Historias de Sekso Cítrico

Ayyyy @Anónimo Veneciano me has sacado de la temática de buenorros del hilo porque a mi hijo le llamo Guapérrimo, y estaba yo aquí tan feliz viendo el foro mientras a mi Guapérrimo lo atiende su padre...y ya me he descentrado cuando te he leído, mi cerebro ha vuelto al modo "madre" así de golpe, sin anestesia ni ná :banghead:

Aclaro: Es tan guapo Alohito que mr. Aloha y yo aún nos preguntamos cómo es posible que comparta genes con nosotros, mortales del montón, por eso le llamo Guapérrimo, y por eso aunque he dejado de golpe el modo forera tróspida con el que suelo leer este hilo, a la vez me ha hecho mucha gracia leer lo de guapérrimo, alguien más que usa esos palabros, no estoy sola!
 
Ayyyy @Anónimo Veneciano me has sacado de la temática de buenorros del hilo porque a mi hijo le llamo Guapérrimo, y estaba yo aquí tan feliz viendo el foro mientras a mi Guapérrimo lo atiende su padre...y ya me he descentrado cuando te he leído, mi cerebro ha vuelto al modo "madre" así de golpe, sin anestesia ni ná :banghead:

Aclaro: Es tan guapo Alohito que mr. Aloha y yo aún nos preguntamos cómo es posible que comparta genes con nosotros, mortales del montón, por eso le llamo Guapérrimo, y por eso aunque he dejado de golpe el modo forera tróspida con el que suelo leer este hilo, a la vez me ha hecho mucha gracia leer lo de guapérrimo, alguien más que usa esos palabros, no estoy sola!
You are not alone. Yo también!!!
 
Hay gente muy perra, muy valiente de cara a la galería, y tan cobarde que sólo hace tanto daño a la gente a quien puede hacérselo. Y quién más indefenso que el propio hijo. Pero ir a perder, jamás, son una maravilla de cara a la galería.
Por eso puedes estar tranquila con tu propia hija: ella sabe que si le pega un solo chicle en el pelo a la niña la vas a tener hirviendo en un caldero y la vas a despellejar con tus propios dientes. Y eso no le apetece mucho, porque sabe que ocurrirá. Si a esto le sumas el cambio de circunstancias en su vida y que tienes una hija amorosa que se hace querer, tenemos un completo.
Me da muy mala leche esto, los padres que abusan de hijos pero luego son unos gatitos donde tienen las de perder.


Ostras,me has abierto los ojos,tengo una hermana que se ha portado muy mal conmigo en muchas ocasiones,ella es la mayor y yo la pequeña,dos hermanos más entre las dos,pero yo he sido siempre su chivo expiatorios,sin embargo con mis hijos es un amor,pero conmigo......me ha tratado muy mal en muchas ocasiones,muchas.
 
EL POLVO MÁS TRASCENDENTAL, SIN YO SABERLO EN SU DÍA
COMO CONOCÍ A NARANJO

Me da hasta cosa, pobrecito mío, si se entera de que cuento nuestras intimidades así. Él es muy clásico en las formas, muy niño bien, este tipo de cosas no le gustarían nada.... Lo conocí en la Escuela hace muchos años, en una Galaxia muy lejana.
Estabamos en el aula de estudio trabajando en grupos, yo con el mío. Era mi segundo año de carrera, por el mes de Noviembre o así, no recuerdo el día. Oí una voz preciosa de hombre a mi espalda, no de crío, supermodulada y grave. Sentí que se me caían las bragas. Me giré y le vi, se me quedó mirando serio, sin decir nada. No fue un flechazo pero si que me pareció muy mono. Naranjo es, objetivamente, un hombre muy guapo. Fui hacía él y le hablé, le dije que tenía una voz y un acento (ñoñostiarra) preciosos.
Dos horas más tarde lo tenía en el catre.

