el independentismo haya superado ligeramente el 50% de los votos en esta ocasión –beneficiados por la mínima participación–. Ni los independentistas tienen la fuerza suficiente para imponer una vía unilateral, ni el resto de España –ni de Catalunya– puede ignorar por más tiempo esta situación.

Seguirá el bloqueo, salvo que la izquierda, que es ampliamente mayoritaria en el Parlament, ponga por delante de las banderas la educación, la sanidad, el medio ambiente y la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Ojalá sucediera. Me temo que no va a pasar.

 
ERC intentará primero gobierno con Junts, pero al necesitar a la CUP se puede complicar. En el 2015 y 2017 rechazaron a varios candidatos hasta que salieron Puigdemont y Torra, y este año no creo que vaya solo de candidatos. Ya han dicho que quieren ir a por todas así que no me extrañaría que pidan alguna conselleria o firmar acuerdos para otro 1O.

Sería una pena... igual hay suerte y no hay acuerdo entre ellos y Esquerra prueba con comuns y PSC. Pero PSC no les dejaría la presidencia tan facilmente, y Esquerra no la dejará escapar.

Y si tampoco hay acuerdo, elecciones en primavera otra vez. Pero apuesto más por un govern indepe con la CUP de mosca cojonera.

Son resultados tristes, me esperaba números peores de Junts para que Esquerra no dependiese de ellos, pero catalunya interior y nacionalistas ricos siguen votándoles a pesar de todo.
 
Hola chicas, que factores creeis que han impulsado a los votantes a votar a Illa?
no pensé que fuese a tener tanta fuerza este candidato
 
Hola chicas, que factores creeis que han impulsado a los votantes a votar a Illa?
no pensé que fuese a tener tanta fuerza este candidato

Lo que pienso es que alguien de izquierdas y no independentista es más proclive en este momento a votar al partido socialista que a Podemos, partido este último que no está pasando por su mejor momento. Y aunque parezca increíble, hay mucha gente de izquierdas que no critica a los socialistas por su pésima gestion de la pandemia. No los sacas del: "es que no se podía saber", "la pandemia es mundial", blabla. En fin, en la izquierda es donde veo menos gente autocrítica, así que siguen votando a los de siempre.

Eso sin olvidar a los que cobran alguna paga, forman parte de la extensísima red clientelar socialista, pensionistas que creen que si gana otro partido les bajarán un montón la pensión, etc.
 
Última edición:
Hola chicas, que factores creeis que han impulsado a los votantes a votar a Illa?
no pensé que fuese a tener tanta fuerza este candidato
Los 30 escaños de ciudanos se han repartido entre Vox y PSC. Los votantes de centro han preferido al PSC ya que aunque sean de izquierdas es constitucional y tiene más tiron que el PP aquí en cataluña, y los de derechas se han pasado a Vox.
Algo parecido a lo que paso en las estatales.
La subida de PSC no es a costa de podemos que se mantienen, es a costa de ciudadanos y de la abstención de muchos indepes en comparación al 2017.
 
Hola chicas, que factores creeis que han impulsado a los votantes a votar a Illa?
no pensé que fuese a tener tanta fuerza este candidato

10 claves para entender el resultado de las elecciones en Catalunya​


Neus Tomàs
@neustomas


14 de febrero de 2021 23:55h
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1. El ‘efecto Illa’ existía pero es difícil que sea presidente. El PSC ha ganado en votos y en escaños, con 33 diputados, 16 más de los que tenía. Los socialistas se convierten en el referente del espacio contrario al separatismo pero frente a un independentismo que mantiene la mayoría absoluta. Illa ha conseguido que los socialistas vuelvan a ganar unas elecciones en la ciudad de Barcelona, donde no se imponía en unos comicios desde las elecciones europeas del año 2009, y que recuperen el cinturón rojo del área metropolitana, después de que Ciudadanos lo tiñese de naranja. Los estrategas de la campaña de Illa, algunos de ellos venidos desde Madrid (algo inédito en las autonómicas), no supieron calcular la resistencia del voto independentista, que más o menos hastiado de las peleas entre los partidos separatistas y más o menos enfadados por la gestión del Govern, siguen siendo independentistas.