Estábamos currando una entrega. Les dije a mis compañeros que mi parte estaba hecha, que me tenía que ir y nos veíamos al día siguiente. Al salir de la sala me volví a acercar a él y le pregunté si me dejaba invitarle a un café. Supongo que a él jamás le había entrado así una chica. Estaba entre sorprendido, halagado y mosca. En principio no creas que parecía muy entusiasmado. Pero supongo que por curiosidad, dijo que si.
Durante el tiempo que charlamos en la cafetería él se fue relajando y dejando el gesto serio. Yo cada vez estaba más cachonda con su voz, con sus manos grandes y elegantes, con sus ojos de mirada profunda y con su boca de labios finos y mordisqueables. Se notaba a la legua que hacía mucho deporte. Con tres pinceladas de la conversación se notaba también que era muy culto y con un recorrido vital e intelectual muy rico.
No recuerdo ni de que hablamos, en un momento dado yo sólo pensaba en estar desnuda abrazada a él y especulaba con el calibre que le tendría su herramienta. A las nueve de la noche cerraban la cafetería de la Escuela, nosotros seguíamos allí, Dios, lo recuerdo, sentados en aquella enormidad de sitio con sus luces horrendas de halógenos. Nos dijeron que cerraban. Vi que a él le daba pena tener que irse. A mí también. Así que le dije, no lo pensé, me salió de sopetón: nos cierran aquí, qué pena, quieres venir a dormir conmigo, por favor? (educación siempre). Él se quedó serio otra vez y callado. Me miró y me dijo que era la chica más rara que había conocido en su vida. Que si hablaba en serio. Le contesté que por supuesto que hablaba en serio. Asintió, se levantó y cogió mi abrigo y me ayudó a ponérmelo (aquí yo ya tenía las bragas en el suelo). No volvimos a hablar hasta estar en el Colegio Mayor. Creo que él tenía miedo de decir algo y que yo me echase atrás. Pero recuerdo que en algún momento me cogió de la mano.
Fue un polvo normal, mejor que la media eso sí, pero normal. Una miseria en comparación con nuestro rendimiento posterior. Fue educadísimo, muy considerado y... No se decirlo, como cauteloso. Al terminar, yo pensaba para mi en como conseguir que aparcara un poco tantos buenos modales en la cama y que pasase a una versión un poco más hardcore a la que yo en aquellos días era tan afecta. Él se dedicaba a mirarme y acariciarme sin decir nada. Me besaba la pierna bajando hacia el pie y cuando llegó al tobillo hizo una de las cosas más raras y absurdas que me han pasado con un hombre. Se quedó mirando mis pies como si hubiera encontrado un tesoro. Me dijo que nunca había visto unos pies tan pequeños y tan bonitos y que los dedos de mis pies tan redonditos eran como uvitas. No veas la ilusión que le hizo al muchacho y lo emocionado que estaba. Me besaba los dedos de los pies con una especie de devoción reverencial que me dejó desarmada. A mis te.tas y mi culo o a mi pelo los tíos les habían cantado alabanzas, pero a mis pies??? Ahí me di cuenta de que el barniz de educación cara y completa escondía a un interesantísimo friki de marca mayor. Pensé que era incluso una pena que estuviera tan bueno, porque esa fachada estorbaba para descubrir a una persona para nada convencional y muy brillante.
Al día siguiente ninguno de los dos fuimos a clase. Por motivos obvios.

A lo largo de los años nos acercábamos y separábamos dependiendo de las circunstancias y de los vaivenes de nuestras vidas. Pero siempre fue una constante, una invariante en mis relaciones. Podían pasar meses sin vernos o saber el uno del otro, pero siempre volvíamos a reencontrarnos y él me besaba los pies como aquella primera vez. Me hizo prometerle un día que no le dejaría a nadie más jugar con mis deditos de los pies. Mi pobre...

Con los años, ahora me doy cuenta, para mí era una seguridad tremenda saber que él estaba ahí. Con él siempre podía contar. No me juzgaba, no me decía lo que tenía que hacer, no le suponía el menor problema que a los 28 yo ganase el doble de dinero que él. Nunca se asustó de mi ambición profesional ni de mi capacidad. Era la única persona a quien le dejaba ver atisbos de la niña que, asustada, aún se escondía frente al mundo. Él, creo, me caló muy pronto. Sin decir nada.

Una mañana, ya treintañera, desperté sola tras f.ollar juntos. Se fue sin que me diera cuenta. Normalmente eso era lo ideal. Me gustaba amanecer sola, es más no me gustaba que se quedasen a dormir. Pero esa mañana... Me sentí tan triste de no tenerle allí. Tan triste y tan sola. Con una sensación de ausencia que me mataba. Incomprensiblemente rompí a llorar y me pasé todo el día agilipollada en el curro. Hasta mi ayudante me preguntó si estaba mala. El sábado puse una colada y entre la ropa de cama se había colado una camiseta de él. Fue instintivo, hundí la nariz en ella y la abracé. Y sentí otra vez aquella cosa fría por dentro, aquel dolor raro, aquel hambre de verle y de tocarle. Y lo supe. Supe que vete tú a saber desde cuando estaba encadenada a él.
Y hasta hoy.

Que preciosidad.
 
Hay gente muy perra, muy valiente de cara a la galería, y tan cobarde que sólo hace tanto daño a la gente a quien puede hacérselo. Y quién más indefenso que el propio hijo. Pero ir a perder, jamás, son una maravilla de cara a la galería.
Por eso puedes estar tranquila con tu propia hija: ella sabe que si le pega un solo chicle en el pelo a la niña la vas a tener hirviendo en un caldero y la vas a despellejar con tus propios dientes. Y eso no le apetece mucho, porque sabe que ocurrirá. Si a esto le sumas el cambio de circunstancias en su vida y que tienes una hija amorosa que se hace querer, tenemos un completo.
Me da muy mala leche esto, los padres que abusan de hijos pero luego son unos gatitos donde tienen las de perder.


Yo he visto a madres ser unas cabronas con sus hijos, especialmente hijas, y luego ser todo amor con vecinos, por los que por cierto se desviven. En hombres igual, muchos caos en ambos sexos.
 
@Naranja, que suerte dar con Naranjo. Hoy día es difícil encontrar un buen jombre que nos quiera y encima sea piratón y buen mozo. Algunas lo tenemos difícil, porca miseria, no quedan ni migajas, los hombres están amariconados, flojos o se han hecho ciclistas domingueros, el panorama es desolador. Yo ya planeo qué hábito ponerme, si el de Carmelita o el de Agustina, si al menos hubieran procesiones, pero están canceladas. Pal convento de cabeza.


Te puedes creer que conozco a varios que me parecen un pan sin sal que se han hecho ciclistas domingueros? jajajajajaja
 

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