El ministro de Sanidad dejó la cartera en un momento delicado para ir a por todas en Catalunya. Ir a por todas era convertirse en presidente, como rezaba su campaña, y pese a ganar en votos y empatar en escaños con ERC no lo tiene nada fácil para lograrlo. En su primer discurso ya ha anunciado que él sí va a presentarse a la investidura. Su apuesta es un Govern con los ‘comuns’. Solo si ERC le levantase el veto –que llegó a firmar por escrito en la última semana de campaña– lo tendría hecho, algo que los republicanos han dicho por activa, pasiva y por escrito que nunca harán. Así que la de Illa es una victoria, pero tal vez una amarga victoria.

2. Aragonès depende de Junts para ser presidente. ERC nunca ha tenido tan cerca la presidencia. Cerca, pero no segura porque necesita que Laura Borràs y la CUP se lo permitan. La candidata de Junts no ha garantizado su apoyo al cabeza de cartel de ERC en caso de que fuese Aragonès el candidato a la investidura. Ahora la duda es qué precio pondrían tanto el partido de Puigdemont como los anticapitalistas a su apoyo. El expresident, en un tono conciliador, ha proclamado este domingo desde Waterloo que “solo el independentismo puede construir una mayoría de Govern”.

Los republicanos están convencidos de que no quieren iniciar aventuras unilaterales hacia la independencia cuyas consecuencias todavía están pagando ni renunciar a su apuesta por el diálogo para intentar encauzar el conflicto político. Otra de las opciones que no desagrada a ERC es la de un Govern con ERC, ‘comuns’ y CUP. Para que esta alianza fructificase requeriría que socialistas y Junts se abstuviesen en segunda votación para así obtener más votos a favor que en contra.

3. Borràs ha pagado el divorcio con el PDeCAT. La implosión del antiguo espacio de Convergència le ha pasado factura. A la candidata de Junts le han faltado los votos del PDeCAT para superar holgadamente en votos a ERC puesto que habría tenido 70.000 más. La formación de Puigdemont vaticinaba que podría ganar a los republicanos y si no lo ha logrado ha sido por haberse presentado con tres siglas distintas, las de Junts, PDeCAT y el PNC, el partido de Marta Pascal, que no ha obtenido representación.

Ahora falta ver qué planes tiene Borràs, esto es, si va a complicar mucho o poco la vida a Aragonès, sea para darle su apoyo en la investidura o para intentar repetir una fórmula de gobierno que se ha demostrado más que compleja. Algunos de los nombres que integraban su lista, en especial Joan Canadell, provocan urticaria en las filas republicanas. La negociación entre Junts y ERC será muy complicada y no está nada claro que se pongan de acuerdo.

4. El independentismo supera el 50% de votos. La suma entre ERC, Junts, la CUP y el PDeCAT se sitúa cerca del 51% mientras que en las pasadas elecciones se quedaron en el 47,5% de los votos. En escaños, los independentistas amplían la mayoría absoluta de 70 diputados que tenían la pasada legislatura en cuatro, hasta alcanzar los 74 representantes, dos más que su mejor resultado, los 72 que obtuvo la suma de Junts pel Sí y la CUP en 2015. El descenso de la participación entre el electorado no soberanista ha favorecido la ampliación de la mayoría independentista del Parlament.

5. El fracaso anunciado de Ciudadanos. No por esperado es menos noticia. Ciudadanos nació en Catalunya, creció en esta comunidad y ha firmado este domingo el resultado que confirma el fiasco de un partido que no supo gestionar la victoria de las anteriores elecciones. Ha perdido 30 diputados, se queda en seis. En votos significa que se ha dejado un millón de papeletas. Un batacazo que llega después de una legislatura en la que Inés Arrimadas abandonó el Parlament para irse al Congreso de los Diputados, su mano derecha, Carlos Carrizosa, no ganó las primarias pero acabó siendo el candidato porque la dirección decidió apartar a Lorena Roldán, que acabó en la lista del PP. Un enredo que, sumado a la falta de estructura de un partido que sigue sin tener ni una sola alcaldía en Catalunya, que no supo aprovechar el éxito del 21-D hace cuatro años para reforzarse, y que confirma ahora la caída libre iniciada en las generales de noviembre del 2019 cuando la demarcación de Barcelona fue la provincia de España donde más cayó al perder un 53% de los votos. Arrimadas ha convocado a su comité ejecutivo para este lunes. Otro lunes negro en la sede del partido naranja.

6. Ya están aquí. La extrema derecha ha entrado en el Parlament. Ese es uno de los titulares de estas elecciones y una muy mala noticia. Vox se convierte en cuarta fuerza de la Cámara y ha barrido a Ciudadanos y al PP. En Girona y Lleida, ni populares ni Ciudadanos obtienen representación mientras que Vox ha conseguido un diputado por cada demarcación. En Tarragona consigue dos, el PP no entra (pese a que Alejandro Fernández es de allí) y los naranjas se quedan con uno. La extrema derecha obtiene en Barcelona el resto de diputados hasta los 11 que ha conseguido.

7. Los ‘comuns’ resisten. Jéssica Albiach no lo tenía fácil pero la candidata de los comuns ha aguantado los ocho diputados que tenían en esta legislatura. Durante toda la campaña ha evitado situarse en alguno de los dos bloques, independentista y no independentista. Su propósito es que PSC y ERC levanten sus respectivos vetos para así propiciar un Govern de izquierdas y entrar en él. Estas elecciones han demostrado que es un partido prácticamente inexistente fuera de Barcelona puesto que fuera de esta provincia solo consiguen representación en Tarragona y con un diputado.

8. El vaso medio lleno para Sánchez. El presidente del Gobierno puede estar contento con el resultado de Illa pero si el candidato del PSC no obtiene los apoyos necesarios para ser investido, puede que se encuentre en la tesitura de tener que dar un apoyo desde fuera a ERC como mal menor para evitar una repetición electoral y garantizarse que los republicanos le aseguran una mínima estabilidad en el Congreso. Los republicanos argumentan que tienen mejor relación con dirigentes del PSOE que con los del PSC. Los puentes entre la Moncloa y la sede de ERC nunca se han roto, tampoco en campaña.

9. Más problemas para Casado. La extrema derecha ha superado por primera vez al PP en un Parlamento. Que los populares tenían un problema con Catalunya es algo que ni ellos mismos negaban. Daría para una tesis, como reconocen en la dirección. Pero la situación es mucho peor de lo que pensaban al iniciar la campaña: el partido de Abascal casi multiplica por cuatro los escaños populares: 11 a 3. “Ha sido un resultado muy malo”, asumía Alejandro Fernández. En su camino se ha cruzado la reaparición de Bárcenas pero ese no es solo uno de los motivos y seguramente ni siquiera el principal. Se queda con tres diputados y únicamente el candidato milita en el partido. Los otros dos escaños los ocuparán Lorena Roldán, que procedía de Ciudadanos y Eva Parera, que estaba en el partido de Manuel Valls.

10. Récord de abstención. Pandemia, descontento y lluvia. Tres elementos que hacían prever un aumento de la abstención. La participación se ha quedado en el 53%, la más baja de la historia pero superior a la de Euskadi y Galicia, que también votaron en pandemia aunque con unos datos epidemiológicos mucho mejores y en el verano. La organización, con horarios extraños para garantizar el derecho al voto de todos los ciudadanos, también los contagiados, funcionó y eso es una buena noticia para todos, también para los que, por los motivos que sea, prefirieron quedarse en casa.

 
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